Partida Rol por web

Contemplo con los ojos muy abiertos la pequeña creación de Grii, preguntándome por un momento si realmente algo como eso podría contarse entre una de sus mejores obras. Sin embargo, cuanto más me fijo y más habla sobre ello, más me voy dando cuenta de que ciertamente es una creación totalmente inútil, porque para saber qué hora es me basta con mirar al cielo o ir contando, pero realmente magnífica. -Es muy bonito, y me encantaría. -Le respondo con un tono alegre, antes de entrar en la sala en la que nos han convocado.

Allí, las palabras de la mujer me llenan de intranquilidad y de una sensación de vacío como cuando me cuentan el principio de una historia pero no más allá, y me hacen esperar para saber el resto. Mis compañeros parlotean más o menos sobre ello, mientras yo me quedo pensativa tratando de ver qué hay detrás, pero no consigo nada antes de que el humano que nos ha convocado aparezca, una falsa sombra de un elfo sabio, pero al menos bastante por encima de la media de su raza, que no es decir poco. Siguiendo lo poco de etiqueta humana que creo recordar, le hago una ligera reverencia como saludo antes de aceptar la copa y darle un sorbo para probar el vino.

Que no es otra excusa para pegar el oido a la conversación que la mujer y el duque están teniendo, y de paso echarle un buen vistazo a la sala. Llevo ya demasiado rato sin mi arco en un lugar no controlado, y más que relajarme toda esta situación lo único que consigue es echar más fuego a mi curiosidad. Pero si los protocolos humanos son lentos, algunos de los de mi tierra no son solo eso, sino que llegan a centenarios. Así que en cuestión de paciencia, aunque por dentro quiera lanzar flechas a todas partes para relajarme, no me gana nadie. Y viendo que alguno de mis compañeros no lo consigue tanto como yo, le hago un gesto de llamada a la calma a Grii, mientras maldigo internamente que el vagabundo elfo hable, porque así no hay manera de que el duque considere la conversación como privada y pueda pegar la oreja.

"Ajah", el nombre de la mujer le recordaba a Resha esas contestaciones vagas cuando una conversación le resultaba especialmente tediosa. Saludó al duque con una genuflexión elegante alzando ligeramente el faldón de la túnica de nuevo para extenderlo ante ella e inclinar la cabeza haciendo que los mechones dorados se resbalaran de sus hombres hacia el vacío, posándose sobre el pecho al erguirse de nuevo.

Vaya, alguien ha sido una chica traviesa... que falta de compostura.

Cerró los ojos enarcando ligeramente las cejas en un gesto condescendiente a la par que frío e impersonal mientras extendía la pálida mano hacia la copa plateada en el que se contenía el vino servido. Hizo un ademán de llevárselo a los labios mas esta vez ni siquiera se los humedeció. No es que le afectara especialmente, pero prefería mantener la cabeza especialmente clara cuando se iban a tratar negocios... negocios que tenían una paga demasiado interesante como para dejarlos ir y que hacían plantearse el riesgo a correr a cambio de ese precio. Vocalizó un "no" mudo hacia Arianne, indicándola que al menos ella procurara no pasarse con las viandas que ofreciera el noble.

Maldita sea!!! No quiero vino ni mariconadas similares, quiero saber para que estamos aquí!!!.

Gurnik está impaciente y no entiende a que vienen tantas tonterías y tantas conversaciones privadas. Ellos los llamaron y por lo que se ve viven juntos así que tuvieron tiempo suficiente de hablar antes de recibirlos para no tenerlos sentados en una estúpida mesa de un palacio. Allí Gurnik no encontraría la muerte honorable que ansiaba, y tras un tiempo de espera más que prudencial se levantó de la mesa para acercarse al noble y a la mujer.

Hemos venido para algo importante o solo para beber vino???? Si es para eso disculpenme pero creo que me iré, tengo muchas cabezas que cortar y no creo que estén aquí, aunque si es lo que pretenden podría cortar alguna de las presentes. Empezando por la tuya noble imbécil. Tu sangre lavará la humillación de Dorn.

Si en cambio no es para beber vino para lo que nos han traído les agradecería que dejen de cuchichear y nos lo cuenten, no me gusta perder el tiempo, podría morirme de viejo o de aburrimiento mientras espero que nos digan que pasa y eso es algo que no permitiré.

Gerard dió un leve y educado sorbo a la copa, mientras aguardaba pacientemente. Sabía que los nobles no tenían porqué darse prisa y menos en el trato con unos aventureros (por mucho que uno de ellos fuera de alta cuna también). Sin embargo, no parecía que el vagabundo y el matador fueran muy pacientes, especialmente el último. El bretoniano frunció el ceño por el tono que empleó el enano, así como por sus palabras, pero aguantó las ganas de responderle. Aquella no era su casa y no quería empezar otro enfrentamiento.

Igualmente, a ver qué reacción tenía el conde....

-Gurnik, no es cierto?- preguntó el noble pero sin esperar respuesta y con la certeza de que conocía la respuesta. –Te habría identificado aun ante una muchedumbre-, clamó mirando las paredes de la amplia sala para enseguida extender su mano hacia la puerta. –Puedes marcharte si eso es lo que deseas, que no se diga que fui yo quien te mato de aburrimiento. No los he traído aquí a la fuerza y del mismo modo no los mantendré aquí. Ahora, si me lo permites y tienes algo de paciencia me gustaría exponerles el motivo por el que están aquí, no sin antes recordarles que son exiliados y que se encuentran en el imperio.- Sus palabras aunque en un tono ameno tenían un cierto toque de advertencia aunque no llegaban a la amenaza pues no parecía que el hombre tuviera deseos de cumplirla.

Mientras el duque se desprendía de Ajah de forma tajante obligándola a salir del lugar, se aproximó hasta el vino  y mirando con cierto gesto de travesura a Gurnik, se sirvió de nuevo.
Y así, levantando la copa en alto y dando un sorbo inmediato empezó a exponer el motivo de la singular reunión que acontecía aquella noche.
-Ha llegado el momento de hablar de negocios, se que no desean que le de muchas vueltas al asunto y que termine cuando antes con esta conversación que quizá les sea incomoda y aburrida- Recalco el Hombre al tiempo que  bebía mas vino en espera quizá a ser secundado.

-Quizá jamás hayan escuchado del guardián del templo eterno, probablemente no pues una historia poco conocida y que en general es considerada un mito; según dicho mito esta supuesta persona, el guardián de aquel lugar,  es un elfo que cuida un viejo templo en lo mas profundo del bosque de Altern. Resulta que dicha historia es cierta, he incluso el guardián es persona real que uno puede tocar y ver, o al menos podía. Lo conocí hace ya muchos años y nos hicimos grandes amigos. Hace unos pocos días apareció su cadáver a las afueras del templo que el mismo cuidaba, en una aldea de elfos que esta junto a un río, discúlpenme que no tenga mas indicaciones al respecto, nunca he estado allí y la información es muy reciente.- El Hombre calló por unos instantes pensativo, algo parecía perturbarle la mente; incluso por breves instantes sus facciones se habían endurecido de sobre manera.

-Para empezar, lo que necesito es que vayan por el cadáver de mi amigo y lo traigan a esta ciudad lo mas rápido posible; se que no es el tipo de misión que esperarían, sobre todo cuando se les prometen grandes recompensas; pero espero entiendan que no podía mandar a cualquier persona a ese lugar; se dice que las mismas criaturas del bosque protegen su cadáver, además con la noticia de su muerte me ha llegado el rumor de que a sido asesinado por alguna oscura fuerza. Así, si bien es probable que su viaje sea tranquilo, a la vez existe cierta posibilidad de encontrar serios inconvenientes, y no soy de las personas que deje las cosas al azar; no he de correr riesgos, por lo cual he buscado a lo mejor que pude encontrar.- el Hombre les señalaba girando su brazo extendido entorno a todos los presentes.

-Y si, he de ser sincero al reconocer que la deuda que ustedes tienen con el imperio me pareció el perfecto motivo para confiar en que cumplirán con mis sencillas peticiones al pie de la letra. Cosa que no hubiera sido posible encargándosela a un grupo de mercenarios, los mejores me habrían rechazado y los peores no hubieran sido dignos de confianza.- Finalizó el duque esperando no sobreponer demasiada información en sus invitados, invitándolos con ello a reflexionar sus recientes palabras.

Haciendo más bien caso omiso de la advertencia de Resha, decido darle otro largo trago a la copa antes de devolvérsela al sirviente saboreando todavía el vino en mis labios. Es cierto que es un brebaje zafio, muy domesticado, pero al menos el duque tiene buen gusto y ha elegido algo aceptable, así que me parecería una ofensa muy fea declinarlo sin más. Además, es la única manera que tengo para no adelantarme hasta Gurnik y arrearle el buen capirotazo que se merece. Había pensado en perdonarle un par de flechas al enano, pero si no sabe mantener la boca cerrada un rato y abrirla para comentarios decentes, no hay manera alguna de que eso ocurra. Aunque solo por la respuesta del duque humano ya ha valido parcialmente la pena, y da pie a entrar en detalles. Una misión aparentemente sencilla, en un bosque con criaturas salvajes. O lo que es lo mismo, una misión tremendamente complicada y perfecta para mí. No sé cómo nos habrá encontrado a cada uno el humano, pero no hay que quitarle mérito por saber escoger.

-¿Entonces el cuerpo a recuperar está en el bosque exterior, en la aldea o junto al templo en lo profundo? ¿Qué clase de bestias lo guardan? ¿Y por qué tenemos dos invitados en la compañía, nos va a poner unas niñeras o también están metidos en la cebolla? -pregunto en salva, dedicándoles una mirada corta al elfo y al humano que no son del grupo, con cierta curiosidad latente. Además, meter baza viene muy bien para que nadie salte a la tremenda porque "el trabajo es denigrante" o "estoy perdiendo mi tiempo con esto". Al fin y al cabo, una aventura en un bosque nuevo, con monstruos y un templo, una leyenda y un guardián... eso es algo que quiero conocer, y no quiero que nadie me lo arruine.

Si al noble imperial le molestó la actitud del enano pelirrojo, no sólo no lo demostró, sino que Gerard había jurado que hasta le divertía un poco. Pero hablaba con gran acierto en lo que dijo, por lo menos por lo que él había visto. Si esos eran exiliados, a ninguno lo habían mantenido vigilado con guardias, ni traían encadenado. No, allí se notaba un trato agradable, que nada tenía que ver con posibles rencores.

Domenor terminó de despedir a la chica rubia, con energía (al menos ese noble aún sabía imponer cierta autoridad en las mujeres), antes de tratar de empezar a explicar la presencia de todos allí...  no sin antes servirse tranquilamente una copa de vino. Comenzó a hablar de algo que nunca había llegado a los oídos , sobre un templo y un guardián del mismo, en el bosque de Althern. ¿Un cadáver? ¿Un grupo tan numeroso para recuperar un cadáver? Sí, podría haber peligros, tanto bestias como posibles fuerzas oscuras, pero... había algo que no terminaba de encajarle.

Pero mientras, pensaba en algo. El trabajo de recoger un cuerpo que, desde luego, no tenía relación sanguínea con ese imperial, no le terminaba de convencer. Sin embargo, la posibilidad de que hubiera intervenido allí la mano de alguna fuerza siniestra ya bastaba para despejar las dudas del caballero de si debía aceptar o no ese trabajo.

- La señorita elfa tiene razón, mi señor - dijo después de que Arianne hablara -. Si a ellos ya los conoce y sabe que cumplirán bien lo que pide por los motivos qué sean... ¿para que nos llamó a mí y al otro elfo?

Cuando escuché las palabras del hombre, me giré para ver al que, efectivamente y sin ningún lugar a dudas, se trataría de nuestro anfitrión, al cuál saludé con una leve inclinación de cabeza.

Cogí una de las copas de vino que nos ofrecieron, y mientras el Duque hablaba con Ajah, me di la vuelta educadamente y comencé a mirar con más detenimiento los cuadros y demás adornos de la sala, dando algún que otro sorbo al vino especiado que nos habían servido.

Interesante relación. ¿Quién será esa mujer realmente para desafiar al duque de esa manera?

Seguí con mis cábalas mientras oía al resto hablar y beber de sus copas hasta que, por fin Ajah se marchó y quedó el Duque para contarnos lo que realmente se esperaba de nosotros.

Así, me giré y, dando otro sorbo a la copa, escuché las palabras de nuestro viejo conocido. Según contanba, mi cara se iba tornando un tanto preocupado mientras mantenía la mirada puesta en el noble imperial.

A pesar de que estaba claro que estaba jugando con nuestra situación, paracía algo que podría ser interesante de investigar. Esas posibles fuerzas oscuras podrian bien tratarse de nuevos tentáculos del caos, dispuesto a avanzar, corromper y devorar todo a su paso.

Al finalizar, Arianne hizo algunas preguntas que, sin dudo yo también habría hecho, así que, tras mirarla durante unos segundo, volví la cabeza hacia el duque. Pero no fue el duque quién habló, sino el caballero bretoniano. Su pregunta era simple cuestión personal, por lo que permanecía esperando a que acabara, intentando recordar alguna historia sobre ese elfo y el bosque de Altern.

Si me permite, y antes de que conteste a esas preguntas, tengo otra que ya podría contestar también. Ha dicho que el cadaver se encontró en una aldea de elfos que está junto al río. ¿De qué aldea se trata? y lo que más me interesa ¿sólo apareció el cuerpo de su amigo o perecieron más de los elfos de la aldea?

El duque escuchó con atención las palabras de Arianne a la par de las de el caballero bretoniano que en cierta medida la secundaba y hubiera respondido en ese momento de no ser por que Aenalor le interrumpió en el momento preciso.

Mirándolo fijamente como quien intenta entender algo que hasta el momento le es desconocido respondió -Aenalor verdad?, si, sin duda se debe tratar de ti. La aldea se hace llamar Gihaf hasta donde se me dijo; y tengo entendido que esta a no mas de un kilómetro del templo donde Haldir vivía. No creo que hayan aparecido mas muertos allí, sin embargo, en realidad no lo se. He de decir que esa sera parte también de su misión.- Aclaró el duque intentando de nuevo deducir reacción alguna en sus visitantes al tiempo que sus dedos jugaban con la copa entre sus manos.

-Requiero que investiguen a fondo que fue lo que paso allí; cualquier información sobre lo que hubiera estado haciendo Haldir en los últimos meses podría ser útil. Debo estar seguro de que esto no fue un accidente. La información que tengo es muy vaga y prácticamente se las he dado ya toda, de ustedes depende que no solo el cuerpo de mi amigo este en buen resguardo sino también su espíritu y su historia.- Especificó aquel hombre al tiempo que daba un sorbo de nuevo a su copa de vino para luego centrar su atención en la elfa Arianne.

De nuevo el duque aparentemente intentaba leer a la persona a quien le hablaba con si esta escondiera algo que el ansiara encontrar. -Tu debes ser la bella Arianne, tus preguntas son importantes, lamentablemente carezco de la información suficiente como para darte una respuesta que te sea satisfactoria- respondió el conde al tiempo que hacia una pausa mientras pensaba en ello.

-No se donde se encuentre ahora el cuerpo, pero presumo estará a resguardo de los elfos en su aldea, el templo debe estar vació por lo que quizá podrían ir a investigar allí antes de recoger el cuerpo de Haldir. No creo que específicamente lo guarden bestias, pero probablemente las criaturas del bosque con las que el habito durante largos años se encuentren intranquilas, mas aun si realmente fue asesinado.-

El duque hizo una pausa en ese justo momento, la ultima pregunta si bien no era la mas difícil era quizá la que mejor debería responder. No por que considerase que fuera algo de importancia, si no por que sabia que hasta era lo que sus anfitriones mas necesitaban saber. -El grupo que ahora conforman es un grupo altamente capacitado, cada uno de ustedes tiene capacidades que el otro no tiene que y en conjunto hacen de ustedes un grupo altamente versátil. Y es allí donde el joven Gerard y Angran entran en juego- explicó señalando a cada uno de los implicados.

-El motivo por el que he recurrido al caballero de Bretonia, Gerard Leblanc; es por que si bien tienen a un fiero guerrero ya con ustedes- dijo señalando a Gurnik, -es claro que necesitaran también a un tenaz caballero quien pueda ser para ustedes esa muralla inamovible que los proteja de toda amenaza- culminó sonriendo al bretoniano ante los halagos dirigidos al mismo. -A la par, entre ustedes no hay nadie capaz de relacionarse con la nobleza del imperio en caso de necesidad, cosa que Gerard podría hacer sin problemas. Se que Aenalor tiene cierta capacidad y posición para ello; sin embargo es un alto elfo y eso para muchos humanos podría ser un tanto incomodo pues no nos gusta sentirnos menos que alguien de fuera de nuestras tierras.-

Tras sus palabras anteriores, su mirada se posaba ahora en el elfo Angran. -Por otro lado, en cuanto a Angran tendrán que pensar mas en mis necesidades al contratarlos que en sus objetivos. Angran es un elfo con gran experiencia y conocimientos, los cuales les podrían ayudar en los momentos menos inesperados, a la par este vagabundo no es del todo lo que parece y eso es algo de lo que se irán dando cuenta conforme lo conozcan. Sin embargo, como adelante, el principal motivo por el que esta con ustedes es algo que respecta a mis deseos personales; de lo cual simplemente pueden pensar que se trata de que las cosas se hagan con cordura.-
El duque se mostraba muy tranquilo a pesar de las preguntas y no parecía tener molestia alguna en responder muchas mas e incluso cualquier diría en esos momentos que tenia el suficiente tiempo como para hacerlo. -Y creo que con eso he respondido a sus dudas. Hay algo mas que me deseen preguntar?-

Resha inspiró hondo antes de hablar con voz calmada, arrastrando ligeramente las palabras tras escuchar a parte de los presentes hablar y las respuestas del noble, observando en silencio su lenguaje corporal por encima de la copa plateada sin probar el vino.

-Nos está enviando a una zona cuyo...digamos actitud hacia visitantes en busca de un cadáver desconoce, en busca de alguien fallecido cuya localización es para usted un misterio,sin poder detallarnos al menos los obstáculos que pueden interponerse entre nuestro objetivo y el grupo...además de darnos vagas pistas sobre por dónde comenzar...nos advierte mas no nos ofrece información de sí mismo, de sus fuentes de información.-se humedeció los labios y cambió el peso de pierna, ladeando ligeramente la cadera al flexionar algo la rodilla de la pierna que hasta el momento había cargado con el peso- no nos aconseja cómo pertrecharnos, ni siquiera ofrece los servicios de su -hizo una pausa- indudablemente excelente forja, o practicar en su patio de armas.

Enarcó las cejas parpadeando con deliberada lentitud, no era una mujer que soltara todas las críticas de golpe y porrazo. La llama súbita se había enfrentado a encargos muchos más abstractos con éxito pero no quería decir que le gustaran esas situaciones en las que, sin duda, el "cliente" buscaría algún tipo de fallo para no pagar o incluso de culparles de algún delito (probablemente de forma acertada) haciendo que sus cabezas tuvieran un precio o, al menos, que fueran considerados personas non gratas.

-Tampoco nos ha facilitado una suma de honorarios para los gastos de su encargo, el transporte y el  avituallamiento no es gratis, señor-terminó la frase con la fórmula de cortesía adecuada y un cabeceo respetuoso.

Gurnik miraba con cara de asco al vino mientras el noble hablaba, no le importaba mucho lo que dijese, en realidad le daba igual, lo único que le importaba era que había que ir a una zona potencialmente peligrosa y con eso tenía suficiente información.

Tranquila Resha, seguro que el habrá pensado ya en eso y en que cobramos una parte por adelantado y otra al finalizar el trabajo. Aunque sinceramente no entiendo por que tuvieron que traer a ese elfo... quiero decir ¿no había nadie más en todo el imperio que pudiera hacer eso?, hay demasiados elfos aquí, no me gusta, con esos dice señalando a los de la llama súbita no me importa ir, pero los demás no son nunca bienvenidos.

Me mantengo atento a todas las palabras del duque, asintiendo a la información que nos da.

Cuando Resha habla, me giro para escucharla sus palabras.

Definitivamente la diplomacia no es lo suyo - pienso mientras alzo las cejas levemente girando un poco la cabeza de derecha a izquierda y me llevo una mano a la barbilla y me la acaricio ocultando la medio sonrisa que me sale.

Estaba claro que la misión, si toda esa información que ha pedido Resha la tuvieran, sería tan sencilla que cualquiera la podria llevar a cabo, aunque quizás haya algo más que nos oculta.

Cuando el duque fue respondiendo a las preguntas, lo hizo sin problemas. Respecto a la misión apenas dió más datos pero, en lo referente a la presencia de dos personas ajenas al escuadrón de la Llama Súbita, sí dió aclaraciones. Y, ciertamente, en lo que refería a las que le atañaban a él, Gerard estaba de acuerdo: muy pocos humanos (ya fuera noble o no) confiaban en un elfo y, si había que tratar con nobleza, aunque el bretoniano fuera de otro país ya ayudaría.

No se le escapó tampoco la actitud algo dañina de la kislevita al hablar, cosa que le pareció sumamente inapropiada. Peor aun fue que el matado la secundara pero, al menos, había dejado de lado esta vez el mal lenguaje.

El ingeniero tomo una copa de vino entre sus dedos con los años había aprendido a apreciar el buen vino, pero seguía pensando que la cerveza enana era mejor. Se mantuvo en un segundo plano un rato hasta que empezaron a hablar sus compañeros, -Bosque, cadáver, elfo, pueblo, rió, templo -en sus mente una lluvia de ideas, había escuchado historias de bosques encantado, algunas de las misma boca de Arianne, los bosque frecuentados por elfos solían ser peligrosos.

-Resumiendo quiere que vayamos a ese pueblo elfo, Gihaf, busquemos el cadáver del elfo, investiguemos quien lo ha matado y volvamos con él -como siempre los enanos iban a lo importante de la misión -se puede hacer, pero tendremos una serie de requisitos para hacer la misión -miro a sus compañeros buscando la aprobación, ya sabían todos cuales iba a ser sus palabras -nuestra primera condiciona es limpiar el nombre de Dorn sin eso nuestro grupo no se moviera -volvió a mirarlos asintiendo, como buen enano le gustaban las cosas claras -una recompensa económica por cada uno de nosotros -se miro a si mismo y algunos de sus compañeros -y los pertrechos necesarios para nuestro viaje, que garantice el éxito de la misión -frunciendo el ceño -sigo en desacuerdo que ese vagabundo elfo venga con nosotros, por lo cual el precio por que nos acompañe tendrá que ser mejor -saco su reloj para mirar la hora lo cerro y volvió a guardar -cuando negociemos estos puntos podremos seguir hablado -de nuevo por tercera vez volvió a mirar a sus compañeros indicándoles sus intenciones con la mirada

Recuperar el cadáver de un virtuoso, hasta ahí me parece bien. 

La sorpresa se reflejó en el rostro de Angran cuando aquel señor con título habló de él. Inesperado.

Muy amables palabras por su parte, señor, pero sigo siendo un vagabundo. Eso es todo lo que importa. Vivo al día, cuando no a la hora en una cruzada personal.

Con eso ya había dicho suficiente, Angran no era de los que fueran a hablar demasiado. Cuanto menos se decía...mejor. Con aquellos dos salvajes enanos y esta banda de mercenarios buscaproblemas. El bretoniano se salvaría, por tener grandes ideales, pero su propia arrogancia y educación le condenaban a ojos de Angran.

La mujer sacó el tema del dinero, el elfo estaba esperando a que alguien lo hiciera: era obvio. Él buscaría quedar como servicial ante el noble, era un hombre demasiado bueno, para ser verdad. Esa clase de nobles que dan dinero a los pobres en público mientras torturan campesinos en las mazmorras. El odio de Angran hacia él crecía irracionalmente.

hay demasiados elfos aquí, no me gusta

sigo en desacuerdo que ese vagabundo elfo venga con nosotros, por lo cual el precio por que nos acompañe tendrá que ser mejor

Mi popularidad es notable.

Frunzo ligeramente el ceño, al hablar el conde, no porque carezca de información, que aunque sea malo es algo que no me sorprende demasiado. No, lo que me hace torcer el gesto es su manera de dirigirse a mí, como haciéndome un favor al declamar mi aspecto físico y saberse el nombre que usaba cuando estaba en la unidad. Así que apartándome un poco para dejar al resto preguntar, ya que lo mío ha quedado sin respuesta, masco entre dientes unas pocas palabras que procuro evitar decir muy alto.

-Aria. Aquí es Aria, y para los humanos todas las elfas son bellas. Qué poco galante. -Le dirijo otra mirada al humano tratando de adivinar en qué está pensando el noble, que está explicando por qué nos va a encasquetar un par de desconocidos en la misión encomendada, pero el tiempo que he pasado en el bosque parece que ha embotado un poco mis sentidos en ese ámbito porque lo único que estoy viendo ahora mismo son blancos para flechas, y es que me repatea llevar tanto tiempo lejos de mi arco. Y, dejando al resto con sus preocupaciones y charlas, me pongo a curiosear la estancia y echar miraditas a la puerta por la que se ha marchado Ajah. Seguro que a esa mujer le podríamos sacar alguna cosa interesante más, después de cómo se ha presentado... pero habría que hacerlo de espaldas al conde, que no parecía muy contento.

-Tu debes ser la bellísima Resha- afirmó el duque al tiempo que fijaba su mirada en ella. -Mucha razón tienes en tus palabras, pero en mi defensa he de decir que por un lado esta conversación no ha terminado y que por otro no he tocado aun el tema acerca de lo que obtendrán ustedes por ayudarme en esto-.

Respirando un poco y concentrándose en sus palabras al tiempo que llevaba su mano derecha a su bien arreglada barba, el duque respondió a los alegatos de la mejor forma que le fue posible -Sobre sus requisitos expuestos por Grii, por que si el es Gurnik tu debes ser Grii- indicó el duque como quien goza de ingenio y conocimientos.

-Deberá entender señor enano, que en gran medida ya he pensado en lo que solicita, y justo por ello están aquí Angran y Sir Gerard. Sin ellos la misión podría colapsar pues ellos les aportarán los matices necesarios para facilitar todo. Con respecto a sus honorarios, soy de una familia acomodada, no he de negarlo. Por lo cual serán bien recompensados por esto y les entregaré 210 coronas de oro en total; es decir, 30 coronas para cada uno, y solo les podré adelantar una sexta par de esa recompensa, ustedes entenderán que debo cuidar de mis intereses.-

-A la par de ello tal como solicita Grii, me encargaré de que cuenten con los pertrechos necesarios para su viaje y para cumplir la misión. Finalmente esta el tema de su pasado, entiendo que quieran lavar el nombre de todos ustedes, pero eso no me atañe a mi, no soy el emperador, solo un simple duque. Lo que puedo hacer es darles los salvoconductos que los liberan de toda culpa a la par de que emitiré una carta al emperador indicando no solamente mi perdón hacia ustedes sino  también mi completa seguridad de la falta de culpabilidad en ustedes con respecto a lo acontecido con mi fallecido hijo. Después de eso creo dependerá de sus obras limpiar su nombre pues el imperio mantendrá su vista fija en ustedes.- Concluyó el duque algo cansado por la larga y extenuante explicación.

El enano frunció el ceño -Treinta coronas por cabeza, algo escaso me parece esa cifra, teniendo en cuenta la escasa información y los múltiples peligros que pueden albergar esos bosques, no quiero faltar le al respeto pero es muy escasa esa recompensa -el ceño del enano no dejo de fruncirse sino que permanecido así, arrugado -cierto es que en su mano no esta limpiar el nombre de Dorn y del escuadrón de la llama súbita, por ahora esa carta nos valdrá -bebió un poco mas después de hablar

Sin dejar de pasear por la estancia, permanezco atento a lo que dice Grii.

Si bien puede parecer poco las treinta coronas, el hecho de poder limpiar el nombre de la llama súbdita y de Dorn, o de tener la posibilidad de hacerlo, bien merecía el esfuerzo.

Las dudas me surgieron sobre los otros dos acompañantes, ¿qué les haría a ellos acceder a esta misión? si el dinero no era demasiado, y ellos no tenían nombre que limpiar, no se que más les podría reportar esta misión.

Definitivamente, habría que tener cuidado con aquellos dos y averiguar que les impulsaba a semejante acto.

Estos pensamientos rondaban mi cabeza mientras miraba a cada uno de ellos, esperando la respueta del Duque. También dependería mucho del equipo que nos ofreciera, pues eso podría bien valer otras coronas de oro.

Enanos. Siempre tratando de hacer buen negocio, fueran o no aventureros. Al menos, salvo los que no eran como Gurnik, que esos buscaban combates imposibles (en sus viajes, había visto a un par más de matadores). Todo el mundo sabía eso, incluso un extranjero del Imperio, si llevaba allí el tiempo suficiente. Y, aunque el bretoniano no consideraba algo muy noble andar exigiendo pago, sí que coincidía en que con la información tan difusa que tenían podían surgir problemas en cualquier momento y comprendía que pidieran una compensación por ello.

Sin embargo... había algo que no comprendía... A juzgar por las palabras de Domenor, tenía en alta estima las habilidades del elfo Angran... Pero es que simplemente parecía un vagabundo. ¿Qué era lo que no veían de él que sí conocía el noble?

Finalmente, tras haber indicado el duque el pago, no parecía suficiente a Grii, aunque la posibilidad de que limpiar el nombre de su grupo no estaba nada mal. Mientras ellos aclaraban eso, a Gerard deseaba saber algo más concretamente:

- Duque, si me disculpaís, quisiera preguntaros algo - dijo educadamente -. ¿Qué probabilidades hay de que pudieramos encontrarnos la presencia de fuerzas oscuras? No tanto como culpables de la muerte de vuestro amigo, sino en las cercanías del templo o del bosque.

Saber eso era una de las cosas que más le motivarían para aceptar la misión de buen grado. El asunto del oro no era tan relevante para él.