Partida Rol por web

Escuchando la alarma de Madre en su camarote Wilson siguió el procedimiento de colisión estándar. Para evitar salir disparado en cualquier dirección se amarró al arnés de seguridad de su cama y esperó el impacto¹.

¿Qué demonios? - pensó Miller. ¿De donde coño había salido esa nave de pronto?

Rápidamente ajustó las cinchas del sillón de la sala de mando, y adoptó la postura de seguridad.

Espero que Davis nos saque de esta - su confianza en la piloto, era total. - Venga chica, venga - se repetía como un mantra mientras esperaba la inevitable colisión.

Los ojos de Leah se abrieron de par en par en el siguiente segundo del aviso. Se abrochó el cinturón, invirtiendo sus primeros segundos en ello. En la academia lo primero que te enseñan es que si el piloto no está asegurado cuando haga su primer giro volará... y nadie quiere un piloto volando por la nave mientras esta va a la deriva.

Accionó los gatillos que habilitaban los propulsores de los laterales de la nave y habilitó el interfaz de emergencia, que cargaba en la pantalla una buena cantidad de información sobreexpuesta sobre lo que se veía por el cristal del puente. 

Un giro rápido a la derecha hizo que la nave se inclinara 45 grados, y la primera sonrisa se dibujó en el rostro de la piloto. Estaba disfrutando. Un par de giros a todo lo que los propulsores daban hicieron que se aplicaran varias "G" por encima de lo que la tripulación podría estar habituada. 

Cuando la alarma cesó, Leah respiró un segundo y estabilizó la nave. Había comenzado a sudar. Al comprobar que estaban fuera de peligro, lanzó un escaneo hacia la nave para poder identificarla lo antes posible. Posicionó la Montero lo suficientemente cerca como para poder reaccionar en caso de que la nave decidiera hacer algún movimiento raro o brusco, y se mantuvo en la silla. 

- Todo en orden en el puente - Dijo por los altavoces mientras volvía a suspirar, esperando que el ordenador mostrara la información solicitada...

Con gran destreza y reflejos, Leah consiguió evitar la colisión y estabilizar la Montero aunque se escucharon ruidos de objetos caer y un chirrido a modo de grito agónico proveniente de la bodega de carga. La nava fantasma pasó a pocos metros de distancia, los daños podrían haber sido serios de haber impactado ya que era más grande que la Montero.

Las sirenas se apagaron y Madre silenció su alerta, todo volvía a estar como hacía treinta segundos.

Lyron asomó una mano temblorosa sobre una mesa y se apoyó de ella con cuidado mientras que se levantaba del suelo. Tenía tanto la camisa como el cuello llenos de pasta de tomate y fideos. Además de un chichón que le crecía en algún lugar debajo de su cabello. Se había llevado un buen golpe que no se esperaba tras los bruscos movimientos que había realizado la nave.

—¡Que te den, Leah! ¡Casi me matas! —respondió, vengativo, ante la voz de la piloto que obviamente no podría escucharlo—. Pero que desastre se ha hecho aquí, joder...

Se apresuró, incómodo por tener la ropa manchada de lo que vendría a ser su comida en mucho, mucho tiempo y tomó una fregona de una taquilla que se hallaba en la misma estancia. Se tardó unos minutos limpiando el desastre provocado y comiéndose lo poco que había quedado de su comida a regañadientes. Luego de eso se lavó el cuello y se fue a cambiar la camisa en su casillero. Maldiciendo en el camino. Mientras que se acomodaba el cambio de ropa una bofetada de información golpeó su rostro a toda velocidad.

¡Los tanques de helio! ¡Tal vez se habrían movido con la tremenda sacudida! Se maldijo a si mismo por haber ignorado el siseante aullido proveniente de la bodega.

Salió corriendo mientras que luchaba tanto con la camisa como con la chaqueta. Chocándose con una pared y trastabillando en el camino en dirección a los almacenes de la nave.

Keyla se encontraba ya en la zona de higiene, apunto de quitarse la ropa para darse una ducha, cuando de pronto las sirenas comenzaron a sonar alertando de una colisión cercana. Por un instante miró a su alrededor y se agarró a lo primero que tuvo a mano, rodeando con su brazo una de las vigas de metal para mantener el equilibrio mientras sentía el brusco giro que la piloto practicaba para esquivar lo que hubiera ahí fuera. Cuando terminó, cayó al suelo de rodillas con el corazón a mil por hora, preguntándose qué había pasado y por qué no lo habían visto antes. Así que decidió dejar la ducha para después.

Se volvió a abrochar los botones de la camisa que ya se había desabrochado y se dirigió a la parte central de la nave, en la cocina, donde se encontraba el ordenador más próximo. Puede que Davis hubiese conseguido evitar el impacto, pero algo podía haberse dañado con el brusco giro. 

- ¿Qué coño ha pasado, Davis? - preguntó a través del intercomunicador, mientras tecleaba su usuario y contraseña en el terminal para ver si todo seguía en orden.

Maldijo por lo bajo un instante, mientras se llevaba la mano a la cabeza y volvía a colocarse la gorra bien sobre la cabeza, sin despegar la vista de la pantalla de letras verdes que había frente a ella.

La fuerte sacudida zarandeó a Miller en el sillón de la sala de control, haciendo que se le clavasen los tirantes del cinturón de seguridad en el pecho. Cuando finalmente la nave se detuvo, maldijo entre dientes su suerte. ¿Qué coño estaba pasando? Primero la llamada de socorro, ahora la nave salía de ninguna parte en ruta de colisión... menos mal que Davis era la mejor piloto con la que había trabajado, y había podido evitar el desastre.

- ¿Estáis todos bien? - gritó por en intercomunicador. - ¿Cómo estamos? ¿Hemos sufrido daños?

Mientras esperaba respuestas, trató de averiguar más cosas sobre la enrome nave contra la que casi se aplastan.

- Madre, ¿qué sabemos de esta nave? ¿Puedes comunicar con ellos?

Cham llegó a la bodega de carga en un santiamén y respiró algo aliviado, ninguno de los contenedores se había roto pero los broches del cierre de uno de los que estaban en lo alto se habían soltado y el tanque se había desplazado quedando un un equilibrio precario...más maniobras como aquellas y comprobarían la resistencia del contenedor. Era demasiado pesado y estaba en una situación que no podría recolocarlo solo.

Rye pidió a Madre un análisis completo de la nave y esperó el desesperante minuto que tardó la consola en ir mostrando los resultados:

> INTEGRIDAD DEL CASCO.......OK

> PRESIÓN DE LA NAVE.....OK

> SOPORTE VITAL......OK

> MOTOR FTL.....OK

> MOTOR SUBLUMÍNICO.....OK

> NÚCLEO DEL REACTOR.....OK

> .....

La Montero había escapado ilesa de la maniobra y Rye respiró aliviada.

Mirando hacia lo que acababan de esquivar, Leah se dio cuenta de que era una nave de diseño humano; parecía que flotaba a la deriva con todos los sistemas apagados ¿Podía ser la que emitía la señal de socorro?

Los altavoces se activaron tras la petición de Miller y la voz de Madre sonó por  toda la nave.

> LA NAVE FANTASMA ES EL ORIGEN DE LA LLAMADA DE SOCORRO.

> MOTORES COMPLETAMENTE APAGADOS, VIAJANDO A LA DERIVA A UNA VELOCIDAD INERCIAL DE 0,4 VECES LA VELOCIDAD DE LA LUZ.

Leah encendió el foco exterior de la Montero y lo dirigió hacia la mole que acaban de dejar atrás; la silueta que se reveló parecía sacada de los libros de historia. Antes ellos estaba la USCSS Cronus, una nave espacial de clase Heliades SEV M3 de Weyland.

—¿Pero qué demonios es eso? ¿De dónde ha salido? Madre ¿tienes información sobre esa nave? ¿Podemos comunicarnos con ella?

Wilson había acudido a la sala de control en cuanto la USS Montero se había estabilizado lo suficiente como para no jugarse el cuello por los pasillos.

—Presente y de una pieza comandante.— informó al entrar sin dejar de mirar asombrado por los paneles la nave recién aparecida —¿Como está la carga Lyron?

Esperaba que no tuvieran que notificar a la Compañía ninguna pérdida. Después de todo había sido una orden de arriba la que los había metido en aquel riesgo, pero sabía que a la Weyland se la soplarían las disculpas.

La mirada nerviosa en el rostro de Lyron recorría la estancia a toda velocidad. Cuando se dio cuenta del pesado problema que tenían encima, se acercó al intercomunicador local y empezó a hablar a través de él.

—Todo en orden por aquí, pero las correas de uno de los tanques se han soltado y no puedo devolverlo a su lugar sin ayuda. Otra exhibición de vuelo como esa y sentiremos otro estruendo que lamentaremos más. ¿A alguien le importaría venir y ayudarme con esto?

Se pasó una mano por el cabello mientras que ideaba una forma de devolver el tanque a su sitio, o al menos ir adelantando el trabajo por su cuenta. Empezaría buscando unas escaleras para poder empezar a empujar el pesado contenedor.

Si que había estado cerca. Si el helio hubiese explotado... era mejor no pensar en eso.

- Rye, Wilson, ¿podéis ayudar a Cham? Voy a ver si podemos comunicarnos con esa chatarra - dijo girándose para ver la cara de Wilson al oír cómo le pedía ayuda. No pensaba que fuese a implicarse demasiado en solucionar el problema pero, ¡eh!, lo mismo le sorprendía.

- Davis, péganos a su lado, al alcance de la pasarela y fija el rumbo, ¿vale? Y bien hecho, en serio. Hoy nos has salvado el culo a todos.

—Claro jefa, allá voy.

Miler siempre intentaba recordarle que en la nave él sólo era 'el chico de la Compañía' e intentaba provocarle con trabajos que distaban mucho de ser administrativos. Pero si algo había aprendido en las oficinas de Weyland es que no es buena idea tocarle las narices a quienes tienen poder por encima de ti. Eso y que una explosión descontrolada de Helio no era para nada divertida.

Así que se encaminó por el pasillo hacia el almacén para echarle un cable, nunca mejor dicho, a Lyon.

Tras comprobar la terminal Madre entregó un análisis del estado de los sistemas de la nave y por fortuna todo parecía estar bien. Así que Keyla se dispuso a informar del estado a sus compañeros cuando Lyron reportó el problema que había encontrado en la carga que transportaban. 

- El análisis de estado de la nave es correcto, Miller, ningún problema - dijo a través del intercomunicador desde la misma cocina - Voy al almacén para ayudar a Cham.

Puede que Miller y Keyla no fuesen las mejores amigas, pero cuando sus órdenes eran claras la técnico casi siempre obedecía sin poner ninguna pega. Así que comenzó a correr nada más soltó el botón de aquel intercomunicador, directa al almacén donde se encontraban sus compañeros para echar una mano en lo que pudiera.

- ¿Sabes que no he tenido tiempo ni de darme una ducha verdad? - Le dijo Leah a Vanessa una vez se quedaron solas en el puente. Sonrío; desde el principio le había caído bien Vanessa; era una buena jefa y una buena compañera; y eso no se puede decir de la mayoría de los idiotas con los que había trabajado.

- Es broma, probablemente lo estarás pasando tu peor que yo con mi olor - Guiñó un ojo y activó los propulsores, esta vez despacio, a velocidad controlada. Fue ha activar los altavoces para avisar, pero lo pensó mejor y no lo hizo. Iría despacio, tanto que ni se darían cuenta, así que mejor no poner a los demás más nervioso.

Comenzó la aproximación, y durante el lento proceso se dirigió a Vanessa.

- Jefa, si vamos a entrar me gustaría ir. Si logramos llegar al puente de la Cronus podría intentar descargar toda la información posible mientras examináis el resto de la nave. Puede que haya datos de navegación, saltos que haya dado, rutas... e incluso el motivo de porque sigue a la deriva después de tanto tiempo. - 

Cuando el proceso hubo finalizado la miró. 

- Por cierto, ¿No hay más información sobre que estamos buscando?

Miller se apoyó sobre la consola relajándose un poco. Estaba claro que lo último que querían todos era verse envueltos en este desastre. ¿Qué mierdas podría haber pasado ahí dentro para que no hubiese señal alguna y fuesen a la deriva? Lo cierto es que en momentos como este se alegraba de contar con una tripulación protestona, pero competente.

- Créeme Davis, el olor es la última de mis preocupaciones. Lo cierto es que no tengo ni puta idea de qué coño hacemos aquí, y que no haya respuesta de ese pecio me pone más nerviosa todavía. Vamos a intentar averiguar qué les pasó y si hay algún superviviente o la carga merece la pena, trataremos de rentabilizar este desastre. Por lo demás... me parece genial que saques a ese trasto toda la información que puedas, seguro que eso nos ayuda.

Lo cierto es que se sentía cómoda con Davis. Era una gran piloto, y parecía ser la única que no protestaba demasiado cuando daba instrucciones. Al menos, esa era su impresión.

- Voy a ver si la carga está estable. Solo nos faltaría que el Helio saltase por los aires. ¿Puedes dejar programada una ruta de escape rápida? Ya sabes, solo... por si acaso. Voy a reunir al equipo y decidiremos cómo hacemos esto. Gracias por todo, Davis, de verdad. Eres una crack a los mandos.

Y con una sonrisa hacia la piloto, se dirigió a la bodega, para echar una mano al resto de la tripulación.

Mientras los otros venían se encaramó por los arneses de sujeción de los taques para ver el estado del que se había soltado; por suerte los cierres del extremo que sobresalía no se habían roto. Bastaba conque utilizara el Power Loader* para recolocar la carga mientras Rye aseguraba los cierres. Wilson podía sujetar la escalera a Rye para hacer algo útil.

Convencido de que era la mejor opción se introdujo en el exoesqueelto y comenzó a calentarlo, llevaba sin usarse desde que cargaran el Helio antes de partir.

Conforme Davis comienza a maniobrar los altavoces de la Montero se activan:

> OPERACIÓN DE RESCATE OBLIGATORIA DE ACUERDO CON LAS NORMAS DE LA COMPAÑÍA

> ÓRDENES DE PRIORIDAD

>>>>RECUPERAR LOS DATOS CIENTÍFICOS Y LAS MUESTRAS DE LA USCSS CRONUS

>>>> ESCOLTAR A SALVO A LA USCSS CRONUS HASTA ANCHORHEAD O CUALQUIER OTRA INSTALACIÓN WEYLAND-YUTANI

>>>> SALVAR A LOS MIEMBROS DE LA TRIPULACIÓN DE LA USCSS CRONUS

> CUALQUIER ACCIÓN QUE COMPROMETA LAS ORDENES SUPONDRÁ LA CANCELACIÓN DE LOS BENEFICIOS POR LA CARGA ACTUAL

> LOS PLANOS DE LA USCSS CRONUS ESTÁN DISPONIBLES

Ya fuera con un pasea espacial o extendiendo la pasarela para conectar ambas naves, cualquier intento de abordaje de la Cronus requería colocar la Montero en paralelo e igualar velocidades, una maniobra delicada que podía provocar una colisión si no se hacía con cuidado.