Partida Rol por web

- Pero quiero que disfrutes como te mereces... y sí, se que estás disfrutando porque yo lo estoy haciendo. - Respondí a Chandrelle separándome lo justo de su cuerpo para poder hablar y volver a lo mío. Pero no me parecía justo que uno sí y otro siguiese con el calentón cuando ambos lo deseábamos tanto y más sabiendo que iba a poder darle poco o nada si es que llegaba a entrar en ella.

Y ciertamente, por un instante llegué a pensar que no podría hacerlo al escucharla llegar al climax y sentir la presión de su sexo en mis dedos, la tensión de su cuerpo en mi lengua y mi rostro, y en mi mano, que se había colocado en su espalda hacía rato por debajo de la ropa y la acariciaba con cuidado.

Y cuando terminó se giró hacia mí, yo seguía agachado en el suelo y su amenaza me hizo sonreír. Me puse en pie y la besé, dándome un respiro a la excitación, para luego separarme de ella. - Lo lamento agente Jones, queda usted detenida por amenazar a un agente de la OFI. Dese la vuelta, ponga las manos sobre el vehículo y separe las piernas. - Le dije en tono divertido, haciéndola girar de nuevo.

Ayudado con mis pies, como si fuese un cacheo oficial, la separé las piernas del vehículo y tiré de su cadera hacia mí. Bufé al pegar mi miembro contra su cuerpo, mientras que por mi cabeza pasaban imágenes que era mejor no repetir para tratar de frenar un poco aquello. No esperé mucho más, no quería que la detenida se impacientara y decidiese tomarse la justicia por su mano. Nunca mejor dicho.

Guiado por mi mano, entré con suavidad y sin problemas en el sexo de Chandrelle. - Ni te muevas. - La susurré pegándome a su cuerpo. Me moví despacio un par de veces, asegurándome de que no la haría daño y enseguida llegaron las embestidas. Yo no podía más y al cuarto empujón salí de ella y casi sin tocarme, mi semilla salió disparada al suelo, junto con mis gemidos de placer, llegando a tiempo con mi mano para presionar mi miembro en medio de aquella oleada de éxtasis.

Mientras seguía acaricianzo mi miembro, aún erecto, besé a Chandrelle, al tiempo que la atraía hacia mí agarrándola por una nalga, pero manteniéndola alejada de mi miembro. Una cosa era que nos acostásemos y otra que la dejase en estado. No era tan insensato como para hacerla eso sin hablarlo antes. Así que tendría que añadir a mi lista de la compra preservativos para evitar sustos.

Desde luego no había sido el mejor polvo de mi vida, pero sin duda si el más rápido.

Ayudé a Chandrelle a vestirse, antes de subirme yo mi propia ropa. Se notaba el hambre y el deseo porque aquello no bajaba, pero habíamos quedado en un aperitivo y en eso quedaba todo. - Espero que no les de por buscar por aquí, o se preguntarán que hace mi semen en las cercanías de la escena de un crimen. - Solté al final, mientras buscaba acomodar a mi miembro bajo la ropa, sintiéndome ridículo en aquel momento y casi como en la adolescencia, cuando aquello estaba más tiempo subido que en reposo.

Cuando me volví, Kharis se puso en pie, me besó con pasión y bromeó con habilidad, aprovechando la situación. Yo le hice caso y me volví hacia el coche, separando las piernas de nuevo, y sonriendo.

-Haré lo que usted quiera, agente. Soy toda suya -le dije, colocando bien mis palmas sobre el capó.

Kharis tiró de mi cuerpo hacia él, sintiendo al instante su erecto miembro junto a una de mis nalgas, y tras unos segundos de duda o espera, sentí como me penetraba con suavidad. Pero se movía demasiado despacio, demasiado contenido, hasta que de repente, su cuerpo tomó el control y empezó a golpearme con furia.

-¡Ah, sí, sigue así! -le dije, frenando sus embestidas y dejándome llevar.

Pero después de unos pocos movimientos, sentí como sacaba su miembro de mí y casi inmediatamente, gotas caer sobre mi piel, acompañados de unos cuantos gemidos suyos. Había salido para no terminar en mi interior. El precavido Kharis había ganado al impetuoso.

Bueno, solo lo sentía por él, puesto que la sensación debió ser muy diferente a la que me apetecía darle, pero para ser una primera vez improvisada, tampoco había estado mal. Kharis me besó en el cuello mientras me agarraba con fuerza de una nalga, y esperé unos segundos antes de volverme.

Al hacerlo, vi su miembro semi erecto y goteante, y a él con el gesto todavía invadido por la tensión.

-Bueno, tendremos que asegurarnos de que la próxima vez lo echas donde debes, agente Daeric. ¡No me digas que no tienes preservativos! - Negué con la cabeza, bromeando -. ¡Qué poco previsor, un hombre tan atractivo y precavido como tú!

Me eché a reír un instante, mientras le besaba y procuraba no tocarle el miembro, puesto que seguramente, no estaría completamente satisfecho y no haría más que hacerle sufrir. De tener toda la noche, eso sería exactamente lo que habría hecho, pero no allí y en aquel  momento.

-Asegúrese de ponerlo en lo alto de su lista de la compra, ¿me ha oído? -le dije, besándole, antes de empezar a vestirme con su ayuda.

Mientras intentábamos dejarlo todo como si allí no hubiese ocurrido nada, sentí las gotas impregnando y pegándose a mi ropa interior, además de mi propia humedad, lo que hizo que tuviese que acomodarme las bragas para no estar tan incómoda. Después, miré al suelo en donde había caído el grueso de su semilla. Kharis bromeó al respecto y yo me eché a reír.

-Tranquilo, Kharis. Diré que estuviste conmigo todo el día, dándome placer una hora tras otra. Nadie podrá rebatir eso -le dije, dándole un último beso antes de subirme al coche.

Y así fue como Kharis y Chandrelle tuvieron su primer "coitus interruptus" juntos. El pobre agente Daeric hubiera quedado en muy mal lugar de no ser por la devoción enfermiza que había empezado a nacer en la agente Jones hacia su persona. Quizás por ello, las bromas y el buen humor reinaron en el que fue digamos... no el mejor polvo de sus vidas, aunque no por ello menos excitante y peligroso, pues lo hicieron al aire libre y frente a la escena de un crimen. ¿Cuánta gente podía decir aquello? Bueno... quizás más de la que uno pueda suponer.

Por suerte, el bueno de Neil Pjakovsky no apareció por allí para interrumpirles con alguna de sus chanzas. Tampoco apareció un grupo de boy scouts que quedó boquiabierto ante la fogosa escena que allí acababa de tener lugar. Por supuesto, tampoco aparecieron los agentes de asuntos internos, quienes tanto Chandrelle como Kharis, creían que ya habían hecho su trabajo en aquella granja  pocos motivos podían tener para volver hasta allí.

Fue lo mejor de aquel encuentro sexual, que nadie les descubrió allí, haciendo lo que acababan de hacer. Eso y la satisfacción que sentían por haber liberado, al menos en parte, aquella tensión sexual no resuelta que había surgido entre ambos en tan poco tiempo desde que se vieran por primera vez. No obstante, era evidente que se habían quedado con ganas de más. Con un poco de suerte el agente Daeric acabaría controlado sus impulsos más primitivos y no explotaría con una mera caricia de la mujer a la que había empezado a amar.

Ya dentro del coche, los dos agentes debían decidir hacia donde partir. Tenían todavía asuntos que resolver y no únicamente de cama, aunque... quizás pudieran simplemente mandarlo todo a tomar por culo y acabar la noche en un hotel, con una botella de buen vino y escasa ropa...

- Creo que... - Me pegué mucho a Chandrelle cuando logré vestirme y la volví a besar, sintiendo la presión de su cuerpo en mi miembro que seguía resisitiéndose a bajar y yo no ayudaba demasiado. - ... pondré el manos libres y hablaré con Crews, en cuanto deje la prueba que llevamos en el maletero lista. - Terminé de decir. - Es eso o no irnos de aquí en un buen rato. - Y me separé de ella, sin que el deseo me diese un respiro.

Aseguré que el molde de la rodada cumplía con los requisitos para que no la anulasen como prueba y me subí en el asiento delantero, conecté el móvil al coche y arranqué.

- Crews, soy Kharis. El camión, tome imágenes de las ruedas y muestras de tierra o plantas... creo que se le puede imputar un delito más a nuestro muerto amigo. - Dije escueto*.

- Creo que deberíamos ir a la comisaría, organizarnos con la jefa y los agentes y coger a los cuatro sospechosos a la vez. Pero antes, deberíamos ver sus instalaciones, para poder tenerles a los cuatro separados y que no se puedan poner de acuerdo ni con gestos ni nada, aunque sí sería interesante que se viesen todos ellos... que sepan que no tienen escapatoria posible. - Miré a Chandrelle un momento, tratando de centrarme en el caso y no en lo que la haría ahora mismo si pudiera. - ¿Qué opinas? ¿Vamos nosotros a por el pez gordo? ¿El hermano millonario? - Y la sonreí y la cogí de la mano un momento.

- Esto tiene que salir perfecto. - Le dije sin referirme a qué en concreto y volví a poner la mano en el volante. La carretera no era precisamente buena, más bien de tierra y la conducción no era firme, no quería tener un accidente ahora que empezaba a ser feliz y a ver la luz.

Subimos al coche en cuanto estuvimos vestidos, pero algo me decía en sus movimientos que se había quedado tan insatisfecho como yo. Unos momentos de placer podían servir para aliviar parte de la tensión que teníamos, pero no para satisfacernos completamente. Si yo me sentía así, él no debía encontrarse de manera diferente.

Su beso también me indicó algo así.

Alargué una mano para acariciar su rostro y lo besé con suavidad en los labios.

-Te prometo que en cuanto podamos, terminaremos... nuestro almuerzo -le dije, antes de volver a ponernos serios con el caso.

Kharis conectó el teléfono en el manos libres e informó de nuestro pequeño hallazgo, uno más que podía ayudarnos a terminar con aquel caso.

-¿Es nuestro caso, no? Pues vamos a por él. En cuanto a lo demás, sí, hay que asegurarse de que está todo preparado. Que se vean todos y sepan que van a hablar sí o sí, y sobre todo, cuando hablemos con cada uno de ellos, será conveniente dejarlos sufrir un poco y que crean que los demás ya lo han soltado todo.

y a ver si acabábamos con aquel caso de una vez, aunque en aquellos instantes me costaba concentrarme en otra cosa que no fuese pensar en una habitación de hotel y lo que podríamos hacer en ella Kharis y yo.

Alexander Crews respondió a la llamada de teléfono de Kharis Daeric, mientras éstos se dirigían a la comisaría de Sarns para entrevistarse con le Jefa Thako.

- Buenas tardes agente Daeric. - Le saludó el forense. - Tengo el trabajo hecho. Volveré a revisar las ruedas, porque no he visto nada de lo que me comenta. Ni plantas, ni barro, ni nada similar. - Hizo una breve pausa. - Lo que si hemos encontrado es ADN. De al menos tres personas y una de ellas es de la joven Penwater. Eso ya lo tenemos contrastado. - Hizo una breve pausa. - Las otras muestras son ADN de mujer. Una de las muestras es de una humana y la otra tiene cierta ascendencia élfica. Una semielfa sin duda.

- Tiene los vestidos que llevamos, seguramente tenga ADN en ellos. Usted ya sabe donde buscar. Incluso había sangre en uno de ellos. Si consigue una concordancia con los vestidos, viendo las grabaciones sabremos quien los llevó puestos. No es concluyente pero sí nos acercaría un paso más... - Me quedé un momento pensando.

- Cuando lleguemos a la comisaría, le enviaré unas fotos del molde, a ver si coincide con las rodadas del camión. Supongo que después de meterse allí lo lavaría bien, pero no creo que pensase en cambiarle todas las ruedas. - Le dije con una sonrisa, quizás de felicidad y miré a Jones. Aún tenía una charla pendiente con ella antes de que Crews me respondiense. - Hablaremos luego. Buen trabajo.

Tras colgar y ya en carretera, miré a Jones. - Y yo te prometo que intentaré que el almuerzo dure algo más. Digamos que llevo demasiados años solo y... no podía aguantar. Poco a poco... - Le dije con sinceridad y sabía que así sería, en cuanto mi mente controlase mi cuerpo, todo iría a mejor. Pero ahora era este quien dominaba a mi mente y eso no era bueno.

- Está bien, vayamos a la comisaría y saquemos a la jefa de la cama o de donde esté. Creo que ella y sus hombres, van a tener trabajo extra esta noche. - Le dije a aquella estupenda elfa con una sonrisa, antes de pisarle un poco más al coche para llegar cuanto antes a nuestro destino, pues mi mente me estaba jugando malas pasadas de nuevo y me veía parando en el arcén, buscando un nuevo aperitivo.

El forense respondió a la llamada con relativa rapidez. La noticia de que había hallado ADN de mujer, y además semielfa, era una buena noticia, de esas que poco a poco nos podía acercar más a nuestra meta. Junto con todo lo demás, era bastante prometedor, a pesar del golpe que habíamos sufrido al encontrarnos la casa hecha cenizas.

Cuando colgó, ambos nos miramos, pero ya no solo como compañeros, sino como algo más. Eso despertó mis ganas de ser traviesa, algo que había perdido hacía mucho y que sin embargo, ahora parecía como si hubiera estado conmigo todo el tiempo.

-Estoy seguro de que lo conseguirás pero si no pudieras... siempre podrás compensarme como lo has hecho antes -le dije, deslizando una mano hacia su muslo y conteniendo las ganas de ser mala. Tampoco deseaba que tuviésemos un accidente distrayendo a Kharis más de la cuenta.

-Yo también hacia demasiado tiempo desde la última vez, así que iremos a nuestro ritmo -añadí, sacudiéndome un poco el cabello y desviando entonces mi mano hacia la suya, para entrelazar nuestros dedos.

Deseaba llegar a algo concreto en aquel caso pero en aquellos momentos tenía otra cosa en la cabeza; aquel caso se había dado un vuelco completo, pues había empezado siendo el primer paso de una reintegración en el cuerpo para mí y finalmente, era mucho más que eso; estaba permitiéndome volver a sentirme viva.

Mientras Kharis aceleraba, no pude evitar sonreír; quizás no pudiera volver a sentirme triste nunca más.

El doctor Crews confirmó que podía hacer la comparativa que Kharis le había pedido antes de colgar. No sería difícil encontrar coincidencias si las había, aunque debía encontrar restos orgánicos para relacionarlo todo, pues con una sola muestra de sangre no creía posible hallar ADN de dos, tres o más mujeres.

No tardaron demasiado en llegar a la comisaria de Sarns. El tráfico de aquella población no era para nada tan intenso como el de la capital y los desplazamientos se hacían sin duda, mucho más cortos. Una vez accedieron a la comisaría todo seguía igual, aunque casualmente la jefa Emma Thako se encontraba entregando una serie de documentos a uno de sus agentes a su cargo. 

- ¡Oh! - Exclamó sorprendida. - Son ustedes... - Afirmó ante la evidencia. - Pasen a mi despacho. Supongo que querrán hablar conmigo. - Comentó.

Una vez reunidos en el despacho de la jefa de policía de Sarns, ésta les cedió la palabra a los agentes de la OFI.

Tras la pequeña charla con Crews me había relajado un poco, pero al sentir la mano de Jones en mi muslo y oír su palabras "la cosa volvió a ponerse tensa". - Tranquila. Siempre serás tú la primera... yo pillaré fondo con el tiempo. Además, no será por falta de ganas... - Dije mirando un segundo mi entrepierna. Y entonces sentí como me cogía de la mano tras hablarme de nuevo y la sonreí.

- Procura no ser muy traviesa en comisaría. Ya ves que no necesito que me hagas mucho para tenerme listo. - Le dije en broma pero en serio y tras unos minutos, llegamos al lugar. Allí dimos enseguida con la jefa Thako.

- Así es. - Respondí a la mujer de color. - Le seguimos, jefa Thako.

Una vez a solas, le expliqué la situación.

- Así pues, son cuatro a detener. Las órdenes de arresto llegarán en cuanto llame a mi superiora. Pero necesitamos su colaboración para hacer las detenciones conjuntas de los cuatro sospechos. Jones y yo nos encargaremos de su líder y necesitaremos sus dependencias para poder interrogarles y mantenerles aquí, lejos de sus protectores. - Dije al final a modo de resumen, tras explicar quien mató a Marie, el motivo y nuestras sospechas de que estaba implicado en la desaparición de las prostitutas las cuales se las entregaba a aquellos hombres.

- Estamos seguros de que fueron los que cometieron el triple homicidio en la granja de Herbs, la cual para su conocimiento, es ahora un montón de escombros y cenizas. Mañana irán especialistas a ver que sacan en claro. Esta rodada... - Dije señalando el molde que había metido conmigo en la comisaría y dejado en el despacho. - Corresponde a la rueda de un camión y antes de que se me olvide, debo sacarle fotos y mandárselas a Crews.

Me puse en pie y saqué el móvil, para realizar las fotos. Mientras seguí hablando. - La idea es que una vez que estén los cuatro aquí, sepan que están todos. Querrán llamar a sus protectores para que les saquen de esta... pero no darán con ellos. Pero a la vez no queremos que estén juntos ni puedan hablar entre ellos, para que no se pongan de acuerdo en nada. Por ahora necesitamos que canten todos... y por supuesto su colaboración para poder cerrar los tres casos... los cuales son uno al final. No sé de cuantos hombres tendrá ni cuantas salas para poder mantenerles detenidos, pero hay que organizar todo muy bien... y si alguno de sus hombres es amigo o familiar de los cuatro sospechosos, déjelo fuera del caso.

Y tras aquellas palabras le envié las imágenes a Crews. Desde luego iba a tener trabajo.

- ¿La granja de Rivks quemada? - Dijo con cierto escepticismo. - ¿Y cómo es que yo no...? - Negó con la cabeza. - Si me disculpa. - Se alejó un momento y se puso frente a un ordenador. Momentos después regresó junto a los agentes. - Hubo un incendio. No se me comunicó nada. Fue hace unas horas, durante la noche. La novedad en el ordenador dice que acudió una dotación de bomberos a apagar el fuego. Puede que esas rodaduras sean de... bueno... un camión de bomberos. Pero vamos, no descarte las otras opciones. - Dijo algo enfadada, posiblemente con sus propios hombres. - En cuanto a lo otro, lo de las detenciones, por mi no hay problema. Podemos colaborar en las detenciones. ¿Saben los nombres de esas personas? - Preguntó. - Mientras llegan las órdenes podríamos ir adelantando trabajo. ¿No creen? - Hizo una breve pausa. - Tenemos cuatro calabozos y los cuatro están vacíos ahora mismo. Sólo tenemos una sala de interrogatorios, pero podemos hacerlo por turnos... - Se encogió de hombros. - Si les parece, claro.

- Genial, eso explica las ruedas del camión. - Rápidamente le envié un sms a Crews informándole que las rodadas seguramente fuesen del camión de bomberos y que en la oficina de la policía local tenía conocimiento del incendio de la granja de Herbs pero a nadie se le ocurrió informar de ello. - Y las instalaciones son perfectas. - Añadí con mi típica amabiliadad.

- Arthur Gumshoe, Anna Vixen, Rachel Hemingway y Warren Bedford. - Respondí a la jefa Thako. - Arthur es quien tiene contactos en asuntos internos y quien puede complicarnos las cosas y dudo que esos nombres sean desconocidos aquí, sobre todo el del cabecilla: Warren Bedford. Espero que no haya problema con ninguno de ellos y alguno de sus hombres y si considera que así puede ser, nos encargaremos personalmente del arresto, manteniendo a ese agente alejado de todo. - Dados los nombres, solo quedaba una cosa por hacer: llamar a la jefa y que mandase las órdenes de arresto.

Y eso hice, marqué el móvil de mi superiora para darle luz verde.

- Creo que le toca ver con quienes puede contar para esto, jefa Takho.

- Sinceramente, no me suenan de nada esos nombres. - Dijo la jefa. - Y suelo quedarme con los nombres de la gente que pasa por aquí. - Se encogió de hombros. - Puedo montar un operativo para detenerlos a los cuatro a la vez. Por eso no hay problema alguno. Tengo agentes suficientes. - Hizo una breve pausa. - Podemos ocuparnos de ello, traer aquí a los detenidos y dejárselos a ustedes para lo que crean conveniente.

- Diga. - Respondió la Jefa de la División de Homicidios de la OFI con su habitual salero. 

Fue entonces cuando Kharis preguntó por las órdenes.

- Denme tiempo. - Respondió ella. - Quizás esté listo en una hora. ¿Necesitan que envíe gente para proceder? - Le preguntó a Daeric.

- Iremos al menos a por uno de ellos nosotros, pero pueden acompañarnos sus hombres si quiere. - Le dije a la jefa Thako. Que yo no conociese a nadie allí vale, pero que ella no conociese ni al detective privado... eso no me gustaba nada.

Mi superiora no tardó en coger el teléfono. - Pues si van a tardar tanto las órdenes sí, mande a unos cuantos. Que se vea que es una operación conjunta de la policía local y la OFI y de paso que vengan con un par de furgones de detenidos. Sé que con uno es suficiente, pero no quiero que los cuatro compartan vehículo.

O quizás al final me hiciesen falta más asientos, quien sabía.

- Envíe a los agentes ya, así podremos organizarnos mejor, jefa.

Daeric estaba preparado no para un asalto, sino para muchos, y yo estaba tan hambrienta como una adolescente en celo. Lo miré deseando lanzarme sobre él, arrancarle la ropa y devorarle completamente, sintiendo la excitación entre mis muslos y entreabriendo la boca unos instantes como si me estuviese preparando para pegarme a sus labios como una ventosa.

-Cuento con eso, agente Kharis, cuento con eso -le dije ante su último comentario, antes de llegar a la comisaría.

Una vez dentro de la comisaría y de la oficina de la jefa, Kharis le expuso la situación. Me encantaba ver como lo manejaba todo al igual que haría un estratega. Casi... me excitaba.

La Jefa Thako parecía primero desconfiada y después, sorprendida o más bien, fastidiada, aunque no tanto como yo al escuchar lo que podían ser las rodaduras.

Allí iba nuestra última pista potencial.

-Nos bastarán, siempre que pueda asegurarnos un aislamiento completo y que podemos interrogarlos a nuestra discreción. Necesitamos enfrentarlos entre sí y para eso no podemos permitirnos ningún error -comenté, pensando en que como había dicho Daeric, los sospechosos tuviesen amigos en la comisaría que pudieran fastidiárnoslo todo.

Afortunadamente, no parecían ser conocidos.

-Solo tendremos una oportunidad, Jefa Thako, asíq ue preferimos ir nosotros como dice el agente Daeric, acompañados de sus hombres.

Kharis empezó a hablar con la Jefa de la OFI y a concretar los planes. Yo le miré y también a la Jefa Thako.

-Será mejor que prepare cuatro coches patrulla diferentes. Y si nos marca las direcciones en un mapa, nos organizaremos atraparlos todos a la vez, si es posible, lo mejor sincronizados que podamos. Nosotros iremos a por el que esté más lejos y el resto para ustedes.

- Entendido. - Respondió la jefa Thaallasvashj. - Preparo el dispositivo y le aviso. Le mantendré informado. - Concluyó antes de cortar la comunicación.

Y fue antes de que la Jefa de la División de Homicidios de la OFI colgara, cuando la jefa Thako levantó un dedo y desveló algo importante.

- Tenemos un problema. - Desveló finalmente. - Según la base de datos, sólo uno de los cuatro individuos parece estar empadronado en Sarns. - Dijo algo confundida. - Esperen... - Empezó a teclear tras su ordenador. - Ya veo... - Ladeó la cabeza. - Tres de éstas personas se salen de nuestra jurisdicción, sólo una vive en Sarns, dos en Bleach y una en Burt. Me temo agentes, que no vamos a poder ayudarles tanto como nos gustaría...

Entonces dio la vuelta a la pantalla del ordenador y les mostró las cuatro identificaciones que estaban en pantalla.

Nombre: Warren Bedford. Número de identificación: 5645291GT.

Fecha de nacimiento: 01 Rakkan 208

Nombre de los padres: Robert y Masha.  Lugar de nacimiento: Ardor. Domicilio: C/ Cisne Blanco 1, PBJ Localidad: Sarns.

Teléfono: 555-467890

Número de detective: SAR-00203

Nombre: Arhur Gumshoe. Número de identificación: 5773900WE.

Fecha de nacimiento: 13 Minan 212

Nombre de los padres: Jacob y Angela.  Lugar de nacimiento: Sarns. Domicilio: C/ Madre Perla 143 PBJ

Localidad: Bleach.

Teléfono: 555-465002

Número de detective: SAR-00123

Nombre: Rachel Hemingway. Número de identificación: 5788801YU.

Fecha de nacimiento: 01 Yggan 216

Nombre de los padres: Troy y Wanda.  Lugar de nacimiento: Burt. Domicilio: C/Trece 24 PBJ Localidad: Burt.

Teléfono: 555-763903

Número de detective: SAR-00219

Nombre: Anna Vixen. Número de identificación: 5784562BN.

Fecha de nacimiento: 17 Tesiman 215

Nombre de los padres: Ben y Brenda.  Lugar de nacimiento: Sarnis. Domicilio: C/ Vincent Herfg 17 P02 B.

Localidad: Bleach.

Teléfono: Desconocido.

Número de detective: SAR-00218

 - Odio ser portadora de malas noticias, pero creo que van a tener que hablar con la policía de Bleach si quieren hacer dar el golpe a la vez. Nosotros no podemos llegar tan lejos. - Dijo con cierta decepción. - Lo que no entiendo es... - Miró al teléfono de Kharis y le hizo un gesto bastante evidente. - ...como se les pasó ese detalle... - Improvisó una excusa.

- ¿Qué? - Se escuchó desde el otro lado del teléfono. La jefa mantenía la calma, aunque se veía implícito cierto tono de nerviosismo. - ¿Qué sucede? ¿Cuál es el problema? - Insistió. - ¿Agente Daeric? ¿Ésta aquí?

- Mierda. - Con el sofocón y todo lo ocurrido en la OFI con Jones no estuve atento a los detalles... esos que la jefa si debió darnos al mirar las identidades. Miré a mi compañera un momento. - Bueno, eso nos dará mas tiempo y quizás podamos cenar algo... - Dejé caer la indirecta a Jones cuando escuché a la jefa al otro lado del teléfono.

- Sí, sigo aquí, lo siento... La jefa Thako a comprobado las identidades, en busca de sus direcciones y dos de ellos viven en Bleach y otro en Burt. - Luego miré a la jefa. - Culpa mía. Asumí que viviendo aquí Warren, los demás también lo harían. - Tampoco mentía demasiado.

- Así que nos tocará coordinarnos con la policía de Bleach también. Si antes dije que sí a esos hombres, jefa y solicité los furgones, ahora los vuelvo a confirmar. Es demasiado a cubrir y no podemos estar en todos lados. Ya que el grueso está en Bleach, quizás es donde debamos desplazarnos y que la jefa Thako y sus hombres se encarguen de Warren Bedford aquí. Seguiremos usando la oficina de Sarns si su jefa nos lo permite para mantener a los cuatro arrestados aquí y al señor Bedford, que le detengan cuando estemos llegando a Sarns con los demás detenidos. - Le expuse a las tres mujeres. - Así no pasará tiempo de más en una celda ni le dará tiempo a pensar. Voy a poner el manos libres, jefa.

Y eso hice y dejé el móvil sobre la mesa, para que todos pudiésemos hablar con ella, no solo yo. A fin de cuentas, ella era la verdadera responsable de todo aquello, aunque fuesen nuestras cabezas las que peligrasen.