Partida Rol por web

.-Carakginius es un centollo de inmenso tamaño, de mas de 4m de ancho y poderosas pinzas. De dura armadura y de gran agilidad en el agua. En tierra solo se mueve bien lateralmente y su defensa y ofensa tiene su punto ciego en su retaguardia dada su dificultad para girarse.- digo transmitiendo la información de Mentor al resto para que la estrategia sobre el combate contra esta criatura sea más efectivo. 

El comentario de Talios es el único que decido increpar dada la nueva información sobre la criatura:-Ni se te ocurra hacer eso, hermano. Al menos no sólo, recuerda lo que nos enseñó padre. Por separado somos buenos pero juntos somos mejores. Soy más rápido que tú y puedo atacar desde lejos y distraer a ese bicho para que te acerques a su punto ciego y le das lo suyo. Atreo tu puedes ayudarme con tu arco. Si somos capaces de conseguir cegar a la criatura, tendremos una oportunidad de sobrevivir.- expuse lo mejor que sabia una posible táctica contra el centollo. Ahora dependía de los más duchos en la materia de formar una estrategia con todo lo que se decía. 

Lo que Ifianasa reflexiona es algo que no tenía pensado del todo y la importancia de coordinarnos de manera efectiva se vuelve aun más importante. Escucho atentamente lo que dice hasta que Lykaios menciona su posible papel en la lucha. Le corrijo de inmediato, considerando lo más lógico:

 - "Hermano, creo que si eres capaz de invocar el poder de los dioses y hacer que lluevan meteoritos sobre nuestros enemigos, tu papel debería ser alejado del oponente, junto con Ifianasa que tiene el mismo don."

Termino mi frase, obviando el hecho de que probablemente no le guste mucho que le llame hermano. Entonces escucho las palabras de mi hermana y luego de los hermanos atenienses. Doy mi opinión al respecto:

 - "Estamos de acuerdo entonces en que lo más sabio es sacarlo del agua. La pregunta entonces es: ¿Como hacerlo si no desea salir por voluntad propia? No sabemos si quizás su estrategia es precisamente tomar a uno de nosotros y arrastrarlo al agua hasta matarlo y luego volver por el siguiente. Debemos tener un plan para poder sacarlo a la playa."

Pienso un momento acerca de lanzarle cuerdas con garfios pero no creo que portemos ese equipo como para hacerlo. Si se mantiene en el borde del agua y alguien se pone en su retaguardia, puede retirarse arrastrándolos con él. Planteo lo único que se me ocurre:

 - "Si el encuentro comienza cerca del agua, alguien deberá hacer de cebo hasta que la criatura se aleje lo suficiente del agua para que sea seguro rodearla. Yo me ofrezco a hacerlo, pues siempre ha sido mi intención estar en primera fila y me esforzaré porque Carakginius no sea capaz de alcanzarme."

Mi fuerte es evitar los golpes y, si me dedico a ello, podría perfectamente ir esquivándolo hasta que se aleje del agua persiguiéndome, por lo menos lo suficiente para que no tenga camino de huida de vuelta al agua, cosa que queremos evitar a toda costa y que de seguro intentará si lo dañamos lo suficiente.

El general Spyridon había permanecido en silencio, observando la Luna buscando algún tipo de inspiración divina, pero parecía que ésta no llegaba. Había escuchado a sus compañeros de viaje mientras exponían diversas estrategias para enfrentarse al peligroso Carakginius, en ese aspecto la información revelada por Anatolius gracias a Mentor era fundamental.

- Lo que ha dicho Anatoluis es fundamental, ya tenemos ahí un punto débil del enemigo. Cualquier debilidad por pequeña que sea puede ser la diferencia entra la vida y la muerte. Coincido con Hypatia e Ischyros en que debemos evitar la lucha en el agua al igual que, como bien dice Talios, esta bestia debe tener algo que la hace especialmente peligrosa aparte de su poder físico, debemos prepararnos para cualquier eventualidad.

- La idea de Lykaios, además, me parece muy sensata. Hay que dividir nuestros roles en función de nuestra capacidad de aguantar a la bestia cuerpo a cuerpo y poder hacer daño a distancia.

- Si la bestia entra en el agua, los combatientes cuerpo a cuerpo deberán retirarse de la zona de ventaja de la bestia y aprovechar para recuperarse lo que puedan, curándose o aplicando las habilidades que puedan. En ese momento de la batalla, todo aquel que pueda atacar a distancia debe mantener su ataque sobre la bestia.

- Fuera del agua, los combatientes cuerpo a cuerpo debemos enzarzarnos en combate evitando que la bestia regrese al mar, protegiendo a los que ataquen a distancia y a los que puedan curar.

- Y no nos cansemos en invocar a los dioses. Recordemos que la finalidad del combate, más allá de acabar con la bestia, es demostrar que tenemos el beneplácito de los mismos.

Spyridon ya había regresado con sus compañeros y seguía atentamente cualquier nueva idea que surgiera entre ellos.

Akintos sorbió el vino, todos se estaban animando a hablar, su mentor que había permanecido en silencio se sumó, al igual que Anatolius que parecía haberlo ignorado ahora traia información conseguida del sagrado buho.

- Gracias a la sabiduría del sagrado animal contamos con mucha más información - le sonrió complacido a Anatolius.

- Por lo que sabemos sobre lo que pasó y lo que nos dice Mentor, si no lo atrapamos en tierra, no lograremos vencer - respondió pensativo...

- Apoyo la idea de que seas señuelo... - le respondió a Ischyros, pues confiaba plenamente en sus capacidades, se hubiese ofrecido él mismo, pero esa situación requería mayor movilidad y la posición de hoplita no era lo más adecuado - ...atrae al monstruo con tu danza - remató con una sonrisa de complicidad.

- Una vez que lo atraes mmm... - terminó su vaso de vino - ...crreo que lo del movimiento lateral es importante, si tenemos su espalda hacia el mar, allí debería colocarse el Gigante de Atenas, no solamente para bloquear su intento de retroceso, sino tambien para hundirle su lanza hasta la entrañas - mencionó aquello hundiendo su índice en su porción de guisado, chapoteando en él como si de los intestinos del mismo centollo se tratasen - Al mismo tiempo, la primera línea deberá colocarse a los costados para entorpecer sus movimiento y no permitirle ponerse en una posición ventajosa -

Agarró un cuenco vacío de la mesa y comenzó a hacer un poco de espacio en la misma, moviendo algunos utensilios.

- Imaginen que este cuenco es nuestro centollo enemigo - lo volteó y sustuvo con su mano abierta - el borde la mesa es el mar - colocó una copa entre el cuento y el borde - la copa es Talios - tomó trozos de pan y los puso en ambos laterales - aquí estaría la primera línea, evitando que el bicho se mueva libre lateralmente. Creo que vamos a necesitar mucho poder físico y escudo allí, aunque Lykaios pueda pedir a Hera que lance meteoros, es bien capaz de aguantar con su escudo... uno menos al frente podría ser una diferencia a favor del centollo - respondió a la propuesta de Ischyros.

- Si lo podemos mantener atrapado así durante un tiempo, para que nuestras armas encuentren sus puntos débiles, acabremos con su vida. No será sencillo por lo mencionado por Ifianasa y Anatolius... - pensó un momento y sacudió el cuenco.
- Tendremos que dar todo en ello, los dioses están de nuestro lado. Quienes se queden a distancia no deben mantenerse muy juntos, pues no sabemos si es capaz de utilizar algún ataque a distancia -

Se le ocurre algo que quizá no sea factible, pero debe mencionarlo.

-¿E intentar darle la vuelta? Patas arriba poco podrá moverse o, al menos, durante el tiempo en que esté en esa posición dejará expuesto su vientre. Esa también podría ser una parte vulnerable. Aunque deberíamos ver como se puede conseguir tal cosa. ¿Quizá usando algún desnivel de la playa y fuerza bruta?

Mira a los que saben más que ella de esas cosas.

Lykaios y Talios iniciaron la discusión tras las amplias palabras de la sacerdotisa de Hera. La noche caía con plenitud sobre de ellos en la noche, mientras a lo lejos podía observarse el mar calmo, tal como si no existiese mal alguno en sus aguas, como si todo aquello fuese un lejano rumor o un cuento para asustar a los niños. Pero ellos sabían que allí estaba, descansando en las profundidades o en alguna cueva en los acantilados sobre los que se asentaba de cierto modo la ciudad de Asine.

Hypatia fue quien dejo por sentado algo que ya era para todos obvio, en el agua, el centollo tendría claramente la ventaja, y eso tendría que ser una parte importante de su estrategia.

Bajo la intervención de Ischyros, Ifianasa les recordó lo de su salida al amanecer, cuando los pescadores desembarcaban su mercancía, y que Atreo ya había pensado en eso y por ello había solicitado pescado como cebo. A su vez, la sacerdotisa hizo mención en algo mas importante aun, pues era posible que el centollo saliese del agua por si solo, pero, ¿como mantenerlo lejos de ella?

Las oportunas participaciones de Spyridon y su escudero Akintos pusieron sobre la mesa la que probablemente era ya la estrategia final, que si bien se podría pulir mucho más, dejaba ya en claro un plan para la batalla.

Por un lado habría que sacarlo del agua, para lo que habrían de participar los peces que Atreo había conseguido y quizá el propio Ischyros, aunque no era claro el por que entre todos ellos, el centollo se lanzaría contra él. Por otro lado, una vez fuera del agua, Talios sería la barrera entre el y el agua. A su vez habría dos lineas de combate laterales para evitar que se desplazase con soltura mientras que otro grupo atacaba a la distancia. Y solo restaba esperar que el centollo no tuviese alguna capacidad con la que no hubiesen contado hasta ahora; aunque claro, aun no resolvían el tema de sus temibles tenazas.

Talios asintió a las nuevas novedades del plan, a la vez que escuchaba atentamente todo lo que añadía su hermano gracias a su inteligente ave. Así pues respondiendo a su compañero dijo:

-No te preocupes hermano, no pienso ir a la batalla sin ti -expuso con una sonrisa fraternal a la vez que ponía una mano sobre el hombro de Anatolius para tranquilizarlo- en cuanto a mi posición en la batalla, me colocaré donde decís, pero aunque soy corpulento no sé si podré resistir mucho la posición, pero tened por seguro que si veo algún punto débil pienso aprovecharlo al máximo; no obstante lo que sí veo complicado es conseguir llegar a tiempo a su espalda en caso de que salga hacia el cebo de Atreo, pues puede que me vea y el sigilo no es mi fuerte -dijo con una media sonrisa manteniendo el humor incluso en una situación como esa- puedo intentar llegar a su espalda por el mar, soy buen nadador y puedo aguantar bastante la respiración pero sería arriesgado... -añadió por si a alguno se le ocurría alguna idea mejor- por último, hay algo que no hemos tenido en cuenta, ¿alguien sabe cómo estará la marea por la mañana? si está subiendo y el combate se alarga puede ser letal para nosotros... -concluyó finalmente por si había algún entendido en navegación.

Tras exponer lo dicho, se quedó esperando a los demás por si decían algo de relevancia y se acostaría de inmediato, pues necesitaba descansar decentemente ante semejante tarea...

Ébalo seguía la conversación con interés, con todo el interés que puede demostrar este impulsivo guerrero, para él la guerra es algo con lo que ha nacido, interminables discusiones en todas las comidas, apasionados debates tácticos frente a toda clase de enemigos. Así que su atención iba y venía. Miraba a Talios, el cual dice cosas interesantes, pero alternaba con miradas por la ventana y el azul del cielo, pensando en una canción. Luego habla Hypatia a la que pone toda su atención intentando en vano que la mirada no se le vaya a sus piernas, que encogidas en su postura de sentada enseñaba un poco de pálida piel. De Hypatia no escuchó casi nada de lo que decía, pero sería algo sensato como siempre hacía esta joven amazona.

Luego hablaron más, pero Ébalo estaba enfrascado en una investigación por medio de sutiles movimientos y cambios de postura, para adivinar cuál de las dos tenía los pechos más grandes, pero con tanto pliegue y grosor era muy difícil. Al final opta por...

-Cruel destino que siempre teje grueso y nunca fino- se queja amargamente mientras se arrastra por la habitación como alma en pena, buscando un sitio para dormir cerca de la ventana, aunque ya se lo ha pedido anatolius y su búho, así que como un perro apaleado se deja caer en cualquier sitio al azar cerca de Hypatia.

Mañana una playa será testigo de una gloriosa victoria o una gloriosa derrota. Pero gloriosa al fin y al cabo. Escucha las últimas tácticas antes que se vayan a dormir y ver lo que pasa mañana. No sabe si con tanta emoción podrá dormir, pero a los cinco minutos está roncando, con los brazos y piernas abiertos.

Entre unos y otros habíamos realizado un esbozo del campo de batalla, algunas de las capacidades del centollo y sus posibles puntos débiles. Pero aun así hasta que no estuviéramos en el terreno, enfrentándonos cara a cara a Carakginius todos nuestros planes no eran mas que simples conjeturas. Spyridon y Akintos habían propuesto un plan, pero este solo funcionaría si dejábamos aun lado las ansias de gloria personales y pensábamos en el grupo que conformábamos .... muchas cosas podían salir mal.

Busco un lugar donde descansar, esta noche sería larga para algunos y muy corta para otros. Al amanecer veríamos si el rey de esta ciudad mantenía su palabra o nos dejaba a merced del centollo sin ningún tipo de arma.

Spyridon habla y concreta algunos temas, lo que es importante en este momento. Akintos comienza a hablar y me río cuando menciona que mi forma de luchar es como una danza. Ya lo había mencionado y es divertido. Se pone a mostrar en la mesa lo que sería el campo de batalla y me parece perfecto lo que dice. Entonces habla mi hermana, a lo que le respondo:

 - "Suena a algo que sería genial de conseguir pero no sé como podríamos lograrlo. Quizás es simplemente más fácil acabar con sus patas para que no pueda moverse."

Es el turno de Talios de hablar y le respondo lo que opino:

 - "Puedes ser el más duro de los hombres, gigante Talios, pero entrar en el mar con esa bestia cerca sería un suicidio. Nada le impediría volver a entrar en el agua solo para matarte antes de continuar el combate."

Pienso en la forma de conseguir lo que dice mi hermano Akintos y le respondo lo que creo que podemos hacer:

 - "Pienso que una buena opción para alejarlo del agua es que yo esté solo junto al pescado. Cuando Carakginius llegue atraído por el olor, lo atacaré y comenzaré a retroceder hasta donde esté el resto de los combatientes cuerpo a cuerpo, momento en que lo rodearemos. El secreto estará en dejar suficientes metros entre el pescado y el agua, luego entre el pescado y el resto de los luchadores. La bestia me seguirá pues seré el único que la ataque y esté ahí, hasta que caiga en la trampa."

Lo único complejo sería el caso de que la criatura me ignore completamente y luego del pescado huya al mar. En ese caso supongo que tendremos que cambiar a una estrategia más frontal pero dudo mucho que una criatura que ha sido capaz de matar a tantos guerreros sea de las que huyan. De seguro no podrá resistirse de perseguir a alguien que esquiva sus embates.

Pero es hora de ir a dormir y, luego de bostezar, me despido de los presentes y me acomodo para dormir. Mañana podría ser nuestro último día y quiero enfrentarlos en mis mejores condiciones.

Akintos asintió ante las palabras de Ischyros, la propuesta para atraer al monstruo parecía razonable partiendo del conocimiento que tenían.

- Ni hablar - negó con la cabeza ante el comentario de Talios - Necesitamos tu fuerza colosal para vencer, en el agua serás simplemente una presa fácil - comentó y palmeó el abultado hombro del ateniense.

Luego del comentario de Ischyros respecto a lo de voltear al enemigo, Akintos miró a Hypatia con intriga - Si tuviesemos un terreno dónde hacerlo desbarrancar y suficiente tiempo parar preparar una trampa... - suspiró -...una playa junto a un acantilado no es propicio sin mucho tiempo del cual no disponemos, así como tampoco las herramientas ni los hombres necesarios... - se encogió de hombros.

- Finalmente dependeremos de la voluntad de los dioses y de la fortuna para que nuestra estrategia funcione y podamos vencer... si el Olimpo así lo quiere, tendremos la oprotunidad de volvtearlo o incluso de extermianrlo antes - reflexionó, cambiando de posición.

- Creo que es fundamental que aquellos destinados a atacar desde lejos esperen a que tengamos al centollo en una posición que nos convenga y posiblemente trabado por la línea de combatientes. Cualquier cosa que lo asuste y los haga volver al mar nos perjudicará. Asimismo, quienes pueden invocar meteoros divinos, por favor eviten afectar a quienes estaremos cuerpo a cuerpo  - terminó, esperando que alguien comentase algo más... era lo mejor que podían hacer por el momento y los rostros mostraban cansancio y sueño. Necesitarían dormir, recuperar fuerzas todo lo que pudiesen y prepararse para lo que enfrentarían mañana.

-Como dicen los demás, no sería recomendable que ni Talios ni nadie entraran en el agua. No sabemos como de rápido se mueve ese ser y cuanto tardaría en coger a alguien y llevárselo al agua, por eso y como se ha dicho antes, yo apoyo la idea de intentar atacarle a las patas en busca de inmovilizarlo, pues supongo que será más fácil que las pinzas. Lo de intentar evitar a nuestros aliados es algo obvio, pero es mejor avisarlo. Creo que lo mejor que podemos hacer es avisar cuando vayamos a rezar por algún tipo de ayuda que pueda dañar a nuestros compañeros.

No le gustaba hacer plantes sin tener idea de a lo que se enfrentaban ya que ninguno de ese grupo lo había visto y tenían que basarse en lo que decían otros. Y eso no le gustaba a Lykaios, aunque era mejor que una emboscada por unos bandidos.

-Yo me iré a descansar ya, tenemos que estar frescos ya que no sabemos cuanto durará esa batalla.

Aunque el general Spyridon aun no seguía considerando lo comentado por todos y aun no tomaba una decisión final, el plan ya se tornaba un tanto claro. Aunque para Ifianasa había cosas que no eran simples, como suponer que el centollo habría de perseguir si o si a Ischyros.

Incluso había situaciones que le preocupan y que no habían previsto, como el hecho de que pasaría si alguno de ellos era arrastrado hacia las aguas, o si el centollo lograba pasar por sobre Ischyros y Akintos. O bien si alguno de ellos quedaba presa de sus tenazas.

Y eso era lo poco que lograba a imaginar, seguramente habría muchas situaciones en las que no había pensado y que podrían costarles la vida. De cualquier forma había que hacer como algunos decían, encomendarse a los dioses y orar por que estos guiasen sus pasos la mañana siguiente.

Ya la mayoría se iba acomodando para descansar, conscientes de que cada hora de descanso sería invaluable. Ya solo pocos mantenían firme la discusión y solo espera de algún nuevo apunte o a que Spyridon diera el visto bueno y final a su plan.

Tras escuchar a todos lo miembros del grupo, el general pensó que quizás el plan podría ser efectivo si usan correctamente las doce piezas con las que cuentan. Comentó con sus compañeros lo que había estando pensando:

- Lo primero es la etapa de señuelo, de la que considera que el pescado es la mejor opción, colocando allí detrás escondidos a los que vayan a luchar al frente y que servirán con cebos y ataques durante la batalla. Y en ese momento deberían todos ocupar sus posiciones. Aunque la posibilidad de tender algún tipo de trampa o preparar el terreno podría ser muy útil.

- Dado que Anatolius, Atreo, Hypatia e Ifianasa no pueden luchar cuerpo a cuerpo, solo ellos deberían atacar desde la distancia, tentativamente dispersos para no volverse un blanco vulnerable. Por tanto, Dareios y Lykaios deberían lucha cuerpo a cuerpo, en las líneas que cubran los flancos, quizá apoyados por Ebalo y por el general Theron pues son de los mas versátiles. En la retaguardia considero que Talios no debería estar solo y que yo mismo puedo aprovechar la ubicación para contemplar toda la batalla y para hacer el mayor daño posible. Finalmente considero obvio que tanto Akintos como Ischyros son los que daban ir al frente por sus altas capacidades defensivas en batalla.

- Al día siguiente convendría estar pronto para intentar algún tipo de trampa.

Parece que todo ya está encarrilado y el general Spyridon ha tomado una decisión en cuanto a la estrategia a seguir. Ha perfilado todo lo comentado por el grupo. Poco más hay que añadir así que solo queda buscar un lugar cómodo para dormir y descansar. Se sienta en su lugar.

-Todo depende de cuan temprano los hombres del rey Karsten vengan a buscarnos. No depende de nosotros mismos poder llegar para preparar una trampa. Aunque sería lo ideal. Por el momento, deberíamos descansar para poder estar en plenas condiciones mañana.

Se acuesta para intentar dormir.