Partida Rol por web

Asentí con una ligera sonrisa dibujada en el rostro, sabía de sobras que no teníamos tiempo que perder pero quizás esa pequeña pausa nos ayudase a ver las cosas con otra perspectiva. A fin de cuentas, lo que estábamos haciendo no era muy distinto de cazar y si algo había aprendido de mi padre era que actuar sin pensar, por lo general, era contraproducente, y quizás no habíamos arriesgado demasiado con lo del ayuntamiento... si el alcalde hubiese llegado con nosotros dentro de su despacho, ahora mismo estaríamos haciendo compañía a Jacklin.

- Claro, nos vemos aquí en un rato - informé a la granjera mientras me giraba hacía Khya y la pequeña. - ¿te vienes con nosotros? - pregunté a la joven hambrienta... aunque no me convencía la idea de que se juntase con nosotros, seguro que a la hija de Railey le haría ilusión el tener más gente con quien jugar.

-Eso nadie lo sabe...- respondió el sacerdote, cruzándose de brazos con una mueca en su rostro.- Solo se sabe que trataba de lograr la paz en el extranjero. Sin embargo, los métodos utilizados, todo el mundo los desconoce.

En aquel instante, la mujer que estaba inconsciente, comenzó a moverse un poco. Parecía estar soñando con algo, bastante alterada. Hasta que de pronto abrió los ojos y se incorporó levemente, llevándose la mano a donde le habían apuñalado previamente y quejándose de dolor, volviendo a tumbarse, apretando los dientes y cerrando los ojos. El sacerdote rápidamente se levantó y se dirigió a ella para comprobar su estado, pero parecía que solo era el dolor que todavía sentía. Tendría que descansar más rato.

Tras aquella conversación, el tiempo pasó, todavía conversando sobre aquellas injusticias que había en el país. La gente separándose de sus familias por una guerra inútil y su rey avaricioso. Hasta que finalmente la luz se comenzó a ocultar.

-Es raro que todavía no haya venido para hablar sobre la fuga... ¿Le habrá pasado algo a mi señora?- Phia parecía estar algo preocupada.- Bueno. No es momento de preocuparse. Vamos a tratar de hacer nuestro plan. Distraigo al guardia y tratas de quitarle las llaves. ¿De acuerdo?

Entonces Phia se puso a gritar. Tras unos cuantos segundos, la puerta del pasillo se abrió y un guardia entró, bastante enfadado, para ver que sucedía.

-¡Sacadme de aquí! ¡No merezco estar aquí!

-¡Cállate, mujer, si no quieres que te calle yo!

Akiyama también acabó aceptando ante la petición de la granjera, pidiendo también comida para su compañera y Railey se marchó a vender su mercancía dejándoles junto a su hija. Los cuatro juntos pasaron una tarde algo entretenida mientras jugaban con la chica por la plaza. Mientras tanto, Ed y Khya descubrieron que Akiyama y Aiki, su compañera, venían también del mismo continente que ellos, y que tuvieron que bajarse en esta isla debido a la gran cantidad de piratas surcando los mares. Y Akiyama pudo descubrir que Ed y Khya venían con un compañero, llamado Jacklin, que había sido inculpado por unos bandidos y el propio alcalde de secuestrar a mujeres. Ahora se encontraba preso en la cárcel, junto a la sirviente de Lady Ven, la cual había sido inculpada de robar. Parecía que el alcalde no era trigo limpio y por eso se disponían a liberar a su amigo, la sirviente de Lady Ven, y de encontrar pruebas contra el alcalde. Sin embargo no iba a ser nada fácil.

Cuando casi era de noche, Railey finalmente regresó con el carro prácticamente vacío. Al llegar les entregó una bolsa llena de comida a cada uno, dándole a Akiyama uno extra.

-Aquí tenéis. Cada uno tenéis suficiente para un día. Muchas gracias por entretenerla.

- cuidado - decía en tono suave, reacomodando la cabeza de la afligida en su regazo. No quería que por ir con prisas desfalleciera de nuevo.

Posó su mano en la cabeza de ella sonriendo, que despertara era un alivio - no te preocupes, te ha caido una guardaespaldas enviada por el santuario - decxía haciendo referencia al lugar en el que se hayaba. No le quería forzar a hablar, perdería que se recuperara suficiente como para hacerlo por si misma.

- cuando te recuperes, te haré algo rico, con los ingredientes que encuentre, aunque me gustaría saber las circunstancias que te han llevado a esta situación...

El tiempo pasaba, seguíamos hablando pero ya no era con el mismo interés por mi parte, hasta que menciono que ya era tarde. ¿Cuanto tiempo había pasado? Aquí dentro perdías totalmente la sensación del tiempo. Teniendo en cuenta la preocupación de Phia no me parecía mal empezar ya el plan aunque aún no tenía muy claro como le iba a robar las llaves al guardia. Pero no tuve tiempo para darle muchas vueltas, Phia grito, el guardia se enfado y vino para hacerla callar.

No tenía mucha mas opción así que trate de alcanzar las llaves estirando la mano entre los barrotes, estaba lejos tendría que hacerlo bien... Sorpresa, no lo hice bien. Cuando con un dedo estaba tocando las llaves perdía el equilibrio me resbalé y en lugar de agarrar las llaves agarre los pantalones del guardia. Fue un momento incómodo, yo le miraba, el sabría mis intenciones y no podía hacer prácticamente nada.

- Gracias a ti Railey, nunca podremos pagarte todo lo que has hecho por nosotros – agradecí a la granjera que tanto había echo y continuaba haciendo por nosotros. Luego miré a Khya directamente a los ojos – supongo que ahora es nuestro turno – le dije mientras mordía una zanahoria que acababa de sacar de la bolsa.

Luego, ya habiéndome despedido de Railey y su hija, me junté de nuevo con mi compañera y Akiyama – Se está haciendo tarde… ¿aun quieres ir a ver a Jacklin o empezamos con el plan? – pregunté empezando a notar la presión del momento – ¿Y vosotras? ¿Ahora que conoces la historia, vais a ayudarnos? – pregunté esta vez a la ya no tan desconocida con la que habíamos podido conversar mientras cuidábamos a la pequeñaja.

Se estaba haciendo MUY tarde y yo ya no sabía que hacer.

- No sé que será mejor, bueno primero - digo mirando a la chica - ¿vas a venir o no? Porque eso lo cambia todo.

Quizás estaba siendo un poco borde, pero la situación, las circunstancias, me estaban matando por dentro, solo quería que volviésemos a estar todos juntos, como al principio, solo eso, y cada vez parecía más y más lejos...

En el momento en que Jacklin agarró los pantalones del guardia, éste le pegó un manotazo para soltarlo y se alejó de las celdas.

-¡Maldito ladrón! ¡Chicos! ¡Tenemos un alborotador!

La puerta volvió a abrirse y entraron otros dos guardias. Entre los tres abrieron la puerta de la celda y apresaron de nuevo a Jacklin para sacarlo. Entonces escuchó la voz de Phia.

-No te resistas. Será peor.

Los guardias comenzaron a llevar a rastras a Jacklin hasta un pasillo cercano y, tras abrir una puerta de hierro, pudo comprobar que se trataba de otra celda, pero sin ni siquiera ventanas. Lanzaron a Jacklin a su interior al suelo y una de ellos le pegó una patada en el costado. Entonces los tres se retiraron y cerraron la puerta, dejándolo por completo a oscuras.

Antes de que la chica respondiera, la puerta de la iglesia se abrió de nuevo. Akiyama regresaba junto con los dos chicos de antes y parecía que traía algo de comida de granja. Entonces, tomando un pequeño descanso, explicaron todo lo ocurrido a Aiki. Parecía ser que el alcalde se aliaba con bandidos y había detenido al amigo de los chicos, acusandolo de secuestrar a mujeres que los propios bandidos secuestraban. Además, a la sirvienta de la noble, la habían acusado de robar, por lo que entre todos querían sacarlos de la cárcel y encontrar pruebas contra el alcalde.

Akiyama dijo que debía de decirselo a su compañera, por lo que regresaron para contar todo rápidamente. Contaron el motivo de querer sacar a su compañero de la cárcel y la sirvienta. Además de que la noble ya parecía despierta pero reposando. Y además había que buscar pruebas contra el alcalde.

-Por favor. Id a la cárcel. Dije que iría para hablar con Phia. Para ayudarle a salir.- dijo débilmente Ven.

- Tranquila Ven, tu descansa y ahora iremos ha hablar con Phia – tranquilicé a la joven dama y aunque por fuera parecía calmado, mi interior era todo un caos. Por un lado me sentía decidido de ir a por todas, colarme en el despacho del alcalde y encontrar las pruebas necesarias para que pagase por sus actos. Por otro lado, notaba la presión de que la vida no solo de Jacklin, sino la de Ven dependía de nosotros. Y aunque el breve contacto con Railey me había ayudado a estar mas decidido, también me había recordad que hasta el momento habíamos fracasado en lo que le prometimos.

Aún así, intenté forzar una falsa sonrisa antes de ponerme de nuevo la capucha que me había quitado hacía un buen rato… era el momento de ponerse serios y actuar.

Aiki vio la llegada del grupo, había reunido la información posible, pero aún no sabía que podía hacer, no quisiera dejare sola a aquella chica, pero el santuario debería servirle des cobijo por el momento.

- pide unos hábitos por el momento - decía en voz baja esperando que aquello le escondiera de posibles atacantes que aun le buscaran - ¿tenéis algún plan? - tras ayudar a sentarse a la muchacha, palmeó el regazo que le estaba sirviendo de cojín para despertarlo por si lo pudiera tener entumecido.

Miró a la condesa sonriendo - más tarde deberías decirnos que puede provocar que te busquen los cuchillas, aunque visto lo visto, qyuizas sean también cosa de ese alcalde...

Bueno, parecía que al menos una de las chicas había entrado en razón, bien por ella.

- Pues la verdad es que no paran de suceder cosas que nos han impedido trazar un plan, así que cualquier sugerencia es bien recibida. Lo único que hemos visto es una ventana donde el alcalde que quizás en plena podamos atravesar para entrar e investigar a ver que se cuece.

Y a parte de eso, no tenía ni la más remota idea de como poder entrar en la cárcel.

Podría haber tratado de hacer algo mas pero ya era tarde y poco o nada era posible ahora. Mi intento fallido alerto al guardia por lo que llamo a sus compañeros y decidieron llevarme a una celda mucho mas aislada donde ni siquiera tendría luz. Trataba de caminar mientras tiraban de mi pero debido a la forma en la que lo hacían no me era posible, en lugar de eso tan solo me apoyaba de vez en cuando sobre mis pies antes de caer nuevamente.

Una vez en la celda me tiraron e incluso uno de ellos me pateo haciendo que tuviera que reprimir las ganas de emitir un quejido por el dolor. ¿Ahora que? ¿Tan solo podía esperar a ser juzgado? El como cada persona se enfrentaría a una situación como esta variaría mucho dependiendo de cada uno en mi caso tanteé para ver donde estaban las paredes y cuanto espacio tenía ¿El porque? Pues curiosamente para ejercitarme, era la mejor forma que tenía para desestresarme y dejar que el tiempo pasara, al fin y al cabo tampoco tenía muchas mas opciones.

- ¿Hay alguien con el poder suficiente que pueda respaldarnos si damos una acusación directa? quizás responsables de seguridad ajenos a aquel hombre pudieran acceder a su despacho y buscar pruebas sin tener que actuar ilegalmente...

- Creo que no hay tiempo para eso - respondí a Aiki - la vida de dos personas corre peligro si no hacemos algo esta noche - aunque ha decir verdad, no sabíamos hasta que punto podíamos confiar en la justicia o hasta donde llegaba la corrupción y la influencia del Alcalde. Pero en ese momento, el nombre de Furr cruzó por mi mente... quizás fuese porque con el poco tiempo que habíamos estado en la isla, él era la persona más influyente que habíamos conocido.

- Exacto, podéis venir o no, sabemos que no es vuestra lucha - cogí mis cosas y busqué una capa o algo en lo que cubrirme para que se me viese lo menos posible a lo largo de la noche.

Camino hacia la puerta y pongo la mano en el pomo.

- ¿Quién se apunta?

Antes de que se marchara ninguno, Ven de nuevo intervino.

-Yo conozco una forma para llegar al exterior de las celdas sin ser detectados.

Entonces Ven les contó como por la zona de la prisión, que está rodeada de los muros del pueblo, por la parte trasera se puede saltar el muro gracias a un árbol del bosque bastante alto. Sería fácil entrar, pero salir sería lo complicado. Y por esa zona no solían hacer patrulla los guardias.