Partida Rol por web

Eve camina con aquel característico andar tan suyo, no gira su rostro para asegurarse de que la sigues pero notas que retrasa un poco la velocidad para escucharte.

Se detiene de golpe cuando te excusas diciendo que no sería tan sencillo que ella se marchase con su prima. En su mirada hay un claro rastro de incomprensión y una tácita exigencia de explicaciones.

- ¿enamorada? ¿Helen? -basta que la mires para que su rostro vuelva a encenderse automáticamente, por lo que decide cerrar sus ojos para tener control sobre sus sentimientos y terminar de oírte- que ...sintieron lo mismo que nosotros dices... -abre los ojos para mirar el suelo y pensar en ello, se queda reflexionando de esa manera, hasta que en sus ojos aparece un gesto que revela que ha caído en algo, luego posa la mirada en tí. Lleva algo de indignación en la forma en que te mira.
- ¿te molestaría explicar, a qué te refieres cuando expresas que es real para ellos? ¿Que estas implicando?

Una de sus manos se cierra en un puño y aunque sonrojada, te mira con cierta dureza
- Por supuesto que se de los pactos, he sido educada desde que nací. -hay cierto enojo en la forma en lo dice, pero se queda callada con esa pose de delicado orgullo.

Helen recibe tus besos con el mismo cariño de siempre, con la misma ternura que te había dejado ver la primera vez que se atrevió a acercar sus labios a los tuyos.

Pudiste notar en aquella mirada que te correspondía con el mismo, cariño, amor y devoción que tú mismo le manifestabas. Y también, en aquel perfume de flores que bañaba cada tramo de su piel, descubriste el tuyo propio en ella.

Con sus manos delicadas, toma tu móvil y lee lo que le escribiste, sonriendo, como una adolescente que acaba de descubrir que el mundo es mejor y que todo marchará bien, tan sólo por tener el amor de su amado.

- yo también, necesito que me lo digas y quiero escuchar tu voz otra vez. Me gusta oír mi nombre salir de tus labios -ella acaricia con sus dedos tu boca y acerca sus labios para besarte también, pero se detiene a centímetros y sientes como se estremece al sentir tu respiración tan cerca.

- cuando te arrodillaste yo pensé que...
-asi tan cerca de ti sonríe- ha sido todo tan rápido, lo malo y lo bueno, que me cuesta recomponerme. Pero, lo he pensado Will y quiero salir contigo y si todo va bien, quiero estés a mi lado siempre y quiero darte todo lo que tengo y ayudarte como me sea posible

Te rodea con sus brazos - No se que es esto, pero nunca estuve tan segura de lo que sentía y quería para mi, hasta que te conocí

Respondo a su sonrisa con la mía, notando calor en las orejas, que sin duda alguna deben estar sonrojandose.

Siento el roce de sus dedos cuando toma mi móvil, y el placer que sienten los enamorados ante el simple y sencillo roce de su amada, recorre todo mi cuerpo.

Entreabro la boca, la noto seca en estos momentos, mientras mi respiración de nuevo se vuelve algo mas agitada, por su cercanía, por nuestros sentimientos.

Y entonces tan cerca, cuando su aliento se mezcla con el mío... y me habla de sus suposición al verme arrodillado, me sorprendo al pensar que no sería algo descabellado, que nada me gustaría mas que pasar el resto de mi vida al lado de aquella mujer.

Gaia bendita, te quiero tanto Helen, no puedo imaginar un solo segundo de mi vida lejos de ti. Ansío tanto decirte que te quiero, pronunciar tu nombre...

Una sonrisa de felicidad surge en mi rostro.

La rodeo por la cintura cuando enlaza sus brazos detrás de mi cuello. I-gual-yo, vocalizo como ya hice antes para hacerle ver, que mis sentimientos son tan fuertes y tan intensos como los suyos.

Todo ira bien Helen. Beso sus labios con ternura, una, dos, tres veces. Y sin soltarla, tomo el móvil de nuevo, para escribir con tan solo una mano.

Que complicado es esto, tengo ganas de que llegue mañana.

Helen, no puedo explicar lo que hay entre nosotros, y me siento tan dichoso al saber que quieres salir conmigo. Y Helen, me encataría que tu y yo pudiésemos compartir toda la vida. Y jamás estuve tan seguro de algo. Te quiero.

Yo no tengo nada Helen, mas que a mi mismo, pero ya no me pertenezco, fue en aquel momento, en el jardín de tulipanes, y después en casa. Y ya soy tuyo.

El rubor comienza a cubrir entonces mis mejillas, sin molestarme en ocultar una sonrisilla.

¿Quieres que paseemos un poco?

El orgullo de Eve es tal, que ni se digna girar su rostro para escucharme. Tan sólo sigue avanzando, con la vista al frente. Pausando un poco su paso, eso sí. Es el tipo de orgullo exacerbado del que siempre he renegado dentro de mi tribu, y sin embargo en su persona me resulta divertido y entrañable. ¿Eso tiene sentido? Ninguno para mí...

Sin embargo, se detiene al hablar de la relación de su prima con Will. Sorprendida, extrañada ante esta historia sin sentido, se detiene y vuelve a mirarme con sus preciosos ojos claros, tan sólo un instante, lo que tarda en apartarlos reflexionando acerca de todo esto. Suficiente para llenar de rubor mis mejillas al sentir de nuevo su mirada en mí.

Y sin embargo, la sonrisa que ese gesto dibuja en mi rostro se desvanece velozmente, cuando vuelve a mirarme, con una dureza e indignación que me parten el alma. Me exige explicaciones acerca de algo en concreto. "Es real para ellos", he dicho, y parece que algo en esa afirmación la ha ofendido. ¿En qué sentido, exactamente? No lo se, sólo se que, por alguna razón, no soporto que me mire de esa manera. Abro la boca para responder, aún no se el qué, exactamente, pero guardo silencio pues vuelve a hablar nuevamente, dejando claro que conoce perfectamente el asunto de los pactos. Enfadada, orgullosa. Como si fuera indigno desconocerlo.

Como será indigno, a buen seguro, no conocer ni tu propio origen...

¿Por qué...? -Pregunto con el ceño fruncido, falto de comprensión, dolido por su actitud- ¿Por qué te pones así...? -Doy un paso hacia ella, acortando la distancia que nuestro caminar había instalado entre nosotros, mientras trato de suavizar mi expresión- Ellos... llegaron a nosotros con las cosas muy claras. Hablaban de una conexión espiritual, de una unión, de que estaban juntos y por nada del mundo estaban dispuestos a separarse. -Al contrario que nosotros quienes, lamentablemente, no parece que podamos permitirnos algo así. Ni estoy seguro de que lo que hemos sentido sea lo mismo, siquiera- Para ellos, es algo real. Para mí, tal y como les he visto, tal y como conozco a Will, es real. A lo que me refiero es a que puede que otros no lo vean así... -Doy otro paso, situándome justo delante de Eve, tan cerca que me llegan nuevamente los aromas naturales y dulces de su presencia- Si ese pacto la obliga, tal como obligaba a su hermana, a aceptar un matrimonio de conveniencia... -Mis mejillas se enrojecen por la vergüenza, recordando quién soy, o más bien quién no soy- No somos importantes. El Círculo de Plata es una orgullosa familia, un grupo de amigos dispuestos a vivir y luchar codo con codo. Tenemos honor, y dignidad, pero no reconocimiento. Soy su alfa, y ni tan siquiera se de donde procedo, quienes fueron mis padres. La mayoría de los miembros de la tribu podrían citar a sus antepasados generación tras generación hasta tiempos más gloriosos... -Nunca había sentido esto, quizás porque nunca me había importado una mierda en realidad. El renombre, el reconocimiento de la tribu, eran asuntos que nunca me preocuparon. No necesitaba de ellos. Me bastaba mi nueva familia, mi manada, mi gente...- Somos cliath, lo más bajo de la nación y de la tribu, gente sin importancia y sin nada que ofrecer... -Vuelvo a mirar a Eve a los ojos, con tristeza, impotente. Porque hablo de William, pero no puedo evitar pensar también en mí mismo- Llegado ese caso, no podríamos oponernos a nuestros líderes, y no se me ocurre qué podríamos hacer para convencerles de aceptar una unión así...

Uno de sus puños se mantiene apretado, manteniendo esa mirada de enojo por las implicaciones que vislumbró en tus palabras, sí, era eso. 

- Pues... -sus ojos tomaron una mirada altiva, intentando ocultar su vulnerabilidad, parpadeó cuando vio que te aproximabas- ...porque lo que sentí también fue real, por eso. ¿Cómo te atreves a cuestionarlo? -su respiración se agitó de nuevo con el paso adelante que volviste a dar. Ella levanto su dedo índice pidiéndote espacio, era cierto que ella misma intentaba racionalizarlo, una casualidad, un evento particular. Otra vez sus ojos miraron el suelo, como si pudiera leer algo ahí, como si las respuestas a sus preguntas se hallaran ocultas en el pavimento.

Cuando levantó la mirada se dio cuenta que habías avanzado incluso más, por lo que no pudo evitar ruborizarse como antes y suavizar el tono en el que te hablaba - Bien, yo no tengo nada claro como lo tienen mi prima y su... amor. Pero tú te apareces y provocas que mi corazón se agite de esta manera. Si te acercas me pongo, de este modo y si te alejas, pienso en ti. Esto es extraño para mi porque nunca he sentido esto ¿no lo entiendes, no? -evita tu mirada, dirigiéndola a los edificios, árboles y lugares que componen el campus.

- Helen... -murmura recordando a lo que ha venido- Sé que es un cliath, pero no entiendo como no puedes saber sobre ti, yo puedo recitar mi linaje desde antes que mi familia llegara con los primeros colmillos a esta nueva tierra. - se lleva las manos a los ojos como si le dolieran- ¿oponerse a tus líderes? ¿no se te ocurre nada? acaso... ¿me estás pidiendo... ? -mira el cielo y la sientes inspirar hasta llenar sus pulmones de aire y luego expirar hasta dejarlos vacíos. Parece deliberar otra vez algo en su mente hasta que finalmente continúa- no deseo que pienses que será sencillo, pero si es por mi prima por... -se queda callada pero sigue- siento la necesidad de... -te mira a los ojos- ...te ayudaré, hablaré con Jonas. Conseguiré que se reúna con ustedes y los escuche.

Hace el ademán de querer tomarte de las manos, pero se detiene posiblemente recordando lo que ocurriría si se tocaban de nuevo - ignoro si eres lo más bajo o poco importante, pe... pero parece que eres importante para mi- suelta de golpe mirando a otro lado con soberbia, una graciosa pedantería que es útil para esconder todo lo que lleva debajo. Su rostro lleva una nerviosa expresión severa.

- necesitaré verte en tu forma de guerra y también a la... pareja de Helen ¿está bien? -solicitó, bueno más bien, exigió, como era propio en ella. 

Su sonrisa llena su rostro recibiendo aquellos tres besos inocentes y cariñosos, mientras lee nuevamente el móvil entre tus brazos, sus mejillas se tiñen de un color que ya reconoces muy bien, cuando lee sobre el jardín de los tulipanes - yo... también soy tuya -agacha la mirada con timidez- por eso, en tu habitación... -no termina las palabras, no necesita, sabe que entenderás a lo que se refiere.

- Estoy esperando mañana, quiero preguntarte tantas cosas Will y escuchar las respuestas con tu voz. Ahroa, adentro hay muchas personas y siento que no puedo estar contigo, siento que no nos dejarán solos y yo quisiera, que tú y yo volviéramos a... -su rostro se enciende apenado, su respiración se agita y se muerde nerviosa el labio inferior mientras su corazón late con fuerza, ante lo que fuere que apareciese en su mente.

- O... este... si... también podemos pasear... llévame a tus lugares favoritos aquí -pero no te mira a los ojos cuando te responde, abochornada quizás porque su mente todavía esté dando vueltas a la anterior petición.

Noto como se me hiela el corazón al captar la mirada que Paso-gris dirige a la parejita. Hay algo triste en la forma en que sus labios se curvan brevemente al esbozar una sonrisa. Una sonrisa cautivadora por lo indefinible de la misma.

"Las Furias Negras... Cuanta la leyenda que las Furias eran espiritus enviados por los dioses griegos para castigar, perseguir y torturar a aquellos que los ofendian... Creo que en Dungeons and Dragons las llamaban Harpias o Arpias... Torso y cabeza de mujer... Piernas y alas de aguila... O algo asi..."

Con un pestañeo alicaido, casi compasivo, Paso-Gris rompe el contacto visual y se encara con nosotros. Debajo de toda esa pose de chica hastiada y un poco harta de ser la hermana mayor de la imitadora de Amber, parece esconderse una chica inteligente, amable y puede que dulce.

Mi sonrisa se ensancha un poco más ante el elogio e inclino la cabeza para restarle importancia al asunto, aunque la respuesta me deja un poco frio y le resta calidez a mi educado gesto. Involuntariamente, arrugo la nariz en respuesta a la mención de mi mentor.

"Ingles del demonio...  ¿En que carajo te has metido?"

Sigo la mirada que Paso-Gris le dedica a nuestra Galliard, notando algo de extrañeza en su gesto... Como si quisiera aportar algo a la conversación. Y le dedico una sonrisa ladeada, comprendiendo que ha captado el mensaje y que no va mencionar nada de la identidad de Helen... Por ahora.

Justo en ese momento, nuestra invitada suelta la bomba. Mi mandibula se descuelga por el asombro e, inconscientemente, niego con la cabeza muy suavemente, mientras en mis labios se dibuja un ¡¿QUÉ?! que muere antes de obtener voz y voto en aquella conversación.

"¡¿QUÉ?! ¡¡No me jodas!! ¡¿Eve, Helen y Marion son de la famila Harcourt?! ¡¡¿PARIENTES?!! ¡No me jodas!"

Aprieto lo puños para controlar la sorpresa y no revelarla, tratando de prestar atención al relato de su encuentro con la joven Pariente.  Y buscando a toda prisa, de entre los recuerdos de la busqueda que he hecho sobre Helen, la mención a un familiar llamada Eve.

Por desgracia, el repentino tacto de los dedos de Paso-gris sobre mis ensortijados y revueltos cabellos hacen imposible hilvanar cualquier pensamiento lógico. Me pongo tenso, rigido. La falta de costumbre hace que el contacto, el roce amable de unas manos amigas me paralice... Y me electrice.

Notando como se me enrojecen las orejas y como me ruborizo, me quedo muy quieto, mientras escucho, tan asombrado como ella, el relato de como la tal Eve estaba tratando de razonar con servidores del Wyrm de la peor calaña.

En un gesto reflejo, rompo el extraño embrujo tan pronto como los labios de Paso-Gris depositan un suave beso de nada cerca de la comisura de los labios. Aparto la cabeza y agito las manos, como si fuese un crio asustado que nota una telaraña rozandole la cara. Automaticamente me doy cuenta de lo estupido del gesto y veo en el reflejo de sus ojos grises* como palidezco visiblemente.

"Mierdamierdamierdamierdamierda puta..."

Apenas me da tiempo a farfullar una disculpa entrecortada cuando Aletheia lanza su segundo golpe.

"Mierda."

- A ver si lo he entendido bien...- Hablo lentamente, en parte aterrorizado por las monstruosas implicaciones de causalidad cosmica de todo lo que esta sucediendo, en parte para controlar la situación a la desesperada... Una situación potencialmente explosiva... "Como era aquello... ¿Haciendo malabares con motosierras en llamas sobre un monociclo suspendido treinta metros por encima de un foso de pirañas hambrientas? Si todo esto esta orquestado por algún espiritú y damos con él, juro que me va a oir...". Trato de no pensar en ciertos mensajes que ciertas partes de mi cuerpo estan enviando por correo urgente a mi cabezota y, más concretamente, a mi libido.- ¿Habeis rescatado a una Pariente de mi tribu del ataque de unos servidores de Wyrm y estaís haciendo un alto antes de llevarla al Protectorado del Norte? ¿Y esa chica - Porque estamos hablando de una chica, ¿verdad?- os ha dicho que esta buscando a una familiar suya...? ¿A su hermana ó a su prima?

Suspiro lentamente, mientras paseo mi asombrada mirada por una más que divertido Isaac, una Jane desvanecida y una Amber que, espero, este tan alucinada como yo al llegar a una increible conclusión y evitando mirar directamente a la chica que acaba de demoler los pilares de mi mundo... o darles una buena sacudida al menos.

"Oh Dios Mio... No puede ser posible... Es increible... Inconcebible**"

- Si eso es asi, tenemos que daros las gracias y estamos en deuda con vosotras, Aletheia.- Trago saliva con dificultad y decido salirme por lo que creo que es la tangente en todo este asunto. "Tú sabes algo... Joder... Me preguntas por Helen y no por William... Joderjoderjoderjoder...- Con respecto a ella...- Reuno fuerza para mirar directamente a aquellos ojos tan perturbadores y dejo salir al diablillo que llevo dentro.- O mucho me equivoco o en breve será la prometida de mi amigo...- Sonrio timidamente a Aletheia y me atrevo a lanzarle un guiño picaro.-  Pero, para lo que nos ocupa, es una amiga muy querida para mi manada.

Vuelvo a suspirar, porque la siguiente jugada puede salir muy mal.

- Y me parece adivinar que puedes sospechar algo...- Tengo que girarme para seguirla, ahotra que ha centrado su atención en Amber. Un subito arranque de furia hace que me muerda el labio inferior, desconcertado por la actitud de Paso-Gris.- ¿Me equivoco, Aletheia, Philodox de las Furias Negras?

Los malvas de su voz se ven extraños a la luz de la noche. Su confesión, saber que para ella también somos uno...

Me siento tan feliz, es curioso como puede cambiar la vida de uno en cuestión de horas, ayer tan solo era una sombra, hundido por el silencio umbral, y hoy, nada de eso me importa, tan solo estar a su lado.

Y entonces me revela su anhelo de repetir el intimo momento que compartimos en la habitación, mi corazón se acelera, y necesito abrir la boca para que llegue mas aire a mis pulmones, veo sus mejillas encendidas, y deslizo mi mano sobre ellas, cerrando los ojos y acercando mi boca a la suya. Asiento, mientras vocalizo sin sonidos, yo también, te necesito.

Ya no me importa la pregunta que le hice, necesito sentirla de nuevo, saberme suyo, entregarme de nuevo a ella. Además ya no me parece tan buena idea, la están buscando, no deberíamos alejarnos.

Me contengo un instante apartándome de sus labios. Nadie me va a apartar de ti, ni mis hermanos. Necesito ser tuyo de nuevo, ser uno contigo.

Escribo rápido en el móvil. No deberíamos alejarnos tampoco mucho... además, mi lugar favorito se encuentra dentro del Túmulo, y allí quería llevarte.

La miro antes de escribir, que guapa eres. Quiero hacerte el amor de nuevo Helen, necesito perderme de nuevo en ti, no saber donde termina mi cuerpo y empieza el tuyo. Quizás si regresamos al Túmulo... no pueden prohibirnos.

Se me hace un nudo en el estómago al verla renegar de mis dudas. Sus palabras me hieren como puñales en el pecho, me avergüenzan, hacen que me sienta miserable. ¿Lo que yo sentí no fue real? ¡Claro que sí! Pero no deja de ser un sueño, un sueño imposible...

Sí que lo entiendo, Eve... -Respondo a su desconfiada pregunta, otro dardo en mi corazón, cuando expresa en palabras lo que siente por mí en estos momentos- Yo no he estado nunca... Yo... Nunca he sentido nada como esto. Pero me siento igual, Eve, igual que tú... -Confieso, luchando por no hablar directamente de "amor", aunque es lo único que se me ocurre para definir este sentimiento. Veo cómo su mirada trata de evitarme, buscando edificios o árboles con tal de no mirarme directamente- Eve, mírame... -Le imploro, acercándome aún más- Siento lo mismo. Exactamente lo mismo...

Bajo la vista al suelo, avergonzado nuevamente por mi patético origen. Tal como pensaba, ella misma puede recitar su historia, generaciones y generaciones de nobleza. Todo lo que indica un mínimo merecimiento de pertenecer a esta noble tribu es mi imagen, en la que algunos afirman ver algo que yo no logro comprender. Pero en un mundo donde el árbol genealógico es tan sumamente importante, yo sigo con el marcador a cero.

Yo... No conocí a mis padres. -Confieso dolorosamente, apartando la mirada a un costado- Descubrí que era adoptado justo antes de sufrir el Primer Cambio... y de que fallecieran mis padres adoptivos.

De que los matara.

De que matara a los únicos padres que he conocido.

¿P-pidiendo...? -Vuelvo a mirarla, consternado. ¿Cree que estoy pidiéndole algo? ¿Ayuda?- N-no, yo... no p-pretendía...

Pero me la ofrece igualmente. Hablar con alguien, un tal Jonas, tratar de conseguirnos una entrevista. Y todo ello, admitiendo casi a regañadientes que soy, al parecer, importante para ella. Con gesto soberbio me aparta su rostro, exigiendo severamente ver mi forma de batalla. Y la de Will, preguntando si está bien. No puedo evitar sonreír al verla así, con ese porte pedante, el de alguien acostumbrado a impartir órdenes. Casi me recuerda a esa vieja película, "La princesa prometida", en la que ese campesino se enamora de una noble princesa y, siempre que ella le daba una orden, él respondía "como desees". Hasta que ella se dio cuenta de que cada vez que decía esas palabras, quería decir en realidad "te amo".

Como desees, princesa... -Le digo de repente sin pensar, situándome a su lado con el repentino deseo de tomarle la mano. Me retraigo, por supuesto, sabedor de que nuestro contacto traería más de ese torrente de sensaciones incontrolables- ¿Vamos? Ya no queda muy lejos... En el interior de la biblioteca podré mostrarme en esa forma, y conocerás a Will. Y verás a Helen... Podrás cenar algo, y dormir. Puedes quedarte mi saco, si quieres. -Y seguramente este sueño esté un paso más cerca de desaparecer...

Paso-gris se echa a reir a viva voz ante el gesto exagerado de Lex-talionis. Se sienta sobre una mesa y abre un libro cualquiera pasando las páginas sin mucho interés en lo que hay escrito, mientras oye la diatriba atropellada del metis.

Levantó la mirada cuando hablaste de que se estaban prometiendo, pero sobretodo por aquella acusación sobre las sospechas que ella pudiera tener al respecto.

- Estás muy tenso, necesitas relajarte -responde mientras te mira a los ojos, con una pequeña sonrisilla en el rostro- entonces, se van a prometer ¡que guay! me invitan a la boda. Siempre he querido ponerme uno de esos vestidos que utilizan las madrinas y ya de paso nos tomamos unas copas, cliath.

Se baja de donde está sentada, se acerca y se pone delante de Lex-talionis - Ahora sí -responde a secas, encarándolo- hay un espíritu de la estirpe de búho cerca, un búho en el mundo físico que busca la manera de entrar y un philodox nerviosillo ¿tú qué crees?

Entra corriendo, a la estancia sosteniendo las llaves de Tyler de la mano. Jadea, mira a todos en la sala, a Jane, a Amber, al silencioso Libra-esterlina y a Paso-gris parada frente al enano, que de hecho era un metis ¿si no que más?

Pone una mueca de disgusto - Encontramos a la princesilla del demonio en una de las bibliotecas, estaba en un computador y explicándole algo a un nerdcillo de esos que seguro querían ligársela -camina rodeando a Lex-talionis- pero se ha puesto imposible, no me perdona la mentirilla blanca de antes. Así que la he dejado con el playboy, le toca de niñera, joder y Paso-gris tengo que decirte algo que vi... -se cruza de brazos.

- ¿qué coño pasa acá? -pregunta mirandolos a todos cuando comprende que su alfa está con una mirada muy seria frente al enanillo ese.

Regreso al Túmulo con Helen de la mano, de nuevo al entrar siento a los espiritus, pero estos se muestran ahora algo agitados, ¿que sucede?

Bajo las escaleras mirando a todos, sus caras, ¿qué pasa?, de pronto volver no me parece tan buena idea.

Bajo decidido a llevar a Helen a ese lugar del túmulo en el que me encuentro mas cómodo, ese lugar especial que deseo enseñarle desde que llegamos.

Permanezco sentado y en silencio mientras Aletheia sonrie y bromea sobre el compromiso de Will. "La he cagado a base de bien."

De nuevo, la forma de actuar y de responder de la Fostern me tiene desubicado y totalmente fuera de juego. "¿Lo dice en serio? ¿Quiere vestirse de dama de honor y tomar una copa conmigo? En las bodas se liga pero..."

Sacudo la cabeza, tratando de aclarar mis pensamientos. Sin embargo, la indolencia con la que trata los libros de la biblioteca me enerva lo suficiente como para ponerme en marcha y quitarselo de las manos... Sobre todo antes de que Amber ó Jane digan algo fuera de tono.

"Juraria que a Jane se le han crispado los puños y ha fruncido el entrecejo..."

Me pilla con el libro entre las manos, como lo único que me separa de una Furia Negra que empieza a calentarse... "Y no en el mejor sentido."

"Mierda"

Miro a los ojos de Aletheia y claúdico. "No quieres soltar prenda. Respeto eso. Pero no puedo dejar que esto acabe sin luchar..."

Con cuidado, dejo el libro sobre una silla, sin dejar de mirar a la imponente Furia Negra. Mantengo el contacto mientras intento prevenir las reacciones de Amber y de Jane.

- Fostern Paso-Gris.- Trago saliva, en un gesto que me recuerda tiempos pasados... y peores.-  Creo que tienes razón.

"No me acuerdo si lo dice la Letania, pero mentir a tus mayores esta mal, aunque solo sea por educación... Pero... ¿Como sé que puedo fiarme de ella sin provocarla? ¿Y si estoy equivocado y todo es una sorprendente casualidad? ¿Y si Eve y Helen no tienen nada que ver? No puede ser... Es demasiado... Casual..."

La incertidumbre y el miedo a equivocarme traban mi lengua durante unos instantes, en los que trato de mantener la mirada de Aletheia. No quiero enfrentarme a ella, pero tampoco puedo confiar plenamente... ¿O sí?

Noto que me falta el aire y como mi miedo construye una máscara de furia en mi rostro. Estoy asustado. Muy asustado. Oigo ruido y por el rabillo del ojo veo bajar a Will cogiendo de la mano a su chica. Me horrorizo al darme cuenta de que no tengo ni idea de cuanto tiempo llevan alli, ni de lo que han escuchado.

Nervioso, decido susurrar algo, con la esperanza de que solo nosotros lo hallamos escuchado.

Nervioso, decido susurrar algo, con la esperanza de que solo nosotros lo hallamos escuchado.

- Y no sé si eso es un problema.- Apenas pronuncio esas palabras me doy cuenta de que son una maldita gilipollez.- Y creo que sabes que Eve esta relacionada con Helen... O que lo sospechabas. 

Ingresa sosteniendo la mano de Will algo ruborizada, está con una sonrisa bobalicona en el rostro. ¿se le estarán contagiando actitudes del theurge? ¿tan rápido?

Mira al resto y pone un gesto extrañado pero busca los ojos de su novio - Will, vamos... -es ella la que avanza, instándolo a que la lleve donde le ha prometido.

Mi rostro se ha vuelto mas serio, al ver las caras de mis hermanos puedo adivinar que algo esta sucediendo, instintivamente entrelazo mis dedos con los de Helen.

La miro dulcificando la mirada cuando me habla, mientras le asiento a modo de respuesta. Paso decidido, situándome entre Helen y el resto, apenas les dedico una mirada de soslayo.

Nadie va a separarnos.

Me vuelvo de nuevo a Helen, y le hago un gesto con la cabeza indicándole que vamos arriba. Cedo el paso a Helen, y subo detrás de ella.

Riley advierte la llegada de los enamorados, los deja pasar y luego aprieta los puños, no sabe lo que ha pasado pero si entiende las formas corporales, el lenguaje, no le gusta nada la forma en la que el toma el libro de los manos de Paso-gris ni como la mira-  no se lo que pasa, pero no me gusta tu tonito, ten un poco de respeto, bajalo o te parto la puta cara enano, aquí y ahora -acusó violentamente de pronto interponiéndose en un parpadeo entre el metis y su alfa, apenas segundos para cambiar a su forma crinos, lo que delataba que estaba acostumbrada a entrar en contiendas eso y las claras cicatrices que había por su cuerpo.

Entramos en una pequeña estancia, no parece la mas bonita de todas, y a pesar de tener un aspecto que llevaría a pensar que la estancia es fria, resulta mas cálida de lo que cabría esperar.

Una vez dentro aspiro el aire, cerrando un instante los ojos, para abrirlos después.

Una lampara de bronce algo oxidada cuelga del techo, hay estanterías con adornos que parecen haber vivido una época mejor.

Pero en la sala, puede notarse crepitar la energía espiritual muy sutilmente, por eso me gusta.

Una alfombra con los extremos raídos cubre la mayor parte del suelo, y una mesa en un rincón algo mas oscuro, debió dedicarse hace tiempo al estudio, justo debajo de la mesa, es donde gusto acurrucarme en forma de lupus, es alli donde la sutil energía se nota con mas fuerza.

Tras entrar con ella, cierro la puerta de madera.

Escribo en el movil una vez dentro. Helen, ¿quieres que las Musas, protectoras de este Túmulo consagren nuestra unión, como un acto de amor y compromiso? Me siento nervioso, pero se que es el paso que debo dar, siento que hago lo correcto.

Musas, recurro a vuestro amparo y a vuestra tutela. Confío en que sabréis guardar el secreto de lo que en esta sala acontezca, un acto sagrado y puro de amor, de entrega. Entre Helen y yo, y a vuestros ojos quede sellado este acto, como compromiso entre los dos.

Me dirijo entonces a Helen y le tiendo la mano para que me acompañe sobre la alfombra

Los ojos de Helen atraviesan la vieja estancia admirando la belleza de aquel lugar casi abandonado pero encantador a su propia forma. Sintió su piel erizarse nada más ingresar y cuando cerraste la puerta, no pudo evitar sonreír nerviosa, pues su mente ya vaticinaba aquello que habían venido a hacer.

Te ve escribir en el móvil y se acerca para leer, por la expresión de su rostro no entiende muchos conceptos como tótem o túmulo, pero imagina que es algo relacionado a lo que dijiste que era tu experticia. Se ruborizó un poco cuando hablaste de sellar un compromiso, se quedo callada unos instantes decidiendo, pensando en silencio en tus palabras, en lo que implicaría para su vida- Sí, Will -asiente nerviosa, esperaba haberte entendido de la manera correcta y no estar imaginando otras cosas- es una locura, pero estoy segura que quiero estar contigo. Luego... ¿podemos hacerlo legalmente... ? -preguntó apenada, mientras te daba un beso en la mejilla- Así... mis bienes serían tus bienes... -piensa apesumbrada- y podrías ayudarme a decidir qué hacer a continuación con todo eso... -se quedó en silencio otra vez, no quería pensar en la tragedia de su familia, no ahora.

Mirandolo en retrospectiva, la bronca la habia iniciado yo, al dejarme llevar por los nervios. Arrebatarle a Aletheia el libro que habia estado ojeando sin demasiado interes habia sido, como minimo, descortes y maleducado.

Asi que tampoco tenia que sorprenderme demasiado la reacción de una Furia Negra con el impulsivo caracter de Riley Sol-de-la-mañana.

Lo que no conseguí explicar fue la reacción que tuve en ese momento. Porque me eché a reir. Supongo que fue la situación. Parecía sacada de un scketch o de una pelicula de acción vieja, de los ochenta. 

Entran Will y Helen. Nos callamos y les miramos. Nos miran. Murmuramos un par de frase cortas sin dejar de mirarles. Nos mirar, se aprietan el uno contra el otro y aprientan un poco el paso. Cierran la puerta del discreto cuarto de Will.

Y, como si fuese una campana o una señal convenida, la Furia Negra ruge un desafio y se interpone entre mi y su alfa, transformada en una maquina de matar de mas de tres metros y ciento cincuenta quilos en canal de puro musculo.

Supongo que no quedaba otro remedio...

- Jajajajaja... Ay que... jajaja... Ay, mi tripa... Jajajajajajaja... Que me da... Quejajajajajajajajaja... Espe... jajaja... esjajaja... espera un...jaja... Ay... argh..jaja...haha... Buf...Jaja..Espera un momento...- A duras penas consigo recuperar el aliento. Soy consciente de que la situación es explosiva y de que pronto, además del olor a pelo y a almizcle de Riley, voy a saborear el olor del pelo y del almizcle de Jane o de Amber mezclado con el olor de los libros viejos y las estanterias aun más vetustas.- Espera un momento, por Dios, Riley...

Cierro los ojos, mientras trato de controlar el ataque de histeria, el aliento y, como más dificil todavía, la dignidad. Mantengo las manos alzadas, en ademán conciliador, porque ahora mismo, hasta un niño de seis años me podria soltar una par de dientes. "Suerte que soy un Philodox... Si hubiese cambiado mi auspicio, ahora mismo podria estar saboreando mi propio almizcle, mi sangre o mi pelo..."

- No lo entiendes...- Me inclino un poco hacia adelante, palmeandome las rodillas, sorprendido por tener todavia rodillas que palmear. A pesar de todo, trato de hablar en voz baja, en parte porque me duele la tripa y en parte para no molestar ni a los espiritús del Túmulo ni a la feliz e inconsciente pareja que se ha perdido para disfrutar de un poco de paz, amor, tranquilidad y fantasear un poco, con la ayuda de Las Musas, con una vida juntos.- Riley Sol-de-la-mañana, es un placer conocerte... Y, como estaba a punto de comentarle a tu alfa...- Mi tono de voz se torna venenoso, a la vez que la miro de medio lado y una siniestra sonrisa deforma mi cara.- El hecho de que el nombre de Aletheia evoque cierta relación con espiritú de un animal tradicionalmente relacionado con la sabiduria de la diosa Atenea me resulte, aqui y ahora, particularmente interesante... porque creo que vuestra Eve esta buscando a nuestra Helen.

"Ya esta. Soy un Judas."