Partida Rol por web

-Estás seguro que han entendido todo lo que les hemos dicho- preguntó Cal Vardeen a Johaan Libbenhaimer, pero este no respondió en lo absoluto -Itsvan ha sido muy firme en los pasos a seguir- insistió el humano.

-Todo debe salir a la perfección- recalcó el oscuro enano de nombre Mongor.

El fantasmal ser que respondía al nombre de Johaan y quien en otra vida parecía haber sido un poderoso guerrero le miro fijamente, como quien profiere una amenaza, lo cual no gusto nada el enano, pero no reacciono pues Johaan agachó la cabeza en señal de afirmación respondiendo brevemente con su gruesa voz fantasmal -todo está hecho-.

El grupo avanzaba ya por la Asamblea, al norte del Aver Azul, y el contingente de pieles verdes les acompañaba, prácticamente tres docenas en total, mas de los que realmente necesitaban, pero suficientes para causar el engañoso efecto deseado.

-Además, el estupido elfo ya les ha pagado, y con lo que se les ha prometido dudo que vayan a echarse para atrás-.

-¿Te aseguraste de darle el contrato a Hurkennj, el jefe de esos orcos?- preguntó Cal Vardeen al enano.

Días atrás habían redacto un contrato al final de la carta que le enviase el elfo Faladar a Itsvan y que el mismo Itsvan les entregase antes de partir. El plan parecía completo, los pieles verdes simplemente eran demasiado estúpidos, demasiado fáciles de manipular.

-Lo he hecho yo. Simplemente son demasiado estúpidos- exclamó el cuervo negro, ni siquiera han preguntado que es lo que dice el jodido contrato en la parte escrita por elfo.

-No tendrían por que darse cuenta- dijo Mongor, -les hemos dicho que es la parte del contrato que ha firmado el elfo y les hemos entregado el dinero. Un elfo les paga mucho por matar a un importante elfo, por que habrían de preguntar algo, para ellos todo es perfecto. Incluso después de matar a ese tal Haldir, estarán sumamente satisfechos-

-Pero por que escribir el contrato en la lengua de los pieles verdes justo debajo de la carta del elfo- pregunto el Cuervo Negro con clara incertidumbre en sus ojos. Mongor no respondío nada, simplemente miraba hacia la lejania, al bosque de Althern mientras intentaba aguantar la intensa comenso que sentía en las uñas de sus manos.