Partida Rol por web

La bruja escuchó vuestras preguntas. Y las meditó unos pocos segundos.

-Como os he dicho, el mal empezó a propagarse poco después del ataque de Babuka, los espíritus me empezaron a hablar entonces de malos augurios y penurias. Poco a poco, vi la tierra morir y deshacerse para dejar paso al odio, la venganza y la putrefacción. Ahora sabemos que un espíritu malvado se ha apoderado de la colina de las piedras. Un espíritu al que los mismos espíritus que me guían no osan acercarse. - tras un breve descanso reanuda la explicación.- Me temo que no puedo clasificar qué espíritu es, o cuáles son sus intenciones, más allá de lo que nuestros cazadores nos han informado. En cuanto a esas montañas que hablas, chico, lo único que puedo decirte es que las únicas grandes montañas de Nanwe están situadas lejos de aquí, muy lejos yendo hacia el este. Y sobre los espíritus, los que se van, no se quedan entre nosotros así que no podría preguntarles.

Me quedé algo decepcionado por la respuesta de la bruja, ya que esperaba que supiese algo más... pero no todos podían saber tanto como Thimba Yomba, así que tampoco le dio muchas vueltas.

Al este...- murmuró -Parece que aún queda bastante camino por recorrer si vamos a ir donde nos dijo la serpiente...- dijo -Aunque si lo que pasa aquí tiene que ver con Babuka, habría que investigarlo- añadió, hablando en todo momento más para sí mismo que para los demás.

Además, quiero ver un Qu'tro- pensé emocionado -Y... seguramente las gemelas estén por aquí- me dije, más como excusa que otra cosa

Todo aquello que decía la mujer aumentaba los recelos de Kitnawa. Si era verdad que un poderoso espíritu malvado se había apoderado de aquella tierra, era su obligación hacerle frente. Era su juramento como cazador de espíritus. Y si además tenía algo que ver con lo ocurrido en Babuka, con más razón aún.

- Deberíamos explorar ese sitio; quizás obtengamos allí más pistas de lo que está sucediendo.

- Si, debemos ir, pero no ahora - dijo poniendo una mano sobre el hombro de Kitnawa

- si esperamos a mañana, tal vez haya suerte, vuelvan los que fueron a inspeccionar la colina de las piedras y nos puedan avisar de algo antes de partir, y si no... simplemente no me gustaría pasar una noche al raso cerca de donde hay suelto un espíritu maligno - dijo por utilizar las palabras de la bruja. Deberían descansar bien esa noche y estar preparados para el día siguiente.

-¡Un espiritu maligno! por fin podré cumplir con mis deberes de shaman- pensó el joven emocionado olvidandose por completo de las dos locas violentas- Es mi oportunidad

-Tienes razón, ir ahora, agotados tras el viaje es una locura- dijo Kanu a regañadientes, estaba ansioso por ponerse a prueba como solo un adolescente podría estar, pero era consciente de que sería una locura ir cansados.- pero está claro que es nuestro próximo punto de partida. Quizás allí sepamos algo de lo que paso en Babuka. Ancianos- dijo dirigiendose a la bruja y al resto del consejo- Rogamos por vuestra hospitalidad antes de partir a las colinas de piedra

Los ancianos hacen acompañaros a vuestros aposentos. Os explican que en esa pequeña aldea no tienen ningún lugar que ofrecer extranjeros pero que, debido a la ausencia de los cazadores, podéis usar sus camas para descansar esta noche. Aunque separados, podéis dormir esa noche en suelo mullido.

La noche pasa sin demasiadas noticias y no es hasta bien entrada la mañana que escucháis, de repente, griterío de júbilo. Al salir al exterior, podéis ver a 3 hombres magullados y destrozados, que caminan apoyándose en las mujeres que llegan para socorrerlos. A duras penas consiguen llegar a la cabaña de los ancianos y allí, entran para dar explicaciones sin dejar pasar a nadie. Al cabo de un rato, salen los dos ancianos únicamente y uno de ellos se dirige a todo el pueblo.

- ¡¡El mal ha sido vencido!! Thumba, Anthos i Barum han vuelto sanos y salvo con la cabeza y la piel del gu'tro gigante. El espíritu ha sido vencido y ahora la colina de las piedras se recuperará. Debemos hacer todos un gran esfuerzo por recuperarnos de esta terrible pérdida.- dice en clara referencia a los demás cazadores.

Tras esto, el anciano se gira hacia una jóven y le da unas indicaciones. Tras lo cal se dirige a vosotros.

-Roro ha vuelto y aunque le están tratando, sus heridas son las más leves. Podéis pasar a preguntarle.

Tras entrar, dos chicos se hallan tumbados están bastante malheridos, uno de ellos con un feo corte en el tórax. Y el tercero, está sentado en el suelo apretándose una hoja fresca y grande contra el brazo izquierdo. Posiblemente se trate de algún cataplasma que la anciana ha usado. Éste al girarse hacia vosotros os mira inquisitivamente de arriba a abajo. Evaluándoos.

Kitnawa acudió a la tienda sin entretenerse; quería ver a los cazadores cuanto antes. Se acercó al que parecía estar en mejor estado, el tal Roro. Le saludó con respeto antes de empezar

- Me llamo Kitnawa Karume, de los Mafumbo. Yo y mis compañeros venimos desde Babuka, siguiendo el rastro de dos mujeres desaparecidas, y hemos llegado hasta aquí. Lamento vuestra pérdida, y sé que quizás no sea el mejor momento, pero me gustaría hacerte algunas preguntas.

Nikolai avanzó tras Kitnawa al interior de la cabaña y sintió una leve angustia al ver a los heridos. No le gustaba presenciar cosas así, aunque lo soportaba.

Se dirigió directamente a la anciana para preguntarle - Tengo conocimientos de hierbas y sanación, si me lo permite podría ayudar con los heridos - no dijo nada, pero también estaba acumulando su poder lentamente, sin llamar la atención, para lanzarlo sobre el más herido de los guerreros. No era mucho, pero le ayudaría a recobrarse de sus heridas con rapidez.

Mientras tanto dejó el interrogatorio a Kitnawa y decidió solo intervenir si pensaba que se olvidaba de algo importante. Al fin y al cabo él era un extranjero, reaccionarían mejor con uno de los suyos.

Kanu entró a la habitación con paso apresurado y firme, -Por fin algunas respuestas!- pensó. Ya era hora de coger el toro por los cuernos y, si los cazadores traían alguna pista, avanzar hacia la misteriosa desaparición de su Maestro y los extrños sucesos que estaban ocurriendo en el bosque.

-Mi nombre es Kanu, aprendiz del shaman Caraazul- dijo el muchacho decidido a no perder mas tiempo, pasando por alto el estado de salud del cazador-Se que no es agradable un interrogatorio nada más llegar, pero nos urge saber que clase de mal encontraste en las colinas. ¿Lo derrotasteís?¿Como lo conseguisteis?

Al salir a ver qué era lo que pasaba, me sorprendió enterarme de la noticia de la derrota del espíritu, pues por lo que nos habían contado, no debía haber sido un trabajo fácil.

Deben ser grandes cazadores- pensé mientras entraba a donde se encontraban -Y la batalla debe haber sido increíble- me dije al ver las heridas. Kitnawa no tardó en preguntar por las gemelas y Kanu por la batalla con el espíritu, pero aunque ambas cosas eran algo sobre lo que quería tener una respuesta, desde que lo había oído, en mi mente había algo mucho más importante que eso...

¿Puedo verla?- le pregunté con infantil interés, refiriéndome tanto a la piel como a la cabeza del gu'tro gigante que habían traido.

Roro os observa con atención algo sorprendido.

-Babuka deciís?... Hay... alguien vivo aún?-pregunto con temor a escuchar la respuesta que esperaba, mientras mostraba la cabeza y las pieles- Me marché tras el ataque al ver la destrucción del pueblo tras hablarlo con el único superviviente real. Yo estaba cazando aquella noche no muy lejos de allí, y cuando escuché gritos, me acerqué corriendo, aún no me creo lo que vi, pero allí estaba, de pie aquella... como lo describiría una serpiente con cabeza humana? No recuerdo cómo, pero una serpiente me mordió y acabé desmayado. Por suerte, mi padre me enseñó que todo buen cazador aprende a resistirse de los venenos sufriéndolos, así que pocos venenos que conozca son capaces de matarme.

Mientras tanto, la vieja arqueó la ceja al joven Umar y le hizo unos aspavientos con su mano mientras empezaba a ahumar las heridas con alguna de sus mezclas de hierbas. Por otra parte, la cabeza, rodeada de moscas, es parecida a la de un topo gigante con una protuberancia durísima con dos agueros que le sirven de nariz. Las pieles por su parte, están limpias y es muy dura y a pesar de los agujeros aquí y allá frutos de las lanzas. De hecho, diríais que es una de las pieles más gruesas que jamás hayáis visto, de hecho, al alguna que otra zona, podéis ver algún corte que no ha llegado a agujerear la piel completamente.

- No os puedo decir demasiado sobre aquella cosa, pero si que sobrevivió una chica. Si es esa una de las hermanas que buscáis, estáis de suerte, pues sobrevivió. Nuru se llamaba, me acompañó hasta este clan con el que tenía relaciones. Aunque no hace mucho tuvimos tratos con el jefe de su clan y nos dijo que se había ido del clan. En cuanto al qu'tro. Bueno, no son ni territoriales ni agresivos por naturaleza, pero alguna vez, en época de escasez si habíamos tenido que cazar alguno, pero éste, pese a no ser demasiado más grande que los demás, estaba encolerizado, los pocos cortes que conseguíamos hacerle no le hacían daño alguno y con la piel tan gruesa, es difícil hacer alguna herida. Aproveché mientras se lanzó encima de uno de nuestros hermanos para empalarle hundiéndole casi la totalidad de mi lanza. Parece que la zona de la entrepierna no tiene una piel tan dura y gruesa. Un golpe de suerte supongo, si no, posiblemente...- en ese momento Roro se calla para no hablar de lo que podría haber ocurrido.

- No, las mujeres que buscamos se llamban Nira y Lira. Pero dijiste que hablaste con un superviviente de Babuka. ¿Donde podemos encontrarlo?

Nikolai se sintió ofendido cuando la anciana dejó claro de aquella forma que rechazaba su ayuda. La ignoró y se acercó más al tal Roro, con los demás, no sin antes posar la mano sobre el guerrero más herido y liberar silenciosamente el hechizo.

No recordaba que el jefe de Babuka les mencionara a nadie más que Roro que hubiera sobrevivido al desastre, pero era una suerte saber que había alguien más, sobre todo porque Roro no parecía saber gran cosa, aunque el detalle de la serpiente con cabeza humana era perturbador.

- Entonces... ¿habéis descubierto lo que ha ocurrido en la colina de las piedras, o el qu'tro os ha impedido averiguarlo? -

-¿Posiblemente que?- preguntó Kanu para animar al cazador a terminar su frase. El joven tambien estaba interesado en los otros temas que habían comentado sus compañeros, pero tampoco era cuestión de repetir lo ya dicho.

Recuerdas perfectamente un ser mitad serpiente, mitad mujer. No entiendes porqué ha dicho sólo una cabeza, pero desde luego, lo que tu conseguiste ver no fue eso. Quizá no logró ver bien. Quizá está confuso por aquél día: todo fue caótico y violento y puede que su mente haya borrado algunas cosas. O quizá él vio a un ser que tu no llegaste a ver.

-¿Estais seguro de que solo tenía cabeza de mujer? ¿No era la mitad del cuerpo?- dijo Kanu con voz apresurada, sabía que las palabras del hombre encerraban respuestas, solo había que liberarlas del envoltorio para comenzar a entender que estaba pasando.

Miré asombrado la cabeza y la piel de aquel ser, escuchando con atención la historia de cómo lo habían matado, sin caer en su confusión sobre el origen de las gemelas hasta que Kitnawa hizo hincapié en ello.

No son de Babuka, son de mi...- empecé a decir, cortándome de repente -... de la tribu Mafumbo- terminé -Aunque creo que estaba en Babuka cuando paso todo- añadí al pensar en ello, más para mi mismo que para los demás -Pero... ¿que es eso de una serpiente con cabeza humana?- pregunté al instante, con infantil interés.

-El viejo Unk-ah? No os lo encontraseis entonces en Babuka?-Preguntó sorprendido y se puso la mano en la cabeza. Parecía confuso.- Los dos únicos supervivientes que conozco son el viejo Unk-ah y la joven Nuru. El primero debería estar en Babuka, al menos, eso me dijo cuando partí: Que se quedaría allí. De la joven, sólo se el paradero de su tribu. Mas o menos.

Observáis cómo la vieja empieza a caminar y sale por la puerta, no sin antes dirigiros una mirada a todos, sobretodo a los heridos.

- Sobre el qu'tro. Como os dije, el que cazamos era violento. Él mismo salió de tierra hiriendo a uno de nuestros hermanos.- calla por un momento, con los ojos abiertos. Como si estuviese viviendo ahora mismo la escena.- Nos atacó por sorpresa!- espetó de repente, como si, de repente, se hubiese dado cuenta de algo.- Todo fue muy rápido, antes que sacáramos las lanzas ya había derribado a otro hermano. La lucha fue encarnizada y no recuerdo muy bien los detalles. Pero de no ser por el golpe de gracia, el qu'tro hubiese acabado con nosotros. No conseguíamos hacerle apenas daño.- Tras llevarse de nuevo la mano a la cabeza, intenta recordar algo- El ser que nos atacó en Babuka, mitad de cuerpo de mujer? No lo sé... Aquella noche fue muy extraña. Y los hechos ocurrieron tan rápido... No tengo nada claro...Como hoy...- Observáis como el hombre empieza a deprimirse por momentos- Como si fuese portador de calamidades...

Antes de que os deis cuenta la anciana había vuelto, con un cuenco de agua. Al ver el estado de Roro, os empieza a hacer claras señas para que os vayáis, incluso empieza a moveros físicamente (aunque con la fuerza de una anciana) para que os marchéis de la tienda.

Kitnawa abandonó la cabaña ante la insistencia de la anciana, aunque aún le quedaban preguntas por hacer. Sin embargo, la descripción que había hecho el lugareño de la criatura que atacó Babuka le perturbó un poco. Si lo había entendido bien, era una criatura mitad humana y mitad serpiente.
 

Nikolai no estaba satisfecho con la explicación de Roro, pero la anciana ya ponía empeños en que el grupo saliera de la tienda y prefirió hacerla caso. En cualquier caso Roro no parecía capaz de continuar con su relato.

- ¿Qué os ha parecido? - preguntó buscando la opinión de los demás. También pensaba en la ironía de aquella última frase que había pronunciado antes de que dejaran la tienda - Portador de calamidades... más bien afortunado por sobrevivir en las dos ocasiones. -

- Sea como sea aún no ha terminado. Sabemos que hay otra superviviente, pero hasta que Roro no se tranquilice no sabremos donde buscarla. Tampoco sabemos si de verdad los espíritus de esa colina de las piedras han desaparecido, solo que un Qu'tro les atacó...

Deberíamos descansar del viaje esta noche y partir mañana a la colina, tantos males tan cerca unos de otros no pueden ser coincidencia. Después preguntaremos a Roro por la chica de Babuka. -