Partida Rol por web

-Maldita sea, con lo que me costó salir de ahí ¡Pero si una mujer se atreve a entrar en el fuego yo no soy menos!

El enano retrocedió lo andado para recuperar la gema de viento. El calor era sofocante y pero lo peor era sentir como el fuego lamía sus cortas piernas. Recupero la gema del viento y salió corriendo de ahí lo mas rápido que pudo.

Veo como todos van poco a poco haciéndose con las piedras elementales de cada uno de los altares - Me teníais que haber dejado las más lejanas, yo me muevo por aquí como cual bailarina de ballet, pero vamos, me encargo de la piedra de Tierra... - y me dispuse a coger la piedrecita.

- Bien..... ahora que las tenemos todas.... ¿que se supone que hay que hacer? - comenté con expresión pensativa mientras miraba fijamente el objeto recogido.

Dagor avanza como pudo entre temblores de suelo, ráfagas de viento y la escasa visibilidad que dejaba la niebla. Pero consigue llegar hasta el altar del agua y suelta la gema en el interior del pequeño estanque. En cuestión de segundos la niebla que envolvía todo el campo de batalla se disipa y podéis ver de nuevo en condiciones normales

Por su parte, Zanros, Keldron e Ilena habían recogido las piedras de tierra, aire y fuego respectivamente.

Una potente ráfaga de aire os golpea y os empuja hacia el norte. El fuego se sigue expandiendo y Zanros y Keldron se ven envueltos por las llamas una vez más.

Ilena apretó los dientes mientras se desplazaba para salir del fuego, con la piedra en una mano y con la otra sosteniendo la espada y la capa para protegerse un poco del flamígero beso que dejara el elemental. 

En cuanto pudo salir se sacudió apagando cualquier rezago mientras se encaminaba hasta el templo del fuego.

Respondió al sacerdote- Intentemos poner cada piedra en su lugar, si no funciona probemos  ponerla en el templo contrario y si no funciona, destruyamos los templos- esto último lo dijo con cierta risita hacia el enano, cuando las cosas no se pueden solucionar de una manera inteligente siempre se puede recurrir a la destrucción para acabar con el problema.

El enano salió del fuego mascullando entre dientes insultos hacia los elementales y lo que podían hacer con sus esferas para mayor deleite de su recto.

-¡Cabrones elementales y sus jodidas bolas!- Dijo cuando al fin se alejó del fuego tras una rápida carrera, nunca un enano había hecho tanto recorrido en tan poco tiempo. -El tiempo de pensar pasó ¡Pienso "apagar" esta cosa a la antigua usanza si no te das prisa mujer!

La situación no mejora ni mucho menos, el dichoso aire nos empuja más y más lejos de nuestro objetivo y la honda expansiva del fuego seguía su avance rápidamente. El torrencial viento siguió soplando y, como anteriormente, sucumbí a tal cantidad de fuerza - ¡Maldita seaaa! ¡¡hay que acabar con este airazo yaaa!! -

Centrado en intentar detenerme ante la brutal ventolera que soplaba, no me percaté de que me encontraba nuevamente a escasos metros de la lengua de fuego que a cada instante se hacía más y más grande, engullendo todo lo que se interponía en su camino. La ventolera había bajado de intensidad y me detuve, repentinamente mis pies comenzaron a sudar... - Buuufff ¡que calor hace aquí! - mascullé entre dientes mientras miraba hacia el suelo. - ¡¿¡¿otra vez aquí!?!? joder, quema, quema, quema....... - tenía que salir de ahí ya y alejarme lo más posible. Así que decidí echar a correr en dirección al altar de la tierra... - ¡Dagor! cogelaaaa - comenté alargando el brazo con la piedra en una mano para que Dagor no tardara demasiado en llegar al altar...

Dago vio como las llamas comenzaban a devorar todo la maldita arena, pero por lo visto la chica se habia hecho con la piedra de fuego por lo que acato a decir: coloquen la piedra en los altares eso neutraliza los efectos de las misma. con dificultad pero movido por su habilidad el joven avanza casi arrastras hasta su compañero Zanros, toma la piedra que el suelta y la guia hasta el agujero dejando que esta se pierda en el vacio del mismo.

se gira a sus compañeros y levanta el arco en gesto de victoria, Con esta van dos por un segundo se había olvidado que estaban en una arena y seguramente la gente aun se estaba preguntado como saldrían de esta los heroes

Cuando Dagor deja caer la piedra a las profundidades del pozo, los temblores finalmente cesan y os dejan maniobrar con más facilidad. No obstante le fuego ya ha cubierto la mitad de la arena de combate y el viento empuja a Zanros y a Dagor en dirección nor-oeste. Ilena aguanta la embestida. Theren es empujado contra el muro que separa la arena de las gradas y Keldron se agarra al altar de fuego para evitar la sacudida.

Dagor pasó junto a mi con una exalación, o lo más rápido que pudo teniendo en cuenta las condiciones en las que se encontraba el terreno y consiguió llevar el objeto del elemental de tierra, la piedra de tierra, a su correspondiente lugar e instantáneamente los temblores cesaron. Di un par toquecitos con un pie en el suelo para comprobar que efectivamente habían cesado los movimientos - ¡ahí está er tio! Bien Dagor... -

No había terminado de agradecer a Dagor lo hecho, cuando otra gran ráfaga de aire me envolvió y me vi sumido en su corriente, la cual me volvió a desplazar nuevamente cerca de las llamas - ¿porque estoy otra vez a la altura de las llamas? ¡¡maldito airecito!! - maldecí mientras miraba de reojo al fuego que nuevamente volvía a tener a escasos centímetros de mis pies.

Sin pensarlo, observé rápidamente la zona y me situé de tal forma que no pudiera volver a caer en el fuego, pues sería catastrófico para mi integridad física, este combate estaba durando demasiado y el siguiente probablemente fuera peor - ¡¡ánimo chicos, llevad las piedras a su lugar correspondiente!! - comenté mirando la zona - buuuff, pues el tema de dejar las piedras restantes en su pilar va a ser complicado por el dichoso fueguecito.... pero bueno, lo mismo no hace falta acercarse demasiado, solo lo justo -

Después de aguantar la embestida del viento Ilena se dirige sin titubeos hasta el altar de fuego donde deposita finalmente la dichosa piedra del elemental 

Suspira profundo en cuanto la piedra esta depositada y gira hacia sus compañeros  para ver en que mas puede ayudar.

consiente del riesgo que representaba el precipicio ve como la piedra se pierde en las profundidades de la gruta, su compañero estaba diciendo algo cuando el el golpe de aire impacto con fuerza, no logro mantenerse firme y fue arrastrado con su compañero, y ante inminente peligro de las llamas mira al sacerdote, pero este persuadido de por las llamas se aleja de estas sin miramientos, de la sarten al fuego pensó el elfo que ve como este se para a la boca del abismo, una ráfaga de viento en esa dirección y quedaría fuera, presuroso se pone de rodillas y saca de su maleta una soga de cáñamo, el elfo sopesa la trayectoria y asegura uno de los extremos de las cuerda a su sintura y arroja la otra en dirección a el sacerdote.

toma la soga Zanros el elfo arroja la soga, y una vez la ve cerca del sacerdote se deja caer para que el viento no le pueda arrastrar con tanta facilidad, clava los talones en la arena y aprieta los dientes mientras espera lo mejor.

Ilena se acerca al altar y deposita la piedra en el caldero de fuego. El incendio que estaba devorando la arena de combate desaparece al instante, dejandoos paso libre hasta el último de los altares. Parece que el peligro a pasado y los espectadores empiezan a vitorear vuestras acciones y a gritar y corear el nombre de Viento Rúnico.

Dagor se ata una cuerda a su cintura y tira el otro extremo a los pies de Zanros, pero el viento hace que el extremo caiga a los propios pies de Dagor.

Una vez normalizadas las cosas en la arena solo quedaba la esfera del viento. Keldron guardó el gran hacha a su espalda e hizo otra carrera, esta vez para poder trepar el muro y detener el viento que no paraba de azotarles.

El viento sopla en dirección sur-oeste esta vez pero no consigue arrastraros a ninguno de vosotros. Keldron se planta en la base del último altar mira hacia arriba, calculando la que será una subida bastante complicada...

El enano miró hacia arriba, calculando los metros que debía subir y el camino que tenía que seguir entre saliente y saliente para trepar. Apoyó una rodilla y tomo tierra entre sus manos para mejorar su agarre.

-Vamos allá...- Murmuro antes de empezar. Se agarró al primer saliente pero en cuando apoyó el pie este resbaló. Por suerte estaba cerca del suelo y la cosa quedó en poco mas que un susto, y le sirvió para replantearse los mejores salientes. La segunda vez salió como cabía esperar de un buen escalador, pero solo había hecho la mitad del camino.

Dagor se apresura a levantarse al ver que su compañero no ha caido al abismo sin fondo, se gira y ve al enano que escala la roca, se mueve hacia el a toda velocidad y al ver que no ha subido lo suficiente le trata de hacer apoyo para que siga subiendo.

animo keldron, reclama la gloria para nosotros le dice el elfo mientras trata de prestarle ayuda.

Estaba expectante desde mi lejana posición de la hazaña que iba a realizar el enano - ¿un enano escalando?... ¡¡eso tengo que verlo!! - justo cuando pensaba en la proeza que se disponía a realizar Keldron, otra bocanada de aire intentó desplazarme otra vez, pero esta vez estaba demasiado cerca del fin. Mirando al precipicio que había tras de mi, me aferré hasta con las uñas de los pies al suelo para intentar que ese airecito no me moviera.

Cuando hubo pasado el peligro, comprobé que efectivamente estaba con los pies en el suelo y no estaba cayendo sin remedio hacia vete tu a saber donde pararía. Así que, una vez el viento cesó, decidí separarme del filo de la arena - ¡¡Keldron, tarzán a tu lado es un mono de feriaaaa!! - grité para animarlo a que subiera.

La expectación era máxima. Keldron, el enano, iba escalando lento pero seguro. Al principio le costó y resbaló tras haber subido a penas los primeros 5 pies. Después se puso serio y comenzó a escalar como si de un experto montañero se tratase. 

Los espectadores contenían el aliento. Sus compañeros le dedicaban gritos de ánimo y le daban indicaciones... hasta que el viento sopló de nuevo...

Por suerte Keldron consigue aferrarse con uñas y dientes al irregular pilar de piedra sin caer al suelo.

El viento sopló fuerte pero esta vez estaba preparado. Había aprendido con que frecuencia se desataba aquella tormenta mágica y a sentirla en cuando soplaba la brisa, cuando se desató pegó su cuerpo contra la pared lo máximo que pudo y mantuvo su posición. Una vez pasado el huracán siguió trepando, con las voces de sus compañeros como fondo. Algunas eran indicaciones inteligentes y otras eran bromas que no le hicieron gracia, debido quizás a que era un momento tenso.

Sin importar que, Keldrón llegó al altar y colocó la odiada gema en su sitió, para después alzar el puño y declarar la victoria de Viento Rúnico mientras sus compañeros lo contemplaban desde la lejanía.

Con un último esfuerzo, Keldron consigue subir hasta la cima del altar y, tras depositar la piedra, el viento se detiene por fin.

La muchedumbre en las gradas estalla en una ovación, miles de gargantas gritan y corean el nombre de Viento Rúnico, aplauden y lanzan vítores.

Cuando han pasado un par de minutos y os habéis dado vuestro baño de masas, Tom-Tom, el enorme goliath, se pone de pie y hace sonar un cuerno para acallar a los espectadores. 

- La ira de los señores elementales ha sido apaciguada, el equilibrio está una vez más restaurado. A pesar de las dificultades, Viento Rúnico se ha alzado con la victoria en esta primera prueba gracias al trabajo en equipo. Podéis retiraros a la zona de descanso para recuperar el aliento... la próxima prueba os aguarda.

Dicho esto, los espectadores comienzan a vaciar las gradas poco a poco una puerta se abre en el muro circular para que la crucéis y podáis llegar hasta la habitación de descanso.