Partida Rol por web

Joseph revisó la fecha de la noticia. Sabía que posiblemente fuera del día, pero no estaba de más cotejarlo.

_¿Puede alguno averiguar con sus contactos si el Sr. Schnick y sus hijos están en la granja? Es posible que tras un evento tan traumático hayan preferido irsede allí, al menos de forma temporal. Si están allí, yo te acompaño, Kath, que debo hablar con ellos.

-Seguramente los pequeños supervivientes se hayan quedado en casa de sus abuelos- añadió Adam intentando poner un poco de orden en la discusión- No tendría sentido dejar a los huérfanos solos en la granja donde acaban de morir sus padres. Sin embargo, si que es verdad que los "dones" de la señorita Wilson serían muy útiles en la escena del crimen. Seguro que el señor Sinclair puede usar sus conocimientos para vislumbrar algo de verdad con los abuelos, mientras yo entretengo a los niños y veo que se puede sacar de ellos. Pero necesitamos direcciones antes de nada, así que sería una buena idea revisar los periódicos de la zona hasta que sepamos a donde ir para saber si esto ha pasado antes. Puede que haya algún tipo de conexión con algún crimen similar en el pasado que los periodistas no hayan tenido en cuenta, o simplemente lo hayan pasado por alto por ser excesivamente extravagante...

La noticia que escondía aquel periódico envuelto en una frase tan dulce horrorizó a la casamentera. Había leído infinidad de noticias llenas de misterio pero en todas antes de esa noche, había encontrado el dulce escondido entre las líneas.

Sus piernas temblaron y sintió la necesidad de estirar sus manos detrás de sí queriendo palpar el asiento para dejarse caer en él antes de que sus rodillas la derribaran al suelo.

aun en shock asintió solícita cuando el señor Sinclair le pidió que hablara con su marido.

- Eso haré - prometió esforzándose por borrar las imágenes que la noticia había grabado a fuego en el amargo de su voz-.

No dijo nada más, pero una vez sentada alargó su mano pidiendo el periódico, necesitaba huir de él tanto como ansiaba releer esas letras de tinta reseca una y otra vez. Había algo en ese suceso que le estimulaba la mente, queriendo llegar a un punto que no lograba discernir todavía.

- Yo iré - murmuró alzando la vista hacia la señorita Wilson-. Con usted a la escena del crimen- creyó necesario aclarar qué la había devuelto a la conversación-. Cuente conmigo, por favor.

El sargento se acercó como los demás y escuchó atento lo que sus compañeros decían. Torcía el gesto o aprobaba con un asentimiento según iban hablando uno y otro, hasta que por fin habló Adam y sonrió.

Creo que es lo más acertado que se ha dicho hasta ahora. Es cierto que podemos andar rebuscando el lugar del crimen y hablando con la familia. Pero nada nos dice que este recorte de periódico sea de ayer, ni siquiera de este año, aunque es posible que sea de hace bastante tiempo... es posible.

Así que lo primero es saber de cuando es la noticia y entonces actuar en consecuencia. De hecho también sería bueno hablar con la policía -y miró a Lew que parecía estar a otra cosa-. Pues aunque esto sea de hace mucho, un caso así no se olvida a nadie y seguro que podrían tener información.

En otro orden de cosas, yo no soy bueno en nada y mucho en todo. Conozco a mucha gente aquí, pero no como para que me deban favores. Sin embargo tengo una camioneta de 6 plazas, con lo que podríamos ir casi todos a un mismo sitio. 

Además...

El sargento se interrumpió al ver la respuesta y expresión de Marisa. Preocupada e impresionada. El viejo Ernest se acercó preocupado por aquella actutud. No en vano quería a aquella muchacha como si fuera una sobrina suya. El viejo Barkie, padre del marido de Marisa, Alfred Barkie, era un gran amigo suyo y es por él por quién entro en el Club Verne. Pues le dijo que necesitaba ocupar su tiempo en algo tras dejar la carrera militar.

¿Te encuentras bien, hija? -preguntó Ernest cogiéndola de la mano y mirándole a la cara para ver si podía sacar de ella algo en claro.

Lew escuchó su nombre y se acercó a donde estaban. En su mano llevaba una libreta en la que había apuntadas unas cuantas líneas a lápiz, alguna tachada y otras subrayadas.

-Hablar con los polis = Yo

-Hablar con el local sheriff Eugene Fraker. = Yo

     -->¿De dónde había sacado el revolver Kirk Buckner?

-Cotejar la noticia en la hemeroteca ¿día? = ¿Ed? ¿yo?

-Hablar con los periodistas = Ed

-Hablar con su tutora del instituto ¿algún indicio los últimos días? = ¿Yo?

-Hablar con el reverendo Wilburn Stewart = Srg

-Hablar con los niños y con el tío, que eran Schnick = Adam, Kath, Marisa, Jou

     -->¿Por qué asesinó a toda la familia Buckner, solo a la familia Buckner, su familia y su tía?

     -->¿Tenía más familia?

     -->¿Porqué esa misma noche se los llevaron con los abuelos?

     -->Hablar con los abuelos.

-¿Passepartout?... primero investigar el caso, luego ver si hay alguna relación.

-Perdonadme, estaba meditando un poco sobre el caso. Hay varias cosas que no me cuadran, pero sobre todo, como bien dice nuestro amigo Ernest, hay que averiguar la fecha de los hechos -dijo sonriendo a los presentes.

-Y me encanta cuando te adoptas el personaje de un detective, Joe, te aplaudiría, créeme, eres puro arte. Pero aunque puede que tengas razón y Passepartout sea el eje de todo esto, también es posible que sea el propio Passepartout quién quiera probarnos a modo de examen a ver cómo reaccionamos. O que sea un caso que investigó él en el pasado y no encontró la solución... pero no podemos aseverar ni una cosa ni otra... pero yo me he creído tus palabras -sonrió a su compañero.

-Lo que sí está claro es que quiere que investiguemos este caso, ¿por qué?, habrá que llegar a la solución, o cerca de ella, para saberlo -concluyó cerrando su libreta y guardándosela en el bolsillo interior de su chaqueta.

-Bueno, yo iré donde vaya Kath, no me fio de vosotros y seguro que queréis ligar con ella, sobre todo tú, Ernest -dijo guiñándole un ojo y sonriéndole pícaramente a la joven.

-No, me acercaré a la policía y hablaré con el sheriff. Si acabo pronto iré al instituto o a la hemeroteca... Ed, ¿te acerco a la hemeroteca o al periódico? -propuso al joven periodista.

Al ver como reaccionó Marisa, se acercó también con el sargento y se preocupó por ella.

-¿Te pasa algo? ¿Has recordado algo? -quiso saber el detective quien se dio cuenta de que era la noticia la que le había provocado ese malestar. ¿Quizás sepa algo? pensó el detective, pero lo guardó para sí.

-¡Un precioso encuentro de cerebros! ¡Por eso vengo a este club!- Respondió Lacaster, aplaudiendo y riendo, a pesar del sombrío asunto. -Ojalá yo pudiera pensar tan bien como vosotros.-

Se levantó de su asiento rápidamente.

-¡Pero no hay día como hoy! Si queremos hacer algo, hagámoslo entonces. Yo voy a ir a la biblioteca a revisar los periódicos. O, ¿cómo la habéis llamado? ¿Hemeroteca? Allí. ¿Quién se viene?-

Joseph cerró los ojos unos segundos, solo le faltaba llevarse la mano a la cara y morderse los labios. Había mucho entusiasmo, sí, pero parecían no haber leído bien la noticia. Era entendible, eran varios y la miraban desde lejos, por lo que se esforzó por conservar la calma e ir respondiendo.

_A ver, Adam, creo que has entendido mal. Aquí no hay ningún huérfano. Resumiré la noticia por si alguno no pudo leerla o lo hizo con prisas para pasársela a un compañero. El asesino es Kirk Buckner. Mató a sus dos padres y a sus tres hermanos. Luego él mismo murió también. Resumen: del lado de la familia Buckner no hay ni huérfanos, ni viudos ni nada, están todos muertos. Kirk murió a manos de su tío, James Schnik. Esto fue luego de que Kirk matara a su tía, la esposa del Sr. Schnhik. Los hijos del matrimonio no estaban en casa. Resumen: El Sr. Schnik quedó viudo pero sigue vivo, al igual que sus hijos. Son a ellos tres a quienes quiero ver. El Sr. Schnik no solo quedó viudo sino que ha matado a su propio sobrino. Y los niños perdieron a su madre, tíos y primos. Por eso me parece apropiado que un psiquiatra hable con ellos. Y por eso también quisiera saber si James Schnik con sus dos hijos están actualmente en la granja. ¿Lew, crees que puedas conseguir esa información, para saber a dónde ir a buscarlos? Es posible que estén todos en la casa de los abuelos de los niños, donde afortunadamente estaban en el momento del hecho. Y Lew... esto para mí no es un juego. No dejaré de seguir cualquier pista solo para agregarle picante al desafío. Si Passepartout dejó esto posiblemente sea porque sospecha algo o conoce a la familia. Sea lo que sea, lo que diga podrá ayudar -concluyó con otra sonrisa Joseph-. Erny, si vas para el lado al cual voy, estaré encantado de que me lleves. Y gracias, Marisa. ¡Marisa!

En todo eso, Joseph había pensado que Marisa se había sentado por cansancio, pero al verla directamente vio que algo andaba mal en ella. Nada que no hubiera visto ya en el consultorio. Ya había demasiadas personas rodeándola, cuando lo mejor podía ser darle aire. Se acercó a ella e hincó una rodilla, para quedar a la misma altura que ella.

_¿Puedo ayudarte? ¿Quieres salir a tomar un poco de aire, o acompañarme a hablar con Passepartout?

Esta tan emocionado por las extrañas circunstancias del caso que apenas había prestado atención a los pequeños detalles, y en su cabeza, acelerada, se había confundido con los apellidos de los familiares.

Menos mal que estaba el siempre dispuesto Señor Sinclair para sacarle de su ensimismamiento.

Y también tenía razón en que eran demasiados para concentrarse en una familia ya de por sí traumatizada por los hechos. Quizás lo mejor que podría hacer Adam en esos momentos es hacerse a un discreto lado y dejar que los profesionales lleven la parte más intensa de la investigación mientras él estudiaba al detalle lo que pudiera de la biblioteca junto con el Señor Lancaster.

 Casi le resultaba un extraño consuelo que no había sido el único en conmocionarse con lo que estaba pasando, por la reacción tan anómala que había tenido la señora Barkie, pero que media docena de hombres se abalanzaran sobre ella no la ayudaría a recomponerse.

-El Señor Sinclair tiene razón- atinó a decir al fin- Intentar ir a hablar con unos niños traumatizados solo va a hacer que las cosas empeoren, es mejor que me vaya con el señor Lancaster a la biblioteca a ver que podemos sacar de allí. Confío en que los archivos arrojen algo de luz sobre este extraño caso.

-Y sería recomendable que alguno acompañe a la Señora Barkie afuera; quizás un poco de aire fresco la ayude a recomponerse. Entiendo que este tipo de emociones nos afectan a todos, a nuestra manera…