Partida Rol por web

Muchachos ahora que esta ciego es la oportunidad. Trataré de captar su atención contracorriente en caso que use el olfato o el odio debe ser suficiente. Así le atacan desprevenido.

Veo que mi manada ha quedado un poco relegada frente a la otra, pero la previsión era más importante Vamos Bryan, desatascate y ataca a los ojos también, Quimey revisa las heridas de Bryan por favor decido cuando he visto que la baba de esa criatura apesta a corrupción y corroe la piel de mi compañero. 

Enfurecida me lanzó al ataque para demostrarles porque es que nadie se mete con mi manada, siento la rabia bullir en mi y la dejó salir por mi cuerpo que toma la gigantesca figura del crinos negro lustroso, delgado a diferente del de Bryan o de cualquier otro macho pero no menos letal.

Ataco el cuerpo quiero cercenarlo, mis garras sin miedo a quedarse atoradas se hunden en aquella carne corrupta mientras su filo busca cortar, tengo que atravesar la capa gruesa asi que mi primer ataque lo doy con todo lo que tengo y por los otros dos me cebo en cortar la carne de su interior, quiero que muera y que muera rápido.

Noto como el acido atraviesa mi piel y me corroe, la corrupcion comienza a devorar mi carne. Pronto sera un problema, la lucha apenas acaba de comenzar.
Escucho las palabras de mi alpha y por mi mente pasan multiples pensamientos. No soy un ahroun, no poseo un potencial tan grande como estos para el combate. Soy un ragabasj tengo que usar mi inteligencia y astucia para acabar con mis enemigos. Esa armadura de escamas, esa pared recubre buena parte del cuerpo de esos seres, son espiritus o alguna criatura extraña del wyrm, pero aun asi poseen un cuerpo.
Tenian que tener algun punto debil, su armadura cubre su piel, debo buscar una zona blanda donde no haya, Faye tiene razon hay que golpear en los ojos, pero no para dejarlos ciegos...
Sus ojos estan ambos lados de la cabeza, escarbare en ellos presionare a garrazos escarbando hasta dentro atravesando su craneo, su cerebro y rompiendo su cabeza o lo que encuentre. Tengo la ventaja de estar a su espalda, no la fuerza pero mi destreza y mi astucia lo supliran.

Inspire mientras grite un kiai y extraje mi garra de su espalda, entonces apoyado en su espalda lanze un millar de ataques hacia dentro desde sus ojos, si no tenia la fuerza para ganar simplemente cambiaria las reglas.

Esto acabaria rapido

-¡¡Tener cuidado su grito podria atraer a otras cosas!!-grite al resto

La pelea tomaba auge , logrando sentir el aroma de guerra de los garou. Un sentido de ira y preocupación envolvió a Quimey cuando su garra tomaba contacto con la acamosa piel corrupta de la criatura. Las palabras del alpha llegan a su mente, dando a saber que en medio de la euforia Bryan resultaba herido; Quimey debía moverse. Sin dudarlo, tomó fuerte apoyo con sus piernas para quitar su garra trabada. Aprovechando el impulso, y aterrizo junto a su compañero que amedrentaba potentes y rápidos golpes. - batalla guerrero, porque no caeras -  comento a su compañero, mientras sentía el poder de gaia que encendía su pecho y corría por su cuerpo, hasta su mano que tocaba a Bryan.

Seguí a mis hermanos sin dudarlo por que confiaba mucho en sus capacidades de rastrear como para ponerme siquiera a pensarlo un poco. Jamas me imagine que cuando llegasemos al sitio donde provenia la peste del corruptor me encontraría de la nada en el suelo y adolorido. Realmente no alcance a percatarme de que me había golpeado, pero tenía que reconocer la fuerza del engendro contra el que ahora podía distinguir que batallaban mis hermanos y otra manada mas.

Todos estaban muy centrados en la batalla como para mirar en otro sentido, algo que en cierto modo logro sacarme una sonrisa a pesar del dolor que aun molestaba en mi cuerpo.

Me levante haciendo uso de mi rabia, mi ira por haber sido alejado de la batalla ni bien esta empezara, aunque mi luna no era la del guerrero aun así podían enojarme cosas así; aunque todo disgusto que podía sentir lo estaba canalizando para lograr que mi cuerpo cambiase a la forma de batalla que madre nos concedió. Creciendo mi musculatura de golpe, alargando y ensanchandose mis huesos que ahora eran mas resistentes al igual que el resto de mi cuerpo. El pelaje blanco de mi forma guerrera apenas era manchado por la sangre que no demore en limpiar sin perder esa sonrisa que ahora podria verse tetrica por los monstruosos caninos, ahora solo mi antebrazo portaba esa mancha roja.

-No fue suficiente engendro!!- Gritaría con euforia desde la retaguardia de la batalla mientras me acercaba a paso calmo pero cada vez ascelerando mas. En lo que pronto se volvería un trote hacia la batalla, mis pulmones se inflaron hasta hace que mi pecho se hinchase y viese mas imponente al tiempo de proferir un aullido de batalla -Deja que mis hermanos y yo te enseñemos como es un buen golpe, presta atención por que sera lo ultimo que veas- serían las palabras que trasmitiría a todo aquel que estuviese cerca y que sintiesen la pasion en mi canción e insuflarles el deseo de batalla

Las primeras gotas de lluvia cayeron con el ataque de Scarlet, la carne de la bestia se abría con cada mordida y garrazo que le propinaban derramando la sangre acida de sus venas, el suelo la absorbía y un leve humillo se desprendía del mismo. El corazón de la Metis latió con fuerza, acompañando el ataque que hizo chillar a la bestia, pero no estaba sola, la convicción de Faye se despierta dejando su rabia fluir por su cuerpo los ataques son certeros impulsados por defender a su manada cada uno de los ataques deja unos grandes surcos que logran penetrar la carne de la bestia que en su profundo dolor realiza un ataque contra Quimey el cual falla por centímetros mientras este revisa y cura las heridas de Wolf.

El Fenris se deja llevar por el instinto, por la sangre de sus antepasados y la rabia que estos engendraron en su corazón con siglos de batallas, era su momento y lo aprovecho. Los ataques fueron despiadados, cada uno de ellos fue un insulto para el wyrm, incluso para el creador de esta bestia o mas bien quien la haya engendrado. La sangre salpicaba por doquier quemando todo a su paso, las zarpas fueron perdiendo filo hasta sentir el ardor no de rabia si no de la sangre que ahora manchaba el pelaje y sus manos. El último ataque y rugido de la bestia desataron una lluvia torrencial, mientras el engendro exhalaba el último aliento antes de desplomar sus cabezas y cuerpo contra el suelo haciéndolo temblar un instante.

El viejo Ghural observo todo el combate, su corazón se paralizo al ver demasiada violencia pero por otra parte lo entendía, lo que no entendía era porque oso les había elegido y le había llevado hasta allí para advertirles del peligro y entregar el mensaje.  Pensó por un segundo que podía ser una prueba del gran Oso para su persona pero por que los lobos se estaban reuniendo lejos de aquí, no recordaba muy bien sus ritos pero algo más había de eso estaba seguro. La lluvia seguía cayendo trayendo confort a las heridas y limpiando el terreno que debía ser purificado antes que se volviera un foco para atraer a mas criaturas del wyrm. Los pasos del Gurahl terminaron frente a la bestia, se acuclillo y sus palmas tocaron la tierra, vieron su rostro emitir un gesto de dolor mientras las palmas tomaban un color azulado y ambarino – La tierra muere, ustedes…- el sonido del agua cayendo cortaron el ultimo murmullo – El gran oso debe enseñarles aún más- no dudo en mirar al joven Theurge – Podrían haber expulsado a esta criatura sin derramar su sangre corrupta sobre este suelo – agrego mientras volvía a ponerse en pie con algo de dificultad puesto que ahora su cuerpo presentaba heridas que no estaban allí antes.

Volvió a cruzar mirada con alguno de los presentes terminando en la Metis – Cuando la lluvia cese, usa tus dones para terminar con este cuerpo – señalo a la bestia – Los demás atiendan sus heridas, ire a por unos troncos para purificar este lugar, luego de que enmienden su error les dire el mensaje que Padre Oso no pudo entregarles en persona -

La batalla fue tan fugaz como el eco del aullido que había proferido. "Eso fue todo?", me preguntaba en mi mente mientras veía los cuerpos mutilados de las perdiciones en el suelo. Aunque pudiese sentirme orgulloso de que mis hermanos hayan luchado tan bien en batalla y se desplegaran con precisión para asistir a la otra manada, no podía evitar sentirme frustrado por no haber podido participar mas que para aullar cerca del final de la batalla.

Quería tener el impulso de dejar ir mi ira en partir una roca o un arbol a base de un puñetazo para trata de liberar un poco de tensión pero las palabras del anciano me detuvieron en seco un momento; como podía llamarme un garou, un defensor de gaia si iba a terminar dañándola por mi ira infantil?, eso claramente no estaba bien bajo ningun concepto. Aprete el puño con fuerza y reduje mi tamaño al regresar a mi forma base, así al menos sería un poco mas fácil el calmarme.

Camine en dirección al vejestorio pero pasando por el costado de Bryan para palmear su hombro en plan de felicitarlo. -Cantare lo que hiciste en consejo hermano, pero la proxima vez dejame algo también jeje- Miraría a Quimey asintiendo con la cabeza, no hacía falta que dijera lo que era obvio, el entendería que depositaba mi confianza en su capacidades medicas, las cuales yo no tenía. Finalmente pasaría junto a Faye -Lamento no haber ayudado- y ya finalmente me postraría frente al viejo.

-Señor, yo no tengo habilidades medicas, pero si puedo ayudar a cargar los troncos, tengo curiosidad por saber como destruir al wyrm sin manchar a gaia con su sangre- Hablaba en serio, mi curiosidad por sus palabras me incitaban a aprender, si realmente era posible lo que el decia, quería saber como hacerlo.

Todo había terminado. Más incluso de lo que era de desear, siendo la vida de unos de nuestros hermanos la que había perecido junto a aquellos esbirros del Wyrm. Pragna ya no estaba entre nosotros, y tras haberme esforzado al máximo, sólo podía mirar los restos de aquella criatura que se la había llevado consigo, mientras la lluvia empapaba mi blanco pelaje.

El gurahl comenzó entonces a hablar, escuchándole apartada del resto. Ni siquiera había querido acercarme a los miembros de mi manada. Necesitaba… No sabía lo que necesitaba.

Cuando el hombre se dirigió a mí me giré, adoptando mi forma homínida, y asentí con la cabeza ante su petición; dispuesta a hacer desaparecer aquel cuerpo para compensar a Gaia y poder escuchar ese mensaje.

Pero no tardé en volver a mirar aquellos restos, buscando después la luna alzando mi rostro, mientras la lluvia caía sobre él.

- Pragna… - musité, volviendo a mirar al frente y cerrando mis ojos, dedicándole una oración a mi hermana.

Boom, Boom, Boom, boom.
Mi corazón latía con furia, cabalgando en mi pecho como si fuera a salirse en algún momento. Sin embargo, el ritmo comenzaba a menguar, lentamente recuperaba la visión... no es como si estuviera ciego pero en el fragor del combate mi mirada solo enfocaba a las bestias. De alguna manera ese hechizo se desvanecía al mismo ritmo que mi corazón se tranquilizaba.

De repente notaba que la batalla había cesado, un hombre mayor asignaba instrucciones mientras notaba como scarlet parecía estar afligida. Su rostro me hizo recordar de repente la muerte de mi hermana. Pragna... la estúpida, sosa, ordenada... No logro articular mas pensamientos ya que el llanto nubla mi visión.

camino lentamente hasta donde se encuentra Scarlet sin pronunciar palabra me quedo a su lado. No soy theurge así que no sé que se debe hacer pero mi hermana me necesita y yo a ella. Al menos le dejaba saber que estaba allí. No le pensaba hablar pues en momentos como este las palabras sobran.

La lluvia comenzo a caer. Notaba sus gotas lavando los restos de la sangre de aquel ser del wyrm.  Me expolse como un perro mojado para dejar caer toda aquella mancha de mi pelo. Entonces escuche las palabras de aquel anciano, entendia lo que decia pero no las formas.

Respondi a Niko con una media sonrisa lobuna y un asentimiento de cabeza complice en mi forma Crinos.

Me fije en los miembros de la otra manada  habian ganado pero aun asi parecian afectados.Una de ellos incluso se aparto y cerro los ojos frente a una de las bestias,¿ acaso estaria orando?Estaba seguro que no seria al bicho  aquellas caras apesadumbradas, mi intuicion me decia que quizas hubieran perdido a algun miembro de su manada.

Antes de irse me acerque a Quimey y mientras posaba mi mano en su hombro tome mi forma hominida de nuevo.
Mis musculos se contrajeron y mi cuerpo se hizo mas pequeño pasando del tamaño de la forma de batalla, al de un joven veinteañero, de una estatura de metro ochenta,  cabello castaño claro casi rubio, y ojos azules.

-Tranquilo Quimey.

Despues me gire al anciano que iba a partir junto a Niko

Vuestro consejo era apropiado en el momento adecuado, ahora este ya paso y de nada sirve lamentarse, solo aprender de ello y aceptarlo.

-No es momento de sermonear a los pobres chicos- digo señalando a ambas manadas. 
Todos  han derramado su sangre y encajado el dolor de  los golpes de sus enemigos uno tras otro, jugandose la vida por cada uno de  los aqui presentes sin dudarlo un momento , sin conocerse  siquiera. 
Algunos pagando un precio que puede les marcara toda la vida.-digo mirando hacia la chica que parece esta con los ojos cerrados.

Respete eso, ese sacrificio. No es el momento de regañar a los chicos que lo estan pasando mal,es el momento de apoyarlos.- y comenze a caminar.

Mire a Faye buscando su aprobacion mientras decia.

-Yo me encargo de  la primera  guardia alrededor del sitio. -despues simplemente segui andando-Si alguien quiere acompañarme es bienvenido. Si detecto cualquier engendro del wyrm  avisare  y lo  neutralizare sin derramar su sangre-acote algo gracioso- para que puedan eliminarlo sin que esta manche este lugar. 
Esten tranquilos nadie pasara mientras sea mi guardia. Ah y por cierto, mi nombre es Bryan Wolf, entre los nuestros Cuervo de venganza.-termine

 Mientras mi forma poco a poco fue tomando la de un lobo, cuyo pelaje era blanco y pristino como la nieve, reflejando la herencia de los antiguos heroes. Asi fui caminando hasta comenzar mi guardia  alrededor de aquel lugar.

Quimey terminaba de curar las heridas de Bryan, cuando la batalla parecía terminar. La lluvia había comenzado a caer y con ella el fervor de la batalla se disipaba. Miro al cielo por unos segundos, y a medida que su pelaje se iba mojando, su cuerpo se volvía hacer pequeño; volviendo a tomar aquel aspecto, de un muchacho muy joven que desencajaba de las probabilidades de la primera transformación y de aquella manada tan combativa.

No pudo evitar escuchar las palabras del extraño anciano Gurahl, no pudo evitar pensar que sin dudas era un coincidencia extraña y recordaba bien la historia pasada. No le hizo nada de gracia que aquel sujeto tomara voz y reprochara los hechos, cuando la pelea ya se había iniciado al llegar.

- Estoy tranquilo....tengo dudas...y esto no es coincidencia - comentó a Bryan, aquella sensación que corría por su cuerpo. No eran una manada protegida por Oso; de hecho sabía que no eran muy bien vistas aquellas que buscaban su protección. Pero su forma de ver a los espíritus era muy diferente a la mayoría, y ahora se llenaba de un deseo de saber.

- La batalla ya estaba empezada, y expulsarlos solo sería patear el momento de esta pelea - comento al anciano mientras se acercaba. - Aunque respeto su forma de ver, y con el aspecto de su edad se debió haber ganado una gran sabiduría - continuaba mientras se acercaba para ayudarlo y se separaba del grupo. Quería saber en que consistía aquel ritual para purificar el lugar y entender aun más al anciano. - Soy Quimey Alen, Estruendo Umbral. - termino.

Después tirar de una de mis garras, respiraba agitada mirando a mi manada. Los conté, estaban completos, me sentí un poco mal por la chica que parecía llevar el rostro de aquella gente que perdía a un ser querido, pero podía equivocarme y solo fuera sensible a la corrupción materializada, por ello no dije nada.

Especialmente al ver que Nikolai se había repuesto a ese primer golpe y afortunadamente no le había pasado nada malo. Nada que tenga que lamentar para siempre, escucho la voz de aquel hombre, lo he visto transformarse en un oso Como el señor oso… hace que recuerde a Tyler y lo poco que sabíamos entonces de este mundillo Y hoy no sabría vivir sin él regreso mi pelaje negrísimo y lustroso como la noche más oscura, vuelvo a la piel humana y me quedo viendo a ese Guralh, dejo que Bryan diga lo que quiere decir es peor mandar callar a un fenris, especialmente si es mi hermano Tiene razón tengo que mirar al oso para reconocerle que tiene razón, además nos supera en rango a vistazo, pero la batalla estaba comenzada tal y como han indicado mi manada. Solo hemos venido a repartir un par de golpes más no hemos podido pensar más allá de ayudar inmediatamente con nuestras garras le voy a dar trecho para tenerlo contento ¿Para qué contradecirlo? Bien puede significar un buen aliado en algún momento.

Apruebo como cada uno ve que hacer Soy Faye, Trueno-de-Rabia me presento tanto al gurahl, de los que alguna vez me hablara Costel, como a los miembros de la otra manada ahroun, cliath y alfa de los Renegados de la Tormenta

Me acerco hacia la otra manada que ha peleado tan bien, hay que reconocerlo Si tuvieron algún caído… infiero y quedo a la espera de sus reacciones para confirmarlo Podemos recuperar el cuerpo y reclamarlo para devolvérselo a Gaia. Hay que darle un entierro debido, en tierras puras y seguir el rastro, esto parece haber sido planeado.

Bill Sana-Bosques se tocó la gran barbilla recia echándole una mirada muy seria a Bryan. — Ellos no pueden esperar a sus llantos ahora —dice contemplando el cielo y la lluvia— eres aún un lobezno ¿no? —refiriéndose a Wolf, el inmenso hombre empieza a alejarse— siempre hay otras formas de lidiar con una situación además de la más obvia. —gira el rostro anciano, y con un movimiento de la cabeza, señala sus garras, las de todos. — las garras no lo son todo. Nikolai se movió presto ayudando a recolectar las pesadas ramas que le indicase el Guralh. Aquel hombre parecía ser de pocas palabras ¿Pero por qué no había tantos de ellos? ¿Dónde estaba el resto? Difícil de decir por todos, había cosas que aún estaban aprendiendo. Tal como la que había sido tener cuidado al combatir, una acción tan inocente y justa en apariencia había ensuciado la tierra con la mancha del Wyrm. — Soy Sana-bosques —respondió ante la presentación de Faye. El gran hombre, les pide que acomoden la madera cerrando en forma de círculo el lugar en donde las criaturas habían mancillado la tierra. La porción era considerable, pero el hombre se acuclilló en silencio y sacó un dos cazos grandes y hondos de madera vieja de entre sus ropas, acto seguido tomó un puñado de tierra del suelo y lo introdujo dentro de cada uno de ellos. Estaban por presenciar un rito de otro cambiaformas, algunos de ustedes sabían alguna que otra cosa a través de los relatos de sus tribus sobre los Guralh y lo que había pasado con ellos en la Guerra de la Rabia. Pero más allá de eso, la cultura de aquel hombre oso, les era totalmente desconocida, sobretodo a Scarlett a causa de la forma en la que hasta ahora había vivido. EL Guralh, extrajo un cuchillo de obsidiana y ante sus ojos cortó una de sus muñecas un poco profundo, dejando que su sangre tibia se vertiera dentro de aquel utensilio. Para su sorpresa, la sangre manó y manó sin que el oso permitiese que se regenerase, el líquido rojo, tibio y de aroma herrumbroso llegó a sus fosas nasales llenando el profundo cazo casi hasta el tope, tras ello empezó a llenar el otro. No había que saber mucho de medicina para darse cuenta que la cantidad de sangre requerida estaba siendo muchísima. Todo acto tiene una consecuencia. Enmendar un error tiene un alto precio La lección retumbó en las mentes de Alioth y curiosamente también en las de los Renegados, era la voz de un avatar de Oso. Quimey y Scarlett se daban cuenta, que aquel rito requería entregar vida para erradicar la corrupción de la muerte de la tierra. Finalmente la herida del debilitado Guralh se cerró, y este vertió más tierra dentro de los cazos, tanta como pudo hasta poder formar una pasta rojiza y marrón. Dejó los cazos y como si le costase cambió su forma semejante a un oso bestial de las cavernas, grande, largo, de pelaje denso y largo, al igual que sus garras y colmillos. Empezó a lanzar cánticos que ustedes no comprendieron, cantó en su lengua mientras bailaba sorteando la madera y los círculos mientras la lluvia caía ahora más rala, como si se fuera a detener dentro de poco. Estuvo así varios minutos hasta que llamó a los theurges de las dos manadas, tomó uno de los cazos y se lo entregó a Quimey y el otro a Scarlett. Metió su gran garra dentro de uno de los cazos y vació un puñado de la mezcla en el borde interior del círculo, donde yacía puesta la madera. Todos sintieron la putrefacción de la mancha ser removida y a la tierra verse limpia de aquella corrupción. Aquel oso de prehistoria, dio un movimiento de cabeza y los instó a avanzar con la instrucción que les había dado. Cada vez que hacían aquello y cerraban el círculo con aquella mezcla, sentían la pureza de la madre volver al suelo.

Sin duda era un buen momento para llorar, con la lluvia cayendo sobre mí, las lágrimas se diluirían pronto en estas dejando que nadie las viera. Sin embargo, ni siquiera podía llorar, aún impactada por lo que había sucedido. Noté la presencia de mi hermano Andrés mientras para mis adentros dedicaba aquella oración a nuestra hermana, pero al terminar me volví a él y le miré durante unos largos segundos sin decir nada.

No hacía falta hablar, mis tristes ojos escarlata hablaban por sí mismo, y de repente me abalancé hacia el gran lobo prehistórico en el que se encontraba transformado, hundiendo mi rostro en su cuerpo y agarrándome a su pelaje. Permanecí así unos momentos, sosteniéndome a mi hermano sin saber cómo reaccionar, cómo seguir adelante después de todo lo sucedido. Pero el qué hacer me vino dado sólo, al escuchar algunas palabras de los presentes.

Levanté mi rostro despacio, viendo como se arremolinaban alrededor del gurahl, pidiendo a este que no fuera severo y excusándose en cuanto a su actuación. Uno de ellos se presentó y tomó forma lupina, dispuesto a vigilar el lugar. Me separé de Andrés e hice un gesto con mi cabeza, indicándole que me acompañara si así lo quería. Caminé despacio hacia el grupo, dispuesta a presentarme yo también, algo temerosa por sus posibles reacciones ante mi condición de metis.

Dos de aquellos chicos también se presentaban, el llamado Quimey Allen y Faye Blackwell, quien nos hablaba sobre recuperar el cuerpo de nuestra difunta hermana.

- Nuestra hermana, ella ya no… - bajé la cabeza, suspirando antes de alzar nuevamente mi rostro. – Fue engullida por la criatura, he de quemar el cuerpo de esta en cuanto cese la lluvia. – le dije, haciendo una pausa antes de continuar, mirando entonces a todos. – Soy Scarlet, Susurra-al-Viento, theurge cliath de la tribu Contemplaestrellas. – evité mencionar a mi manada, ya no estaba segura de que aquel fuera mi lugar. – Respecto a sus palabras… - clavé mi mirada en el gurahl, que se había presentado como Sana-Bosques. – Espero que la purificación pueda subsanar el daño que hemos hecho a Gaia. Tiene toda la razón, no debí dejarme llevar de esa manera. – le dije agarrándome las manos, nerviosa y profundamente avergonzada. – Y que el combate estuviera empezado no es excusa. – añadí mirando a los demás, habiendo escuchado sus explicaciones. – Se supone que nos preparan para estas situaciones… - baje el rostro apenada.

Ante las instrucciones del gurahl, decidí seguirle en el ritual como pedía, presenciando con atención cada uno de los pasos que daba. Resultaba impresionante la forma que tomó, así como la sangre derramada, pero aquel ritual debía requerir de vida para ser realizado. Tomé uno de los cuencos cuando me lo entregó, y al indicarnos cómo realizar el ritual, repetí sus movimientos. Cada vez que cerrábamos aquel círculo percibía cómo la tierra era subsanada, librándose de la corrupción para volver a ser pura.

Cuando el ritual finalizó di las gracias al gurahl con una inclinación de cabeza, dirigiéndome nuevamente hacia aquellos restos que debía quemar, ya que la lluvia había cesado. Cerré nuevamente mis ojos para concentrarme un segundo, y al abrirlos moví mi mano en dirección a la caída criatura, viendo como el fuego surgía sobre sus restos, comenzando a calcinarlos.

- Descansa en paz, Pragna… - musité, mientras mis ojos observaban como las llamas se comían los últimos resquicios de aquella criatura del Wyrm.

El agua de la lluvia moja mi pelaje, si bien es cierto que es abundante y negro comienzo a sentir mechones húmedos enormes en mi piel.

Observo mi entorno mientras las gotas de lluvia surcan mi rostro. Las pequeñas gotas se resbalan por mi hocico dificultando mi visión. El sabor salado llega a mi lengua lo que confirma que no es solo lluvia lo que dificulta mi visión. Una hermana a muerto... Si tan solo hubiese sido mas rápido...

Mientras mi mente me atacaba con tales culpas siento el abrazo de Scarlet. Ella también sufre la perdida de una hermana... ¿donde está el resto de la manada?
¿Acaso también murieron a manos de estos seres?

Lucho con mi perdida cuando reacciono a la regañina de aquel hombre. Le observo y veo como cambia a lo que a todas luces parece un oso. Primero doy un par de pasos atrás debido a la impresión. ¿Eso existe? Paso de la sorpresa a la molestia cuando comienza a reñirnos por la manera en que luchamos. La llama de la violencia comienza a encenderse en mi interior hasta que veo a Scarlet obedecer al anciano y solicitar su perdón. Pero... que no se supone...

Como la había seguido, esperé hasta que terminara su presentación para acto seguido dejar que mi cuerpo vuelva a la forma de raza. Cuando noté que scarlet había terminado me presenté. -Soy Andrés aristizabal - brisa-ágil. Cliath - ragabash- caminante silencioso.- Espere un par de segundos para luego dirigirme al hombre que preside la reunión, busco un tronco como solicita. -Ignoro quien es usted o porque puede convertirse en un oso. Si se trata de un espíritu que nos prueba o solo es algo que desconozco. Pero sé dos cosas. La primera es que nuestra hermana murió por esos bichos. Estamos de luto y la segunda es que la madre nos enseño a luchar usando nuestras garras y colmillos no ofreceré disculpas por hacer lo que la madre espera de mí. Si tenía una manera de acabar con eso con un abracadabra sin usar garras entonces usted es el responsable de la muerte de Pragna- sentencié. Luego con molestia termine de correr los troncos y me hice a un lado para que se pudiera terminar ese ritual que es estúpido anciano estaba presidiendo.

Cuando Scarlett comenzó a participar del ritual me quedé callado por respeto a ella y cuando terminó no pude mas unirme a su plegaria.

Por lo visto la tensión de la batalla aun se encontraba presente como el dolor en una herida recientemente inflingida, aunque no estaba siendo de mucha ayuda para el ritual quizas si pudiese ayudar de otra forma, algo que si podía hacer.

Aquella que se llamaba así misma Susurra al viento dio razón a las palabras de alguien que se quejaba por nuestros metodos cuando durante la batalla solo pudo quedarse mirando sin hacer mucho, algo muy propio de aquellos que buscan el desprestigio en el resto cuando fallan en algo, le buscan los fallos a los otros; aunque tenía gran parte de razón el tampoco respondio mi incognita de como pelear sin manchar la tierra, si no tenía la respuesta podría haber admitido eso en lugar de ignorarme.

-Disiento con ustedes- Respondi algo tajante pero manteniendo el lenguaje respetuoso. -Mi hermano ha hablado con razón y lo apoyo, aunque el consejo era bueno señor- Mencione mirando al avejentado hombre -Si lo hubiera dicho antes quizas podriamos haber hecho algo al respecto, en todo caso no es el momento y aun espero una respuesta a mi pregunta, pero la purificación tiene mas peso ahora-.

Camine hasta aquella cliath contemplaestrellas, ahora ya podía entender el por que de su dolor, el de ella y los del resto de su manada; y gracias a su compañero andres, ahora sabía el nombre de la caida y podía hacer mejor lo que tenía en mente. -Me gustaría haber escuchado alguna canción de su manada para poder repetirla, pero espero que ustedes puedan honrrarla mejor que yo, te pido ayuda a ti y a tu manada para dedicarle la canción que merece un caido en batalla...- Mantuve el silencio un momento desviando la mirada antes de regresar a clavar la propia en esos ojos rojos -No, a una hermana suya y compañera nuestra-

Tras decir eso no alargaría mas aquella ceremonia improvisada, y juntando mucho aire en mis pulmones, liberaría un lento, largo y profundo aullido de lamentación por la perdida de otro garou en la guerra, pronunciando su nombre a los cielos para que los espiritus que se encontraban presentes en los mismos pusieran su atención a mi canto, invitando de forma indirecta a los miembros de la manada de la difunta a unirse con aullidos propios así su hermana tuviera las alabanzas en sus proezas y ojala toda la nación se enterase que había perdido a un buen soldado.

Cuando terminase el aullido de endecha por los caidos, solamente me limitaría a presentar una leve reverencia con la cabeza ante la manada e incluso ante el anciano.

-Soy Nikolai Petrov, Danza-en-la-tempestad, Galliard Cliath de los colmillos plateados- Esperaba que mi actuar honrara a la memoria de aquella que llamaban Pragna, y que aquel breve rito no molestase mas al anciano, total luego de eso mantendría un absoluto silencio mientras presenciaba el mismo; no quería unirme mas que para grabar en mi mente el rito de una raza cambiante diferente, tratando de mantener la compostura para mostrarme inalterable ante el Gurahl, por suerte la molestía que este me había provocado me ayudaba a mantener ese semblante serio durante el rito de purificación.

Anduve por el perimetro el bosque era como un hogar para mi.Mis sentidos estaban a mi alrededor.Note que el anciano volvia y escuche las palabras de los presentes

Mi hermano Niko me entendia muy bien. A veces lamentaba ser un ragabash unas simples palabras podia hacer que la gente se enfrentara o que las situaciones se volviera tensa.
No queria una pelea entre las manadas ahora lo que tocaba era hermandad. Pero el Galliard lo entendio muy bien y pronto hizo suya la escena para aullar por los caidos. Bien, exactamente lo que yo hubiera echo. 
El chico  de la otra manada acuso al anciano, entendia su dolor. Asi que no dije nada.

De repente el viejo llego y comenzo el ritual. Desde mi forma lupus fui contemplando la escena.
Mis ojos resplandecieron un momento mientras veia al transformacion de este. Mi mentora me habia hablado hace mucho sobre los hombres oso, la guerra de la rabia y todo lo que ello conllevo. 

Demasiada sangre, demasiadas lagrimas derramadas. Un verdadero guerrero debe de saber que batallas luchar, si la causa no es justa una batalla puede ser una carniceria y un guerrero un mero cobarde.  Lo mismo que paso durante la epoca nazi.

Un verdadero guerrero debia de reconocer  sus responsabilidades. Aquella sangre podia corromper a los espiritus y a Gaia.
Yo lo habia echo asi que debia de pagar el precio, no por las palabras del oso, si no por respeto a aquellas tierras y los espiritus que habitaban, a la Gran madre como hijo se lo debia. 

El anciano habia pagado tambien el suyo, su sangre bañaba el lugar. Un hijo de fenris no podia hacer menos.
No sabia de ritos, no era un theurge. Pero si sabia lo que era el wyrm, su mancha, su maldad y lo que te podia arrebatar.
Tome mi forma hominida mientras pronunciaba unas palabras:

Por la tierra, por las plantas y los espiritus que habitan este lugar, este es mi sacrificio, mi entrega a ellos y a Gaia por purificar  lo que se ha dañado,por reparar el daño que se les ha inflingido, mas alla de palabras o de sangre les ofrezco una parte de mi mismo.

Dije mientras deje salir mi gnosis hacia el ritual en honor a los espiritus .

Quimey seguía en silencio ayudando al anciano, mientras no podía envitar una mirada llena de dudas y sorpresa. Sus ojos analítico intentaban penetrar todo el misterio detrás de aquel hombre que rompía las historias de la guerra de la rabia. Observaba como iba realizando el ritual, sin querer perder los detalles. Era indudable que la sangre era el factor de mayor peso; acaso podría lograr imitar un ritual así? Se preguntaba ya que todos eran hijos de Gaia.
Se acerco junto a Scarlett, ante el requerimiento de apoyo, y sin dudar tomó su papel dentro de la purificación. Deseaba con fervor poder mezclar su sangre en aquel ritual y observar los posibles resultados; pero debía guardar respeto al anciano, a sus compañeros y a Gaia.
Miles de sentimientos llegaban al joven, cada vez que cerraba los circulos de purificación con el cuenco; el ambiente y el aroma llenaban de regocijo los pulmones y el espíritu del joven theurge frente al aroma de la madre tierra.
Finalizado el ritual y Quimey volvió con el anciano para dar el cuenco; que tras dar una pequeña reverencia devolvió al maestro del rito. No pudo evitar escuchar a sus compañeros que participaban y aportaban su espíritu a la situación, como la entrega de Bryan o el canto de Niko, al cual se uniría luego de la manada que había sufrido la perdida; por lo que mientras busco entre sus pertencias aquella flauta fina para dejar sonar una medolia dulce y sencilla.