Partida Rol por web

El tajo de Jacklin impactó de lleno en el bandido, haciéndole un buen corte en el pecho por el que le empezó a salir bastante sangre. El bandido y sus compañeros, cabreados por aquel ataque, golpearon de vuelta. El bandido herido contraatacó a Jacklin, fallando por el dolor de su herida, mientras que el otro bandido junto a él, no lo dudó y golpeó a Khya en la cabeza con el mango de su espada. Sin embargo, el bandido que se encontraba junto al jefe avanzó corriendo contra Cranberry, que era la más cercana, con la espada adelante. Cranberry no logró esquivarlo, recibiendo un buen impacto en el hombro, haciendo que gritara de dolor.

Las cosas se salen un poco de control y no tengo muy claro que debo hacer, nunca me han gustado las peleas pero tengo que defender y no ser una carga para los demás. Asi que saco mi arco e intento alcanzar con una flecha en la pierna a quien esté más cerca, no quiero matarlo, solo que caiga al suelo para así poder escapar cuanto antes. Pero antes de que pueda hacer nada me llevo un fuerte golpe en la cabeza y algo aturdida caigo al suelo.

¿Qué acaba de pasar?

Intentando no desmayarme saco la daga de entre mis ropas e intento clavársela en alguna de las extremidades inferiores a quien me ha atacado...
 

Tras ver como se desarrollaba la pelea, era hora de replantearse los objetivos al ver como el bandido que cubría al jefe había herido a Cran de gravedad.

- Oye tú!! Qué tal si te metes con alguien de tu tamaño! – Grité en dirección a los dos enemigos que teníamos enfrente.

Y esta vez, asegurándome de apuntar bien, solté otro flechazo en dirección al bandido que tenía Cran encima con la esperanza de captar su atención.

El jefe de los bandidos pareció ponerse nervioso ante su contraataque. Los golpes de los viajeros lograban impactar en su objetivo y los tres bandidos parecían heridos. Todos a excepción de su jefe.
-¡Mierda! ¡No me digáis que estos mindundis os pueden!
Ante los nervios, el jefe casi no lograba colocar su flecha para lanzasela a Ed, y cuando por fin lo logró, la flecha salió completamente desviada entre los árboles del bosque.

Mi intento de ataque habia errado y, por desgracia uno de los bandidos arpovecho mi defensa abierta. Casi no vi el golpe llegar, pero el metal cortando el cuero y costado hizo de buen mensajero. No era ni mucho menos un golpe flojo, inicialmente lo notado como calor empezó a sentirse frio.

Dude durante un instante, si dejaba que aquello sangrara mas estaría en problemas, mi mano izquierda envolvió mi vientre y se situo en la herida. Mis labios se abrieron levemente recitando algo. Mi concentración no era muy buena, pero al menos eso frenaría el sangrado.

Todo estaba ocurriendo muy rápido y los malnacidos habían atacado a Khya y Cran, Ed ya estaba protegiendo a Cran y yo había prometido que no dejaría que le pasara nada a Khya así que era mi deber ocuparme de ese bandido pero no podía dejar a lque me atacaba a su aire tendría que acabar con el rápido para luego ir a por el otro. Lancé una torpe estocada debido a mi preocupación por Khya que seguramente no sería muy dañino y me muerdo el labio inferior por mi propia debilidad.

-Escuchadme bien, no soy ningún mequetrefe. Mi nombre es Jacklin Grayheart y me voy a convertir en un caballero conocido en todo el mundo, os diría que lo recordarais pero es irrelevante porque todos vais a morir aquí por atacar mi grupo y ser tan insensatos como para pensar que solo uno de vosotros es suficiente para pararme. Ni los tres juntos seríais capaces de matarme. Pero podéis intentarlo -dije con una media sonrisa intentando atraer su atención sobre mi y servir como escudo a mis compañeros

Los bandidos parecían estar alterándose por la cantidad de heridas que estaban recibiendo y su jefe no parecía ayudar. El flechazo que recibió uno de ellos hizo que cambiara su objetivo y en lugar de atacar a Cranberry, atacara a Ed, que lo esquivó con gran agilidad. Mientras tanto, los gritos de Jacklin para atraer al otro bandido fueron en vano, y por su despiste recibieó un pequeño corte en el brazo del bandido que estaba frente a él. Entonces el bandido se dispuso a rematar a Khya, que todavía se encontraba en el suelo. No tenía escapatoria, y su golpe iba a ser mortal, así que decidí intervenir. Con mi forma de pájaro me abalancé sobre el bandido, picoteándole en la cabeza, haciendo que se distrajera y fallara el golpe.

Cuando justo pensaba que mi vida iba a acabar allí, en una triste pelea con unos bandidos de poca monta Lephisto aparece y salva mi vida, apenas si le veo, pues tenía los ojos cerrados porque sabía que de esa no podía huir por más que lo intentara.

- Gra... gracias - es lo único que conseguí articular, pues estaba muerta de miedo y no podía moverme, de no haber sido por él yo ya no estaría allí...

Observo a los demás, seguimos en problemas, y no creía que pudiese volver a ayudarnos, asi que intento tranquilizarme para poder levantarme del suelo y contraatacar, tengo que ayudarles, cueste lo que cueste. Asi que saco la daga que llevo escondida en mi cuerpo e intento asestarle un golpe mortal al que casi lo hace conmigo.

Aunque lo bandidos eran bastante lentos y fáciles de esquivar, parece que la larga caminata que llevábamos encima y el golpe que nos llevamos Jacklin y yo con la trampa estaba haciendo estragos en nuestra forma de combatir.

El frente de la batalla estaba más o menos controlador, no me era muy difícil esquivar a ese bandido, y parece que su líder tampoco estaba acostumbrado a luchar con gente experimentada y los nervios le estaban jugando una mala pasada… tras un pequeño salto lateral para esquivar un espadazo, vi de reojo la escena que se produjo delante de Khya, momento que aprovecho para asestar una puñalada a su bandido. Quizás si acabamos con alguno de ellos… o al menos incapacitarlo… Di otro salto para mantenerme en movimiento, rodando incluso un par de metros por el suelo y aprovechando la inercia al levantarme para sacar una flecha y disparar a la pierna del bandido que atacaba a Khya.

La flecha atravesó la pierna del bandido, el cual cayó al suelo por su propio peso, empezando a desangrarse. El jefe se puso nervioso y ya no sabía como reaccionar. Sus flechas no paraban de fallar y no conseguían ni acercarse a Ed.
-¡Va...vamos, acabad con ellos!

Poco a poco note como mi herida se cerraba, o mejor dicho dejaba de sangrar. Solte un pequeño suspiro de alivio al ver como el ave aparecia y salvaba a Khya, pero aquello me hizo darme cuenta de que era golpear o morir.

En mi intento anterior me había dado cuenta de que el jefe era demasiado agíl como para que yo pudiera golpearle, así que agarrando con fuerza la empuñadura de mi cuchillo me lance contra uno de los bandidos que andaban cerca. Me hubiera gustado golpear al mismo que me había herido, pero en aquel momento aquello no me importaba. Y pensar que si hubiera sido algo mas convincente hubiera podido evitar aquella pelea…

Durante ese momento de despiste mir rival aprovecho para golpearme, realmente tendría que quitármelo de encima para poder ayudar a los demás así que sabiendo que debería estar en las últimas con los dos anteriores golpes me dispuse a finalizar ese enfrentamiento. Agarre mi espada con ambas manos y lancé un tajo descendente pero en ese momento sentí una punzada de dolor en el último corte recibido el cual hizo que mi ataque perdiera fuerza. Me sentí totalmente patético por dejar que algo tan pequeño me afectara de esa manera. Ese bandido me estaba durando demasiado tiempo debería haber acabado con el como mínimo en este golpe no podría seguir perdiendo el tiempo mientras Khya y Cran estaban en grave peligro, si les pasara algo nunca me podría perdonar que las perdiéramos por mi culpa. Encima mi intento de provocarlos había resultado inútil pero no podría dejar de intentarlo.

-Llévate a tu compañero aún puedes salvar su vida y la tuya. ¿Realmente vale la pena que mueras aquí bajo las órdenes de esa persona? ¿En serio lo crees?

Ese iba a ser mi último intento de hablar con ellos si esto tampoco funcionaba solo me quedaba dar fin a sus vidas lo más rápido posible. 

Tras ambos cortes de Cranberry y Jacklin al bandido, éste acabó cayendo al suelo, inconsciente. Solo quedaba uno y su jefe. El jefe no hacía más que gritar insultos hacia sus propios compañeros y eso no hacía más que poner más y más nervioso al bandido restante. Ante tal situación, finalmente decidió atacar con todo a Ed que, por sus heridas, falló miserablemente y se quedó completamente expuesto.