Partida Rol por web

Kanu salió con sus compañeros con gesto serio y meditabundo.

-Si desde luego el cazador ha tenido mucha suerte... por segunda vez. Tal vez deberíamos vigilarlo un poco, quizás las calamidades se le acerquen y lo esquiven. Total hacer guardia una noche para prevenir no hará ningún daño- dijo mirando hacia la caseta. Estaban pasando muchas cosas raras y casi siempre cuando estaban dormidos o somnolientos.- Y si, investigar las colinas puede resultar bastante productivo, con un poco de suerte encontremos a esa muchacha

Al final, a causa de la insistencia de la anciana, me vi obligado a salir de la tienda junto a los demás, aunque a regañadientes, eso sí, ya que quería seguir preguntándole cosas a Roro. Al fin y al cabo, seguro que había más cosas interesantes que no les había dicho.

Pues vaya...- me dije, algo desilusionado, claro que eso no por ello me iba a dare por vencido -Ya le preguntare más tarde- pensé mientras escuchaba lo que decían Nikolai y Kanu.

Pues yo tengo que encontrar a las gemelas- les dije, aunque con algo de desgana -Pero si es por una noche, tampoco pasa nada...- dije -Además, si de verdad pasa algo, no quiero perdérmelo- añadí emocionado.

El tiempo ha pasado desde que entrásteis a ver a Roro y a preguntarle. Y aunque aún es mediodía, los humos y esencias que se podían respirar en la cabaña de la abuela, con Roro y compañía, os han hecho mella.

Tras acercarse a vosotros, uno de los ancianos os advierte: No sólo no sería prudente salir en este estado, algo enturbiados, sino que llegarías cerca de la noche a un lugar donde puede, o no, haber espíritus y fantasmas. Algo que en cualquier cultura y tribu es desaconsejable. Pasáis la tarde acabando de preparar todo para partir mañana temprano, escuchando algún que otro chismorreo de las pocas mujeres que hay. Parece ser que las mismas mujeres sospechan de los tres supervivientes. Escapar de un espíritu no es cosa fácil y temen haber enfurecido a los espíritus con esa acción. Quizá, por esa razón han apostado a dos jóvenes cerca de la entrada de la cabaña. Aunque no son rivales para guerreros bien formados, si que podrían dar la alarma fácilmente si algo sucede.

Tranquilos, os vais a dormir. Y cuando el sueño se apodera de vosotros, todo empieza a difuminarse, como si os despertáseis en el interior de una nube. Las plantas de esa vieja os están haciendo alucinar, pensáis. Pero a medida que la niebla se disipa, os observáis unos a los otros. Estáis flotando. Flotando en el aire y formando un círculo y descendéis rápidamente hacia el suelo sin siquiera poder moveros.

De repente os detenéis en el aire, encima de un poblado. Observáis una plazoleta, y una hoguera en su centro, encendida a pesar de ser mediodía. Debe ser un poblado grande para los estándares de Nanwe, pues las cabañas parecen grandes y de buena calidad.

-Babuka- se le escapa a Kanu algo sorprendido al reconocer el poblado.

Tras esto, empezáis a descender directamente hacia la casa mas grande. Cuando podéis ver el interior, observáis a Kanu que aparece por la puerta, dentro están las gemelas acompañadas de un hombre blanco. Parece que están en audiencia con el líder de Babuka. Tras unos instantes todo se vuelve difuso y volvéis a ver la misma escena, esta vez, entran dos  sujetos más, un chico y una chica. Tras unos momentos, la voz de la chica suena en vuestra cabeza.

-Soy Nuru de la tribu Mahoue. He venido a buscar a Dahabu, pues nuestro sabio Nuk-Umba le requiere para un asunto urgente. Vengo a solicitar permiso para descansar en el campamento Alvini para poder partir mañana.

Ahora Kanu por fin puede recordar quién era aquella Nuru. Aquella chica que se escondía en los recovecos de su memoria. La escena vuelve a difuminarse y deshacerse, como si las mismas imágenes fuesen aquellas nubes tomando formas y colores.

Esta estáis en el linde del bosque de Babuka y aunque es de noche, la hoguera aún os proporciona suficiente luz. Frente a vosotros, un grupo inmenso de serpientes negras pequeñas acompañadas de unas serpientes blancas enormes avanzan hacia Babuka mientras una suave melodía se escucha de fondo, entonces, las imágenes empiezan a transformarse rápidamente y a trompicones. Visualizáis a Kanu alarmado, gritando y señalando fuera de la casa. La imágen se desborrona de nuevo y véis el poblado infestado, desde arriba, con las gemelas saltando por las vigas y caminando por encima de un débil techo de hojas secas y cañas. En otra secuencia, observáis al extranjero haciéndo un agujero en la pared de caña. Véis a las hermanas y a Kanu en el bosque, viendo al extranjero correr al lado de otro extranjero más obeso. La escena vuelve a transformarse para ver una escena donde Kanu está atacando a las hermanas. Finalmente, véis una bestia, mitad serpiente mitad mujer tocando una flauta hasta que ve a las gemelas y a Kanu, que han avanzado algo.

-Vaya, vaya, que tenemos aquí. Habéis logrado huir de las serpientes? Ahora corred!

Tras esto, la bestia se pone la flauta en la boca y todo vuelve a difuminarse. Tras esto, volvéis a ver Babuka esta vez destrozada con todos vosotros y las gemelas haciendo una escena. Es el momento donde os conocisteis. Todo se vuelve negro de repente y la oscuridad dura unos segundos, pero cuando por fin se ilumina de nuevo, veis la escena de cuando despertasteis en Babuka por segunda vez. Una serpiente verde esmeralda mirándoos. Pero esta vez podéis escuchar algo más que los siseos de aquél día.

-Sashassim os ha traído de vuelta. Comprende que, vuestros impulsos os guían al igual que las viperinas. Ellas están ahora al este del lugar. Donde acaban los fantasmas. Al norte de las montañas donde acaba la tierra.

Tras esto, despertáis todos juntos entre sudores y taquicardias, ha sido una experiencia muy inusual. Sin saber cómo explicarlo, os miráis los unos a los otros.

El sol está por salir, observáis entrar por la puerta aquella claridad indirecta de cuando el sol aún no ha asomado por encima del horizonte pero que pronto lo hará. En vuestras mentes, el sueño se entremezcla con la colina de las piedras. Sería mejor acabar de investigar el asunto de la colina de las piedras? Sería mejor ir a buscar a Nuru? quizá otras opciones? Y ahora que lo pensáis, porqué el hito más importante de vuestra vida: haber conocido al gran espíritu viperino Sashassim no ha aparecido en vuestros sueños?

Kitnawa miró a sus compañeros, y por sus expresiones supo que habían tenido el mismo sueño que él. No era un simple sueño; era una visión, enviada por el propio dios serpiente. Para él, era más que suficiente para saber cual debía ser su próximo paso.

- Deberiamos prepararnos e ir al Este -comentó sin titubeos

Nikolai se despertó casi completamente aturdido. Aquellas imágenes sobrenaturales le hacían sentir como si no hubiera descansado absolutamente nada, casi como se sentía al despertar en babuka antes de partir hacia este poblado.

Agitó la cabeza para desperezarse por completo y escuchó a Kitnawa. Tenía razón, ya conocían de primera mano lo que había ocurrido en Babuka, al menos una parte.

- Es cierto, tendremos que pedir provisiones para el viaje. Tal vez cuando encontremos a las serpientes todo se aclare. Pero parece completamente como si la mujer-serpiente las controlase -

Ojalá hubiera estado yo allí- pensé al despertar, con las imágenes de lo sucedido en Babuka aun en mi mente. En parte, me sentía decepcionado por que el sueño hubiese acabado ya, pero también me sentía emocionado por la posibilidad de que se llegase a encontrar con aquella mujer serpiente. Absorto en esos pensamientos estaba cuando escuchó a sus compañeros, que al parecer, también habían tenido el mismo sueño.

¿Qué no era eso lo que hacíamos?- pregunté, extrañado por sus palabras, como si fuese la primera vez que escuchaban las indicaciones de la serpiente.

El revuelo de la noche no habían conseguido sino darle mas munición a la saturada mente del jovén así que, incapaz de encontrar una respuesta por sí solo, Kanu se paró frente a sus compañeros y comenzó a exponer sus ideas

- Hacía más que eso Umar. Yo intenté hacer que los espíritus ofídeos engañasen a las serpientes para que les resultase como un miembro de su misma especie y fue entonces cuando la mujer-serpiente me poseyó y me obligó a atacar a las gemelas. Imaginaos que poder puede alcanzar esa criatura.- relató el aprendiz de shaman.- Desde anoche llevo dandole vueltas a la cabeza a que cuando nos encontramos con Sashassim el encuentro fue mucho menos hostil. Eso debe de significar que la mujer-serpiente no comulga con las ideas del Espíritu de las Sierpes ¿no?. Además ¿que la llevó a atacar Babuka de esa manera? eso quitando el misterioso "regalo" que recibimos- continuó mientras hacia un gesto con la cabeza hacia el colgante trenzado que habían obtenido cuando salieron de la guarida de Sashassim- Se me ocurre que podría ser alguna clase de guarda contra los poderes de la mujer-serpiente. Y ¿que pinta el gu'tro, Nuru y la desaparición de mi Maestro en todo esto? tengo la profunda sensación de que ambos eventos estan relacionados con la destrucción de Babuka pero no consigo unir las piezas. ¿Se os ocurre algo?

Os preparáis para marchar. Os empiezan a escasear las provisiones y os preocupa si llegaréis a esas supuestas montañas del Este antes que se os acaben. No sabéis el porqué, uno de los ancianos os visita mientras estáis preparando vuestras cosas para marcharos. Va acompañado del joven que os encontrasteis nada mas llegar al pueblo.

-Traigo a un guía.- dice señalando al chico.- Barum, vuestro Roro, nos ha pedido que si queréis ir buscar a Nuru a su pueblo, ya que él no está en condiciones de viajar, os llevéis al chico y el os indicará el camino al pueblo de los Mahoue. Sólo si queréis encontrar a los Mahoue.- os recuerda el anciano.

Es entonces cuando observáis una cesta con algunas frutas secadas al sol, raíces comestibles y algún trozo de carne seco en sus manos. El joven lo deja en el suelo junto a vosotros.

-Además, la anciana también os quiere ofrecer estos alimentos para que los espíritus os sean propicios en el viaje.

Kitanawa agradeció los víveres con un gesto, pero no pensaba que tuvieran tiempo de ir a buscar a Nuru

- Yo estoy tan perdido como tu, Kanu. Tal vez Nuru pueda aclararnos algo, pero yo seguiría la pista del sueño, e ir hacia el Este. ¿Alguno sabe a que montañas se podía referir? ¿Esas "montañas donde acaba la tierra"?

A Nikolai le sorprendió un poco su generosidad al ofrecerles un guía y comida, pero creía que ya no tenía más sentido buscar a Nuru del que había tenido encontrarse con Roro. Ya conocían varias versiones de lo ocurrido en Babuka, una más haría poca diferencia. Además, creía tener una respuesta al enigma de las montañas... tal vez solo media respuesta.

- ..."donde acaba la tierra". Deben ser unas montañas directamente junto a la costa, o junto a alguna sima que se hunda en la tierra. ¿Existe alguna montaña así hacia el Este? -

Tal vez los Mahoue nos ayudarían a encontrar las montañas esas- dije en voz baja, aunque no muy convencido de ello. La verdad es que no tenía ni idea de hacia dónde partir.

No, y cuando pregunté antes a la bruja, tampoco parecía saber muy bien donde estarían- les dije a Kitnawa y a Nikolai -Dijo algo de unas grandes montañas al este, pero no sé si serán esas- añadió con un encogimiento de hombros -De todas formas, vayamos donde vayamos contra antes salgamos, mejor- dije.

Al menos, será más divertido que quedarnos- pensé, pues tras ver el cadáver del qu’tro y oir la historia de como lo mataron, no quedaba nada interesante allí -Seguro que Thimba sabría donde ir- me dije, pensando en el chaman de mi tribu.

El jovén shamán hizo una reverencia de sincero agradecimiento que iba dirigida al anciano y al explorador, tanto por la ayuda como por las provisiones.

-Si parece la mejor opción- corroboró Kanu las opiniones de sus compañeros- Por lo menos bastante mejor que quedarnos aqui a darle vueltas a la cabeza. No perdamos más tiempo, tantos misterios no son buenos para el espíritu de los hombres.

Os ponéis en marcha en cuanto tenéis la ocasión. Decididos a no perder más tiempo con la tribu Mahoue, que según el mismo Roro habían perdido la pista de la única mujer que podría deciros algo de aquella noche fatídica.

Un reducido grupo de guerreros atravesando la selva suele ser algo poco visto por las selvas de Nanwe. A pesar que sois solo cuatro personas y 2 felinos, vuestras experiencias y vivencias con lo sobrenatural y problemas que han surgido durante vuestro viaje os ayudan a superar las pocas dificultades que encontráis por el camino. Pocos depredadores se os acercan, y los que lo hacen, acaban siendo vuestra cena, alguno se lleva algún picotazo de algún escorpión demasiado bien escondido, pero, aunque paraliza vuestra marcha durante breves momentos, ni siquiera se acerca a un evento peligroso. Incluso pasáis por zona de caza de unas panteras muy conocidas llamadas Nya Leusi, pero vuestro gran número impide que ni siquiera lleguéis a vislumbrar una. Como si fueseis los más poderosos de la selva, os movéis sin preocupaciones, los únicos insensatos que se atreven a enfrentaros son los guerreros de tribus violentas y no tardan en huir cuando demostráis algo de poder. Las semanas pasan, de aldea en aldea, pasando por pueblos que no llegan ni a aldea, yendo hacia el este mientras comerciáis con aquello que cazáis.

Y es entonces cuando, entre las aldeas por las que pasáis, por fin uno de los habitantes de una aldea arroja un poco de luz a vuestras dudas cuando al hablar de las palabras de la serpiente, os dice que recuerda que había una leyenda sobre la desaparición de los espíritus en las montañas de norte. Pero por fin, en uno de esos pueblos en los que os quedáis una noche, el chamán de la aldea se acerca a vosotros. Más concretamente, se acerca preguntando por Kanu. Tras identificaros, el chamán le da un colgante hecho con corteza de árbol.

- Un espíritu me habló de ti mientras descansaba bajo el árbol del que extraje esta corteza. Me dijo que os avisase del peligro que está naciendo en el norte. 

Tras esto, os asegura que el espíritu no le dijo nada más y os acompaña al árbol del que hablaba. Tras observar que no hay rastro del espíritu ni de magia ni en el colgante ni en el árbol. Sin dudas al respeto, ahora si, os encamináis hacia las montañas del norte. Donde los espíritus acaban.

Tras varias semanas en camino sin encontrar ni tan siquiera una sola pista, mi aburrimiento estaba llegando al límite –Malditas gemelas- pensaba, pues estaba convencido de que la culpa de todo era suya –Si no se me hubiesen escapada, no estaría aburriéndome aquí- me decía. Pero por suerte, en una de las aldeas por las que pasamos, alguien parecía saber algo sobre lo de los espíritus, y supieron darnos indicaciones sobre nuestro destino. Más o menos. A la manera de los chamanes, al menos.

Seguro que Thimba hubiese sido algo más claro- me dije al escucharlo, pero al menos ahora teníamos una dirección que seguir –Hacia el norte…  espero que no esté lejos- pensé al encaminarnos hacia allí, aprovechando el camino para intentar recordar alguna historia de Thimba que hablase sobre ese lugar.

Os empezáis a acercar a las montañas, algo perdidos sobre dónde buscar, llegáis a una aldea de escasos habitantes en busca de información. Rashid parece acordarse vagamente de un cuento en el que explican que debajo de la cordillera Nondo, hay enterrado un Dios, y por eso los espíritus no tienen permitido estar en la cordillera. Quizá de ahí venía aquello de "donde acaban los espíritus". Sin embargo, no os dice demasiado del paradero de las gemelas ni qué estáis buscando.

Aún no habéis llegado a la cordillera, y os preguntáis si sería mejor buscar algo más de información antes de internaros en esas cordilleras, o seguir avanzando en busca de alguna pista interesante.