Partida Rol por web

A diferencia de algunos, yo me detuve cuando entre a la iglesia. Moje la punta de mis dedos en una fuente de agua e hice la señal de la cruz y una reverencia, luego me acerque al resto del grupo y hable con el padre, Buenas tardes padre, espero no interrumpirlo en nada, pero necesitamos hacer algunas preguntas. Me presento, soy Paul Cogan y estamos investigando la extraña desaparicion de Hodges. Hablaba con el padre mientras se evaporaba poco a poco el agua en mi frente.

Mientras Paul hablaba con el párroco, Margareth cruzó el umbral de la puerta, y comeanzó a pasear lentamente por la iglesia. Al ver que Paul estaba haciendo las prguntas adecuadas, comenzó a fijarse en las vidrieras, las imágenes y las figuras presentes, por si hubiese algo que pudiese darle alguna pista acerca de la zona, o de las gentes

Entre en silencio a la iglesia y respondí al saludo del párroco haciendo un gesto con la cabeza. No deseaba estar aquí, así que me mantuve al margen mientras Paul tomaba la iniciativa en la investigación.

Al entrar a la iglesia mi ceño se frunce un poco. No es que tenga un problema específico con las gentes que acuden a estos templos, sino que soy un hombre que después de ver cómo un Dios no demostró mucho aprecio tanto por uno como por un poblado entero se ha vuelto un poco escéptico en el tema... y más en estos tiempos donde haber estado frente a alguien que debía estar muerto y un ser que más correspondía a un averno que a esta tierra.

Asiento a modo de saludo hacia el párroco que se acerca y muevo el ala del sombrero para enfatizarlo. Sin embargo, me quedo junto a Harry y Scott que parecen con más ganas de esperar afuera que de escuchar la misa.

"- ¿Qué les parece si dejamos el auto aparcado afuera y preguntamos a los lugareños sobre algún hostal en el cual quedarnos?- les consulto en susurros-. No sé ustedes pero yo no estoy tan cómodo aquí- agrego sonriendo".

- A mi me ocurre lo mismo, no soy persona de iglesias. Susurro a William mientras Paul intenta conseguir información del párroco. - Yo te acompaño a buscar alojamiento.

El aspecto serio y cuidado del grupo además de los buenos modales de Cogan, hicieron pensar al párroco que os tratabais de gente responsable y le animó a hablar.

-Hodges se metió en cosas en las que no debió meterse. Quería investigar esos extraños incendios en las colinas a pesar de que no parecen naturales. Varios de los parroquianos vieron cosas raras en las montañas.

Voltee para mirar la actividad del resto del grupo y les sonrei. No sabia que pensar muy bien, no los conocia lo suficiente pero se notaba que no habia fe en ellos como para sentirse a gusto en un templo, volvi a mirar al padre y a seguir con la conversacion. Eso parece, me quite la bufanda del cuello para estar mas suelto en la calidez que ofrecia la iglesia, le contare padre que soy psiquiatra y psicologo, y por lo que pude deducir de los informes que tenia Hodges, es que estos fuegos extraños tenian simbologia ritmica que para aquel que lo puede interpretar sabe que solo el hombre puede darle un ritmo a la destruccion. Me ha puesto a pensar que quizas haya una seca en este pueblo que celebra ritos con fuego o simplemente anarquistas que danzan en el caos que ocasionan. Veo a mis compañeros alejandose mas aun y observo al padre, parece que vamos a tener tiempo, ¿le molestaria acompañarme en un padre nuestro y un ave maria?

Ambos, Paul y el párroco, se alejan en dirección a los bancos de la iglesia.

-Usted dice que los fuegos pueden ser obra del hombre -comienza a decir el padre-. Pero lo cierto es que mucha de la gente del pueblo le dirá algo distinto. No son hombres lo que habitan en esas montañas... son demonios.

A pesar de lo molesto que estaba, no deseaba irme por si Paul necesitaba ayuda, pero viendo que había logrado cierta empatía me acerque hasta Margaret para susurrarle en el oído -iremos con los muchachos a buscar donde hospedarnos, tu quedate con Paul, no se hasta que punto es seguro que alguno de nosotros ronde solo por aqui-

Mire al hombre con cierta sorpresa, -¿Demonios? Vaya, no se que pensar... me siento en el banco algo confundido. Es verdad que hemos visto cosas que no son para nada naturales, ¿pero un demonio?, esto quizas era mucho para nosotros, si creo en dios tambien debo creer en el diablo. Mire al padre con una mirada de aceptacion, como si de verdad creyera que lo que el me decia fuese verdad, tendre que descifrar el misterio de los fuegos en la montaña, pero antes padre me gustaria pedirle un favor. Bendigame para que dios me cuide.

-Por supuesto hijo mío -dice el párroco alzando la mano-. Te doy mi bendición, que el señor te proteja y te cuide. En el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo...

Harry observaba, ya casi desde la puerta del templo, la buena disposición del párroco ante Paul. - Así que se trata de demonios. Qué bien, otro caso paranormal. ¿Es que no tendremos ningún caso corriente?

Al ver que ambos compañeros están de acuerdo, me dirijo a la puerta con intención de salir. Sin embargo, me detengo a la espera de Scott que habla con Margaret.

La conversación entre el cura y Paul parecen ir bien, y logro escuchar un poco de lo que hablan. "¿Demonios?... lo de la granja podría catalogarse como demonio... lo único que espero es que no sea algo parecido a eso, o varias cosas como esa", pienso y se me hace un nudo en la garganta.

Miro a Harry y le hago señas de que saldré. Tan sólo pensar en algo como eso me pone bastante nervioso, por lo que una vez afuera saco un cigarrillo. Mi mano se mueve temblorosa un instante, pero luego de la primer pitada siento relajarme... habrá que ver que nos depara esta búsqueda.

Incline mi cabeza y cerre los ojos mientras recibia la bendicion del padre, al momento de la señal de la cruz la imitio tocando mi frente, pecho y los dos hombros como correspondia. -Gracias padre, tenganos en sus plegarias y esperemos que podamos resolver el caso de Hodges. A todo esto me gustaria preguntarle ¿Que sabe usted del señor Hodges?, por lo visto era un buen ciudadano.

-Era un buen hombre, por supuesto. Vivía solo en una casa cerca del río. Por lo que se, era viudo. Nunca se metía en problemas y era una persona temerosa de Dios. Como deben serlo todos los hombres de buena voluntad, por supuesto. Espero que no le haya ocurrido nada grave.