Partida Rol por web

- Son mujeres. Todas asesinadas por el mismo hombre según lo que tenemos hasta ahora, salvo una de ellas. - Empujé la fotografía de Marie. - La recogió con su camión en la carretera, no era más que una niña... a las prostitutas, si las pagas, se dejan hacer cualquier cosa. Ella no lo era y se le fue la mano. Mills y su compañeron permitieron que los agentes que dejaron herido de muerte al sospechoso de la muerte de Marie así como de las otras tres mujeres, por no decir que las recogía por encargo para alguien, dejasen de hacerle el RCP antes de que llegasen los servicios sanitarios.

» No me importa si usa esos servicios o no. Aún usándolos, no le voy a procesar por eso, sino por asesinato y ocultación de pruebas, así como complicidad con su compañero Mills en todo esto. Él le cubre a usted, usted le tapa a él. ¿Vé que sencillo puede llegar a ser? - Me estaba cabreando y eso no era propio de mí. Iba a necesitar un descanso, porque al final le cogería por la pechera, con cámara grabando y abogado delante...

- Vamos a ver... - Intervino entonces el abogado. - Tenemos aquí varios asesinatos. - Comentó. - Pero sólo uno de ellos, quizás dos o tres, sitúan a mis defendidos en el lugar del crimen. ¿No es así? - Preguntó. - Según las historietas que han estado contando... - Resopló abrumado por todo lo que estaba sucediendo en aquella sala de interrogatorio. - El señor Gumshoe parece culpable de haber disparado a dos personas, una mujer y un vagabundo, estuvieran vivos... - Sonrió ligeramente. - ...o no... - Abrió los ojos de par en par. - Y luego está lo de la señorita... - Frunció el ceño. - ¿Cómo se llamaba, Hemingway? Sí, creo que sí... - Negó con la cabeza. - A ella la mató una entidad sobrenatural. Lo cual, evidentemente no se lo tragará ningún juzgado, pero ese es mi problema ahora. - Miró entonces a los dos agentes. - El caso es... - Asintió varias veces con la cabeza sin dejar de mirar a los agentes. - El caso es que ustedes pretenden relacionarlos con otras tres muertes, la de tres prostitutas. ¿Qué clase de pruebas tienen de que los seis crímenes tienen algún tipo de relación? Porqué hasta ahora... - Negó con el dedo índice. - De eso no hay prueba alguna... - Se abalanzó ligeramente sobre la mesa. - Y sí agentes, invoco el derecho de mi detenido a al acceso a las actuaciones policiales. - Finalmente se recostó sobre su silla con los brazos cruzados y mirada de superioridad.

Gumshoe escuchó a los agentes y finalmente se quedó sorprendido tras la actuación del abogado. Hasta ese momento no parecía haberle tenido muy en cuenta, pero tras su discurso le sacó una leve sonrisa.

- En algo tiene razón el señor Rice, y es en que no tienen la más mínima prueba que relacione ambos casos, salvo su intuición policial. - Dijo Artie. - ¿Me equivoco? - Preguntó. - Y saben que la "intuición policial", difícilmente será aceptada como prueba. 

Artie guardó silencio unos momentos. Tenía muchas cosas a las que responder. Preguntas de los dos agentes de la OFI que habían sido interrumpidas por el tenaz abogado en cuanto creyó necesario intervenir de nuevo.

- Pero lo que no saben ustedes, es que estamos del mismo lado. Todos queremos que se resuelva el caso, aunque eso no vaya a gustarle a Mills y no vaya a convencer a nadie. A nadie del juzgado me refiero. - Añadió. Miró entonces a Jones. - Me ha parecido entender, agente Jones, que sugiere que el agente Mills está involucrado en las muertes de las prostitutas. Yo, sinceramente, no lo creo. - Afirmó de forma rotunda. - Lleva demasiado tiempo en este mundo como para cometer errores de ese tipo. Le aseguro que si hubiera sido él, difícilmente habrían encontrado a ninguna de ellas. - Entonces llegó el turno de Daeric. - En cuanto a lo que usted menciona, por lo que conozco a Mills... - Tomó aire. - Si el culpable muere, el caso se resuelve. Él mató a las tres prostitutas, también a la chica de la foto y por si fuera poco, también pueden meter en el saco a la mujer de la granja y al vagabundo. En el juicio se dirá que probablemente, al ser testigo de lo que estaba sucediendo, recibió un balazo por parte del asesino, osea el hombre que murió por negligencia de los agentes de "asuntos internos". - Entrecomilló con los dedos. - Lo de Rachel... - Dijo bajando la mirada y adoptando un tono más sombrío. - ...es de más difícil explicación, pero Mills la encontrará y... - Resopló. - Teniendo en cuenta quien es y para quien trabaja, todo colará a la perfección en el juicio. - Una sonrisa triste conquistó su rostro. - Señores... van a estar muy frustrados cuando todo ésto acabe.

- Seamos un poco más sinceros, ¿le parece? ¿Cómo cree que dimos con ustedes? Ya saben que Mills se hizo cargo de las pruebas y, a pesar de que yo aún tenga algo en mi móvil sin entregar y en mi cabeza datos y datos, no fue nada de eso lo que nos llevo a ustedes, sino una persona que optó por... levantar el velo.

» Su versión dice que se dedican a hacer rituales por ahí y sí, algo se de ellos. Algunos requieren sacrificos humanos. Ustedes no van a coger a las víctimas... les verían la cara. Para eso tenían contratado a alguien que le gustaba divertirse con mujeres de vida alegre y cuando acababa esa noche con ellas, se las entregaba para su ritual a cambio de una bonificación monetaria. ¿Ve como no es tan difícil hacer las cosas? - Le sonreí. - Mills le cubre el culo a usted y los suyos por su cagada con Rachel y con los fiambres. De paso elimina a quien les sumistraba a las mujeres... ustedes lo dejan un tiempo, encuentran a otro loco y vuelta a empezar. Porque, como usted bien dice, ¿quién se va a creer esa otra versión en un tribunal?

- Entre usted y yo... - Ladeó la cabeza. - Va a tener difícil relacionarnos con las muertes de esas chicas. Principalmente porque nada tenemos que ver con ellas. - Alzó los hombros. - No puedo inventarme la historia y tampoco pienso confesarme culpable de algo que no hice. - Hizo una breve pausa. - El vagabundo y la mujer que abatí en la granja eran zombies. Usted si sabe algo sobre ocultismo como sugiere, creerá mi versión. - Dijo sin demasiada convicción, sino más bien con cierta esperanza. - ¿No vieron el mordisco que llevaba el vagabundo? ¿Han comprobado si encaja con la mordedura de la mujer? Porque fue ella quien le convirtió. Estoy seguro. - Sentenció. - Y sí, hay rituales que requieren sacrificios, pero nunca he cometido ningún asesinato. Eso téngalo por seguro...

Y entonces sonó el teléfono de la agente Jones. Arthur detuvo entonces su exposición y miró a Chandrelle. Lo mismo que hizo Daeric. Jones agarró el teléfono, vio de quien se trataba que no era otro que el forense, el señor Crews y entonces respondió.

- Le escuchó... - Dijo simplemente.

- Tengo lo del camión de Barns. - Habló Crews con bastante alegría en la voz. - No ha sido fácil, pero lo tenemos. - Comentó. - Hay ADN de las tres chicas, de Erg, de Eruantlön y de Tokston. También de Marie. - Se hizo el silencio mientas Jones asimilaba lo que acababa de escuchar. - ¡Lo tenemos! - Exclamó Alexander al otro lado del teléfono. - Les mandaré el informe por e-mail. ¿De acuerdo?

Me encantaba como Daeric interrogaba. Sabía encontrar los resquicios por donde introducir sus preguntas hasta llegar al final de todo, creando un ambiente de tensión inimitable. Se notaba su experiencia al moverse alrededor de la habitación, manteniendo el mismo tono pero con un empuje ligeramente más agresivo.

Pero aquel hombre se las sabía todas. Era perro viejo y sabía en aquellos momentos que, inocente o no, no lograríamos nada.

Cuando sonó el teléfono, lo cogí y me lo llevé a la oreja. 

-Es Crews -dije en voz alta, tras darle paso.

-Eso es estupendo. ¡Bien hecho!. Sí, hágalo en cuanto pueda. Gracias, Alex -le dije, antes de colgar. Miré entonces a Daeric y le hice un gesto para que se acercase al otro extremo de la habitación y comunicarle en voz baja lo que me había dicho.

Ese informe significaba que teníamos a nuestro asesino.

Cuando Chandrelle me hizo aquel gesto acudí a ella y al escuchar sus palabras negué con la cabeza. - Algo no termina de cuadrar, Jones, no digo que Crews se equivoque, digo que os estáis precipitando. - Susurré a mi compañera sin poder evitar desear morderla el cuello allí mismo y tuve que volver rápidamente con el abogado y el ex agente.

- Y bien, señor Gumshoe... volviendo al tema que nos ocupa... yo no sugiero que sepa o no algo sobre ocultismo, eso lo ha deducido usted solito. Yo simplemente veo mucho cine de terror. - Dije encogiéndome de hombros y dibujando una tranquila sonrisa en mi rostro. - Y dado que no le veo muy colaborativo con el tema de su ex-compañero, creo que le dejaremos en la celda unas horas, para que vaya pensando, mientras hablamos con Vixen. Ya sabe, con un poco de aquí y otro de allí... Además, ¿qué versión creerá el tribunal? ¿La de los zombis o la que pongamos sobre la mesa?

Recogí las fotos. - ¡Agente! ¿Puede llevarse al señor Gumshoe, tomarse un café y traernos a la señorita Vixen? - Le dije al agente según abrió la puerta, dándole a entender que tardase un rato en traerla. Tenía que hablar con Jones a solas.

- Si nos disculpa unos minutos abogado, mientras toma sus notas, estaremos aquí al lado. Tengo que consultar algo con mi compañera. - Y salí de allí para entrar en la habitación al otro lado del espejo. Si había alguien allí, no tardé en darle puerta, necesitaba intimidad para hablar con Jones sobre el caso.

- Chandrelle. ¿No lo ves? Si culpamos al camionero de las muertes de las prostitutas, cerraremos el caso y el de la granja quedará... perdido. Todos saldrán libres por falta de pruebas, porque las tienen asuntos internos. Dime, si ese hombre no estaba metido en el caso de la granja ¿porqué le dejaron morir Mills y su compañero? ¿Por qué nos metieron prisa para cerrar el caso de Marie? ¿Por qué no quisieron que registrásemos el piso? ¿No ves que están unidos ambos y que Mills es culpable de ocultar pruebas y obstruir una investigación oficial? Intentar tapar todo le puede convetir a él y a su compañero hasta en cómplices...  - Y la miré en silencio en aquella sala, en penumbra, donde solo se oían nuestras respiraciones.

- Apunto demasiado alto, ¿verdad? Se sincera. - Mi tono de voz había cambiado. - Creo que deberíamos informar a la jefa de lo que hay detrás del telón, interrogar a Vixen y ver si podemos conectar los dos casos. Se que están unidos, Jones... lo fustrante es no ver por donde... y confieso que desear estar el resto de la noche a tu lado, sin hacer cosas del trabajo, me hacen plantearme tirar la toalla ya... pero me convertiría en un Mills más, solo que con una bella mujer a mi lado.

Pudiera ser, tal y como decía Daeric, que nos estuviésemos precipitando, pero aquel caso, con tantas huellas en el camión, parecía ir encaminado. Sin embargo, también debía reconocer que tenía una sensación en la nuca, de esas que te dicen entre susurros que había más de lo que parecía.

Daeric se volvió hacia Gumshoe, indicándole que se fuera. Y mientras nos traían a Vixen, continuamos la conversación.

-Sí, lo sé, lo sé. Tienes razón. El problema es que no lo veo. Está todo tan bien cerrado, tan bien envuelto, que resulta difícil no creer que hemos llegado al final. Pero te doy la razón sobre todo en una cosa. Para qué tanta presión si al final solo era un maldito caso de un chalado matando prostitutas. Eso no tiene sentido.

Miré entonces a Daeric. Su respiración parecía agitada... y la mía, y no estaba segura de por qué era. Pero de lo que sí estaba segura era de que si no me lanzaba sobre él en aquel momento era solo porque sabía que necesitaba más tiempo del que sin duda disponíamos y no estaba dispuesta a parar de nuevo.

Agité la cabeza, intentando concentrarme de nuevo.

-No, no apuntas alto. Tiene todo el sentido del mundo. Así que vamos a por ello. O lo sacamos, o caemos, pero vamos a por esa perra... y no te preocupes, que te esperaré lo que haga falta... y te aseguro que cuando estemos juntos, no te acordarás del tiempo que tuviste que esperar -le dije finalmente, con una sonrisa en el rostro, llevando mi dedo a su pecho, subiendo hasta su cuello y conteniendo el deseo irrefrenable de echarme encima de él allí mismo.

-Este ha aguantado. Procuremos que la siguiente no lo haga. 

Y así fue como la puerta de abrió de nuevo interrumpiendo a los dos agentes de la OFI en su momento íntimo. Ambos pudieron notar una sonrisita del agente Vimont, quien traía consigo a una joven que simplemente bajó la mirada al percatarse de que la proximidad entre los dos cuerpos de los agentes que tenían que dirigir su interrogatorio, no era la normal en dos compañeros de trabajo, sino la de una parejita con ganas de un rato a solas

La chica se mostraba temblorosa, su rostro estaba triste y ojos enrojecidos por haber estado llorando. El rimel corrido sobre sus mejillas confirmaba que había estado llorando con ganas. Sin duda, aquella joven era la más afectada de los tres sospechosos que habían tenido que interrogar.

- Ho... hola... - Dijo la joven con la voz temblorosa. - Us-tedes di...dirán...

Tras ella entró el abogado defensor. Por suerte, éste estaba a lo suyo mirando unos documentos y no prestó atención a la acalorada situación de tensión sexual no resulta que estaba teniendo lugar en el interior de aquella sala de interrogtorios.

- Buenas noches señorita Vixen, por favor, tome asiento. - Le dije a la que sin duda alguna era una hermosa mujer. Procuré no mirarla demasiado y separarme cuanto antes de Jones para mantener las apariencias, pero si no nos hubiesen interrumpido, sin duda la hubiera besado por creer en mí nuevamente.

- Estamos investigando lo ocurrido en la granja  a las afueras de Herbs, justamente donde sus dos compañeros confesos ya nos han dado datos sobre lo ocurrido en aquel lugar. Para empezar, me gustaría conocer su versión y hasta que punto conoce rituales en general, por ejemplo si este le era conocido antes de que empezasen con él...

Me senté y la miré con amabiliadad mientras pensaba en que aquellas mujeres habían estado en el camión, pero eso no hacía del dueño el asesino de ellas. De hecho no había cuerpo, solo el de Marie, así que solo teníamos que habían estado allí con él... necesitábamos los cuerpos e hilar todo bien.

- Mills, ¿qué sabes y qué nos ocultas?

- Verán... - Dijo con un hilo de voz. - Yo... - Suspiró. Estaba nerviosa y temblorosa. - Me metí en la empresa casi por casualidad... - Les confesó. - Todo empezó hace un año más o menos... - Se puso a recordar. - Si, creo que hace poco más de un año. - Suspiró de nuevo. - Conocía a Artie y a Warren porque... - Bajó la mirada. - Trabajo en un club, como cantante. Y no, no soy ese tipo de "chica". - Advirtió a los agentes. - Coincidió que Rachel, que era periodista, trabajaba a veces con Artie por temas de información y Artie también colaboraba con el profesor en temas de historia o algo así... - Se encogió de hombros. - Ellos tres iban a llevar una investigación sobre una supuesta casa encantada de un amigo suyo llamado Jurgens. - Hizo una breve pausa. - Rachel y yo nos conocíamos de años atrás. Fuimos... pareja. - Confesó. - Por mi trabajo todo acabó. Fui a Rintor y traté de triunfar, pero tan solo regresé con algunas adicciones de más... - Tragó saliva. - Hablando del tema una noche, decidí unirme al grupo en aquella investigación y lo que allí experimentamos... - Negó con la cabeza. - No lo creerían. 

Anna suspiró de nuevo. Miró a los agentes, como tratando de encontrar en ellos comprensión. No obstante, parecía que además de comprensión, en algún sentido buscaba también consuelo. De no saber que estaba involucrada en aquel asunto, parecería más un perfil de una víctima que cualquier otra cosa. Tras unos segundos se armó de valor y continuó con su historia.

- Después de ese primer caso, Artie decidió montar la agencia y nos pidió colaboración. - Les explicó. - Lo cierto es que Artie sabe bastante sobre ocultismo. Ya cuando era agente como ustedes se dedicaba a ese tipo de asuntos, ya saben... - Tomó aire. Seguía afectada, aunque dispuesta a ir al fondo del asunto. - Recibimos una llamada de un tal Merryweather. Nos pidió que fuéramos a la granja a expulsar a una entidad maligna que había encerrada en ella. - Bajó la mirada. - Nunca pensé que acabaría como acabó. - Sus manos ya temblorosas de por sí, empezaron todavía más a menearse de forma nerviosa. - ¡Rachel! - Exclamó. Entonces rompió a llorar con un llanto desesperado. - ¡Joder, lo que le pasó fue...! - Se quedó sin aire. - ¡Todavía sentía algo por ella, joder!

La chica no parecía estar preparada para un interrogatorio como Bedford. En aquel caso, tenía más aspecto de ser una víctima que cualquier otra cosa. Y cuando relató lo que le sucedió, lo único que hizo fue demostrar que había sido otra ingenua que había visto demasiada televisión y creído que tratar con aquellas cosas era sencillo.

No entendía a esta gente.

Si de verdad eran asuntos complicados, si creían en ellos, era mejor evitarlos. Si por el contrario pensaban que esto no existía... ¿para qué entrar?

Negué con la cabeza, dibujándose en mi mente la imagen de todos los que habían muerto a causa de aquello. Casi hubiera sido mejor dejar que aquella entidad saliese, en lugar de intentar retenerla.

La verdad era que después de todo lo que habíamos escuchado, o eran unos grandes mentirosos o concordaba demasiado para ser mentira. 

Miré a Daeric con gesto de estar cansada de oír tantas tonterías.

-O sea que si alguien les llama para expulsar una entidad maligna usted se apunta rápidamente. Claro, eso suena bastante lógico. Todo el mundo lo haría. Bueno, todo el mundo que no tenga un hobby -comenté con cierto hartazgo -. Y dígame, ese Merryweather... ¿seguro que está muerto? ¿No será que les endosó a ustedes el problema para quitárselo él de encima?

- Si... le soy sin...sin-cera... - Dijo tratando de controlar su llanto. - La pri-mera vez fui to...totalmente escép-tica, pe...pero luego... - Tragó saliva y esperó unos segundos tratando de concentrarse para que su voz sonara menos entrecortada. - Después de eso... - Suspiró. - Una mez-cla de curiosidad y responsabilidad, me... me hizo seguir adelante. - Comentó. - Si existen esos seres... - Miró fijamente a Chandrelle. - Y le puedo decir con toda seguridad, que así es... - Apretó los puños. - Alguien debe encargarse de expulsarlos... 

Tras responder a la primera parte de su pregunta. Se tomó unos segundos para responder sobre Merruweather.

- Murió. - Dijo Anna. - Murió en el hospital justo después de confiarnos su secreto. Su mujer y su hijo estaban presentes... - No dijo nada más. Con eso tenía que valerle a Jones o tendría que insistir un poco más.

Mientras la mujer hablaba mi mente le daba vueltas a todo. Aquella granja no tenía dueño si no recordaba mal y si había un cuerpo en ella, podrían estar los de las otras chicas allí enterrados. Era un posibilidad... Pero me jodía que nadie hubiese llamado aún con el tema de las cintas, si alguna de aquellas chicas salía en los vídeos.

De hecho me llamó la atención que Vixen matizase que ella no era una "de esas". ¿Y sí lo era? ¿Y si estaba en una de las cintas de Chester Barns? En ese momento me sentía como un verdadero novato, el componente paranormal de la investigación me absorvía demasiado y no sabía como encajar las piezas y lo peor era que lo tenía delante.

En silencio le mandé un mail a Crews.

Si tiene una imagen de Anne Vixen y aún no ha visto las cintas, búsquela en ellas.

Si hay más ADN de mujeres sin identificar, notifíquemelo y trataré de conseguir algo de ella. De todas maneras búsquela por si fue detenida por prostitución, quizás salga algo.

Bailarina, guapa a rabiar. Cualquiera se encandilaría de ella. Y si el local estaba cerca de un lugar de estacionamiento de camiones Barns la habría visto y deseado. ¿Quién no desea a una hermosa mujer que sabe bailar y seducir a un hombre solo con sus movimientos? Y el dinero, el dinero no entiende de géneros.

- ¿Qué le parece si le pido una tila para que se calme un poco y hablamos mientras de su trabajo de bailarina en esta zona? Me imagino que serían muchos hombres lo que intentarían acercarse a usted. ¿El local era habitual de moteros o camioneros? - Pregunté mientras me levantaba, dispuesto a decirle al idiota que estaba detrás de la puerta que le trajese una tila de la máquina a Vixen. - Creo que  la noche va a ser muy larga, ¿alguien quiere un café? - Y miré al abogado y a Jones, mientras sacaba algo de dinero de mi bolsillo.

Con suerte el abogado no se daría cuenta de que Vixen nos estaba dando sus huellas y ADN si accedía a beber esa tila.

- Sí, estaría bien. - Dijo en cuanto a lo de la tila. - Lo cierto es que no trabajo mucho por aquí... - Dijo entonces. - Trabajo en Bleach, en varios clubs. Pero cada vez menos... - Resopló. - Desde que empecé en "Tras el Telón"... - Ladeó la cabeza. - Quería dedicarme a la investigación, pero... - Sonrió con cierta tristeza. - Se me han quitado las ganas, la verdad. 

Ante las siguientes preguntas, Anna puso mala cara. ¿Realmente era necesario preguntar por si los hombres se acercaban a ella? ¿Y lo del local de carretera? ¿Le estaba insinuando que era una prostituta? 

- No me gusta por dónde va... - Le dijo Anna. - No creo que... - Miró al abogado, el cual estaba algo distraído, a sus cosas. - No creo que tenga porqué responder a eso...

- ¿Eh...? - Alzó la mirada y la posó alternativamente en Daeric y luego en Vixen. - No, evidentemente que no tiene porqué responder a ese tipo de cuestiones. - Confirmó. - De hecho, creo que pueden ser incluso motivo de querella. - Sonrió. Acto seguido miró de nuevo a Kharis. - Un café estaría bien. Con magdalenas. - Comentó divertido. - Aunque igual sería mejor un paquete de palomitas. - Bromeó. Meneó la mano delante de su propia cara. - Nah... olvídenlo. Con el café y las magdalenas estoy más que servido.

Tras recordar que faltaban aquellos informes sobre lo que se había descubierto en los cds encontrados en casa de casa de Chester Barns, a Daeric le dio por revisar su correo electrónico a través del teléfono móvil. No parecía haber nada nuevo, pero entonces consultó el correo no deseado y...

r.montgomeri@tic.ofi.com 
GRABACIONES CHESTER BARNS

Enseguida abrió el e-mail. Ahí podía estar la clave de todo. 

Remitente: r.montgomeri@tic.ofi.com 
Asunto: GRABACIONES CHESTER BARNS
19:37 horas 7 anwinan 250

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Buenos días agentes,

Se trata de tres grabaciones snuff. Parecen verídicas y en cada uno de ellos se puede observar a una joven diferente. La calidad de la imagen no es muy buena, no obstante, se puede hacer una correlación casi perfecta con las jóvenes prostitutas desaparecidas.

La primera grabación (01/01/250) corresponde con la joven que responde al nombre de Nathalie Erg. En ella se observa como Chester Barns humilla, abusa y finalmente mapa a la joven en un periodo de unas tres horas. Se graba en lo que parece ser la caja de un camión de gran tonelaje. No habla a la cámara en ningún momento, pero si la mira y hace que Erg mire a cámara.

La segunda grabación (10/02/250) corresponde con la mujer que responde al nombre de Lavinnia Eruantalön. La cinta tiene un contenido similar al primero. No obstante es más larga, dura casi siete horas y hay varios cortes. Se graba también en el mismo camión. En esta ocasión, Barns se recrea hablando a la cámara una vez acaba con la vida de la joven. Dice cosas tales como: "me la he follado", "las putas sólo sirven para que se las follen bien", "a esta le ha gustado, porque estaba muy húmeda la hija de puta".

La tercera grabación (15/02/250) corresponde con la mujer que responde al nombre de Francine Tokston. De nuevo es la grabación de un secuestro, una tortura y un asesinato. En esta ocasión se trata de seis horas de duración en el interior de la misma cabina. De nuevo, Barns al final de la grabación suelta frases similares a las ya descritas y finalmente detiene la grabación.

Tenemos las grabaciones a su disposición y un informe técnico con los metadatos del vídeo, cuando fue grabado, duración, códec de vídeo... ese tipo de cosas, que confirman principalmente, que fue grabada en la fecha que indica el rotulador con el que se inscribieron los cds. Fue grabado con una cámara digital, en un formato de 500x300. Aunque eso ya lo especificamos en el informe técnico anexo.

Saludos.

Tanto Vixen como su abogado, que le faltaba un crucigrama para demostrar lo poco que le importaba lo que estaba pasando allí, se pusieron a la defensiva y al ataque contra mí. Simplemente les sonreí. -  Señorita Vixen, en ningún momento e insinuado nada contra usted. Simplemente estoy preguntando por sus locales de trabajo y el comportamiento de los hombres hacia usted. - Y miré al abogado. - Eso no es delito, ni ofensa alguna. No he preguntado si se ha acostado con alguno de esos hombres a cambio de dinero o de otras cosas, no he preguntado si ha consumido drogas y no he insinuado tampoco nada de eso.

Mis ojos se fijaron en Vixen de nuevo. - Así que usted sabrá porque se pone a la defensiva con algo que es siemplemente inocente y para buscar tranquilizarla. De querer acusarla de algo ya lo habría hecho directamente. - Miré al idiota del abogado. - Y si usted estuviese más atento, la hubiese tranquilizado en lugar de quedar en ridículo con sus propias palabras. Una tila y un café, ¿Jones? - Pregunté a mi compañera y miré el móvil, viendo en la carpeta de spam algo que no me gustaba nada.

- Agente Jones, ¿quiere acompañarme a por las bebidas calientes? Así la señorita Vixen podrá reflexionar sobre su actitud tan extraña con algo que tampoco era tan malo y su abogado asesorarla en cuando ponerse así o no y él mismo en recapacitar sobre su propio error. - Teníamos que salir fuera, hablar con la jefa... esto me gustaba cada vez menos. Ya no solo porque alejaba un caso de otro, sino porque no sabía que tenía Mills en la implicación de la muerte del asesino de Marie.

Para mí todo aquello era una idiotez. Gente adulta jugando a ser exorcistas, convencidos por un hombre que estaba en su lecho de muerte. Por mucho que creyesen lo que les contaba, me parecía de una locura desproporcionada. Que además fuese o no puta era lo de menos, aunque a aquella mujer parecía preocuparle incluso más que el resto.

-Sí, un café, más bien. Algo que me despierte un poco después de todo esto -le dije, saliendo detrás de él para abandonar al sala de interrogatorios unos instantes.

Cuando nos encontramos fuera, hablé con franqueza.

-Creo que todo esto no nos lleva a ninguna parte. Esta historia de la casa y el demonio es simplemente intragable, y lo será para cualquier jurado. Con razón ese maldito abogado está tan tranquilo; serán considerados locos de atar y se los llevarán a un manicomio. Dime que Crews tiene algo más sobre esta mujer porque de lo contrario, ni siquiera vamos a poder retenerla.

Y es que todo aquel caso del ritual era demasiado increíble como para ser aceptado como tal. Y en cuanto a lo demás, si no encontrábamos algo que enlazara los dos casos, parecía ya completamente resuelto; lo estaría para cualquiera que viese las pruebas.