Partida Rol por web

Entré en la habitación como alma que lleva el diablo y en cuanto estuve junto a los chicos me apoyé sobre mis rodillas para recuperar el aliento. Estaba algo pálido por el susto que me había llevado por culpa de aquellas tediosas armaduras. Respiraba con dificultad y me costó un buen rato recuperar el aliento del todo para poder hablar. 

-Fui a por esa espada... quería ayudar a Abie y to...todas las armaduras parecieron cobrar vida. -A la mierda la compostura y el saber estar, estaba acojonado pues aún no entendía por qué narices estaba metido en aquel lío. -Lo... lo siento.

Por fin el chico [Gabriel] pareció cobrar algo del aliento, Temperance se agachó con él, con sus manos en sus hombros para darle seguridad, y habló, las armaduras estaban vivas... vamos que cliché .. pensó Temp, o que le quitó un poco el miedo, mordió un poco su labio inferior, mientras pensaba y perdía de vista a la cosa que estaba tendida en el suelo aún.

Ahora les daban la información sobre los balcones, demasiado peligro para pasar de un lado a otro, un salto mal dado y podrían morir, sólo les quedaba una salida.la puerta, porque mientras  estuvieran ahí, esa cosa seguiría tendida en el suelo.

- ya... toma aliento, si se habían dado cuenta de las armaduras, son como las pinturas que te miran, toma aire y relájate - le susurro y se volvió a levantar, - nos perseguirá y nos hará movernos, seguramente nos alejará de donde debemos ir, ni siquiera sé si podríamos salir de este lugar... - arrugó el ceño, - creo que tienen razón, deberemos salir e irnos por las armaduras, intentar derribarlas y defendernos con las partes - echó una mirada a la criatura que yacía en el suelo, sentía que en cualquier momento se iba a levantar...pero...¿y si era uno de los que el caballero había llevado durante esos dos años?.. quizás estaba viva, era un ser vivo.

- vamos.. iré con los que vayan primero - contuvo el aire, podría llorar, quería llorar, pero no lo hizo.

Después del susto que nos había dado la criatura maltrecha que agarraba a Abie, todo parece volver a la normalidad durante unos segundos. Miro el destartalado portátil y seguidamente mi mirada se posa en su dueño:

- Vaya... Lo siento... Te compraré otro, mucho mejor, cuando salgamos -trato de parecer optimista con respecto al tema de sobrevivir a esta trama y esbozo una tenue sonrisa. Luego dirijo mi mirada hacia Abie, parece estar bien. Suspiro aliviada a la par que le doy una palmadita en la espalda.

"Un mal trago tras otro... Me pregunto cuánto tiempo tendremos hasta el sigui...", interrumpen mis pensamientos con algo que esucho decir: "Si entran aquí estamos perdidos". Al parecer el sonido metálico que proviene del pasillo y las palabras de Jenny, Nick y Gabriel son poco alentadoras: las armaduras han cobrado vida. Y llaman a la puerta. "¿Pero qué puñetas pasa?"... Ruedo los ojos en blanco y alzo las manos para pedir un poco de atención:

- A ver, tranquilos... Calma. Antes de hacer ninguna locura como salir al pasillo busquemos por la habitación algún "mecanismo" o rastro de alguna puerta secreta o pasadizo oculto. Es un castillo. En la época en la que se construyó seguro que tenían un "plan B" para salir de los aposentos, ya sea por temor a un asedio o por temor de ser encontrado con otro amante -dicho esto, me pongo a buscar por la habitación cargada de optimismo ruso, que suele ser efímero.

-tienes toda la razón - exclama - chicos vigilen esa cosa...- aun no podía confiarse y se pone al otro lado de la habitación a buscar algún relieve o algo que le ayude a buscar algún pasadizo secreto, lo mismo que Irina hacía.

La cama mal hecha, el espejo de suelo devolviendo vuestras imágenes, el fuego de la chimenea crepitando, el armario empotrado contra la pared que da al pasillo cerrado... y poco más.

No hay baldosas sueltas ni por el suelo ni por la pared, al menos a simple vista.

Nuevamente, nada, nada que indique algún pasadizo, alguna salida de aquel lugar que no sea saltando o por la puerta, así que luego de buscar, se separó de la pared, y buscó con la mirada a Irina, ella tampoco parecía haber encontrado nada, traga saliva y mira al resto, aún estaban paralizados del miedo.

- debemos movernos - les dice a todos - y solo hay una salida - indicó hacia las puertas y caminó hacia ella a dos zancadas colocando las manos en los pomos de la puerta y tomando aire y valentía para hacerlo. Las movió, empujando hacia abajo, para abrirlas y se echó hacia atrás, con sus ojos fijos en el pasillo, con el corazón en vilo y con el miedo  de que la lastimara fuese lo que fuese que estuviera ahí fuera.

En cuanto Temp abre la puerta se escucha un sonido extraño. ¡La espada ha quedado clavada en la puerta recién abierta!

De milagro. Al parecer Temperance ha abierto en el tiempo justo la puerta de manera que la espada no le ha dado a ella y ha dejado desarmada a la armadura.

¡Es el momento! ¡Es el momento de correr si es lo que teníais planeado!

-Tra... tranquila.

Crono se dirigía a Irina. El chico estaba aún recuperando el aliento por el esfuerzo realizado al usar la silla como arma, pues su cuerpo no es que fuera exáctamente... atlético. La verdad es que el menor de sus problemas en ese momento era que la chica hubiera destrozado su ordenador. No se le ocurría ninguna utilidad aparte de haber sacado el mapa del castillo, del cual ahora cada uno tenía una copia recién revelada.

-No pasa nada, no iba a ser útil. No... Me importan más otras cosas ahora.

Inconscientemente, se llevó la mano al pantalón para sentir su reloj. Sí, era un movimiento involuntario. Sí, lo repetía demasiado. Sí, si no lo encontrara, no sabía qué pasaría.

Mas había otros problemas.

Gabriel había entrado con la cara blanca, anunciando que las armaduras del pasillo ahora querían tener una "conversación amigable" con nosotros. Perfecto... Nick propuso salir por la ventana... Arriesgado. Temperance buscaba otras salidas de la habitación... infructuoso.

-Siempre podemos tratar de tender un "puente" entre los dos balcones.-dijo entre suspiros-Quizá si arrancamos la puerta del armario podamos colocarlo a modo de pasarela. ¿Crees que alcanzaría Nick?¿Lo crees?-el tono de su voz era irregular, marcando la ausencia de tranquilidad que destilaba la situación.- Si hacemos eso... podemos colocar el armario antes en la puerta, y así... así... así ganamos algo de tiempo.

Y si no os parece bien... mejor correr mientras podamos, a un piso superior, o algo así. Son... son unas armaduras pesadas, no pueden tener buen equilibrio, y menos si no tienen a nadie dentro.-Ahora era su mente de físico la que hablaba.- Si mientras están subiendo por unas escaleras o algo así... podemos empujarlas con algo suficientemente largo... creo que será fácil que se desequilibren y caigan.-Su corazón se aceleraba, y se llevó una mano al pecho. Se sentía útil, estaba teniendo una idea.- No creo que acercarse sea una opción... un espadazo y...

Crono tragó saliva. Y su cara expresaba la palabra que no había salido de sus labios.

En ese momento, una espada hizo su aparición. La puerta estaba abierta, y la armadura estaba muy cerca... pero desarmada. Había que correr, no había demasiado tiempo para pensar otros planes.

Contuvo la respiración un segundo para mirar a Nick, en el momento que él echara a correr, también iría Crono. Por nada del mundo iría el primero... y esperaba que tampoco el último.

Veo a Temperance abrir la puerta y casi ser asesinada por la maldita armadura. Mierda... No debe morir nadie más! Me lanzo a la carrera intentando atraer la atención de las armaduras para que la mayoría me sigan a mí y los demás puedan escapar. Grito con todas mis fuerzas nada más salir para que se giren a mí. Corro hacia ellas tomando el camino de la izquierda, alejándome del baño. No sé si es el correcto, pero no me importa. Tengo que alejar a las armaduras como sea.

-Corred al otro lado!-Grito a los demás mientras avanzo lo más rápido que puedo sin esperar a ver lo que hacen los demás. Es muy probable que no salga con vida de esta, pero así al menos ellos, vivirán. Crono vivirá. Se lo merece más que ninguno. Hazlo, Crono, hazlo por mí.

En el último momento miro para atrás, intentando comprobar si mi plan ha funcionado o si mi posible sacrificio ha sido en vano. Sonrío, no quiero que nadie me recuerde triste. Si muero, quiero que morir tal como he vivido. Feliz. Contento. Ayudando a los demás. Adelante chicos, salid de aquí con vida y disfrutad de todo lo que os espera ahí fuera.

De repente ya no había tiempo para nada, no podía recuperarse del susto, no podía pararse a observar la distancia entre balcones con la suficiente calma como para decidir que opción era mejor y no debía pensar qué las armaduras la trincharían como el pavo de acción de gracias. Simplemente tenía un instante de reacción y de nuevo su impulso fue más rápido que su mente.

- ¡Irina! - la urgió antes de traspasar la puerta, deseando que su nexo de unión con el grupo fuera con ella.

Con torpeza, arrastrando la pesada bolsa con ella y la linterna en la mano salió disparada sorteando las armaduras en dirección a la escalera, sin apenas coger aire, resollando a causa del pánico y el esfuerzo.

Sabía que había una alta posibilidad de que al abrir las puertas hubiese quedado como brocheta, pero aún así, ver esa cosa ahí delante, con la espada en alto y delante de sus ojos, Temp contuvo el grito, el aliento, y se echó hacia atrás, asustada como ninguna, pero la armadura no pudo moverse rápido, y fue a dar al suelo.

- mierda! - exclamó, aún consumida por el miedo, cuando el primero decidió salir, ordenando que todos salieran en la otra dirección.¿pero qué buscaba?que lo mataran? Temp se puso de pie, y corrió a la espada que estaba clavada en la pared, para intentar sacarla, y se fue detrás del loco que había escapado, para burlar a las armaduras, se defendería, lo ayudaría y seguramente moriría en aquel acto. Lindo lugar donde morir, esperaba que su madre pudiera encontrar sus novelas y lanzarlas pos morten, ganaría mucho dinero.

- idiota!!! suicida!!! - le gritó al chico que había corrido en la dirección contraria a las escaleras, ahí, escapar de las armaduras, defenderse como pudiera, y ayudarlo.

En vez de conmoverme, la acción de Nick hace que ponga los ojos en blanco molesta. - Maldito héroe, morirás y tu 'hazaña' no habrá servido para nada - pienso. Cuando Abie sigue los pasos de Nick, miro al resto. - Debemos dividirnos e intentar reducir al mayor número de armaduras posible - conforme hablo acorto la distancia con la puerta. - Que Nick las haya atraído no quiere decir que todas vayan a seguirle, o que Gabriel no haya activado las armaduras del resto del castillo. - Por un segundo me doy la vuelta, para echarles un último vistazo - Yo iré hacia el otro lado. Para cubrir terreno y para no unirme a la locura del playboy - termino para mi. Tras eso, hecho a correr hacia el lado contrario. 

Di gracias en mis fueros internos a estar en tan buena forma pues me sirvió para recuperar el aliento con gran facilidad y a reponerme del susto. Pero antes de poder decidir qué íbamos a hacer la chica nueva abrió la puerta acelerándolo todo. El mismo modelo de espada que yo mismo quise coger atravesó la puerta asustándonos a todos.

Fueron saliendo todos y cuando reaccioné para ir hacia la salida me asusté al ver que Nick se internaba entre las armaduras, dándonos una opción al resto para escapar seguido de al menos la chica nueva. -¡No! si morís ahora su sacrificio será en vano, ¡tenemos que escapar!. -sin más dilación corrí en pos de Abie y del resto del grupo que iba hacia las escaleras, escapando de las armaduras. Todo esto es por mi culpa, la has liado pero bien Gabriel.

La chica nueva abre la puerta y de poco que no se la llevan por delante con un espadazo. Acto seguido, la siguiente sorpresa fue ver a Nick correr hacia el pasillo, en sentido contrario al baño y gritando que vayamos hacia el otro lado. "Oh, ¿en serio no debemos seguirte? O tienes muchas pelotas o cocaína que no has querido compartir con tus compañeros...", niego quedamente, aún absorta tras tantas sorpresas seguidas. El grito de Abie me despierta de mi momentánea ensoñación.

- ¡Vamos, vamos, vamos! -grito también al resto y sigo a Abie, que toma dirección hacia la escalera. Tenemos que subir y encontrar a la amada de ésta historia. Si lo hacemos, si lo conseguimos, si lo logramos... Tendremos la mitad del desafío completado. La mitad de probabilidades de salir de aquí con vida. Todos. No nos podemos permitir perder la oportunidad de pelear.

¡Menuda estrategia más alocada!

Habéis salido todos casi sin pensarlo tras la decisión de Nick de "correr hacia donde sea". El pasillo está repleto por ambos lados de armaduras que se mueven; si bien no de forma muy rápida por lo que al final no parece una estrategia tan suicida.

Con las prisas os habéis dividido en pequeños grupos. Nick, Crono y Temperance han decidido deshacer el camino andado y regresar a la escalera principal. Mientras que Abie, Irina, Gabriel y Jennifer han optado por intentar llegar a las escaleras ascendentes.

En un principio os va bien. Gabriel e Irina toman ventaja, esquivando los cortes al aire dirigido por las armaduras con bastante facilidad y viendo huecos por donde pasar. Parecían hechos para las carreras de obstáculos. Jennifer no se quedaba atrás. Se agachó un par de veces esquivando cortes y rodó por el suelo en una ocasión desesperada. Sin embargo, Abie no estaba hecha para esa acción o quizás el pie algo dañado por el ataque de la chica de la toalla le impedía adaptarse al ritmo de sus otros compañeros. En más de una ocasión se chocó con brazos de armadura e incluso derrumbó una chocándose de frente, pero ella no frenaría. Tenía que llegar... ¡¡TENÍA QUE LLEGAR!!

En el lado opuesto Crono corría a sabiendas de que la vida le iba en ello. Pasó de largo a Nick que tropezó en un intento por esquivar un corte en vertical de una de las espadas y no pareció tener mayor problema. Nick y Temperance iban a su ritmo. Chocando entre ellos, tropezando, esquivando en última instancia... no estaba siendo un recorrido fácil. De hecho... el filo de las espadas les recordaba a la daga insertada en Jessica. Era un mar de armaduras y filos cortantes.

Crono llega a la escalera, desierta de armaduras y mira hacia atrás con el corazón latiéndole a mil por hora. Temperance y Nick están algo lejos aún y las armaduras se agolpan alrededor de ellos. Parece que no hay salida...

La joven y extrovertida Abie Bell corre de forma persistente. Tiene algún que otro corte superficial en brazos y cara y de seguro le saldrá un buen moratón en la cadera tras el último choque con una de esas armaduras fantasmales, pero lo logra. Termina por llegar junto a sus compañeros. Todos jadeantes, pero al fin y al cabo vivos.

Temperance se agacha, se echa hacia un lado chocando contra uno de los bancos y tropieza en el último momento, recorriendo el último trecho a gatas. Ha conseguido salvarse y llegar hasta Crono. Nick continúa en su lucha contra el mar de la forja. Ve el final... puede llegar... puede librarse...

¡ZAS!

Una espada ha llegado a tocar carne. El dolor que ha sentido Nick ha sido indescriptible y ha obligado a su pierna a ceder. Tiene un buen corte en la parte anterior del muslo derecho. Es sangrante y de momento le impide levantarse. Las armaduras se agolpan a su alrededor. Brillantes, amenazadoras y mortales. Dos de ellas levantan su espada para terminar de ajusticiar al chico que no puede hacer nada por librarse de ese fin. Pues es eso, su fin.

Los filos comienzan el descenso y algunos casi prefieren no mirar.

No obstante. El golpe no llega. Sir Gawain, portando su espada bastarda ha aparecido en medio del círculo y ha parado ambas espadas con la suya.

Sir Gawain:- ¡No te rindas! ¡No puedes rendirte! Tus compañeros... te necesitan. ¡Todos te necesitamos!

Pega una patada fuertemente a otra de las armaduras y le abre camino a Nick que a rastras y mientras Sir Gawain le cubre las espaldas, consigue alcanzar a sus compañeros.

El duelo del caballero no dura mucho más. Con un último grito desapareció irradiando luz que tumbó a todas las armaduras. Solo podía hacer una aparición y decidió que la decisión de Nick había sido tan heroica que merecía ser rescatado.

El nuevo piso cuenta con la misma disposición que el anterior. Puertas cerradas a ambos lados del pasillo y las escaleras ascendentes están atravesando el pasillo, tal y como podéis ver en el mapa.

Hay luz, algo que al menos os debería tranquilizar.

Había sido lo más más estúpido que había hecho en su vida, ni siquiera esa fiesta en la universidad que terminó con ella en la playa en un barco con un profesor y con un vestido de mucama se había comprado con eso, no, nada en si vida se compraría a eso... Había corrido, las armaduras se agolparon en torno a ella y los otros chicos, iba a morir, iba a terminar con la chica del estudio. Gritó ahogada cuando vio el vilo de una de las espadas a un paso de su cuello... Moriría por ayudar a dos que también iban a morir...

Pero alcanzo a salir, a gatas, pero salió, el haber caído la hizo eludir algunos de los espadazos hasta que pudo alejarse  de las armaduras,  llegando hasta donde Crono...  Pero miró atrás, el otro chico había sido herido,  y ahora sangraba en el suelo justo antes de que fuese asesinado por las armaduras.... Temperance oculto su mirada, eso era demasiado para ella, pero en vez de escuchar un grito, escuchó el choque de espadas,  y al mirar, vio al Caballero salvando al chico, Temperance aún sin levantarse del todo fue donde el chico que intentaba escapar lastimado, en medio de la batalla,  y lo tomó de los hombros para poder sacarlo.

El caballero peleo con las armaduras,  y terminó en medio de una esfera de energía, justo después de haber salvado la vida del chico, y diciéndoles que todos lo necesitaban.. todos...

- estas... estas herido...- ya lejos de las armadura lo dejó sentarse en el suelo, mirándolo  y rasgando la manga de su blusa, jalándola para poder hacer un torniquete en su muslo - déjame...  ver - murmuró, pero vio sus manos, estaban temblando, y debió sentarse en sus pantorrillas, asustada, temblando, al borde de una crisis de de histeria, pero intentaba controlarse.

Mis movimientos son lentos y torpes. Qué me pasa? Yo no soy así Sin embargo son muchas y no soy capaz de ver bien el camino. Solo veo metal y más metal. Mi cuerpo actúa por inercia, esquivando los filos por muy poco. Se hacía interminable y estaba lejos de ir a mejor. Venían más y más armaduras y yo cada vez iba más lento. Si esto sigue así...

Pero ahí está! Veo a Crono llegar a las escaleras. Estoy a salvo, solo un poco más. Al mirar al chico y mi salvación pierdo la concentración por un momento y una espada me cae en el muslo. -Ah!-Un único grito ahogado es el que sale de mi garganta mientras caigo al suelo, más por la sorpresa que por el dolor. Sin embargo el dolor no tarda en llegar y resulta insufrible. Intento sacar fuerzas para levantarme, pero el dolor me impide cualquier movimiento. Demasiado intenso. Dos armaduras se acercan a mí, tapando cualquier vía de escape. Así que ya está. Este es mi fin. Cuando las armaduras alzan sus espadas cierro los ojos, como esperando que de esa forma toda aquella pesadilla acabase y despertase en mi cama, entre mis apuntes de la Edad Media.

Espero, pero mi final no llega. En vez de eso escucho un sonido metálico. Será posible que hayan fallado? Abro los ojos y cual es mi sorpresa cuando veo a Gawain luchando contra las armaduras. Sus palabras de aliento hacen que las fuerzas vuelvan a mí, suficiente para que pueda arrastrarme por el camino que ha abierto para mí. No mueras ahora idiota. Tienes que salir de aquí. Tienes que salvarlos! Por fin consigo ponerme relativamente a salvo y Temperance me ayuda a llegar hasta las escaleras. En ese punto me tiro en el suelo boca arriba gritando de dolor y esperando que la herida no sea demasiado grave. Si sigue sangrando no llegaré mucho más lejos. -Haced algo por dios!-Sollozo.

Cuando llegamos al nuevo piso y deja de haber armaduras en nuestro radar ralentizo el paso. Aun así, no dejo de moverme ni un instante. Llevo el pulso tan acelerado que podría explotar en cualquier momento. Doy vueltas en torno a un punto sujetándome la cabeza con fuerza. Entonces me doy cuenta. Asustada, paso mis manos por mi cuerpo en busca de algo que, por supuesto, no encuentro. - Mierda... - me lo he dejado en la habitación. Y, a este ritmo, lo necesitaré pronto.

Intento pensar en otra cosa y me pongo a abrir todas las puertas del pasillo. - Como no, cerradas - murmuro molesta tras cerciorarme de la situación. Entonces, me doy cuenta de la luz que surge de la parte superior de las siguientes escaleras. - Parece que no tenemos muchas opciones... - les comento a mis compañeros señalando en esa dirección con la cabeza. - ¿Vamos?