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(El Comienzo) LA SAGA DEL CRUZADO

AMBIENTACIÓN

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03/04/2018, 17:56
Narrador

 

AMBIENTACIÓN Y MAPAS GENERALES

 

AMBIENTACIÓN

 

LA FORTALEZA DE ALAMUT

- Rihat, ¿a qué te dedicabas antes de ser mi tutor?

- Fui muchas cosas, joven Shelmaneser. Fui lo que algunos llamarían un aventurero. Lo que otros llamarían bandido. Y lo que unos pocos, los menos, llamarían héroe.

- ¡Debió ser apasionante! ¿Y que sucedió para que dejaras todo aquello y pasaras a servir a mi padre? ¿Te venció en una batalla, te compró como esclavo? ¡Cuéntame alguna de tus aventuras!

- Nada de eso, joven amo. Decidí servirle por propia voluntad. Pero no os intereséis por mí. Hay muchas historias más emocionantes que la mía. Si os complace podría hablaros de las proezas de...

 

- *Noble Awilu: (Musulmanes en la cúspide árabes y sirios por líneas de sangre ): Los Awilu ("Políticos y grandes señores")

Son la clase social dominante en el territorio Persa. De una altura media de 1,45m, por lo general son fuertes y de complexión robusta, pesando de media unos 65 kg. 

Viven sus vidas rodeados de lujo y opulencia, gracias a los esclavos y guardaespaldas, los Mushkenu y los Wardu, se aseguran de cubrir todas sus necesidades.

Gobernantes, generales, sacerdotes, sabios y grandes brujos, no realizan jamás una tarea menor. Incluso el más humilde de los Awilu ocupa una posición de responsabilidad, la merezca o no, y delega en sus esclavos para las tareas mundanas. Además, la familia a la que pertenece un Awilu es algo de suprema importancia, y el rechazo por parte del patriarca, el equivalente al exilio o a la muerte.

Decadentes y opulentos, los Awilu dedican mucho tiempo a cuidar su aspecto. Los hombres trenzan sus tupidas barbas y sus rizadas cabelleras y visten túnicas lo más elaboradas posible que indican la familia a la que pertenecen y su posición en la misma. Las mujeres se muestran señoriales y seductoras, potenciando su belleza con maquillaje y luciendo vestidos de suaves tejidos de más allá.

Arquitectos de la civilización, son una raza orgullosa, que considera que ninguna otra tiene parangón en su conocimiento de las artes, las ciencias y, sobre todo, de la brujería. Los brujos Awilu conocen profundamente las estrellas, sus movimientos y su significado. Los perversos conocimientos que éstas les proporcionan les dan acceso a increíbles poderes.

Ninguna otra raza puede construir un imperio. Ninguna otra raza puede controlar la naturaleza a su antojo. Fueron ellos los que desentrañaron el secreto de la escritura, y fue por su deseo por lo que existen las razas esclavas.

Y sin embargo, sin sus esclavos el Imperio se derrumbaría. Sin los Dioses de las Estrellas, los brujos carecerían de poder. 

- * Wardu (guardianes) (Árabes y Mozárabes).  Poderosos e imponentes, los Wardu ("luchadores") son elegidos desde pequeños entre los más robustos y altos, suelen medir de 1,80 a 2m, robusta constitución (unos 90 a 150 kg), son entrenados para matar.

Dada su fiereza y su marcialidad, suelen hacer carrera como soldados, gladiadores o guardaespaldas, aunque no es raro verlos desempeñando también otros trabajos para los que se necesita la fuerza física, como el de porteadores o marineros. 

Los Wardu desde jóvenes se les administra unas hierbas que les provoca un ansia asesina, también estas hierbas les causa esterilidad, se vuelven adictos y permanecen sumisos a sus señores que les proporcionan dicha droga, no se conoce a ningún Wardu que se haya liberado de dicha sustancia sin caer en la locura. Sus cortas vidas (como mucho 60 años) acaban ensombrecidas por el pensamiento de que al marcharse no dejarán nada en este mundo.

Esto hace de los Wardu unos luchadores muy caros. Por esta razón, y por su enorme fuerza, los Awilu desarrollaron un método para asegurarse de que estuvieran siempre bajo control: desde el momento de su elección, si es elegido para ser Wardu se le somete a las hierbas que le acostumbrará su amo volviéndolos adictos para toda su vida.

Los Wardu son una clase condenada y más que conscientes de ello. Llevan vidas aun más violentas que los Mushkenu aunque, por suerte o por desgracia, suelen sobrevivir más tiempo. A pesar de estar obligados a servir a sus amos de por vida, eso no significa que no les odien con todas sus fuerzas.

Más bien todo lo contrario. Sin tan sólo pudieran deshacerse de la adicción que les priva de libertad...

Bonificación a característica: los Guardianes Wardu son la raza más fuerte del Imperio. Pueden realizar grandes proezas de fuerza y resisten castigos que matarían a cualquier otro. Un personaje Guardián Wardu suma +1 a su característica de Fortaleza.

Personaje: de algún modo has conseguido escapar lejos de tu señor. Te has buscado a tu herbolario, así que por fin experimentas la verdadera libertad. Cómo lo has hecho no importa ahora. Lo que sí importa es que eres demasiado valioso como para dejarte escapar. Seguro que tu amo te está buscando. ¿Cómo vas a evitar que vuelva a por ti?

También puede que tu señor haya muerto sin llevar a cabo el ritual de herencia. ¿Aprovecharás tu recién adquirida libertad para ver mundo? Aunque cabe la posibilidad de que seas uno de esos raros Wardu que apreciaban a su amo. Si es ése el caso, ¿vengarás su muerte? 

*Los Mushkenu ("mezquinos"): son la más numerosa entre ellos entraría la clase obrera, los parias (marginados), esclavos, mendigos y demás. Su altura (1,75 m de media) la clase obrera se dedica a trabajos de construcción y a causa de sus cortas vida se multiplican con rapidez. Aunque corren rumores de que un Mushkenu puede llegar a vivir 75 años, la mayoría mueren antes a causa del hambre, la enfermedad, la guerra o los malos tratos que les dispensan sus amos.

Se dice que el color de la piel de un Mushkenu está determinado por sus congéneres, hay Mushkenu que tienen la piel blanca como el marfil, y otros negra como el ébano, con miles de tonos entre estos dos. 

Todos los Mushkenu que viven en el Imperio son esclavos, Campesinos, albañiles, soldados, artesanos e incluso tutores, hacen todos los trabajos que los Awilu no quieren realizar. Los Awilu les tratan como a animales y les consideran al mismo nivel que un asno o un perro de su propiedad.

Está terminantemente prohibido enseñar a leer o escribir a un Mushkenu. Y no hablemos ya de artes como la alquimia o la brujería. Sin embargo, algunos Awilu violan estas leyes entrenando esclavos para enseñar a sus hijos o llevar ciertas tareas que requieran de conocimientos más complejos. Al fin y al cabo, la pena es la muerte para el Mushkenu, no para su amo.

Casi todos los Mushkenu ven a los Awilu como dioses: Sabios, orgullosos y de largas vidas. Además, ningún Mushkenu existiría de no ser por ellos. Aunque cada poco años se producen pequeñas revueltas, los amos siempre las sofocan con éxito y sólo sirven para afianzar esta creencia. La mayoría de los Mushkenu aceptan su esclavitud como el orden natural de las cosas e intentan vivir lo mejor que pueden sus cortas y brutales vida.

Al fin y al cabo, no conocen otra cosa. Y, aunque haya veinte Mushkenu por cada Awilu, ¿quién iba a organizarles? ¿Cómo podrían unirse esas bestias bajo un propósito común?

Personajes: A diferencia de la gran mayoría de Mushkenu, tú no sirves a un amo. ¿Por qué? ¿Qué ocurrió? A lo mejor escapaste. A lo mejor murió. O también puede que fueras uno de esos hijos de la calle, concedidos en secreto y que no conocen señor. El caso es que ahora eres libre. ¿Cómo vas a hacer uso de esa libertad?

Aunque también puedes que hayas partido de aventuras con tu señor o que te haya concedido libertades excepcionales para que hagas uso de tus "inusuales" habilidades en su nombre. En cualquiera de ambos casos, ¿por qué te ha elegido tu amo precisamente a ti?

- Hombres libres (judíos y Mozárabes).

Por más que les pese a los Awilu no todos los Mushkenu los sirven como esclavos. Durante la guerra para unificar las ciudades, hubo una revuelta de Mushkenu entre las filas del ejército. Unidos bajo la voluntad de un líder, un gran número de soldados consiguieron escapar y huir a las Montañas en el norte.

Han pasado muchas generaciones desde entonces, hablan una lengua incomprensible para los extraños y viven vidas que resultarían increíbles para los Mushkenu.

Se vanaglorian de su libertad e independencia. El único con autoridad para decidir qué puede o no hacer es él mismo, teniendo ambos sexos los mismos derechos. Solo confían en quienes se ganan su respeto. Con un profundo sentido del honor, no hay aliado más fiel que ha jurado lealtad. De ojos claros y oscura cabellera, han hecho de las hostiles montañas su hogar y se han adaptado a ellas. 

Personajes: ya no estás en tu aldea. Quizás hayas partido en busca de venganza o se te haya enviado en una importante misión. Puede que simplemente desees ver mundo o viajar en busca de fortuna.

No cabe duda de que, cuando por fin vuelvas, no serás el mismo. ¿Qué tipo de historias contarás a tu regreso? Aunque quizás te encuentres con que ya no queda nadie a quien contárselas...

El Mundo Persa.

El mundo persa. La mayor parte de éste permanece salvaje y sin explorar. La fortaleza se encuentra en la región montañosa de Daylam, Cerca de la fortaleza se encuentra la ciudad de Rayy bañada por las aguas del mar caspio.

Los gobernantes del País de Persia son los sultanes turcos selyúcidas, subyace el descontento de los persas bajo sus gobernantes selyúcidas.  

Los otomanos selyúcidas se encontraban bajo la autoridad religiosa de los califas de Bagdag, que eran sunitas, enfrentados al chiismo. Desde 1072 ocupaba el sultanato Malik Shah, apoyado en el visir Nizam Al Mulk.

A comienzos del siglo XI, comenzó a arraigar en Persia un movimiento religioso llamado ismailismo.

Era una especie de secta minoritaria perteneciente a la rama chií del islam, que postulaba la existencia de siete imanes (dirigentes espirituales) sucesivos después de la muerte de mahoma, de quien eran sucesores (según los chiitas).
 
Tras la muerte de Ismail, el séptimo iman, su hijo se vio obligado a huir para escapar de sus perseguidores, los califas abasidas, pertenecientes a la otra rama mayoritaria del islam, los sunitas.
 
Desde entonces, el cargo de imán había sido asumido secretamente, en espera de que el Mahdi (el enviado por dios, el mesías de los ismailies) regresara al mundo para proclamar una era de justicia.
 
El chiismo también había sufrido otra escisión entre sus filas. Aparte de los ismailitas, que creían en la existencia de siete imanes, otro grupo mayoritario creía que no eran siete, sino doce los imanes. Y los doce habían sido asesinados. Este grupo son los conocidos como alauitas (no confundir con la dinastía marroquí).
 

La región montañosa de Daylam: Esta región estaba habitada por gente dura, independiente, y nunca había sido conquistada por la fuerza. La zona había sido pacificada durante la conquista islámica, sin derramamiento de sangre. La zona había sido uno de los focos del chiismo,y además estaba poblada por indómitos guerreros. Y la topografía de Daylam era perfecta, profundos valles y altas montañas.

La fortaleza de Alamut estaba en las montañas Elburz, al norte del actual Teherán y cerca del mar Caspio. 

 

Alamut (nido del águila) había sido edificada en roca, a una altura de 2.000 metros, sobre un valle. Era difícil llegar a ella, y estaba estratégicamente situada para detectar de lejos la aproximación de cualquier enemigo. El castillo pertenenecía a un jefe local.

Alamut, el nido de las águilas, era una fortaleza situada en lo alto de un escarpado risco a 1.800 metros en medio de montañas. Estaba muy cerca del mar Caspio, en la sierra de Elburz dominando un valle de tierras fértiles, cerrado, rodeado de paredes montañosas y cuyo unico acceso era por un serpenteante y pedregoso sendero en lo alto de los precipicios que rodeaban el río que descencía por el valle.
 
Todas estas características le daban una posición privilegiada para la defensa del lugar.

Alamut.

La población de la zona era pobre, campesinos que vivían bajo el yugo de pequeños señores locales.

Qazvín o Kazvín (persa: قزوین) es una ciudad de Irán, capital y ciudad más populosa de la homónima provincia de Qazvín. Qazvín fue una antigua capital del Imperio Persa y hoy en día se conoce como la capital de la caligrafía iraní.

El Mar Caspio está alimentado por dos ríos el río Volga más caudaloso y el Ural.

Los montes Elburz (en persa: البرز), también escrito Alburz o Alborz o incluso Elbruz, es una cordillera al norte de Irán, que se extiende desde los límites de Armenia hasta el mar Caspio, y termina en los límites de Turkmenistán y Afganistán. Incluye la mayor altura de Oriente Medio, el monte Damavand con 5.610 m de altitud.

La mayor parte de la población vive de un sector primario autosuficiente. Dado el carácter semidesértico de la mayor parte de su territorio, la meseta del Irán, tradicionalmente se ha desarrollado más el pastoreo que la agricultura. Predomina el ovino, con el fin de obtener lana para la tradicional elaboración de alfombras persas. En el escaso 10% de superficie que se estima apto para la agricultura, se cultivan cereales (como el trigo), el algodón y el tabaco.

 

Mezquita de Al-Azhar

EL Cairo, la capital del Egipto fatimí, fue el gran centro de poder ismaelita. En la imagen, la mezquita fatimí de al-Azhar, erigida en el año 972.

 

El gran imperio fatimí (Egipto)

Bajo el gobierno fatimí, Egipto fue el centro de un gran imperio que abarcaba desde el norte de África hasta Siria y Yemen. Aquí se puede ver un pendiente de oro con incrustaciones realizado por artesanos fatimíes. Data del siglo XI y se encuentra en el Museo de Arte Islámico, El Cairo.

Mezquita de Al-Azhar

EL Cairo, la capital del Egipto fatimí, fue el gran centro de poder ismaelita. En la imagen, la mezquita fatimí de al-Azhar, erigida en el año 972.

Jerusalén.

Gobernador:  El visir fatimí al-Afdal Shahanshah.

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La dinastía de los Danisméndidas, 1097

La dinastía de los Danishmend o Danisméndidas fue un linaje turcomano que dominó Anatolia oriental entre los siglos XI y XII. Fueron los principales rivales de los selyúcidas del Sultanato de Rüm.

La dinastía fue establecida por un hombre de nombre desconocido, que en lengua persa tenía el título de danishmend, un término que hacía referencia a un hombre con educación.1​ Formó un estado mercenario (dedicado a las razzias), en lugar de una monarquía al estilo de sus vecinos selyúcidas. Se instalaron en Anatolia tras la batalla de Manzikert (1071), en la que los selyúcidas derrotaron al Imperio bizantino y se hicieron con casi toda Anatolia.

Los danisméndidas dominaban el territorio entre Sivas y Melitene (Malatya). En 1097, el selyúcida Kilij Arslan I luchó contra ellos en Melitene, y en su ausencia los cruzados tomaron la capital selyúcida de Nicea; entonces, selyúcidas y danisméndidas se aliaron contra los cruzados, pero fueron derrotados en la batalla de Dorilea (Dorylaeum).

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Antioquía.

Llegada de los cruzados

Las tropas cruzadas llegaron al río Orontes, a las afueras de Antioquía, el 20 de octubre de 1097. Los tres líderes principales de la cruzada, Raimundo de TolosaGodofredo de Bouillón y Bohemundo de Tarento, no estaban de acuerdo respecto a qué estrategia adoptar. Raimundo era el único que quería lanzar un ataque directo, mientras que Godofredo y Bohemundo preferían levantar un asedio. Al final, Raimundo dio su brazo a torcer y los cruzados comenzaron el sitio a la ciudad el 21 de octubre. Las fortificaciones bizantinas eran lo bastante fuertes como para resistir un ataque directo, aunque Yaghi-Siyan no habría tenido suficientes hombres como para defender adecuadamente la ciudad, de modo que se sintió aliviado al comprobar que los cruzados habían decidido no atacar inmediatamente.

Bohemundo acampó con sus hombres en la esquina noreste de la ciudad, frente a la Puerta de San Pablo. Raimundo estableció su campamento más al oeste, frente a la Puerta del Perro. Y Godofredo se asentó con sus fuerzas en la Puerta del Duque, aún más al oeste, en un lugar donde un puente de botes cruzaba el Orontes hacia la aldea de Talenki. Hacia el sur se encontraba la Torre de las Dos Hermanas y, en la esquina noroeste, la Puerta de San Jorge que, al no estar bloqueada por los cruzados, fue utilizada durante todo el asedio para introducir alimentos en la ciudad. Al sur y al este se hallaba la zona de colinas conocida como Monte Silpius, donde se encontraban la ciudadela y la Puerta de Hierro.

Primer asedio

A mediados de noviembre se sumó a la fuerza sitiadora con sus hombres el sobrino de Bohemundo, TancredoPríncipe de Galilea, y una flota genovesa llegó al puerto de San Simeón, actual Samandağ, cargada de suministros. El asedio prosiguió, y en diciembre Godofredo cayó enfermo, al tiempo que los suministros empezaban a escasear y se cernía sobre los cruzados la amenaza del invierno. Ante lo desesperado de la situación, Roberto II de Flandes tomó unos 20.000 hombres y se desplazó al sur para recoger toda la comida posible. Aprovechando su ausencia, Yaghi-Siyan ordenó realizar una salida a través de la Puerta de San Jorge y atacó el campamento de Raimundo al otro lado del río, en Talenki. Este logró rechazar el ataque, pero no fue capaz de capturar la ciudad en la confusión de la retirada.

Mientras tanto, Bohemundo y Roberto fueron atacados en sus campamentos por Duqaq de Damasco, quien había marchado hacia el norte en ayuda de Antioquía. Aunque los cruzados lograron la victoria, se vieron obligados a retirarse de las afueras de la ciudad con muy poca comida. El mes acabó con malos presagios para ambos bandos: hubo un terremoto el 30 de diciembre, apareció la aurora polar la noche siguiente, y las semanas posteriores trajeron tal cantidad de lluvias y tiempo frío, totalmente alejadas del clima habitual, que Duqaq tuvo que volver a casa sin proseguir su enfrentamiento con los cruzados.

Hambre

A causa de la escasez de alimentos, hubo mucha hambre en el campamento cruzado, lo que ocasionó la muerte de hombres y caballos: uno de cada siete hombres era incapaz de moverse por la desnutrición, y solo 700 caballos sobrevivieron. Se dice en las crónicas que algunos de los soldados más pobres, restos de la Cruzada de los pobres liderada por Pedro de Amiens el Ermitaño, se convirtieron en caníbales, alimentándose con los cuerpos de turcos muertos. Otros comieron caballos, aunque algunos caballeros prefirieron morirse de hambre. Los cristianos locales, así como el patriarca ortodoxo exiliado Simeón, que ahora residía en Chipre, trataron de hacer llegar alimentos a los cruzados, pero eso no aplacó el hambre. Las deserciones empezaron hacia enero de 1098, incluyendo a Pedro el Ermitaño, aunque este fue pronto localizado y devuelto al campamento por Tancredo, con su prestigio muy disminuido.

La marcha de Taticio

En febrero, el general y legado del Imperio bizantino Taticio, que había permanecido con los cruzados como asesor y representante del emperador Alejo I Comneno, abandonó de pronto el ejército cruzado. Según Ana Comnena, que presumiblemente habló con el propio Taticio, los cruzados se negaban a escuchar sus consejos y Bohemundo le había informado de que los demás líderes estaban planeando matarle, pues creían que Alejo estaba conspirando secretamente con los turcos. Bohemundo, por otra parte, afirmó que la marcha de Taticio constituía traición o cobardía, razón suficiente como para anular cualquier obligación de devolver Antioquía a los bizantinos, y que él también se iría a no ser que se le permitiera quedarse con Antioquía una vez capturada.

Sabedores de que Bohemundo planeaba tomar la ciudad para sí mismo, y de que probablemente él era el responsable de haber provocado la marcha de Taticio con el fin de hacerse más fácilmente con el control, Godofredo y Raimundo no cedieron a su chantaje, pero los caballeros inferiores y los soldados querían ver reconocidas las demandas de Bohemundo y él se ganó sus simpatías. Durante estos hechos, Yaghi-Siyan seguía buscando ayuda de sus vecinos, y un ejército bajo el mando de Ridwan llegó a Antioquía procedente de Alepo. Como Duqaq antes que él, también fue derrotado y tuvo que retirarse tras una batalla en Harim, a las afueras de Antioquía, el 9 de febrero.

Refuerzos ingleses

En marzo, una flota inglesa dirigida por Edgar Atheling, depuesto rey de Inglaterra, llegó al puerto de San Simeón desde Constantinopla, donde vivía exiliado. Trajeron material para la construcción de máquinas de asedio, pero casi se pierde el 6 de marzo, cuando Raimundo y Bohemundo (ninguno de los cuales confiaba en el otro lo suficiente como para permitirle la entrega del material por su cuenta) fueron atacados en el camino de vuelta a Antioquía por un destacamento de Yaghi-Siyan. Con la ayuda de Godofredo, sin embargo, el destacamento fue derrotado y los materiales fueron recuperados. Aunque la flota y el material militar habían sido proporcionados por el emperador Alejo a Edgar, los cruzados no consideraron que se tratara de asistencia directa bizantina. Se pusieron a trabajar en la construcción de máquinas de asedio y de una fortaleza, llamada La Mahomerie, que bloqueara la Puerta del Puente y evitara que Yaghi-Siyan atacara la línea de suministro de los cruzados que se iniciaba en los puertos de San Simeón y Alejandreta. También repararon el monasterio abandonado al oeste de la Puerta de San Jorge que todavía se utilizaba para el suministro de alimentos a la ciudad. Tancredo, con 400 marcos de plata, guarnicionó el antiguo monasterio, al que se refieren las crónicas como el «Fuerte de Tancredo», mientras que Raimundo de Tolosa se hizo con el control de La Mahomerie. Acordonada la, hasta entonces, bien defendida ciudad, el asedio comenzó a producir efectos y la alimentación de los cruzados mejoró con la llegada de la primavera.

La embajada fatimí

En abril, una embajada fatimí procedente de Egipto llegó al campamento cruzado con la esperanza de establecer una paz con los cristianos que eran, al fin y al cabo, enemigos de sus enemigos, los Selyúcidas. Pedro el Ermitaño, que dominaba el árabe, fue enviado a negociar, pero sin éxito. Los fatimíes, que consideraban a los cruzados simples mercenarios a sueldo de los bizantinos, estaban dispuestos a tolerar que los cristianos se adueñaran de Siria siempre que no atacaran la Palestina fatimí, situación de hecho aceptada por Egipto y Bizancio antes de las invasiones turcas. Pero los cruzados no podían aceptar ninguna solución que no les diera el control de Jerusalén. Los fatimíes fueron tratados con hospitalidad y agasajados con regalos procedentes del botín obtenido de los turcos derrotados en marzo, pero no se llegó a ningún acuerdo definitivo.

 

La masacre de Antioquía, por Gustave Doré.

Captura de Antioquía

El asedio continuó y, a finales de mayo de 1098, un ejército musulmán procedente de Mosul bajo el mando de Kerbogha se aproximó a Antioquía. Este ejército era mucho más grande que los enviados previamente para levantar el asedio. Ridwan y Duqaq se unieron a Kerbogha y bajo su mando se hallaban también tropas persas y de la dinastía ortúquida de Mesopotamia. Los cruzados pudieron prepararse con antelación para su llegada porque Kerbogha atacó primero Edesa durante tres semanas, enclave que no pudo recapturar de Balduino de Boulogne, que la había conquistado en 1098.

Los cruzados sabían que tendrían que tomar la ciudad antes de que llegara Kerbogha si querían tener alguna oportunidad de sobrevivir. Bohemundo trabó conocimiento en secreto con Firuz, un mercenario armenio que controlaba la Torre de las Dos Hermanas y que, deseoso de vengarse de Yaghi-Siyan por haberle confiscado sus bienes, consintió en ser sobornado para abrir las puertas.1​ Convenida la traición, Bohemundo ofreció a los demás líderes dejarles entrar, a través de Firuz, si aceptaban que él tomase la ciudad para sí. Raimundo enfureció y sostuvo que la ciudad debía ser entregada al emperador Alejo, como así lo habían acordado en Constantinopla el año anterior, pero los demás, ante lo desesperado de la situación, accedieron a sus demandas.

A pesar de ello, el 2 de junio, Esteban de Blois y algunos otros cruzados abandonaron el ejército. Unas horas más tarde, Firuz dio instrucciones a Bohemundo para que fingiera una marcha al encuentro de Kerbogha y, a continuación, regresara a la ciudad por la noche y escalara los muros con su ayuda. Así lo hicieron, Firuz abrió las puertas y se produjo una masacre. Los cristianos que quedaban en la ciudad abrieron las otras puertas y muchos participaron en la matanza, aniquilando a tantos turcos como pudieron. Los cruzados, además de a musulmalnes, mataron también a algunos cristianos, incluyendo al hermano de Firuz. Yaghi-Siyan huyó, pero fue capturado en las afueras de la ciudad, decapitado y su cabeza entregada a Bohemundo.

El segundo asedio

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Al final del día 3 de junio, los cruzados tenían el control de la mayor parte de la ciudad, a excepción de la ciudadela, que permaneció en manos del hijo de Yaghi-Siyan, Shams ad-Daulah. Juan el Oxita fue rehabilitado como patriarca por Ademar de Monteil, el legado papal, que deseaba mantener buenas relaciones con los bizantinos, especialmente al ver como Bohemundo pretendía quedarse la ciudad para él. Sin embargo, había escasez de alimentos, y el ejército de Kerbogha se acercaba. Llegó dos días después, el 5 de junio, e intentó, sin éxito, tomar por asalto la ciudad el 7 de junio. Para el 9 de junio, ya había completado su asedio en todo el perímetro de Antioquía.

Más cruzados habían desertado antes de que Kerbogha llegara y se unieron a Esteban de Blois en Tarso. Esteban había visto al ejército de Kerbogha acampado cerca de Antioquía y asumió que toda esperanza era vana. Los desertores confirmaron sus temores. En el camino de regreso a Constantinopla se encontraron con Alejo, que se dirigía a ayudar a los cruzados y no sabía ni que habían conquistado la ciudad ni que ahora ellos mismos estaban sitiados. Esteban le convenció de que el resto de los cruzados estaban prácticamente muertos y sus fuerzas de reconocimiento le informaron de que había otro ejército selyúcida en Anatolia. Así que el emperador decidió volver a Constantinopla y no plantar batalla.

Descubrimiento de la Lanza Sagrada

Mientras tanto, en Antioquía, el 10 de junio, un pobre e insignificante monje llamado Pedro Bartolomé dio a conocer que había tenido visiones de San Andrés, quien le dijo que la Lanza Sagrada estaba dentro de la ciudad, enterrada en la catedral de San Pedro. Los hambrientos cruzados eran propensos a visiones y alucinaciones, y otro monje llamado Esteban de Valence afirmó haber visto a Cristo y a la Virgen María. El 14 de junio un meteoro fue visto caer en el campamento enemigo, lo que se interpretó como un buen augurio. Aunque Ademar desconfiaba de Pedro porque había visto una reliquia de la Santa Lanza en Constantinopla, Raimundo le creyó. El día siguiente por la mañana, 15 de junio, doce hombres entre los que se encontraban el conde Raimundo de Tolosa, el historiador Raimundo de Aguilers y Guillermo, obispo de Orange, empezaron a cavar en el sitio indicado en busca de la reliquia. Cavaron sin éxito durante todo el día y el conde abandonó decepcionado. Entonces, Pedro Bartolomé saltó al hoyo y enseguida descubrió una pieza de hierro que, posteriormente, la práctica totalidad del ejército creyó ser la verdadera reliquia de la Lanza Sagrada.2​ Raimundo lo consideró como una señal divina de que sobrevivirían y, en lugar de rendirse, se preparó para la batalla final. Pedro informó posteriormente de otra visión en la que San Andrés ordenaba al ejército cruzado ayunar durante cinco días —aunque ya se estaban muriendo de hambre— y les prometía la victoria si eran capaces de cumplir el ayuno.

Bohemundo también se mostró escéptico sobre la Santa Lanza, pero no hay duda de que su descubrimiento aumentó la moral de los cruzados. También es posible que Pedro pusiera en boca de San Andrés lo que sabía que era la voluntad de Bohemundo. Este conocía, a través de espías situados en el campamento de Kerbogha, que las diferentes facciones enemigas distaban mucho de presentar un frente unido. De hecho, el propio Kerbogha era sospechoso, a los ojos de varios emires, de pretender la soberanía de Siria y era considerado más peligroso para sus intereses que los invasores cristianos.

El 27 de junio, Pedro el Ermitaño fue enviado por Bohemundo a negociar con Kerbogha. Las negociaciones no llegaron a buen puerto y la batalla contra los turcos devino inevitable. Bohemundo organizó su ejército en seis divisiones. Se puso al mando de una de ellas y encargó la jefatura de las otras cinco a los siguientes líderes cruzados: Hugo I de Vermandois y Roberto II de Flandes, Godofredo, Roberto II de Normandía, Ademar de Monteil, y Tancredo y Gastón IV de Bearne. Raimundo, que había caído enfermo, permaneció dentro de la ciudad, con doscientos hombres, cercando y vigilando la ciudadela que se hallaba todavía en manos de Ahmed Ibn Marwan.3

Batalla de Antioquía

El lunes, 28 de junio, los cruzados salieron por la puerta de la ciudad con Raimundo de Aguilers llevando la Lanza Sagrada delante de ellos. Kerbogha desoyó el consejo de su comandante militar que le recomendó atacar las divisiones cristianas una por una y prefirió esperar a que estuvieran todas plantadas en el campo de batalla para acabar con ellas de un solo golpe. Cuando se completó el despliegue comprobó que había subestimado su tamaño, dudó de sus fuerzas y envió un emisario para discutir los términos de una tregua, pero los francos no quisieron oírlo y continuaron su avance.4​ Fingió entonces retirarse para atraer a los cruzados a un terreno más difícil mientras sus arqueros castigaban constantemente el avance enemigo. También envió un destacamento al flanco izquierdo cristiano que no estaba protegido por el río, pero Bohemundo había previsto la eventualidad y rápidamente formó una séptima división bajo el mando de Reginald de Toul que frustró la maniobra.5​ Los turcos estaban causando muchas bajas, incluido el portaestandarte de Ademar, y Kerbogha ordenó incendiar el campo de batalla entre su posición y los cruzados, sin que esta medida disuadiera a los cristianos. Afirmaban que San JorgeSan Demetrio y San Mauricio cabalgaban y luchaban a su lado. La batalla fue breve. Antes de que los cruzados llegaran a la línea de Kerbogha, Duqaq y muchos otros emires habían desertado. Con ello, la ventaja numérica del ejéricito turco quedó neutralizada y muy pronto las fuerzas que quedaban emprendieron la retirada.

Consecuencias

Al huir Kerbogha, la ciudadela comandada por Ahmed ibn Marwan se rindió, pero no a Raimundo, sino a Bohemundo. Parece ser que así se había acordado previamente. Como todos esperaban, Bohemundo reclamó la ciudad como suya aunque Ademar y Raimundo manifestaron su disconformidad. Hugo de Vermandois y Balduino de Hainaut fueron enviados a Constantinopla. Balduino desapareció tras una emboscada sufrida en el camino. Cuando Hugo alcanzó al emperador a las puertas de la capital de imperio, Alejo manifestó su impotencia para enviar una expedición que consiguiera reclamar su soberanía sobre Antioquía teniendo en cuenta lo avanzado de la estación veraniega. Había que esperar.


 

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11/06/2019, 11:19
Narrador

 

Un cisma religioso

Para comprender la naturaleza de esta "secta de los asesinos" hay que remontarse hasta los orígenes del Islam. Tras la repentina muerte de Mahoma en el año 632 sin dejar un sucesor claro, se desató una feroz lucha por el liderazgo de la comunidad musulmana que provocaría un gran cisma. Los partidarios del primo y yerno de Mahoma, Ali ibn Abi Talib, reclamaron el poder para él ya que pertenecía a la familia del Profeta. En cambio, sus rivales defendían que cualquier miembro de la tribu de Mahoma podía acceder a liderar la comunidad. Con el paso del tiempo, la disputa entre los seguidores de Ali, conocidos como chiitas, y sus enemigos, los sunnitas, dividiría a la Umma, la comunidad musulmana forjada por la actuación de Mahoma.

El mensaje chiita fue ganando muchos adeptos no árabes en las nuevas tierras conquistadas, sobre todo entre los persas. Estos recién conversos, recelosos de los nuevos amos árabes y poco islamizados, poseían creencias milenarias, como el mazdeísmo, que enriquecieron notablemente el Islam chiita. Además, a partir del siglo VIII empezó a desarrollarse en tierras persas una interpretación particular del Corán, una lectura simbólica o esotérica que incorporó asimismo elementos de la filosofía de la antigua Grecia. Dada la presión de la ortodoxia sunnita dominante, esta interpretación se llevó a cabo de forma secreta y bajo un sistema de enseñanza muy jerarquizado, siguiendo la idea de que mientras que para el vulgo era suficiente la lectura literal del Corán y el cumplimiento de la sharia o ley islámica, los iniciados podían conocer la verdad última oculta en el libro sagrado.

Los revolucionarios ismaelíes

En el siglo IX, la interpretación esotérica del Corán quedó encarnada en una facción chiita conocida como ismaelíes. Organizados como una sociedad secreta, expertos en la acción clandestina para eludir las persecuciones de los poderes sunnitas, crearon un sistema de misioneros o propagandistas capaces de actuar por todo el Islam. Estos misioneros se encontraban entre los hombres más educados de su tiempo, por lo que en muchos de los logros intelectuales de la época se puede detectar la presencia de los ismaelíes. No sólo era un grupo que estaba asimilando las nuevas ideas, sino que se trataba de un verdadero movimiento revolucionario temido en todas las cortes musulmanas. Ciertas dosis de mesianismo –la creencia en la próxima llegada de un mahdi o "bien guiado" que inauguraría una era de equidad y luz– ayudaban a dar esperanzas a todos los que deseaban justicia.

Como movimiento revolucionario, los ismaelíes lograrían su objetivo de tomar el poder en el año 909, en el norte de África. Con ayuda de tribus bereberes conquistaron Túnez y establecieron el llamado califato fatimí. La conquista de Egipto en 969 y su expansión hacia Palestina y Siria hicieron de los fatimíes una de las mayores potencias de su época. La tolerancia hacia los cristianos y los judíos sería una de las señas de identidad de la nueva dinastía, mientras que la pasión de los ismaelíes por el conocimiento convertiría a El Cairo en el mayor centro cultural y científico del Islam durante un par de siglos.

Los últimos conversos al Islam, los selyúcidas se convirtieron en los más férreos defensores de la tambaleante ortodoxia sunnita

Los fatimíes sometieron un vasto territorio mientras proseguía la actividad de los misioneros ismaelíes. Si a esto añadimos el control del califato de Bagdad por una dinastía chiita desde mediados del siglo X, los búyidas, parecía que el Islam chiita desplazaría al sunnismo del mundo musulmán. Pero sucedió entonces que los últimos conversos al Islam, los selyúcidas –una dinastía de origen turco–, se convirtieron en los más férreos defensores de la tambaleante ortodoxia sunnita: en 1055 arrebataron Bagdad a la dinastía búyida , lo que impidió la expansión del chiismo.

 

Notas de juego

Gobernantes de Alamut

 

# Nombre Mandato
1 Hasan bin Sabbah 1097-1124