Partida Rol por web

Ryo se acerco a una de las sombras que ofrecía la oscura torre y empezo a desaparecer delante de los demas oculta como estaba por las sombras que reinaban. -Guardad silencio si quereis no ser vistos, o salgamos y plantemos cara.- Dijo en un susurro

El peligro es inminente y pese a que Akden es consciente de su poder, también sabe que no es inagotable y el numero de enemigos es demasiado para ellos, su experiencia impide que el miedo se apodere de él, la muerte no s algo a lo que le tema, incluso en cierto sentido quiere encontrar su paz. No!, debo ayudar a a mis compañeros, he hecho juramento de proteger a quien lo merece y estos aventureros han probado ser mas que simples busca pleitos.. Sin embargo al ver que Akin se escabulle entre los escombros comprende que ya tiene una idea de lo que han de hacer, por lo que decide esperar sus instrucciones.

Al ver que no hay posibilidades de ir hacia abajo Dominic se da cuenta de que sólo pueden ir contra el ejercito orco. Observa como el mediano desaparece entre los escombros.

Será mejor no dejarle que vaya sólo por si acaso. Además cuatro ojos ven más que dos.

El cuchillo del alma se adentra entre el polvo y las ruinas y se pierde de la vista del grupo.

Los orcos empezaban a advertirse entre ellos, a gritarse sobre el enorme dragón traslucido que había surgido aparentemente desde el mismísimo centro de la tierra.
Se empezaban a organizar.
En el cielo, en el horizonte, uno de los más rezagados y enormes dragones negros, daba la vuelta regresando a investigar el motivo de que los orcos se revolucionaran.

Algunos gritaban.
Aquí hay humanos vivos!!!

Otro con un porte mucho más recto que aquel que gritaba rugió.
¡Ríndanse basura humana!!

En general no se los veía como a orcos comunes, ustedes sabían distinguir a un guerrero cuando lo veían y estos así lo eran, armaduras, buenas armas, equipo necesario. Ya sólo con ver los movimientos se daban cuenta que no eran de esos orcos que podían encontrarse en una torre abandonada en el bosque. Estos eran guerrero de un ejército.

Akin siguió buscando, desesperado, una ruta de huida para sus compañeros, buscando algún hueco entre los cascotes que permitiese irse hacia el fondo o alguna ruta, mucho más improbable, entre los orcos.

 Chicos si os parece bién,os puedo teleportar a otra de las torres,exactamente a la última que estuvimos*¿estáis de acuerdo?,si es así acercaros a mi...

DIgo un tanto impaciente por escapar del lugar en el que nos encontramos.

Akin sabe que no tienen ruta de huída alguna, por lo que ante la menor posibilidad de salir de ese hormiguero, no duda en ir junto a su compañero.

El clérigo ya se encuentra en plena meditación y con la maza en la mano, en preparación a lo que se les viene encima, cuando uno de sus compañeros hace una propuesta increíble. Pero es que entonces eso es posible?!!! Pregunta sorprendido el clérigo. Entonces no se hable mas, cualquier lugar es mejor que este nido de orcos... De inmediato Akden se acerca a su compañero, listo para ser parte de aquel prodigio.

Todos llegan en el momento exacto en el que Fendoriel se dispone a lanzar el conjuro.
En ese momento y por un parpadeo una puerta traslúcida aparece de la nada, momento en que todos son arrastradas por el Maestro de Espadas tras ella.
Los orcos miran desorientados y una saeta de una ballesta impacta en el lugar donde habían estado.

El rápido conjuro de Fendoriel los sitúa en la base de la escalera, debajo de ustedes esta desciende de la misma manera que lo hacía en la otra torre.
Por el momento la derruidas paredes parecen servir para ocultarlos pero sólo de momento ya que hay varios agujeros en las mismas y orcos por todos lados.
Afortunadamente están centrando la atención en donde estaban anteriormente.

 No nos queda otra,debemos bajar.Nuestro destiño está sellado.A fuera,nuestras posibilidades de huir son,nefastas...

Susurro a mis compañeros,mientras intento esconderme.

Además,creo que vi a uno de esos dragones  negros,volver hacia la otra torre,en cuanto comuniquen los orcos,sobre que desaparecimos,no dudarán,los conjuradores más sabios e inteligentes,en rodear la zona,con lo que,a pesar del riesgo,creo que he elegido el destino más adecuado.

COmienzo a descender por las escaleras.

Bajemos,si tenemos algún problema,siempre os podré teleportar...

Logran ver, segundos antes de ser transportados por Fendoriel, al enorme dragon negro que regresa hacia la torre alertado por los orcos. Montado sobre él, un humano calvo sostiene con una mano las largas riendas con las cuales guia al lagarto, mientras en la otra mano mantiene en alto una larga lanza que termina en una especie de cuchilla*.