Partida Rol por web

Villderay esta mañana se levanto en silencio como cada dia desde la muerte del Virrey Alandriel. Los cuerpos de seguridad del virrey continuan con las investigaciones sobre las desapariciones y las patrullas continuan rastreando los alrededores para ver si dan con algun indicio que les pueda llevar hasta dar con los 4 extranjeros que llegaron al pueblo. Pero de momento, a excepcion de una patrulla que aun no ha vuelto, el resto de patrullas vienen con las manos vacias. En el pueblo la gente no para de rumorear y hacer conjeturas sobre que ocurre, si esto es cosa de Lord Azrael, si son los poderes oscuros los que tienen la culpa de todo lo que ocurre o cualquier chisme por absurdo y disparatado que sea.

Trabajar para la secreta era lo peor, pero al fin y al cabo la otra opción era morir, asi que...

Se dirigía a una de las casas en las que tenían su organización los secretas.

¿Qué esperarían hoy de él?

Mucho hablar, poco rajar pensaba mientras entraba en el cuartel

Entras al cuartel de la secreta y ves a un miembro de la secreta, que su cara te suena. Desconoces su nombre porque no lo habras visto mas que un par de veces. Al verte, con la velocidad de un rayo te esta apuntado con una ballesta cargada.

- Identificate

A mi no me apuntes con eso!! Le enseño la plaquita que me identifica como un miembro más de la "agencia". Yo soy Tuk, ¿y tu?

No había desenfundado su arma, tan solo le miraba bastante cabreado, pero el punto sadico que tenían los ojos del trasgo hacia que eso bastara para no estar tranquilo junto a él.

El hombre baja la ballesta y de una patada te acerca una silla. Con un mal gesto te indica que te sientes.

- Ithilmar.- Añade.- Toma asiento, el cabecilla de este piso franco creo que tiene algo entre manos y para variar nos toca a nosotros hacerlo.

Miro la silla que tan bruscamente me ha pasado. Estoy mejor de pie.

¿Y me vas a decir lo que es o voy a tener que esperar mucho más? La actitud de Tuk siempre era bastante cascarrabias, aún más cuando estaba a disgusto en un sitio.

Antes de que te de tiempo a contestar la puerta se abre tras de ti. Una especie de hombre, aunque mucho más feo y muchisimo mas robusto que el resto de hombres que has visto en tu verde vida. Su voz es cavernosa y seca y su cara es una expresion del cabreo. Sobre el pecho luce un simbolo como el vuestro, pero va adornado con multitud de detalles lo cual denota su alta posicion en el escalafon social de los secretas.

- ¿Quienes sois? - Es todo lo que dice

El simbolo que llevaba en el pecho indicaba que era un superior. Tuk debía mostrarse sumiso...todo lo que podía, que no era mucho. Lo hacía solo porque sabia que era la mejor forma de sobrevivir no porque ese hombre le infundiera ningún respeto.

Soy Tuk. Hizo una pequeña pausa para mirar al hombre de arriba a abajo. ¿Tu nos diras el trabajo que hay que hacer?

El hombre contempló al descarado goblin que le hablaba. Con facilidad podria aplastarlo de un solo golpe, pero le daba lo mismo, ademas se mancharia la ropa.

- Id vosotros dos a buscar a una elfa cultista de la Orden Eterna. Es peligrosa. Apañaos como querais.

Os entrega la direccion y antes de pasar a una habitacion de la casa se gira y os dice :
- La quiero aqui antes de medio dia.

El superior no tardó mucho en marcharse por donde había venido. El trasgo se quedó un momento mirando la puerta, como esperando que volviera a aparecer.

Tras la breve pausa se giró hacia su compañero.

No ha dicho nada de como la quiere...supongo que muerta, ¿no? ¿Tú sabes donde puede estar el cadaver?

Tuk hablaba de matarla con la mayor naturalidad del mundo, como el que cuenta un chiste.

- Pero que tonto eres estupido trasgo, nos ha dado la direccion. Vayamos a por ella. - Y tras decir eso se pone en camino hacia la dirección que el superior les dijo.

Le había insultado...hizo un esfuerzo por aguantarse...y tras unos segundos consiguió serenarse. En otras circunstancias habría apuñalado al mamarracho que le había tocado por compañero.

Así que lo habia apuntado en ese papel... en sus palabras había un leve tono de sorpresa.

El humano se puso ya en marcha y Tuk le siguió con una sonrisa. Iba contento, al fin y al cabo no le había negado que pudiera matarla.

Llegais a la dirección. Es una casa un poco mas alejada de las casas de Villderray. A pesar de que ninguno de los dos sois hermanitas de la caridad, podeis sentir una incomoda sensacion. Un gran mal que emana de la casa. En parte os sentis un poco acobardados.

- Es aqui .- Dice tu simpatico compañero

Como cada dia dedicas una parte del mismo a tus oraciones a la Orden Eterna. Es un dios caprichoso que cuando pide un sacrificio ha de ser entregado. Normalmente con alguna criatura muerta sirve, no hace falta andarse con exquisiteces como con otros dioses que andan pidiendo cosas mas extrafalarias.

Algo te saca de tus oraciones y de tu concentracion. Te sientes un poco frustrada contigo misma, al menor ruido has perdido la concentracion. Pero canalizas tu furia con lo que te ha causado esa frustracion. Oyes una voz que dice

- Es aqui

Lunalin viéndose interrumpida en sus oraciones diarias se dirige hacía los entrometidos canalizando su mal humor:

- ¡Quien osa interrumpir a Lunalin, clérigo de la Orden Eterna, en su hora de sacrificio diario! - grita Lunalin mientras coge su maza ceremonial y sale al exterior a recibir a sus visitantes.

La mujer desprendia una sensacion extraña que daba un poco de miedo.

Puede que Tuk fuera violento y arrojado, pero no era estupido.

Pues acaba con lo que estabas haciendo, nosotros solo queriamos que nos acompañaras a ver a nuestro jefe.

Lunalin mirando al trasgo con desprecio:

- Deberías mostrar un poco más de respeto, trasgo - dice acentuando la palabra trasgo como para enfatizar la diferencia de raza - ¿Quien es vuestro jefe y que desea de mi?