Partida Rol por web

El Club Pickman

La Casa Corbitt

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13/06/2012, 23:57
Director

Marte 6 de enero de 1920, número 602 de la calle Curwen Oeste, 07:58 horas

Una suave nevada caía en la mañana de reyes sobre la ciudad de Arkham. El grupo de cinco personas detenido frente a la elegante mansión del barrio norte contemplaba el edificio con orgullo. A primeros de año Margaret y Paul habían firmado los papeles de compraventa que les conferían la propiedad del edificio y el terreno colindante y se habían reunido con los demás para enseñarles la casa. La que sería a partir de ahora su nuevo hogar y refugio.

-Es bastante grande -comentó Walter observándola con ojo crítico.

-Y deja que veas las habitaciones -bromeó Margaret con el joven. La mujer subió las escaleras y abrió la puerta invitando a los demás a entrar.

El grupo se había conocido el año pasado cuando por diferentes motivos su interés por lo oculto le había llevado a unir sus destinos. Todos sabían que ahí fuera había algo terrible, algo inhumano que esperaba con paciencia infinita su oportunidad. Todos habían atisbado durante breves momentos más allá del velo y lo que habían visto les había marcado para siempre. Ahora habían unido fuerzas para un objetivo común: la erradicación del mal en todas sus formas. Aunque algunos, como Walter, buscaban demostrar al mundo que no estaban solos en el universo, todos sabían que esas entidades debían ser frenadas todo lo posible.

Una hora más tarde, todos habían explorado la casa y elegido habitación a su gusto. El fuego crepitaba alegremente en la chimenea y la cafetera estaba lista. Por eso nadie se dio cuenta del hombre que esperaba pacientemente en el recibidor hasta que soltó una tos incómoda.

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14/06/2012, 00:30
Paul Cogan

Paul Cogan giró lentamente la cabeza y alzó las cejas, recolocándose las gafas pausadamente. Como si fuera lo más normal del mundo que aquel desconocido hubiera atravesado el umbral de su casa, le saludó.

- Disculpe, no le habíamos visto. ¿Deseaba usted alguna cosa?

Su voz sonaba tranquila y desenfadada, conciliadora. Su rostro no era amable, pero tampoco intimidatorio o desconfiado. Simplemente, estaba sereno, como si ninguna emoción azotase su inferior.

Ningún pensamiento consciente cruzaba su mente, todo su diálogo interior latía sin un hilo de palabras. Años y años de psicología, psicoanálisis, y psicoderivados.

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15/06/2012, 00:05
Margaret O'Connor

Definitivamente la mansión ha sido una oportunidad única,...por fin tendremos un lugar adecuado para desarrollar nuestras actividades y con el espacio suficiente como para poder convivir cinco personas sin problema. Definitivamente echaré de menos mis días como profesora universitaria... la experiencia tanto profesional como personal que me ha labrado la educación será un punto clave para las investigaciones que llevaremos en el club, pero he de seguir adelante y no me cabe duda que la experiencia en el club será toda una aventura.

Ensimismada en mis pensamientos no caigo en la cuenta de la presencia del extraño en la mansión... De pronto oigo al señor Cogan hablar con alguien, y doy un respingo al observar al sujeto en nuestro hogar...¿Cómo demonios habrá conseguido entrar...? Y a todas estas...¿Quién es?

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15/06/2012, 14:02
Director

-Lo siento, pero la puerta estaba abierta -se disculpa el hombre frotándose las manos nerviosamente-. Ya sé que hoy es día festivo, pero necesito su ayuda. Tengo un... problema. Conozco al profesor Armitage de la universidad y me dijo que su grupo se especializaba en asuntos un tanto... fuera de lo normal. Voy a pagarles, por supuesto... -se apresura a decir.

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15/06/2012, 14:07
Paul Cogan

Cogan asintió tranquilamente y miró a la señorita del heterogéneo grupo, aunque su voz iba dirigida al hombre de la puerta.

- La señorita Margaret es la que se encarga de la contabilidad. Salvo que alguno de mis compañeros tenga alguna objección, no creo que perdamos nada en escuchar lo que tenga que decir.

Como siempre, Paul le buscaba a todo la salida fácil, no le gustaba complicarse la vida demasiado. Si aquel hombre necesitaba ayuda, él era el primero en ofrecérsela. En esta vida había que ser amable, educado y caritativo. Haz lo demás lo que quieras que te hagan a ti. Esperaba que sus compañeros no pusieran pegas, pero era demasiado educado como para dar nada por supuesto.

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15/06/2012, 16:13
Walter Derrick

Nada más acabar de ver por primera vez el que ya es mi nuevo hogar (y debo añadir que el cambio ha sido para mejor), un hombre se presenta después de entrar inadvertidamente en la sede del club:

- Vaya, vaya, ¿qué les parece? Ni siquiera hemos deshecho el equipaje y ya tenemos a nuestro primer cliente. ¡Adelante, siéntese! -le ofrezco una de las sillas del recibidor y yo me siento en otra.- ¿Cuál es su problema? -digo sacando un pequeño lápiz y una libreta de uno de mis bolsillos.

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15/06/2012, 16:36
Paul Cogan

Estos jóvenes siempre tan impulsivos, demasiadas energías y ansias por vivir.

Paul se acomoda tranquilamente en otra butaca, si aquel hombre no iba a pasar del recibidir, al menos por él momento, lo mínimo que podía hacer era sentarse. Le iban a ahorrar casi todo el trabajo, sólo tenía que ponerse cómodo, esperar, escuchar, y hablar de vez en cuando.

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15/06/2012, 16:45
Margaret O'Connor

No puedo evitar sonreír ante la diferencia de las bienvenidas entre Derrick y Colgan, un grupo más variopinto no podía esperar... Sólo espero que las diferencias de caracteres entre unos y otros no nos lleve a confrontamientos en el futuro.

Una vez más tranquila ante la sorpresa de toparme con el extraño en nuestra propia casa, sonrío a modo de bienvenida, y teniendo en cuenta que tanto Cogan como Derrick ya se han adelantado con las cuestiones esenciales, me limito a escuchar su proposición para ver qué oportunidades tanto laborales como económicas se nos pueden presentar.

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15/06/2012, 19:47
Walter Derrick

- Oh, disculpe mis modales, señorita O' Connor -digo levantándome y cediéndole mi asiento, ya que el doctor, el invitado y yo habíamos ocupo las tres sillas, y es mi deber ceder mi lugar y no Paul, ya que soy más joven.

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16/06/2012, 00:16
Margaret O'Connor

-No se preocupe señor Derrick, de hecho preferiría estar de pie. Sonrío ante el ofrecimiento del reportero, sin lugar a dudas dispone del desparpajo necesario para trabajar en el mundo del periodismo,...sólo espero que no eche de menos sus días en el mundo de las comunicaciones mientras se encuentre trabajo con nosotros.

Tras meditar unos segundos, me dispongo a dirigirme hacia nuestro invitado, intentando llamar su atención con un ligero carraspeo.- Ante todo bienvenido,...como usted ya habrá comprobado, se dirige ante un grupo de lo más variopinto, y espero que le podamos ser de utilidad. Así que...¿En qué le podemos ayudar exactamente? Oh..., y perdone mis modales antes que nada, mi nombre es Margaret O'Connor...¿Ante quién tenemos el gusto de presentarnos?

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16/06/2012, 00:38
Paul Cogan

Cogan sonrió desde su asiento ante el desarrollo de los acontecimientos. Ni siquiera había caído en la cuenta de que tan sólo había tres asientos para seis personas. Él no se encontraba mal de salud física, y podía aguantar de pie como cualquier otro, pero los años le habían vuelto perezoso y comodón. No era demasiado viejo, pero se convencía a sí mismo de que lo era, y por tanto actuaba en consecuencia.

Por suerte para él, la señorita O'Connor era una mujer enérgica, por lo que podía aceptar con una sonrisa el hecho de permanecer sentado sin tener que sentirse mal. Sin embargo, y a pesar del carácter pausado y reflexivo del doctor, empezaba a sentir curiosidad por su invitado, por lo que no podía evitar revolverse en el asiento, buscando aparatosamente una postura cómoda para escuchar al invitado.

- Menos mal...- Susurró el psiquiatra aliviado.

Sonrió a Walter. Aquel chico empezaba a caerle bastante bien, parecía una persona bien educada y con buenos modales.

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16/06/2012, 00:50
Harry Stampelton

Llevaba un rato deshaciendo la maleta, colocando cuidadosamente sus ropas y pertenencias en el armario que le había tocado. Compartía habitación con Scott, un buen tipo, un poco broncas pero le caía bien.

Comenzaba una nueva vida, con metas diferentes. Dejaba atrás un matrimonio sin hijos que le hizo bastante infeliz y que no quería recordar. No hablaba mucho del tema, conseguir que contara algo de su matrimonio era casi imposible.

Colocó el último traje dentro del armario y dejó la maleta debajo de la cama, se miró en el espejo colocándose la corbata y salió de la habitación buscando algo de compañía.

Cuando bajaba las escaleras oyó varias voces en el salón, una de las cuales no reconocía. - ¿Será el nuevo compañero que viene a vivir con nosotros?, ese que se dedica a..... ¿qué era?, abogado, si eso, es abogado.

-Buenos días a todos, perdonad si interrumpo. Dijo tímidamente ya que en ese momento Margaret le hacía al extraño personaje una serie de preguntas. -Este no debe de ser el abogado. Pensó mientras se apoyaba en el marco de la puerta esperando a que contestase.

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16/06/2012, 00:57
Director

-Me llamo James Garrett, señorita O'Connor -dice el hombre inclinando la cabeza a modo de saludo-. Soy propietario de un inmueble, la vieja casa Corbitt en la zona céntrica de Boston. Verán, tengo la casa en alquiler y mis antiguos inquilinos se vieron implicados en una tragedia.

El hombre toma aliento antes de continuar.

-La familia, los Strozzi, se trasladaron a la casa en 1918. Un año después de la mudanza el padre sufrió un grave accidente y al poco enloqueció de forma violenta, siendo internado a continuación. Y ahora, hace aproximadamente un mes, la madre enloqueció también. Ambos balbuceaban acerca de una aparición que tenía los ojos rojos y contaban sucesos inexplicables que tenían lugar en la casa. Por lo visto ninguno de los dos se atrevía a entrar en una habitación de la planta superior... Verán, yo ya había oído rumores de que la casa estaba embrujada antes de adquirirla. Pero el precio era tan bueno que no pude resistirme. Lo que deseo es que demuestren que los rumores son infundados para poder quedarme tranquilo o, si no fuera así, que... ya saben... exorcicen a los fantasmas...

El señor Garrett termina de hablar y se queda mirando al grupo con gesto avergonzado, como si esperara que todos se echaran a reir de un momento a otro.

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16/06/2012, 01:22
Paul Cogan

Paul Cogan asiente tranquilamente ante las palabras del hombre. Deseaba que esa casa estuviera encantada para poder volver a acercarse a ese mundo para él todavía desconocido, pero por otro lado no quería acabar loco, y le daría bastante pena que aquel hombre se viera propietario de una casa encantada únicamente por motivos económicos. Entendía su postura, pero no sabría como proceder en caso de que efectivamente hubiera algo sobrenatural en la casa. No sabía como enfrentarse a ese tipo de situaciones, ni como solucionarlas. Ni siquiera sabía si era verdaderamente posible exortizar nada, y menos aún pensaba que sus compañeros iban a ser capaces de tal acto, no había religiosos en el grupo. ¿Los exorcismos los practicaban los padres, no?

- Bueno...- Respondió Paul finalmente-. Supongo...- Intentaba tratar el tema con tacto, ser diplomático-, que podríamos echar un vistazo. No tenemos nada que perder, salvo nuestra salud mental, por supuesto. Respecto a exortizar a posibles fantasmas... me temo que debo preguntar a mis compañeros, no es... mi área.

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16/06/2012, 15:32
Walter Derrick

Permanezco de pie de todos formas por si acaso alguien quiere ocupar la última silla. Escucho con atención las palabras del señor Garrett y apunto en mi libreta los datos principales del caso, subrayando la aparición con ojos rojos y los sucesos inexplicables. Eran palabras de una familia que había perdido la razón, pero los periodistas con más experiencia que yo a los que había acompañado en sus reportajes preferían seguir una pista falsa de un gran rumor que cubrir las inauguraciones.

- Tampoco es la mía -añado a las palabras del doctor, pero rápidamente pienso que seguramente no sea la especialidad de ninguno de los presentes y mi intención es convencer al cliente, no despacharlo-, pero como bien dice el señor Cogan, poco tenemos que perder echando un vistazo, a eso nos dedicamos.

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16/06/2012, 19:05
Harry Stampelton

Ahí se encontraba el primero de sus clientes. Cuando le hablaron de la idea de formar el club se dejó convencer más por la idea de cambiar de vida que por el trabajo en si. No había ningún concepto en el mundo más ajeno a Harry que las historias paranormales que le estaban contando que tendrían que resolver. Ningún concepto tan poco significativo, tan insoportáblemente absurdo. El era un hombre que se dejaba guiar por hechos y pruebas y lo que le estaban proponiendo no tenía nada que ver con él.

Pero en fin, ahí estaba de pie en el salón escuchando atentamente la petición de ayuda del Sr. Garret. - Por mi no hay problema, vayamos y echemos un vistazo. También era un hombre de acción y lo que le estaban proponiendo calmaría sus ansias. - En cuanto a nuestros honorarios hable con la Señorita O'Connor, ella le dirá todo lo que tiene que hacer.

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16/06/2012, 20:51
Director

-Bueno, no se si tienen una tarifa fija -comenta el señor Garrett-. Puedo ofrecerles veinte dólares diarios más una bonificación de cien dólares cuando puedan certificar que mi propiedad está libre de todo mal.

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17/06/2012, 12:54
Director

Mientras el señor Garrett ha terminado de narrar su historia y explicado lo que está dispuesto a pagar (aunque siempre se puede negociar), otro hombre aparece en la puerta. De aspecto robusto, debe rondar la cuarentena. Lleva un elegante sombrero, una pesada maleta de viaje y un abrigo sobre ella. Deja la maleta en el suelo y se sacude la nieve del sombrero mientras examina la mansión con aire satisfecho.

Notas de juego

Aparece nuestro abogado.

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17/06/2012, 14:41
Paul Cogan

Paul se gira hacia el hombre que acaba de entrar y compone una insondable sonrisa. Era una sonrisa protocolaria de cortesía.

- Bienvenido, caballero.

Hace un gesto vertical con la cabeza y no presta mayor atención por ahora al nuevo inquilino.

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17/06/2012, 20:39
Margaret O'Connor

La propuesta del señor Garret me intriga, no estoy muy segura de si será un caso fiable, o el típico rumor pueblerino que las zonas rurales tanto tienden a infundar. Sinceramente espero que nuestro primer contrato no sea un fiasco y ante todo que lo podamos resolver con éxito...no me gusta ser gafe, pero no vendría muy bien para nuestro Club salir mal parados con nuestros primeros acuerdos...

En cuando aparece el abogado me despisto totalmente de los negocios con el señor Garret y no puedo evitar dedicarle una mirada crítica a mi nuevo compañero. Intentando no parecer hostil, le dedico una amplia sonrisa acompañada de un saludo de bienvenida.-Buenas tardes, señor.