Partida Rol por web

Vanessa no lo dudó, agarró a su compañera de parte de su cuerpo que tenía fuera y tiró con todas sus fuerzas para intentar sacarla de ahí.

Cuando Miller se aproximó corriendo a su compañera para tirar de ella, notó que algo tiraba con fuerza hacia abajo mientras gruñía como una bestia salvaje. Pero cuando sus ojos se fijaron en lo que había más abajo, pudo ver un rostro desfigurado, deforme, como si a una cabeza normal la hubieran estirado de manera antinatural, unos ojos cuya pupila era toda negra y una babeante boca a la que parecían faltarle algunos dientes, pero otros eran más puntiagudos. Los brazos anormalmente largos se aferraban a las piernas de Rye que apenas podía moverlas. Pero lo peor fue reconocer que alguna vez, aquella criatura había sido la soldado Valerie Reid

Sin embargo, no tenía tiempo de pensar como había podido ocurrir esto. La capitana tiró con fuerza de su compañera y a pesar de la potencia de aquel ser, la ingeniera comenzó a ascender y a salir de la esclusa. Sin embargo, la criatura no se soltaba, lo que provocó que Vanessa y Kayla cayeran al suelo, donde la capitana seguía tirando con fuerza agarrando a Rye de los hombros.

La cabeza y los brazos amorfos sobresalían ahora de la abertura mientras intentaban buscar un buen apoyo para tirar de la ingeniera hacia el fondo otra vez.

Al ser elevada y arrastrada fuera de la escalerilla, cayendo en el segundo piso, Kayla pensó que se había zafado de la criatura, aún sabiendo que posiblemente seguiría trepando por la escalerilla, pero notó aquella garra aún enganchada a su tobillo, como si esperase un billete gratuito hasta la estancia donde la capitana esperaba sin saber lo que se encontraba Rye. Parecía pretender tirra de ella a las profundidades de la tumba en que se había convertido el nivel inferior en la cabeza de la currito, y no, esta no estaba dispuesta a volver allí, como un ratón en la zarpa de un gato deseoso de continuar con la tortura de aquella cosa temblorosa y gimiente. Su mano volvió a aferrarse al arma, que agarraba como si de un amuleto se tratase y se giró hacia aquel horror, quitando el seguro y forzando el gatillo con las pocas fuerzas que le quedaban.

Las garras de aquel ser se estaban clavando en su pierna que ya mostraba varios desgarros. Su mirada cargada de furia parecía querer buscar su carne. Entonces Kayla sacó el arma y disparó. El arma estalló en un sonoro disparo y la bala impactó en el hombro de Valerie que lanzó un rugido desgarrador por el dolor que le había provocado el arma.

La presa sobre la pierna de Rye cesó cuando esta dejó de agarrarla y al no tener punto de apoyo, se precipitó por la escalera, hundiéndose en la oscuridad del la cubierta C. Un sonoro golpe y un grito gutural anunciaron que finalmente había dado con su cuerpo en el suelo.

Pero la calma les duró poco, porque Reid comenzó a gritar y pudieron oír como se estaba poniendo en pie y enseguida escucharon los metálicos golpes contra las escaleras. Estaba volviendo a subir.

El disparo de su compañera fue certero, y la criatura se desplomó hacia el "suelo" con suma rapidez. Sin embargo, la bala no había terminado con él. Vanessa no lo duda: rápidamente se acerca al botón de la esclusa y lo pulsa para cerrar las compuertas. Acto seguido, mira a Kayla- dispara al botón- ordena.

No hizo falta que Miller lo dijese dos veces. Por primera vez desde que habían comenzado a trabajar en la Montero, Kayla pudo escuchar su voz de mando, aquella por la que supuestamente otros la llamaban capitana, pero que ella nunca había percibido. Las ansias volvieron a tirar de su brazo, cuya mano apuntó al cierre  y procedió a tirar del gatillo con violencia una vez más.

- AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!- No pudo contener un grito de desahogo y satisfacción al escuchar la detonación, que hizo que todo su brazo se agitase como un bloque de gelatina durante dos milésimas de segundo.

El tiempo parecía transcurrir a cámara lenta. Los gritos de Miller martilleaban en la cabeza de Kayla. los golpeteos metálicos de la criatura retumbaban lenta pero inexorablemente mientas esta ascendía. La luz del control de la puerta parpadeaba iluminando una pequeñísima zona de su verde característico. El brazo de Kayla se estiró, con el arma apuntando hacia adelante. un amorfo brazo apareció por la trampilla, un rugido triunfal, más gritos, un disparo. Y el tiempo se detuvo.

Por un instante, la bala quedó suspendida en el aire, el hedor que desprendía aquel ser lo impregnaba todo, los ojos de Miller se quedaron fijos en el horror que ascendía, la mente de Rye vislumbró mil formas en las que moriría si el disparo no era certero, sus gargantas se secaron y sus corazones dejaron de latir.

Entonces, como si el tiempo quisiera recuperar el tiempo perdido, se aceleró de golpe, la bala restalló contra el cuadro de mando que chisporroteó un segundo antes de que un sonoro pitido anunciara una avería en el sistema y la compuerta se cerrara de golpe. Un brazo blanquecino, deformado y ahora amputado dio varias vueltas en el aire antes de caer con fuerza haciendo un ruido metálico al golpear la compuerta recién cerrada. Al otro lado, se oyó el rugido más desgarrador que habían escuchado nunca. Habían cerrado el acceso y destrozado el cuadro de mando. Estaban a salvo.

PUM

La compuerta se combó ligeramente al recibir un fortísimo impacto desde el otro lado.

PUM, PUM

se combó un poco más. Parecía que cedería en cualquier momento.

PUM, PUM, PUM, PUM

Todo parecía haber llegado a su fin, la muerte misma parecía estar llamando a su puerta... y de pronto, los golpes cesaron y un silencio incómodo invadió el lugar. Permanecieron calladas e inmóviles unos segundos por temor de que el tiempo solo se hubiera vuelto a detener y fuera a ponerse en marcha en cualquier momento. Pero los golpes no se reanudaron, el silencio fue haciéndose más cálido al entender que la criatura había cesado su ataque. Ahora si, estaban a salvo.

Kayla no era capaz de creerse el que la hubiesen detenido, pero era cierto, como una voz que rondaba su cabeza acababa de susurrar, ahora había otra criatura rondando la nave, puede que herida, peor precisamente por ello más iracunda y peligrosa. Y puede que hubiese tenido la suerte del principiante de su lado, pero no quería volver a encontrarse con aquella criatura, cara a cara con una pequeña pistola que aun así le venía grande.

Ya no sabía ni qué hacer. Había cumplido con su misión más inmediata: poner aquella lata de sardinas fuera de peligro, en marcha, pero ahora la única misión era más apremiante y básica, sobrevivir. No sabía de quién fiarse y de quién no en aquella nave, más tras el primer accidente con aquella vacuna que no resultó ser tal, por ahora iba a continuar confiando en la mala conocida, debía de continuar con Miller, debían unirse al resto para tratar de ver si podían conformar algún plan con el que hacer frente e aquellas criaturas del diablo, más si podían continuar reproduciéndose. Si empleaban sus cuerpos como soporte para iniciar sus vidas, por desgracia eso es algo de lo que todavía les podían abastecer.

- De... Debemos juntarnos con el resto, no separarnos y armarnos para hacer cara a... A lo que  quiera que sea eso. Tarde o temprano volverá a por nosotros y solas no tenemos ninguna oportunidad.- Dijo a Miller.

Volvamos al centro de mando- concluye Vanessa- y ahí vemos cuales son nuestras opciones. En principio con las reparaciones ya hechas solo debemos preocuparnos de los habitantes que hay en la nave- lo que no era un tema menor.

Aliviadas, ambas mujeres se pusieron en pie y pusieron rumbo al puente de mando para reunirse con el resto. El silencio que las rodeaba casi parecía molesto, amenazador. Aunque la temperatura de la nave estaba estabilizada, no pudieron evitar que sus cuerpos se estremecieran sin motivo aparente. Si no fuera una locura, casi parecía que la CRONUS parecía molesta con su presencia.

Entonces, mientras pasaban por un cruce de caminos, un fuerte golpe resonó a su derecha lo que hizo que se pusieran en alerta y dispuestas a enfrentarse a lo que fuera. Fue cuando vieron una enorme silueta que a medida que la luz le envolvía, mostraba sus rasgos. Un pelo desaliñado, unas ropas algo quemadas y rasgadas, un brazo arrancado y el blanco fluido de un droide embadurnando el cuerpo y en el rostro de aquella figura, la confortable sonrisa de Cham.

- As-i que - Hablaba con si su sistema de voz estuviera dañado - esta-is aquí –

Y se desplomó en el suelo, aunque su rostro no cambió la expresión.

Por un momento Kayla se alegró de reconocer el rostro de Cham tras todo lo anterior, pero aquella sensación se volatilizó en el aire al reconocer el auténtico estado de aquel al que había considerado su mejor amigo en la Montero. Sintético o no había sido su mayor punto de apoyo cada vez que tenía ganas de meterse en una cápsula y dispararse de vuelta a la Tierra, como si fuese su Pepito Grillo particular, haciéndose eco de sus necesidades reales y su obligación de cumplir para poder costear los cuidados de Rory.

- ¡¡¡LYRON!!!- Se avalanzó hacia el cuerpo caído, tratando de ver cómo de dañado se encontraba. No tenía ni la más remota idea sobre medicina, ya fuese humana o artificial, pero que aquellos órganos simulasen los humanos podían ayudarle a hacerse una remota idea. - ¿Qué... Qué te ha pasado? - Ni tan siquiera sabía si estaba consciente o no, pero no podía hacer mucho más... Aun así se pudo en guardia ¿Seguía por ahí quien quiera que le hubiese hecho aquello? ¿OTRA CRIATURA? Su mano volvió a hacerse uno con la pistola, procurando afinar su oído mientras estudiaba el estado de su compañero.

Mientras su compañera intentaba ayudar al sintético, Vanessa mira nerviosa a su alrededor. 

Tenemos que movernos- dijo- aquí estamos demasiado expuestas. ¿Puede andar?- pregunta por Lyron. 

La ingeniera se agachó intentando ver si podía ayudar a su compañero de alguna forma. Aparte del brazo partido, parecía estar perdiendo líquido blanco desde la boca y desde el abdomen, aunque las heridas de esta zona estaban tapadas con su chaqueta. Comenzó a retirárselas para ver si era muy grave cuando su compañero se incorporó de golpe, tapándose nuevamente con la chaqueta.

Cham le dedicó una sonrisa que, aunque en otro momento podría haber sido cálida, viniendo de un droide herido, parecía ante todo siniestro. Tan siniestro como la herida que había podido ver en su abdomen. Solo había sido un segundo, pero podía reconocer que aquellos dos orificios por los que “sangraba” Cham, no eran de una criatura.

Parecían heridas de disparos.

Rye se agachó sobre su compañero y le comenzó a retirar la chaqueta para revisar sus heridas cuando Cham se incorporó de golpe y esbozó una sonrisa.

- Perdonad, he tenido un fallo crítico y he tenido que reiniciar varios sistemas. Ahora todo funciona como debe. ¿Rye estás bien? Tienes mala cara –

Y se puso en pie acercándose a su compañera. Miller les instó a moverse pues no quería quedarse desprotegida en medio de un pasillo.

- Claro, movámonos –

La voz era la de Cham, pero su cadencia, su tono, parecía mucho más neutro, menos… humano. Cierto era que Lyron era un androide pero incluso sabiéndolo, era bastante confuso ver a su compañero así.