Partida Rol por web

El elfo ignoró los comentarios del enano, y hasta cierto punto los del bretoniano. Para el caballero sería normal luchar con la espada, pero Angran era torpe con ella y no pensaba arriesgar su vida. 

Angran estaba buscando un arma de proyectiles por si hubiera futuras luchas. Un arco de pequeño tamaño sería suficiente para lo que él necesitaba. Le mantendría lejos de los problemas y si se veía apurado echaría a correr. Acompañó a Arianne en su pequeña aventura por el pueblo mientras estaba atento a posibles formas de ganar algún dinero.

- Lo desconozco, madmoiselle - respondió el bretoniano a Resha, encogiéndose de hombros con suavidad -. Parece que alguien está... arengando al populacho. En cualquier caso, no creo que sea algo que tenga nada que ver con nosotros.

Gerard esperó un poco a ver si había alguno más que se fuera a reunir con ellos en la búsqueda de los muelles y posibles pasajes. No podían tardar mucho, no fuera que se quedaran atascados allí una noche. Su misión dependía en gran parte, del tiempo.

Tras adentrarse en aquel poblado el grupo se separo para llevar a cabo sus planes. Gerard y Resha se fueron directo hasta donde se encontraba el puerto para adquirir los boletos para el transbordador y así poder cruzar el río Stir.

Allí los alcanzaron Gurnik, Grii y Aenalor quienes se habían encargado de realizar las compras de todos, su éxito no había sido muy bueno, mas que nada por el peculiar tono de voz de los enanos.

Por otro lado estaban Angran y Arianne quienes se encontraban aun buscando donde y a quien venderle las pieles. En ese respecto, todos tenían la esperanza de poderles sacar buen provecho a fin de poder no solo solventar los gastos actuales sino también los gastos del transbordador.

Una vez que casi todos se encontraban reunidos, el grupo se acerco hasta el único buque de gran tamaño que se encontraba en el lugar; el supuesto trasbordador no era mas que una amplia barcaza de río sobre la cual ya se estaban cargando cosas y si querían alcanzar lugar tendrían que darse prisa pues según habían escuchado era probable que por la hora no se hiciera ningún otro viaje mas.

En el lugar había un amplio tablón de madera donde se podía leer lo siguiente “costo del viaje: 2c por pasajero, 5c por corcel, 2co por carro…”. El precio aunque no era realmente caro, tampoco era muy accesible para su actual economía por lo que probablemente no tendrían mas opción que intentar negociar con el capitán de la barcaza; y eso con el dilema de que habiendo tanta gente interesada en cruzar a esas horas, sería difícil que pudieran bajar considerablemente el precio.

Ignorando el gentío reunido alrededor del orador y sin prestar atención a lo que este pudiera estar diciendo, Gerard fue hacia el puerto con Resha acompañándole para poder mirar lo antes posibles los precios del transbordador. Y mientras lo estaban haciendo, Aenalor, Grii y Gurnik se reunieron con ellos.

Los precios no parecían elevados, eso había que reconocerlo... pero creía que no iban a ir tan bien de dinero, al menos en lo que al grupo se refería. Habían tenido varios gastos desde que empezara el viaje y, aunque él había procurado ser cauto, había supuesto bastante para todos. Así pues, el bretoniano, tratando de hacer cuentas, pensó si debería o sería necesario que él pusiera parte de su dinero para todos. Además de que él no se veía con el tacto o la experiencia suficiente como para negociar con el dueño de la barcaza.

- ¿Tienen suficiente? - preguntó a sus compañeros, mirándolos de reojo.

Había que decidirse ya...

El enano acababa de dejarse 11 relucientes coronas en un escudo, y a un precio abusivo, lo cual no le hacía ninguna gracia. Y por si eso no era poco ahora tendrían que lidiar con el capitán para conseguir un maldito sitio en una cáscara de nuez con mástil. 

- Yo por mi parte ya he tenido bastante negociación por hoy, creo que si tengo que volver a negociar con un humano en la siguiente semana mi regateo se va a basar en martillazos, así que mas vale que habléis vosotros, o tendremos un problema...

Esperaba que el grupo financiase el viaje con el dinero que sacasen de las pieles, y así no tener que soltar ninguna pieza de oro mas en una temporadita.

A ver que pide el capitán...

El enano suspiró, y se resignó a esperar que hacían el resto.

Antes de entrar al lugar donde pretendemos vender las pieles, me aseguro de quitarles de encima la suciedad que puedo ver y consigo que se vaya, no queriendo dar la impresión de que se han pasado los días sin un buen tratamiento y tiradas en un carro. -Ahí vamos. -Le digo a Angran, antes de avanzar. Una vez dentro del recinto, paseo mi mirada de un lado al otro hasta que con nuestro aspecto conseguimos la atención de alguien.

-Nos interesa vender unas pieles que conseguimos hace unos días. El tiempo nos impide completar su tratamiento, y aquí contais con los medios para ello, por lo que todos ganamos al salir. -Cuando termino la frase, el hombre se queda ligeramente chocado. Quizá he vuelto a liarme con las frases hechas del común. -Las tenemos aquí, para poder echarles una mirada antes de negociar.

Después de pasar delante del tumulto, conseguimos llegar hasta el embarcadero. Allí las barcas de pesca y el transbordador esperaban amarradas. Este último tenía un gran trasiego de gente y de animales, parecía que mucha gente había retrasado al máximo su hora de embarque.

- Parece que ser dueño de un transbordador, da dinero en estas tierras. Comento sin mirar a nadie en particular.

Una vez nos acercamos hasta el capitán, este nos comunica los precios. No parecían caros....en otro momento habría sido calderilla....aun así serían un lastre para nuestra menguante economía.

- Es lo que hay. Y con la cantidad de gente que tiene...raro sería que le convenciésemos para que bajara el precio. Espero unos segundos antes de continuar hablando. La otra opción es buscar una posada en el pueblo y esperar a mañana....cosa que aumentaría los costes a la expedición.

El tiempo parecía ir en nuestra contra desde que empezamos la misión.

Como en anteriores ciudades, y en todas las que que formaban los humanos, el alboroto que había en las calles era, hasta cierto punto, incómodo. Todo el mundo moviéndose, gritando, corriendo y entre todas estas gentes avanzábamos nosotros, con nuestros caballos. Mientras cabalgaba, fuí guardando los objetos que había adquirido en la tienda de suministros. Los tres dardos en una bolsa, la campañilla en otra, el plumón en otra y un par de viales en mi mochila. Las luciérnagas ya intentaría adquirirlas yo, porque al precio al que nos las querían vender era ciertamente abusivo. Esperaba que Arianne me ayudara en esta tarea. El trayecto se hizo prácticamente interminable, pero finalmente llegamos hasta el embarcadero, donde había una nave que iba a zarpar. Creo que no tenemos más remedio que coger este trasbordador, aunque eso implique que nuestras bolsas mengüen un poco más digo sin saber lo que había sacado siquiera Aria por las pieles mirando a Resha con una sonrisa. Si quieres cuando acabemos con esto ponemos uno nosotros

El hombre escucho con atención las palabras de la elfa, aunque claramente no estaba muy convencido.
-Las pieles están bien conservadas, pero no están frescas, llevan días sin tratar, no basta con dejarlas secar. Les daré una moneda de oro por cada uno y un consejo, con eso pueden darse por bien servidos-. Respondió el comerciante, con una clara indicación de que era improbable que subiera más el precio que pensaba pagar por aquellas pieles.

Desde que partieran a hacer las compras se habían separado de Angran y Arianne; y aun ahora que ya se encontraban frente al trasbordador, no había señales de sus compañeros. Se estaban empezando a tardar, no obstante si conseguían un buen precio con las pieles eso no seria algo que importase; claro, siempre y cuando alcanzaran el trasbordador.

Aunque también estaba la idea de Resha, la cual no le convencía ni a ella misma y sin embargo podía llegar a ser su única opción si la barcaza se llenaba antes de que sus compañeros llegaran.

Por ahora la barcaza ya estaba llena hasta la mitad y mas gente seguía acercándose. La disyuntiva actual que el grupo enfrentaba era simple, comprar o no comprar los boletos.

Viendo que nuestros compañeros no venían y que la gente no paraba de subir al trasbordador, miro al resto

Vayamos yendo para hablar con el capitán y reservar un lugar para todos nosotros. No sabemos cuánto van a tardar en llegar y, si esperamos mucho, pudiera ser que nos quedáramos sin una plaza. tras decir esto, hago un gesto con la cabeza al resto para avanzar justo cuando espoleo a mi caballo para hacer lo mismo.

Viendo que, efectivamente, sus compañeros estaban tardando en llegar y que la barcaza se estaba llenando, no le extrañó nada que Aenalor hiciera esa sugerencia.

- Voy con vos, monsieur Aenalor. Mientras, alguien debería quedarse aquí esperando a los demás.- propuso.

Esperaba que Angran y Aria no tardaran mucho... y que el capitán del transbordador no quisiera aprovecharse de ellos. Bastante mal iba su economía como para permitirse algo así.

Sonrío ante las palabras de Aenalor. - Claro hombre cuando salgamos de esta, quizá deje que me acompañes. 

Acompaño con la mirada a Gerard y Aenalor, en su camino hasta el transbordador . Me mantengo junto a Grii y el carro, mientras sujeto las riendas del caballo. 

- Esperemos que los demás no se retrasen. Si este último barco se marcha...tendremos que esperar hasta la mañana. 

Pieles, magníficas pieles de bravos animales que estuvieron bien alimentados toda su vida. Durante muchos meses acosaron la granja y las ovejas de un campesino, no muy lejos de aquí, y se alimentaron con su carne; fortaleciendo sus cuerpos. Finalmente encontraron su fin a nuestras manos.

Con sus argumentos quiso dar fuerza a la negociación de Arianne, aunque él no sabia nada de pieles de animales.

-Todos los lobos hacen eso- sentenció aquel hombre en respuesta a las palabras de Angran. -Tengo que atender mi negocio y tengo tiempo para regatear por eso- dijo señalando a las pieles, -les doy 4 coronas y 10 chelines. Lo toman o lo dejan?-.

Quedándose atrás Resha con los enanos, el grupo compuesto por Gerard y Aenalor avanzaron hasta donde una pequeña fila de gente se formaba para comprar el pasaje. La gente allí reunida aunque no era mucha, seguía llegando de forma constante, con lo que probablemente la barcaza estaría llena en no mas de una hora; si sus compañeros no llegaban en ese tiempo, estarían en problemas.

Al fin, tras unos pocos largos minutos en aquella fila, llegaron hasta el vendedor el cual a la pregunta del precio y la intención de querer debatirlo, les respondió señalando al tablón con los precios.

-Es la ultima barcaza, se llenara con o sin ustedes, no tenemos por que bajar el precio, si no les gusta esperen a que amanezca, a primera hora sale otra barcaza-.

Lanzando una mirada hacia atrás, hacia mis compañeros antes de girarme hacia Gerard, me encojo de hombros

Está bien, cada uno hace lo que puede por ganarse las monedas, lo entiendo. Tan solo preguntaba por si hubiera precios por grupos le digo sonriendo, intentando rebajar la tensión Está bien, iremos en esta barcaza. Somos siete más siete caballos y una carreta. Eso suma un total de.....¿28? era consciente de que teníamos que ir en esta barcaza, a pesar de que saliera otra al amanecer, no nos aseguraba que fuera más barata, y como bien sabíamos, el tiempo estaba en nuestra contra.

¿En qué coño estaría pensando en duque al darnos tan poco dinero? ¡¡¡si nos lo íbamos a gastar todo en llegar hasta allí!!! maldije para mis adentro el desconocimiento de estas tierras para poder haber discutido razonadamente el precio ofrecido por el duque.

Mientras mi mente se alejaba, mis manos se iban hacia la bolsa con las pocas monedas que quedaban. Tan solo esperaba que Arianne consiguiera un buen precio por las pieles de los lobos, al menos lo suficiente para sufragar los gastos.

El bretoniano dejó que fuera Aenalor el que hablara, pues había demostrado tener mucho tacto a la hora de tratar con otros a lo largo del viaje. Sin embargo, el dueño de la barcaza no parecía nada dispuesto a negociar (llegando incluso a ser algo desagradable), por lo que no había opciones. Suspiró para luego acercarse en el momento en que el elfo estaba haciendo cuentas de lo que podría costarle todo al grupo.

Parecía que su mejor opción era que él tratara de pagar la mayor parte del dinero de ese viaje, ya que a él aún le quedaba bastante dinero. Se acercó a su compañero y le susurró discretamente:

- Creo que yo puedo ocuparme de la mitad de la factura, monsieur Aenalor... Sería bueno decírselo a los demás antes de que pagáramos.

La misión era lo primero, después de todo.