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El chantaje

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15/02/2019, 10:32
Director

El día 3 de enero me contrató el entrenador Darius McCuligham de los Rangers de Seattle -un equipo universitario de fútbol americano- para investigar lo que le pasa a Osam Mirto, el capitán orco de la defensa, ya que le notaba peligrosamente cambiado y tras la experiencia que tuvo con Akemi Yataku, que les vendió a la yakuzza Kanaga por problemas que nunca se llegaron a esclarecer, no se fiaba de que también le estuviesen chantajeando o presionando de alguna manera. Osam no quería hablar con el entrenador ni con nadie, así que me fui a vigilarlo a su casa gracias a un pase de visitante que me dio el entrenador.

Tras una noche de vigilancia contraté a Luna, una hacker para que le pinchase el teléfono, y al día siguiente, finalmente me puse en contacto con Osam, diciéndole que soy el primo de Akemi y que me pidió que vigilase y ayudase al equipo si se metían en los mismos problemas que él antes de morir.

Osam me explicó que un corredor de apuestas llamado Kanaye Tomuro, le chantajeaba porque en la última fiesta de la liga, en octubre, se emborrachó y acostó con una chica en el club Ambrosía mientras le gravaban con las cámara de trídeo del local. La chica resultó ser la hermana de Kichiro Fukuda​, un jefecillo del clan Yakuzza Kanaga, que hace las funciones de gerente del club, el cual le torturaría hasta la muerte si se entera. Más por miedo a perder a su novia que por esa amenaza, Osam ya ha pagado con todos sus ahorros y su deportivo favorito, pero es consciente que no van a parar y está totalmente deprimido. Hace ya casi diez días de la última visita de Kanaye a Osam.

Ayer estuve investigando por mi cuenta y descubrí que los Kanaga son un clan menor de la yakuzza, bajo el dominio de los Shotozumi-gumi (el clan dominante en Seattle). Por lo visto, la Lone Star les ha inculpado de varios delitos de tráfico de tecnología y compra-venta de ciberimplantes robados -lo que incluye los asesinatos de sus antiguos dueños- aunque los pocos acusados casi siempre acaban libres, porque la procedencia de estos implantes suelen ser de cadáveres sin identificar encontrados en el distrito de Loveland (Puyallup) y los Kanaga siempre consiguen presentar en los juzgados los testamentos donde consta la donación de estas piezas, una vez sus antiguos poseedores hayan muerto.

De entre sus negocios "legales", cabe destacar que Sato Kanaga tiene acciones de varias empresas locales, participa como accionista mayoritario en la cadena de talleres "Txito-Shan" especialista en reparación y desguace de vehículos japoneses y en varias pequeñas clínicas en Puyallup. Pero en contra de lo habitual, sus movimientos bursátiles no se realizan con una única empresa de agentes de bolsa, si no que tiene contratados a muchos corredores de bolsa independientes, que seguramente se limitarán a hacer lo que él dice, ya que él es licenciado en económicas. Entre estos corredores aparece el nombre de Kanaye Tomuro​.

Se rumorea que el Oyabun Sato Kanaga​, gracias a su apoyo al Oyabun Hanzo Shotozumi, ha conseguido ampliar sus negocios fraudulentos al Downtown a través del club Ambrosía, en el que además de comprar y vender alta tecnología de contrabando, alquilan un nodo de acceso, espectacularmente bueno, a tecnomantes capaces de pagar por su alquiler y donde también tiene un pequeño pero fructífero negocio de apuestas ilegales. Pero nada de esto está confirmado por ninguna fuente oficial, apenas encontré alguna referencia en un videoblog llamado "Yo Acuso" de un bloguero independiente que se mantiene en el anonimato y que sostiene que su gerente, Kichiro Fukuda​, es también miembro de la yakuzza Kanaga.

Hasta el momento no hay ninguna noticia de acciones policiales ni judiciales contra este local, tan de moda ahora.

Luego pensé en buscar una forma de hacer daño al clan yakuzza para que se diese cuenta que no era rentable meterse con los Rangers de Seattle, así que me puse en contacto con un amigo de una gran corporación para averiguar sus puntos débiles y me dijo esto:

<<Intentar hacer daño al clan Kanaga es difícil, salvo que utilices el ataque directo y destruyas alguno de sus negocios más prósperos, como el tanatorio “Descanso eterno” de Loveland o la central de los talleres “Txit-Shan”. Al fin y al cabo la fiscalía de Seattle lleva años detrás de ellos y aún no han conseguido hacerles auténtico daño. Sus activos están muy disgregados en compañías locales, que el propio Oyabun Sato Kanaga​ controla férreamente, a través de esos pequeños brókeres de bolsa legalizados que, en realidad, trabajan en exclusiva para él.>>

Pero había algo que no le cuadraba a mi contacto:

<<Los Kanaga no se dedican a las apuestas ilegales a ese nivel, -ni en Puyallup, ni en Dowtown-. Apenas actúan en Ambrosía pero con apuestas “pequeñas” (y por pequeñas se entiende que cada día mueven la misma cantidad de dinero que ganamos cualquiera de nosotros en un mes). Las grandes apuestas son negocio de los clanes Misobu y  Shotozumi. De hecho los Kanaga solo las utilizan para enganchar a sus clientes de BTL, su verdadera fuente de ingresos.

Además, meterse en el negocio de las grandes apuestas o el control de equipos nacionales o universitarios, no es el estilo de Sato Kanaga, él es mucho más cuidadoso. Según mi contacto, tiene que haber alguien más detrás de todo esto, que les haya contratado o que se haya aliado con ellos, para hacer lo que están haciendo. Eso o que alguien está empezando a actuar por su cuenta en el clan Kanaga -alguno de sus hijos quizás- o a lo mejor es el propio Kanaye Tomuro el que ha decidido ampliar el negocio por su cuenta. Al fin y al cabo no es más que un camello con título universitario, que trabaja desde su casa en el edificio Sintayo durante el día (un edificio enorme, de clase alta, cerca del club) y en el club Ambrosía por las noches.>>