Partida Rol por web

Un sonrisa con un encantador deje malvado brotó de Otsu.

No te esfuerzes querida, mi buena y querida Yukinai-hime es una experta en el arte de los secretos- dijo mirando a la anciana con cariño fraternal Si ha dicho que es una sorpresa, no será ella la que diga nada...pero ten por seguro, que será algo impactante...aunque yo tengo mis sospechas, relacionadas con el hombre que ha llegado al castillo hoy.
 

Mojé los labios en el té, sin llegar a beber
- Mis disculpas, madre, no pretendía ofenderla- le dije a Yukinai Nita. Después me volví hacia Nene, y le dije con un tono de voz ligeramente alterado, acompañado de una mirada distinta a las que le dedicaba normalmente
- Nene, ¿recuerdas lo que te he pedido antes? Ve a mis aposentos y solucionalo para que mañana no haya ningún fallo
Después me volví hacia mis anfitrionas, y con una sonrisa de disculpa les dije
- Hay veces que no sabe donde tiene la cabeza... ¿por dónde íbamos?- fingiendo estar más relajada

- Si mi señora - Haciendo un flexión - Si me disculpan... - Y salgo de la estancia

Mirando por la ventana vió a un hombre entrar en el castillo, sonrió y miró a su hija.

-Preguntale a Takeda Uetsugui...el sabe de que hablo.- luego dispuso un gesto de cansancio- Hijas mias, creo que me retiro a dormir... Seguramente los hombres estarán tan borrachos que no molestarán a nadie, descansad bien.

Dudo de como iniciar la conversación. No era un tema que se pudiera tocar sin cautela. En el mejor de los casos, si Kotaru tenía razón estábamos todos en peligro; y aún si estaba equivocado, esto podía desencadenar un incidente diplomático.

- Chikazumi-sama. - Empiezo. - Como sabréis, la gente confía en mí como representante de la fe,así que cuando tienen... dudas suelen pedirme consejo y por tanto me entero de ciertas cosas. - Mejor empezar suavemente, no soltar la bomba de buenas a primeras. - En condiciones normales, ni me plantearía contar lo que me... confiesan en privado; sin embargo..., - Hago una pausa y carraspeo antes de continuar. - ¿Qué opináis de Yukinai-Taishō?

- Es el almirante de la flota Chosokabe, como todo el mundo sabe. Poco más se acerca de sus hazañas - afirmó el samurai. - Y no se lo que tendréis contra él Kotaru-kun, pero no me parece que los modales y gestos que has dedicado al Buke de nuestro anfitrión sean los correctos - Mitsue dirigió la mirada al joven samurai mientras decía esto. Después miró al sacerdote y aguardó con curiosidad para saber que tramaba o quería decir.

- Dejando aparte la aparente... carencia de simpatía - Por no decir odio manifiesto - que existe entre ambos, creo que deberíais escuchar lo que Yasuhide-sama tiene que decir. Es una teoría... interesante - " Vaya cantidad de eufemismos estoy usando " - y no me sentiría a gusto bendiciendo esta unión sin agotar todas las posibilidades. - Espero unos segundos en silencio antes de darme cuenta de lo que se podría interpretar de mis palabras. - No os equivoquéis, pienso bendecirla salvo que una de las partes solicite lo contrario. Es solo que... - Gesticulo con las manos, como indicando que no se como continuar. - ...deberíais hablarlo. - A partir de ahora me giro para hablar con los dos a la vez. - ¡Ambos formáis parte de la seguridad de Yabu-hime! No se el motivo de la rencilla entre ustedes y no espero saberlo, pero no deberíais permitir que eso pusiera en peligro la integridad de vuestra señora.

Palidezco cuando me calmo y me doy cuenta de como he hablado a los dos bukes; retrocedo un paso esperando la correspondiente y merecida bronca.

Asentí, y dirigí una cohibida mirada a Chokosabe Otsu para despedirme e irme también a mis aposentos.
Esperé en silencio a que dijese algo ella, hablando de temas triviales hasta que se aburriese y me permitiese irme.

Yabu-hime volvió a sus aposentos con paso tranquilo. La velada ha sido larga y fructuosa.

Yasuhide miró agradecido al Kurô, no esperaba tener que narrarlo él mismo, pero con que Chikazumi-senpai supiera que el monje estaba en cierto modo de su parte, era suficiente. Por lo que le dijo al sacerdote:

- Muchas gracias Kurô, le narraré a Chikazumi-senpai lo que he averiguado - dijo mientras dirigía su mirada a su superior y haciendo una pausa para ordenar sus ideas.

Una vez más parecía que la fijación que tenía el veterano samurái con él, le impedía ver lo que allí acontecía de verdad, "Si en vez de fijarse tanto en mí, observara detenidamente a los demás, podríamos ahorrarnos esta conversación ..." pensaba un poco hastiado de no gozar del favor de su superior. Tras comprobar que nadie los escuchaba, mirando hacia los lados le dijo a Chikazumi-senpai:

- He tenido que recurrir a que el sacerdote intercediera por mí, dado que sé que no me creeríais si era yo el único que os decía ésto. Mi señor, el pirata astado es Yukinai Itô - dijo con un notorio tono acusatorio - si lo pensáis bien os daréis cuenta de que todo encaja: es un almirante, por lo que puede actuar perfectamente como pirata también; su casco, tal y como vimos al recibirnos, presenta unos notorios cuernos; y como prueba final y mucho más delatadora que las anteriores, cuando me senté cerca de él en el banquete, para examinarlo a fondo, me fijé en que tiene un tatuaje de un dragón astado en su cuello, muy similar a la figura que encontramos entre las pertenencias del asesino. Como dice nuestro monje, deberíamos olvidar nuestras rencillas, no es necesario que os "preocupéis" por mí - cuando dijo "preocupéis" era obvio que se refería a que dejara de tenerlo en el punto de mira - y debemos centrarnos sólo en Yabu-hime - dijo con una voz bastante preocupada.

- Creo que antes de nada deberíamos avisar a nuestra señora, y si me permitís, me gustaría ser yo quien se lo dijese. Simplemente le enviaré una carta y le pediré que la destruya en cuanto la lea, se que hay demasiados ojos puestos en mí; pero os doy mi palabra de samurái de que será la última vez que me reúna con ella, y será sólo para darle la carta. Sólo os pido eso, puede que mañana el almirante me encarcele o algo peor por mi trato mostrado hoy, y me gustaría explicarle mis motivos a Yabu-hime - ésto último lo dijo con una mirada suplicante que denotaba una sincera devoción por la señora y lo dijo como si de su última voluntad se tratara.

- Una vez en los aposentos de Yabu, me dirijo a ella - Mi señora... Disculpadme si os interrumpí en vuestra conversación con la anciana madre, pero no quería ser curiosa y por eso pedí permiso para quedarme cerca pero dándoos la privacidad que dichos temas os merecen. En ningún momento quise faltaros al respeto con ello...

- No me has faltado el respeto, mi querida Nene, simplemente quería darte la oportunidad de salir de esa reunión de cotorras para ver si podías averiguar algún dato interesante... aún estamos a tiempo. Hay que averiguar quien es el recién llegado al castillo y todo lo que puedas recabar acerca de nuestro anfitrión y de mi prometido... aunque de este último no sé si quiero saber algo más - le dije sinceramente a Nene después de la cruda confesión de mi nueva madre

- Intentaré hacer todo lo que esté en mi mano entonces - Haciendo una pausa - Cuando sepa algo regresaré, sino antes, pero antes de hacerlo, por si acaso me ven, ¿qué podría decir para que, sile preguntan por mi, las versiones coincidan? ¿Que me ha dado permiso para conocer algo mejor a las otras sirivientas del que será su nuevo hogar? - Haciendo otra pausa - Creo que es una buena excusa para andar de paseo por aquí adelante...

Asentí a las palabras de Nene

- Me parece adecuado, es una buena excusa. Di que deseas conocer el castillo para satisfacer rápidamente cualquier necesidad que pueda requerir. - me mantuve en silencio unos instantes - y ten mucho cuidado, mi querida Nene

Me di la vuelta para asomarme a la ventana y dejé que Nene saliese de la habitación

- Salgo de la habitación y me dirijo a la zona del jardín, para adentrarme en dirección hacia la cocina. Antes de presentarme intento escuchar por si hay algún cuchicheo (de éstos que una oculta cuando alguien nuevo entra) a unos pasos de entrar, intentando no hacer demasiado ruído

Mientras Mitsue miraba al sacerdote algo perplejo por su forma de tratarles - Aceptaré tus lecciones sobre los Kami, pero no toleraré que hables de como he de proteger a Yabu-hime ni pongas en duda mi capacidad para protegerla. ¡Discúlpate! - Dijo esto mientras apretaba firmemente el mango de su Wakizashi, podría malinterpretarse como un gesto de amenaza, pero Chikazumi-sama únicamente se aferraba a ella, el símbolo de su estatus y honor, para reafirmarse.

Cuando el sacerdote se disculpara habló de nuevo, mirando de vez en cuando al hombre con cierto reproche - Cerca del shinobi los lanceros encontraron una estatuilla de un dragón cornudo, símbolo del Pirata Astado. pero este grupo es de mercenarios y esta contratado por el clan Tokugawa, si es verdad lo que decís, Yukinai-sama quiso matar a Yabu-hime. Hace tiempo hubo una serie de falsas acusaciones a personas en ascenso político de pertenencia al grupo de piratas. No entiendo porque queréis mancillar el nombre del prometido de Yabu-hime, pero tampoco comprendo por qué tiene tal tatuaje el almirante. Estoy... estoy algo confuso.

Muchos factores se mezclaban ahora... muchas cosas podían acabar mal: la suspensión de la boda, acusación de traición, problemas diplomáticos... El samurai pocas veces se había encontrado en momentos tan tensos, y no sabía exactamente como salir de este apuro.

Kotaru-kun era de su confianza, y aunque al sacerdote apenas lo conocía y las pocas palabras intercambiadas habían sido en parte para reprochar su actitud, era un hombre religioso que no buscaría ningún tipo de beneficio - Kotaru-kun, Kuro-sama, sigo pensando que esto no tiene ni pies ni cabeza, el almirante Yukinai-sama es un hombre de confianza de Chosokabe-dono. La seguridad de Yabu-hime es lo primero, pero esta boda es importante, aunque si se casara con el Pirata, no serviría de nada. Avisad a Yabu-hime -. Era el momento de olvidarse de los problemas personales y pensar activamente en todo lo que se acontecía y podía acontecer. Tengo que cumplir con mi misión.

En la cocina escuchas esto, procede de una voz de muchacha joven...

Si, por lo que he oido ese General del Clan Hashiba viene con orden de que Chosokabe-dono entregue su flota y el puerto al Clan Oda para la guerra contra los Mori y bombardear Yamaguchi. El almirante está renuente pero su segundo le insiste en que lo haga...El séquito de la hija de Yabu-dono sospecha que Yukinai intento asesinar a su prometida, pero lo dudo...está encantado con la tapadera para sus verdaderos intereses...silencio, creo que alguien viene.

Al entrar solo encuentras a una criada joven que esta lavando el suelo, sola.

Una trampilla se ha cerrado en la pared justo antes entrar en la cocina.

El joven samurái se alegró al ver que su superior reflexionaba sobre el tema, sin rechazarlo de plano, y sobre todo porque le permitía avisar a Yabu-hime; poco le importaba ahora su reciente distanciamiento. En situaciones así no hay cabida para las rencillas; por lo que cambiando su expresión seria a una de agradecimiento le dijo a Chikazumi-senpai:

- Así se hará mi señor, ahora mismo redacto la carta y avisaré a Yabu-hime. Cuando termine iré a vuestra habitación y hablaremos sobre cómo deberíamos proceder si os parece, no podemos perder ni un instante.

Tras decir esto se dirigió a sus aposentos y se puso a escribir la misiva.