Partida Rol por web

El contrato del archiduque draconido 4

Capitulo 0: El pueblo de Liberta

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24/09/2011, 22:53
Director

Muchos años han pasado desde el fin de la Ultima Gran guerra y ha habido poco trabajo por estas tierras para aventureros como vosotros, habeis subsistido como habeis podido; como escoltas de caravanas, guardaespaldas personales, vigilantes de caminos, etc. Incluso habeis puesto vuestra espada a sueldo y os habeis inscrito en la casa Canith (una especie de bolsa de empleo para aventureros)en una de la ciudades mas grandes del reino pero las respuestas han sido pocas.Pero las cosas cambiaron con la llegada de una carta para cada uno de vosostros en ella os relataba las nuevas de un interesante quehacer .Como punto de inicio se os ha citado a 6 aventureros para formar un grupo en la taberna del dragon durmiente en el pueblo fronterizo llamado Liberta con el bosque negro .  
 

Notas de juego

Nota : os habeis fijado en el paralelismo? ;) bien , pues ahora os toca interpretar a vosotros; teneis que relatar con todo lujo de detalles vuestra llegada a Liberta; utilizad la imaginacion y ser lo mas descriptivos posibles no me importa si describis que llegais en caballo, carruaje o teletransportados mientras utiliceis la imaginacion y seas lo mas descriptivos posible y depaso aprovechad he intentad interactuar con el medio y los personajes que ya hayan llegado

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24/09/2011, 23:36
Flinck Turin "Cerrojo"

Empezaba una jornada más en la tienda. El día anterior había tenido un par de ventas interesantes, un par de mercenarios habían comprado un par de espadas nuevas. Abrí la puerta y ordené todo un poco, antes de abrir. El sol empezaba a iluminar con sus primeros rayos la tierra, mientras amanecía lentamente.

Pasé a la trastienda comprobar que todo estaba en orden: las piezas aún por terminar, una pequeña forja, con su chimenea, el viejo yunque; en general todo lo que podría esperarse de un herrero, pero había más cosas: frascos con extraños líquidos, pergaminos con extrañas runas, hojas de metal con grabados y herramientas especiales. Aún estaba perfeccionando ese extraño arte que pocos conocían.  Llegaría el día en el que podría crear los objetos más interesantes y poderosos, estaba convencido de ello, pero aún quedaba mucho.

Rápidamente, limpié un poco el polvo y terminé de recoger algunas cosas que había dejado por medio anoche: había intentado aplicar mis conocimientos de Artífice sobre un par de ganzúas, pero éstas acabaron saltando en pedazos cuando les apliqué ese rito. Tendría que perfeccionarlo más adelante.

Cuando estaba a punto de abrir, me fijé en algo que no había observado al entrar. Al lado de la puerta había un sobre, como si alguien lo hubiera colado por la rendija inferior de la puerta. Parecía un sobre normal, algo mejor de lo normal, pero tampoco nada especialmente destacable. Un lacre rojo con un sello desconocido lo mantenía cerrado.

Cogí la carta y eché el cerrojo a la puerta del establecimiento. Quien sabe; hay cosas que es mejor que nadie vea. Es algo que había aprendido a fuerza de bien, tras mis experiencias con la Mano Azul. De hecho, durante un momento dudé que fuera algo relacionado con ella. Mis ojos leyeron rápidamente el contenido y a cada línea que pasaba sostenía más fuerte la carta.

Me fijé en la caligrafía y la carta para buscar algo llamativo. No podía; la idea de una aventura me llenaba la mente y dispersaba el resto de mis pensamientos. Hacía mucho que no recorría El Camino, tal como había hecho hace años, hasta que mi maestro Harold me encontró…

Releí la carta un par de veces más y empecé a dar vueltas alrededor de la tienda, y mientras  meditaba sobre el asunto mis dedos jugueteaban nerviosamente con un par piedrecitas brillantes.

¿Podría ser una trampa? ¿O realmente era algo urgente? Realmente el viaje podría ser una excusa para visitar dicha región y más allá de esa extraña misión, podría investigar en Liberta y sus alrededores más información acerca de mis artificiosos conocimientos.

Ese pensamiento me tentaba intensamente, más aún sabiendo que ya casi había agotado todo el conocimiento sobre el tema en mi ciudad, Falcon Gris. ¡Decisiones rápidas! Así es como uno debe actuar. A veces un cerebro brillante debe estar guiado por un corazón caliente y aventurero.

Sin pensarlo mucho más, decidí realizar el viaje hasta Liberta y llegar hasta el quid de la cuestión en el Dragón Durmiente. Preparé las cosas a lo largo del día y una vez caída la tarde noche visité a mi maestro.

Le comenté mis intenciones y un brillo nostálgico recorrió sus ojos. Supongo que al fin y al cabo, él sabía que la Aventura volvería golpeando a mi puerta cualquier día de estos y que yo respondería a su llamada. Me dio su beneplácito y discutir la idea, acordamos que se haría cargo de mi negocio, al menos hasta mi llegada.

De esta forma, y con mis asuntos arreglados, pude partir hacía Liberta. Iría a pie, como antaño, sintiendo el suelo bajo mis botas. Llevaba mis herramientas básicas, así como algo de comida y ropa y toda clase de pertrechos necesarios. No salí de mi tienda sin coger una de mis espadas. Quien sabe que podría encontrarme en el camino.

La oscuridad sumía la ciudad en una negra calma. Caminé rumbo a Liberta y cuando me alejé ya cientos de metros de Falcon Gris giré la cabeza y pude ver mi ciudad bañada por la luz de la Luna. Una luna llena, brillante pero mortecina iluminaba tenuemente mi ciudad mostrando así un mar de reflejos grisáceos. Fue entonces cuando entendí plenamente porque la llamaban Falcón Gris. Giré de nuevo la cabeza hacia el frente y proseguí mi camino.

___________________________________________________________________________________

Un par de semanas más tarde, mi objetivo se encontraba muy cerca. El viaje no había sido muy duro, ya que apenas había sufrido inclemencias temporales ni había tenido mayores altercados que los de dejarme llevar por el aroma de los flores o el murmullo de los árboles.

Tras un largo rato caminando en aquella jornada, me pareció avistar lo que deduje que sería Libertad. Aceleré el paso. Notaba como mi corazón empezaba a latir más fuerte a cada metro que me acercaba. Las pocas gentes que me encontraba se sorprendían al ver a alguien de mi talla, con semejantes pintas por aquellos lares. No obstante un campesino con el que hablé me confirmó que me encontraba en Liberta.

La alegría del viajero que llega a su destino me embargaba. Correteaba por la ciudad, escurriéndome entre las gentes, oliendo los aromas del pequeño mercado, tocando la rugosa piedra de las sencillas casas, todo ello en mi frenético camino hacia la posada.

Hasta ese mi momento mis ideas primigenias sobre el posible peligro que el viaje podría entrañar había sido casi inexistentes debido al propio júbilo de emprender un viaje, pero fue en ese momento cuando volvieron a mi me mente esas ideas y el espíritu juvenil que guiaba mis brincos desapareció casi de súbito  y fui sustituido por un fuerte sentido del peligro.

Mi paso se ralentizó y mi vista volvió a su frenesí habitual buscando cualquier indicio llamativo. Ciertamente mi relación con la Mano Azul me había vuelto más precavido en ese aspecto y ahora rehuía disimulada y conscientemente de los cuerpos de la Ley y el Orden, para evitarme posibles problemas.

Después de un breve paseo por el pueblo encontré la posada. En el desvencijado cartel se podía leer claramente: El Dragón Durmiente. Su aspecto no era colosal, ni siquiera ostentoso, muy en línea de aquel pueblecito, que tenía ese cierto aire inocente de las pequeñas poblaciones, pero ciertamente ensombrecido por la cercanía del Bosque Negro.
En cualquier caso caminé decidido hacia la puerta, aunque los dedos de mi mano tintineaban sobre el mango de mi pequeña espada, preparado para desenfundarla rápidamente si fuera necesario. Con algo de esfuerzo, giré la manilla y empujé la pesada puerta. Era en momento como aquel en los que maldecía inconscientemente al resto de razas por ser tan altas y usar cosas tan grandes e innecesariamente pesadas.

Entré con un rostro aparentemente despistado, aunque miraba a todas partes buscando algo sospechoso. ¿Qué me depararía aquello? No lo sabía, pero mientras cerraba la puerta tras de mi, un fuego que brotaba en mi interior me instaba a descubrirlo.

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25/09/2011, 01:34
Elessar

Negro todo negro y esas voces en mi cabeza, salir de aquí dejarmeeee….

Mis ojos se abrieron note el sudor caer por mi frente había sido un sueño…
Contemple el techo que había varios metros por encima de mi cabeza, era la habitación del monasterio ese sueño se repetía todas las noches desde hacía ya 15 años ya no era un niño era un joven.

Tras desmayarme en mí huida de los demonios fui rescatado por la orden de monjes que vivían en el monasterio de Botane, ellos me enseñaron a ser paciente y a buscar la venganza de mi familia y mi pueblo que sucumbió aquella noche, en pocos años me convertí en un gran entendido de la sabiduría demoniaca, y con tan solo 16 años partí en busca de aquel grupo de demonios, aun cuando mi gran maestro Serfinor se me opuso.
No tarde muchos años en regresar, el mundo había cambiado la guerra había llegado a su fin y los demonios, estaban de nuevo en sus planos, no había venganza para mí.

Pero mi corazón tenía un punto negro, de odio y maldad que no podría descansar hasta el día en que me vengase.

Me levante de la cama.

-Orak despierta tenemos que bajar a hacer el desayuno para los demás.

Orak era mi compañero de cuarto, un semielfo de largos cabellos y grandes conocimientos ambientales, muy diestro en el arco pero mal luchador cuerpo a cuerpo y un poco remolón.
En el monasterio todos compartíamos habitación de dos en dos y todos teníamos asignadas nuestras tareas diarias.

-Vamos amigo elfo, tu no necesitas dormir 8 horas pero mi pequeña porción de sangre humana me obliga a dormir 8 horas diarias, déjame dormir un poco más.

No lo pensé ni dos segundos cogí la sabana de Orak y de un tirón lo hice volar hasta el suelo.

-Maldito seas Elessar podrías tener un poco mas de tacto. Dijo Orak mientras se levantaba del suelo y se frotaba el brazo que había aguantado el peso de la caída.

Ya en el comedor sentados en aquellas largas mesas de madera, donde al fondo se levantaba un pequeño rellano donde los monjes representantes de la orden se sentaban pude ver a Serfinor mi maestro, no había probado bocado al igual que el resto de grandes monjes, algo estaba a punto de ocurrir y fue entonces cuando todos ellos se levantaron como si de un acto ensayado se tratase.

-Hermanos he de comunicaros una nueva en nombre de todos los que formamos el consejo de Botane.
Dijo con voz profunda Serfinor.

-Hace unas semanas llego una carta, en ella pedían que un monje de nuestra hermandad se reuniese en la taberna del dragón durmiente, en el pueblo fronterizo llamado Liberta con el bosque negro, en ella nos piden que el hombre que mandemos tenga altos conocimentos en demoniologia, tras debatir durante estas semanas tenemos al hombre que nos representara, Elessar.

Tarde unos minutos en darme cuenta que era yo, y todo empezó a acelerarse.

Palmadas en la espalda, felicitaciones  y buenas venturas.

En unas horas tenía mi pequeño macuto listo, unos cuantos libros mas concretamente, Los planos del más allá, Disipaciones, retornos y expulsiones y por último el mío preferido bases de la demonología. Dos atuendos de ropa y algunos brebajes.

Sin pausa me despedí de mis más allegados ya que llevábamos dos semanas de retraso y partí en mi corcel luz del alba.

La ciudad fronteriza Liberta no distaba mucho de nuestro monasterio pero para llegar a ella tuve que lindar muy cerca el bosque negro.

Fue una de esas noches junto al bosque cuando, mientras dormía entre unos matorrales para pasar desapercibido, un ruido me despertó, me concentre para poder oír de donde venia aquel sonido.

Del sur descalce mis pies, mi sangre se calentaba en mi interior con sigilo cogí mi vara de madera que tallase tiempo atrás de uno de los grandes manzanos de la huerta del monasterio, mis pasos se fundieron con los ruidos propios de la planicie y pronto estuve suficientemente cerca del ruido para poder ver lo que allí se encontraba.

Dos Grandes orcos comían en la oscuridad de la noche, el vello de mi nuca se erizo, odiaba a esos viles monstruos, no lo pensé dos segundos, salte junto a ellos.

-Por botane y los tres soles.

Grite mientras mi vara golpeaba la mandíbula de uno de ellos y mi cuerpo empezaba a desprender un color dorado, notaba el poder de los tres soles recorrer mi cuerpo, el otro orco rápidamente cogió la espada que descansaba a su lado y propino un rugido mientras se abalanzaba hacia mí. Antes de que su espada golpeara mi cuerpo, toda la luz dorada exploto a mi alrededor, el piel verde soltó su espada y llevo sus zarpas a sus ojos.

-Maldita luz, no puedo ver.

Grito en su horrendo idioma, aproveche su ceguera para clavar una pequeña daga que descansaba en mi cinturón en su garganta.

Rápidamente me gire pero el otro orco corría hacia el bosque negro.

Tenía que seguir mi camino ese lugar ya no era seguro y lo sabía.

Unos días después llegue a Libertad me dirigí rápidamente a la posada del dragón durmiente.
Al entrar encontré que estaba muy concurrida, me dirigí rápidamente al posadero.

-Disculpa buen hombre, tendrías una habitación para que este cuerpo descanse.

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25/09/2011, 12:55
Hark


Partir crismas por placer. Nos enseñaron que ésa era nuestra filosofia, nuestro fin en la vida. Los constructos conformábamos una sociedad violenta, que utilizaba la fuerza para conseguir casi cualquier cosa. Lo aceptábamos y ya está. Sin más.

Me llamo Harkuar Arkanatuir, aunque me llaman Hark. Tengo bastantes años y ya me he curtido en algunas batallas, menos de las que quisiera. Seguro que algunos humanos, con ese bagaje, se creerían merecedores de un largo y plácido descanso pero, yo sólo ansío volver a pelear.

Odio a esos demonios, disfruto matándolos, adoro despedazarlos, sólo compadezco a los pobres seres a los que poseyeron. Pero cuando recuerdo la cantidad de compañeros muertos por su culpa, lo olvido.

¡Hark! -me grita una voz grave, detrás de mi. Es una voz ronca, malgastada por los gritos de guerra de antaño. Una voz envejecida por el tiempo. Me giro y veo a un hombre fornido, de barba larga y melena lacia, rubia y canosa. Es Targon, un humano venido de otras tierras para servir a otro, como caza-recompensas. Igual que yo. Porta una coraza tosca, con las marcas de batalla de múltiples contiendas y sujeta un mandoble de gran tamaño con la mano derecha. ¿Qué Hark? ¿Vamos a celebrar tu pronto regreso, con una pelea?. Mi rostro se iluminó. Las peleas por diversión eran lo segundo en mi lista de prioridades. Y...¡siempre era un buen momento para entrenar!
Targon cree que me voy para realizar un “encargo” que me han asignado y piensa que estaré sólo un par de días. No le he mencionado la verdad. Esa carta me obliga a irme en busca de una nueva aventura. Una misión tal vez llena de peligros y donde puede atraparnos la muerte...¡Perfecto!

El viaje no me resulta largo, una semana a lo sumo. Estoy acostumbrado a moverme con ligereza, teniendo en cuenta mi tamaño. Quizá un trayecto un tanto movido. A mitad de camino unos humanos obstaculizan el sendero y con ello mi misión. Son cuatro hombres, parecen hambrientos y desde luego no muy amigables.
¡Oye gigantón! ¡Estás en nuestro territorio y tienes que pagar! -grita el más pequeño. Un hombre de unos 30 años, delgado y con barba de varios días. A su lado hay tres hombres de gran envergadura, que no superan los 40, espada en mano.
No soy de muchas palabras y menos si no sirven para nada. Entonces me acuerdo de Targon, de lo que disfrutaría estando aquí. Aprieto mis puños, sujetando a Drak, mi espada de acero reforzado por los Elfos y arrugo la frente.
El personaje menudo se huele un mal negocio y ordena a sus escoltas que ataquen. ¡Traedme lo que es mio! - espeta. El más grande carga contra mi, blandiendo la espada sobre su cabeza. Entonces cruzo la espada y detengo el golpe. El humano abre los ojos , sorprendido por el fracaso de su mejor baza. Entonces lo derribo y Drak hace su trabajo con gran precisión y crudeza. De inmediato un impulso eléctrico recorre mi espalda, en una descarga de placer.Mis ojos se iluminan. En ese momento los dos rezagados me rodean, y atacan al unísono.
El de enfrente descarga su espada sobre mi cabeza. Con un gesto rápido desvio el golpe con la espada, en un movimiento circular que hace que Drak acabe proteja mi espalda del ataque de su compañero. ¡Maldito seas desgr...grdggg! -farfulla entre dientes el primero, antes de que mi mano arranque de cuajo su garganta. Entonces mi mirada se cruza con la del tercer atacante, aunque no me deja disfrutar de su presencia y sale corriendo. Ya sólo queda el pequeño. Bueno, o eso creía. Parece que ha huído él también.

Vuelvo a iniciar mi camino y tardo pocos días en llegar a Liberta. Parece una ciudad bulliciosa. Busco la taberna sin demora. La gente murmulla a mi alrededor pero no hago caso. Aunque están acostumbrados a ver Forjados por aquí, siempre les causa impresión. Entonces entro en la posada que nombraba la carta. Los clientes enmudecen por unos instantes al verme entrar...Esto empieza a ponerse interesante.

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25/09/2011, 13:05
Hark

Notas de juego

perdon dire pero acabo de fijarme en la foto del avatar y veo que no tiene dos espadas y que mi compañero targon , no podria tener melena y barba. quieres que lo edite? Pense en robots por dentro y apariencia humana por fuera.

dime cosas. saludos

Nota del DM:

respecto a 1) no importa al narrar,pero en juego cuando tengamos que hacer tiradas tu pj no tiene en principio la habilidad de luchar con dos espadas sin un gran penalizador al estar las fichasa hechas, sinembargo si lo quieres usar en juego al no haberlas estrenado se pueden modificar si quieres ( revisa reglas de manual de jugador para ello)

respecto a 2)no importa es solo un detalle sin importancia y aunque los constructos esten hechos de madera y no tengan pelo no tienes que cambiarlo (aunque es facil si quieres) (revisa manual de eberron para saber mas sobre forjados)

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25/09/2011, 23:38
Kurtok “Cicuta fuerte”

Una impresionante estampa cabalga por el bosque camino a Liberta cuchicheando con voz de niño en lo que parece una montura liviana, ya que no se escuchan los taqueteos de las herraduras. Un grupo de viajeros que comparte camino en dirección contraria escucha una graciosa voz que parece hablar sola y rompen a reir con ganas de observar al protagonista del chistoso monólogo.


¡Venga “Rallitas”, no te hagas el sordo! ¡Te he dicho que me devuelvas la dichosa carta, deja de comértela! A este paso no sabré como llegar a la dichosa posada… Ummm como era, la posada del Dragón, no no, la posada del Elfo errante…. ¡Corcho tendremos que averiguarlo al llegar!


“Rallitas” si me contestaras cuando te hablo el camino sería más divertido, siii ya lo decía yo, un loro, un loro me hubiera dado más conversación que tú. 


El grupo de viajeros por fin se cruza con el ansiado ser y tras un grito ensordecedor corren desesperadamente en dirección contraria. Un pequeño gnomo totalmente desnudo y una capucha verde cabalga encima de un gran tigre aterrador al que regaña por no darle conversación.


¡Ves rallitas! Se han vuelto a asustar por verme desnudo, como aquella vez que no me dejaron entrar en la ciudad, ¿te acuerdas? ¿Fue divertido verdad? – cuchichea el gnomo mientras el gran tigre lo sigue ignorando-


El pequeño gnomo comienza a cantar mientras comienza a divisar Liberta a lo lejos:


Soy Kurtok “Cicuta fuerte”  el gnomo más feliz
si mi apodo la atención te llama
pregúntale al orco “Bill”.

“Bill” quemó el padre bosque,
y a las plantas desgarró,
asesinó a la criaturas
que la naturaleza creó.

Por eso yo, “Cicuta fuerte” 
con ayuda del sol,
de la tierra y las simientes
di fin a ese horror.

Unas plantas venenosas ulceraron sus entrañas
Su cerebro y su valor,
Para morir poco a poco
Sufriendo su gran error

Por eso amigo mio, te aseguro sin temor
que “Cicuta fuerte” y sus amigos
castigarán con horror
a aquel que no respete
lo que la naturaleza creó…


“Cicuta fuerte” era un gnomo que constantemente hablaba solo y le encantaban las canciones que contaban hazañas o cosas interesantes, de hecho era amigo de muchos bardos a los que admiraba mientras cantaban. Él mismo componía canciones con sus propias hazañas y luego aburría a su compañero “Rallitas” cantándoselas una y otra vez.


“Rallitas” había aprendido a actuar junto con “Cicuta fuerte” a la perfección logrando un sincronismo envidiable y con el que un simple gesto comunicaba a su compañero toda la información necesaria para la acción.


Un sinfín de chistes y bromas pesadas habían causado más de un disgusto a “Cicuta fuerte” ya que él lo tomaba como algo natural y no entendía que los demás se enfadaran con este tipo de cosas, pero simplemente, le daba igual; de hecho la opinión de los demás nunca la había importado y siempre actuaba de forma bastante anárquica lo que solía desquiciar a sus posibles compañeros que se enfrentaban a una difícil convivencia con tan extraño personaje.


¡Mira “Rallitas” ya estamos en la entrada de Liberta, si no te hubieras comido la carta sabría donde tengo que ir! Espérame aquí escondido, no quiero que pase como la última vez que entré contigo en una ciudad ¿te acuerdas? Te encerraron en una jaula y te querían convertir en chuletas a la brasa, uys creo que a esa ciudad no me volverán a dejar entrar me pasé un poco con el guardián de la jaula… ¿Sabes? Mejor espera aquí, esta gente de ciudad son muy raros, ¡fíjate! Van vestidos….

El gran tigre obedece si rechistar, no era la primera vez y sabía que su tarea era pasar inadvertido a la vez que vigilar al pequeño gnomo.


“Cicuta fuerte” sentía la naturaleza por completo en él y se negaba a llevar ropa pero desde el último altercado en una ciudad un compañero druida le convenció para evitar problemas, de que llevara por lo menos un taparrabos. Y así lo hizo, se fabricó un taparrabos con una hojas de parra y una lianas las cuales se ponía para las ocasiones especiales con la gente “rara” de ciudad.


Así, el pequeño gnomo irrumpió en Liberta, tras preguntar a dos señoras y ser registrado por la guardia hasta en tres ocasiones distintas, el pequeño gnomo semidesnudo entra en la taberna adecuada y se dirige al posadero:

Buenos días buen señor, podría usted servirme una infusión de salvia, hierba buena y una pizquita de orégano

Para “Cicuta fuerte” las infusiones no son ningún secreto y no solía darse cuenta de que en la regiones civilizadas se bebía otra serie de cosas…

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28/09/2011, 14:21
Director

Descripcion del entorno

Era una fria y lluviosa noche de finales de otoño, parecia que el invierno se habia adelantado crudo y cruel como era logico por estos lares; la noche gelida, helaba los huesos hasta el tuetano y las calles, oscuras y desiertas no presagiaban nada bueno para los pocos que se aventuraban a cruzar sus calles.


Pero un sonido familiar se empezo a oir de entre las callejuelas , un sonido atrayente y familiar como el canto de una sirena para los marineros o el trago de grog para el sediento surgia de entre las sombras primero como un ruido de fondo y a medida que os acercabais mas y mas fuerte. Era el sonido de las risotadas y aspavientos tipicos de los visitantes de una buena taberna y atraidos como las polillas a la luz buscabais en el el merecido descanso tras tan largo viaje.
La cancion de una bardo que amenizaba la escena , junto con la ebriedad de un borracho que salia del local al tiempo que vomitaba en el suelo al tiempo que se decia a si mismo:

-No volvere a beber mas vino enano en mi vida

La luz de la taberna "El dragon durmiente" iluminaba la calle como un faro y era el corazon nocturno cuando los niños del pueblo dormian placidamente en sus camas.


Una vez dentro la algarabia era tremenda y vasos de vino y cerv eza se entrechocaban repetidamente, Un tabernero humano, gordo feo y con un mandil que apenas tapaba su inmensa tripa dirigia , dirigia a un enano que subido a una rampa tra s la barra ,repartia chupitos de licor del tipo aliento de dragon como si le fuera la vida en ello, tambien comandaba a una mujer oriunda como el , que llevaba 2 jarras de cerveza gigantescas en cada mano, por ultimo habia una bella doncella , que deducis que es la hija de los dos dueños al parecerse a ellos en el rostro pero delgada y bella como una diosa terrenal a diferencia de sus padres , portaba una jarra de vino en la mano derecha y servia con una atencion digna de un paraiso celestial. Las curvas eternas de sus caderas y sus pechos jovenes y tugentes os recordaban al sonar de tambores de batalla listos para el combate

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28/09/2011, 22:33
Flinck Turin "Cerrojo"

¡Ah!¡Cuanto alboroto! Era realmente difícil no entregarse ante el bullicio de la multitud y su inmensa algarabía y jolgorio. Mis miedos previos se había esfumado con los primeros versos del bardo y las risotadas y griteríos de los borrachos y parroquianos típicos que habitaban aquellos lugares, convirtiéndose así en entrañables personajes de mejillas sonrojadas y manchas de cerveza.

Generalmente me sentía incómodo en esos lugares. Mucha Gente Alta que no te dejaba respirar, casi llevándote por delante en más de una ocasión en sus desesperados intentos por conseguir otra bebida. Pero el ambiente que allí se respiraba era diferente. Realmente el aire estaba viciado, pero el olor rancio que respiraba mi ávida nariz captaba los aromas de la fiesta y la alegría. Sorprendía lo concurrida que estaba esa taberna. En Falcón Gris las gente, como el propio nombre de la ciudad indicaba, eran mucho más sosas y pausadas.

La sensación de fatiga estaba siendo sustituída por un ansia de diversión que se disiparía una vez saliera de aquellas cuatro paredes. Pero no podía descentrarme. Tenía que cumplir con el objetivo que me había llevado hasta allí y averiguar lo relacionado con la misteriosa carta.

Algo apesadumbrado por el hecho de no poder dejarme llevar por el puro éxtasis que irradiaba el ambiente, me encaminé hacia la barra. Caminaba ahora algo más tranquilo, evitando en parte la excesiva cautela que me habia precedido en los momentos previos, aunque tenía que estar atento para que ninguno de aquellos gigantones me arrollaran. Era muy agradable ver a algún que otro enano o similares. Siempre era de apreciar el poder mirar más o menos fácilmente a tu interlocutor a los ojos.

Muchos incautos, perdidos en las brumas del vino y la cerveza, caminaban de un lado con sus posesiones más valiosas en posiciones peligrosas, como si desearan que se extraviaran misteriosamente. Mis ojos, que miraban a todas partes, no podían evitar fijarse en esos detalles y mis dedos se agitaban nerviosos, como si realmente ansiaran estrechar cálidamente una de esas bolsas. Pero no, no era el momento, ni el lugar. Bueno, quizás si era el lugar y puede que también el momento mas idóneo, pero un gnomo sabía establecer prioridades.

Aparte del hipnótico tinteneo que provenía de algunas bolsas, mis sentidos buscaban una pista, algo inúsual. No tardé en visualizar algunos casos claramente llamativos. Un gigante metálico, que destacaba enormemente entre aquella mundanal atención fue casi lo primero que atrajo mi atención. Había leído sobre esos seres, aunque por mi ciudad nunca había visto uno. Seres que representaban la esencia de la Magía y la Máquina. ¿Qué más se podía pedir? Dos polos tan aparentemente opuestos, se encontraban totalmente ligados en ese ser. ¡Maravilloso! ¿Cómo funcionaría? ¿Que esconderían sus entrañas? Por un momento mi mente se nubló con estos pensamientos y me olvidé del resto del mundo. Sin duda esos seres debían haber sido la creación del más grande de los Artífices.

Aparté recelosamente la vista del ingenio de metal y caminé hasta la barra. Realmente, ahora me daba cuenta que el camino había hecho mella en mí. Una agradable cama en la que poder descansar sería algo magnífico. Además, puede que el posadero supiera algo de la carta. Podía ser arriesgado, pero tampoco perdía nada. El sitio no me transmitía malos augurios y puede que al final todos mis pensamientos negativos no fueran más que la paranoía propia de alguien que no  se dedica a actividades totalmente legales.

Trepé por un taburete que andaba desocupado, para llegar mejor a la barra. El tabernero y las demás personas que allí trabajaban parecían moverse en un frenesí superior al de sus clientes. Iban de un lado a otro con jarras, servían copas, jarras, vasos, abrían barriles y descorchaban botellas, todo a un ritmo desorbitado que me dejaba sin palabras.

Mis ojos siguieron al posadero para darme cuenta que andaba atareado. Un misterioso hombre, ataviado con una capucha que no dejaba ver enteramente sus rasgos andaba pidiendo también una habitación. Realmente el aspecto de aquel tipo contrastaba mucho con el de los borrachuzos varios que por allí polulaban.

Pero...¡¿qué?! No podía ser. No sabía si desternillarme o avergonzarme al ver a aquel pequeño liante. ¡Un gnomo medio desnudo! ¿Quién hubiera dicho que me encontraría a un hermano por aquellos lares? Más aún, un gnomo de aquel tipo. No se parecía en nada a los otros gnomos que había conocido en mi vida, que aunque se resumían en mi familía y la comunidad gnoma vecina, abarcaba un gran espectro de personajes variados. Sin duda aquel gnomo, a pesar de su falta de estatura, destaba más que el gigantón metálico. Seguramente, en la locura etílica, los parroquianos no se habían extrañado lo más mínimo, pero a mi me llamaba enormemente la atención. Jamás había visto a un miembro de mi especie tan desinhibido.

En cualquier caso, mi maltrecho cuerpo me pedía un sitio donde caer muerto, así que yo también me uní finalmente al corrillo de gente que gritaban al posadero. Esperaba que mi aguda voz superara el voceferio que allí reinaba:

- ¡Posadero! ¡Posadero! ¡Una habitación pequeña para este agotado viajero!

Mientras clamaba la atención del panzón humano, miraba a todos lados con una mirada casi cómplice buscando a alguien o algo relacionado con la extraña carta.

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29/09/2011, 11:00
Elessar

-Disculpa buen hombre, tendrías una habitación para que este cuerpo descanse.

Pregunte en general, a posadero o alguno de sus ayudantes. Con este algarabío necesitare una habitación lo más lejana del salón posible para poder meditar y preparar mis rezos a los dioses.

La lluvia estaba calando mis huesos. Había oído hablar de la decadencia en la que los humanos habían caído tras el final de la guerra, pero jamás imagine aquello, eran hombres consumidos, tras la guerra el trabajo había menguado considerablemente por eso se unían en tabernas como esta para beber y entretenerse. Al ver aquella estampa una gran pena se apodero de mí.

Mientras reflexionaba mire a mi alrededor en busca de alguien que pudiese tener algo que ver con la carta que me había traído hasta la taberna del dragón durmiente. Entre el bullicio de la gente que no dejaban de gritar y vitorear al bardo que cantaba, pude ver un extraño ser entero de metal, su altura le permite ver por encima de las cabezas del resto de los presentes, en alguna ocasión escuche hablar de gente como él pero nunca pensé en toparme con uno.

La puerta se abrió desviando mi atención del forjado, al principio no vi entrar a nadie aquello me puesto en guardia. Mis brazos se tensaron nadie parecía percatarse de que la puerta se había abierto sola, conocía infinidad de criaturas del mal que tenían habilidades para pasar desapercibidas, estaríamos ante una de ellas y solo yo me había dado cuenta. Fue entonces que me percate de que la gente cercana a la puerta bajaba su cabeza para mirar algo que estaba por debajo de ellos, unos minutos más tarde un pequeño ser aparecía a la altura de las rodillas de los que estábamos junto a la barra, ágilmente se subió a un taburete miro a su alrededor y  poso su mirada unos segundos en mi, segundos después otro ser como el aparecía en escena, bueno otro ser parecido a él solo que medio desnudo.

El primero de ellos dijo con una voz chillona.
-¡Posadero! ¡Posadero! ¡Una habitación pequeña para este agotado viajero!

A la vez que el segundo decía.
-Buenos días buen señor, podría usted servirme una infusión de salvia, hierba buena y una pizquita de orégano.

Curiosos aquellos medianos, también había escuchado hablar de ellos, viendo que parecían seres alegres como reflejaban sus rostros y ropajes.

Podría fiarme de ellos, si fuese así podríamos compartir habitación y que fuese más barato pero como podía saber si eran de fiar o no. Podría usar el augurio de los dioses, pero es demasiado cantoso.

-Perdonar viajeros buscáis habitación, tal vez podríamos buscar la manera de que este descanso nos salga más barato a ambos.

Le dije a los dos medianos, pensando que venían juntos.

Notas de juego


Pensaba realizar el conjuro augurio, pero tras ver que necesitava un foco y movimiento de manos y convocarlo con palabras me parecio demasiado cantoso y ante la duda de como reaccionaria la multitud prefiero arriesgarme.

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29/09/2011, 13:14
Kurtok “Cicuta fuerte”

Porqué me mira tan raro este tabernero.. Ummm ¡ya sé! No deben tener orégano…

Disculpe jovénzuelo  -parlotea el gnomo con voz sonriente- si no tiene orégano me lo puede cambiar por un poco de albahaca mezclado con romero rastrero de norte, gracias.

Mientras Kurtok espera su reconstituyente brebaje, un individuo de su misma raza se acerca y le mira con curiosidad de arriba abajo. Kurtok no se siente cómodo ante tal inspección ocular y se aparta un poco.

Al instante otro personaje se detiene a observarle atentamente también y después dice:

“Perdonar viajeros buscáis habitación, tal vez podríamos buscar la manera de que este descanso nos salga más barato a ambos.”

Kurtok que ya había lidiado con todo tipo de personajes extraños enseguida reconoció la clase de estos dos que sin duda tenían el mismo propósito por lo que tras retirarse dos pasos más se decide a intervenir.

Disculpen caballero, sin duda están ustedes confundidos… Si bien es cierto que a los hombres del bosque no nos gustan las vestiduras y que la soledad puede despertar cualquier tipo de libertinaje ahora mismo no estoy en disposición de complacerles a los dos en el catre como me están insinuando, por lo que si me disculpan y cuando me termine mi infusión, me iré de este burdel ya que lo que yo en realidad buscaba era una taberna y sin duda me he equivocado. De todas maneras estoy complacido por saber que atraigo a tantas personas con mi gran atractivo. – El gnomo coge aire y continua mientras gesticula con las manos-  Recuerdo aquella vez que dijeron que era más feo que un enano vuelto del revés jaja que gran chiste, desde entonces uso yo esa frase y me va muy bien para romper el hielo con mis amistades, pero no hemos venido a eso  ¿verdad? ¿de que hablábamos? ¡A si!, no,  ya no me acuerdo….

El gnomo se queda pensativo esperando que los dos personajes le indiquen cual era el tema de conversación para retomarlo mientras se rasca el trasero con la mano.

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29/09/2011, 13:34
Director

-JA,JA,JA,JA... Risotadas, como un estruendo procedian del gran tabernero que habia tras la barra, ante la respuesta de ese peculiar y sinembargo divertido gnomo de los bosques ,al que todos prestaban atencion por su extravagancia personal que acompañaba una igual de extravagante agudeza mental

-Ja,ja,ja.. sonaba tambien de los parroquianos cercanos a la escena, que ocurria entre aquellos visitantes, que no parecian del pueblo.

La risa resalto en la taberna,pero solo eso ya que el sonido de fondo de conversacion y musica amortiguo todo lo subsiguiente, y la habitacion siguio con su tono de algarabia y jolgorio natural como si nada hubiese pasado

El tabernero al tiempo que limpiaba un vaso con una trapo,s e acerco mas y dijo:

-Vosotros soys extranjeros, se os nota por la pinta que teneis, Dijo mirando al gnomo de los bosques -vaya un gnomo casi desnudo en mi taberna , creia que en mi taberna habia entrado personas de todo el reino ,pero esto es algo digno de contar a mis amigos...

-Como iba diciendo ,vosotros no sois de aqui ,conozco a todos los borrachos de este pueblo, y no se si sereis vosotros tambien de ellos o no pero aqui teneis la mejor bebida ,pero se os ve armados y con un ansia de aventuras....... Es curioso porque esta mañana, recibimos un mensajero que nos dijo que 6 aventureros iban a visitar la posada por la noche y que se iban a citar con dos caballeros y que reservasemos la mejor mesa para ellos.

-Si sois vosotros ,podeis pasar a la mesa de la esquina ,y quitarle el cartel escrito a mano de "reservado" y ya que vais os podeis llevar a ese enorme mole de maderaoscura y metal, parece de los vuestros. 

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29/09/2011, 14:10
Flinck Turin "Cerrojo"

Al atronador voceferio que llegaba a mis picudas orejas previniente de los alegres borrachos de la taberna fue interrumpido por una voz mucho más calmada que la de cualquiera de aquellos parroquianos. Era la del hombre de la capucha que parecía dirigirse tanto al salvaje gnomo como a mí.

Una rápida mirada a su homónimo le entristeció el pensamientos un instante. Aquel gnomo debía ser muy pobre para ir así por el mundo. Aunque mi familia sobrevivía de una manera aceptable, había otras en las que sus miembros poco tenían para comer y llevaban un aspecto similar al de aquel tipo; quizás algo más sucios.

Mi mente, que se había entretenido con otros pensamientos, volvió rápidamente a la realidad. Observé al ser de la capucha y escuché atento sus palabras, las cuales a pesar de que no sonaban hostiles, si que resultaban algo raras. Realmente, todo lo que implique un gnomo semidesnudo es extraño.

Esbocé una mueca como si fuera a responder, mientras me mesaba la perilla obnubilado, sin saber muy bien que decir. No hubo problema, el otro gnomo se me adelantó. Su voz aguda, similar a la mía, empezó a desvarias cosas sin nombre. Si bien es cierto, que yo también había captado raros matices en las palabras del encapuchado, no me hubiera atrevido a decir semejantes cosas.

- ¿Pero qué diablos...? - fue lo único que atreví a decir, ante la confusión de esa irreverente conversación. Miraba rápidamente a uno y otro, sin saber bien que hacer.

- No, no, yo no...

Por suerte el tabernero me interrumpió, ahorrándome tener que decir cualquier barbaridad. Mientras escuchaba sus palabras, fui sacando tímidamente la carta de uno de los bolsillos de mi atuendo. El papel estaba algo arrugado, tras el largo viaje, pero aún se podía apreciar parte del lacre adherido en algunas partes de la solapa.

¿Seis? Curiosa comitiva: un gnomo desnudo, un encapuchado, un gigante de hierro y yo mismo. ¿Donde estarían los otros dos y quienes serían? ¿Y esos dos caballeros? Realmente la idea del peligro había desaparecido, pero ahora me corroía una intensa cursiosidad ante toda aquello.

Hice un esfuerzo estirando el cuello y moviendo la cabeza a izquierda y derecha, hasta que pude ver entre la multitud la mesa a la que se refería el posadero. Mi voz, sonó extrañamente solemne al arrancar a hablar, lo que unido a su agudez, le daba un toque cómico a la frase:

- Caballeros- mientras miraba al gnomo y al encapuchado-, no se que misterios nos han traído hasta aquí, pero sin duda alguien estaba interesado en reunirnos. Aún me pregunto por qué nosotros, por qué aquí y sobre todo cual es el motivo. Pero... - mi tono cambió sorprendentemente, como el de un niño que habla de su nuevo juguete- ¿habeis visto a esa cosa? - señalé repentinamente a la metálica creación-, ¿de verás "eso" viene con nosotros? Es sorprendente...

Me bajé del taburete algo acelerado. Si al principio, esa cosa había llamado totalmente mi atención, el saber que cabía la posibilidad de que viniera con nosotros era increíble. Cuanto podría aprender estudiando a aquel ser. Si, si, sin duda era una magnífica oportunidad.

Avancé a toda la velocidad que mis piernas y la multitud me dejaban, hasta situarme cerca del extraño ser.

- Emh... - no sabía muy bien como dirigirme hacía aquella cosa-, disculpe, señor, disculpe - mi tono se hizo más misterioso pero a la vez divertido y excitado, mientras agitaba suavemente la carta - ¿usted también es uno de esos seis de los que habla el posadero?

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29/09/2011, 19:20
Lyliam Filocaso

Desde un rincón oscuro,algo retirada del fuego que ardía generosamente en la chimenea,lejos de miradas inoportunas y escrutinios sospechoso,observo el ir y venir de los habitantes del pueblo tras mi capucha echada sobre mi cabeza......

Hace horas que estoy allí,no soy de llegar tarde a ninguna cita y menos a esta tan extraña,por ello y en vista de que tenia que reunirme en esta taberna con un grupo,me permití el asistir con antelación para examinar a los que llegaban,la ventana que tenia a mi lado era el primer atisbo de los que eran y no,paisanos del lugar,por ello advertí inmediatamente los ropajes y las características de aquellos que entraron y se diferenciaban notablemente de los demás....no era difícil adivinar quienes serian mis posibles compañeros,de que raza eran y a donde se dirijian con antelación......

Pintorescos pueblerinos iban y venían,unos con mas copas de mas que otros,algunos en un estado totalmente lamentable salían de aquel lugar,pero por mas que esperaba,nunca imagine el diverso elenco de aventureros que llegaron hasta allí con el mismo propósito que yo....dando vueltas a mi copa casi vacía del mejor vino que ese lugar podía ofrecerme y tras vaciar varias poco a poco en el suelo disimulando que bebía para no ser molestada y no caer en un sopor que me quitase ni un ápice de mis reflejos y mente permaneciese alerta ante cualquier contingencia.....

Rememorando la carta y como llego a mi poder....

Han de ser poderosos,sumamente hábiles sus informadores o poseer una magia increíble.....mi deambular por las ciudades humanas es constante y no por ello dejaron de saber donde me encontraba exactamente ese día y a esa hora,jejeje,por poco le cuesta la vida al mensajero....pero no se puede sorprender a una dama cuando esta trabajando...y menos si es en mi especialidad.....

El tiempo fue pasando y el agua caía en consideración en el exterior,el frio debería de hacerse notar,pues la afluencia de pueblerinos aumento,y las conversaciones aumentaron de volumen en un lugar cerrado y hasta ahora espacioso,el bullicio me deja mas libertad para seleccionar las conversaciones que quiero...

Nunca se sabe donde se puede conseguir una información que lleve hasta un botín generoso...me dijo alguien en el camino...y a buen seguro que tenia razón...

Hasta que mis oídos se apercibieron de lo que acontecía entre los extranjeros llegados de sabe donde,pintorescos seres que un malentendido ha dejado un poso gracioso en mi haber....ademas de información por parte del posadero del lugar exacto de la reunión y algo sobre los que nos han citado allí.....

Estoy deseando saber quien o quienes me siguen y como lo han logrado....Mi interés es aun primordial pues han dicho que seriamos cinco y yo misma,ademas de los dos concertantes,aun no es momento de dejarme ver,esperare un poco mas a ver quien o quienes aparecen a la llamada....

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29/09/2011, 19:39
Hark

Al entrar en la taberna me siento cerca de la entrada esperando a ver qué pasa. No sé si el tabernero, sabrá algo de la carta y prefiero ser discreto ya que hay muchos enemigos ocultos por doquier. Intento esperar a ver si alguien se dirige a mí.  Me imagino que no pasan demasiados forjados por aquí y seguro que el que me ha enviado la carta, sabrá que estoy aquí por él.
Después del silencio inicial parece que la gente se ha acostumbrado a mi presencia. La multitud vuelve a maltratar mis sentidos con ese griterio y me molesta. Me resulta irritable y empiezo a exasperarme. Al cabo de unos minutos me harto y suelto un gruñido. ¡ Grrrrrr !- Los clientes más cercanos enmudecen, pero nada más. Parece ser que no ha surtido demasiado efecto en el resto del local. Echo un vistazo a mi alrededor y observo que unos vociferan como si quisieran que su interlocutor les entendiera. Éste normalmente hace más caso del lenguaje gestual que a esos sonidos, que segundos antes debían ser palabras. De esa manera pueden conseguir mantener una conversación. Otros se quedan ensimismados en sus pensamientos, que a tenor de las expresiones reflejadas en sus ajados rostros, no deben ser agradables. La verdad es que contrastan con el resto. Algunos  bailan, otros tararean las canciones del bardo o simplemente ríen estrepitosamente.
De repente entra un encapuchado y se dirige a la barra, parece estar tenso, mirando de lado a lado, pero avanza con paso firme. Entonces intenta hablar con el tabernero aunque la barra esta infestada de borrachos de toda índole y le resulta imposible. Parecen todos vivir en  Liberta menos ese encapuchado. Al cabo de un rato  aparece en escena un ser peculiar, pequeño, medio desnudo y muy risueño, parece un gnomo. Aunque no parece entrañar demasiado peligro. ¡Es fácil de aplastar! -pienso. El gnomo se dirige a la barra y parece ser que tiene más suerte en hablar con el tabernero, aunque por la cara que pone éste parece sorprendido con la petición del pequeño.
Segundos después vuelve a entrar otro ser diminuto. Éste va vestido pero no como el anterior y por sus ropajes no debe ser de la misma zona. Parece más cauto e inquieto. Parece estar nervioso, mirando a disestro y siniestro, aunque poco después se calma. Se dirige también a la barra y se acerca al otro gnomo mirandolo de arriba abajo. El que había entrado antes se retira. Parece incómodo. Al cabo de unos segundos el que había sido el último en entrar, habla con el tabernero.
Observo también a otro personaje que no pertenece a este lugar. Esta situado en una esquina del local y lleva una capucha. A pesar de ello, consigo distinguir a una mujer elfa gris. Parece estar esperando algo y noto que observa a los recien llegados, incluyéndome a mi.
De repente el encapuchado que estaba en la barra, se acerca a los gnomos y les hace una propuesta. El gnomo semidesnudo parece sorprendido por las palabras del personaje misterioso y da dos pasos atrás, entonces gesticulando con grandes aspavientos le contesta, pero la conversación es interrumpida por el tabernero.   Agudizo los sentidos y puedo discernir algunas palabras que se dirigen. Parece ser que hablan de una carta...¡y de mi!. Algo de pasar a la habitacion reservada, 6 viajeros y una aventura. Entonces los cuatro me miran mientras gnomo vestido murmulla unas palabras y se dirige hacia donde estoy.
Me levanto de inmediato ya que antes he visto que iba armado. Mis engranajes rechinan y mi cuerpo de maderagris cruje estrepitosamente. Estoy alerta pero el gnomo se dirige a mi en tono amable. Tiene una voz aguda. ¡Quizá tiene que ver con la carta! -pienso. Mis dudas se ven confirmadas cuando le veo agitar una carta igual que la mía.
"Emh... , disculpe, señor, disculpe . ¿Usted también es uno de esos seis de los que habla el posadero?"  - me dice.
¡Parece ser que sí !  - contesto. Mi voz no es dulce. Tiene un tono grave, ronco y mi contestación es bastante seca. Entonces saco mi carta y se la enseño. ¡Mi nombre es Harkuar Arkanatuir, aunque me llaman Hark!.

Notas de juego

Lo he editado porque he visto el nuevo post. También edité el primero porque no llevaba dos espadas sino un escudo y una espada y mi compañero cazarrecompensas es humano, no cruzado.

Por cierto, bienvenida.

 

lo he vuelto a editar. Perdón, perdón.

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29/09/2011, 19:52
Lyliam Filocaso

Si los estúpidos diminutos se llevasen un premio a la tontería mayor,estos dos pondrían el listón muy alto....son casi hermanos y tan diferentes....es increíble que nadie pretenda siquiera suponer que puede contratar a un grupo como este,la misión esta irremisiblemente abocada al fracaso,por si fuese poco,un cuerpo de lata...no,parece que es de madera...¿arderá cuando prendamos la primera fogata de campamento?...seria por lo menos curioso....el humano es un hueso....sera mejor tenerlo bien vigilado....pero es feo,mas bien horrible como todos los de su raza,los confundo en ocasiones,me parecen todos iguales,salvo por su vestimenta y algún adorno que los distingue a unos de otros......ya solo faltaría en este grupo un inmundo elfo arquero de los bosques y así la fiesta estaría servida......creo que la reunión tendrá que celebrarse sin mi.....me largare inmediatamente y quemare esa maldita carta que me ha hecho perder tanto tiempo.....aunque puede que sea divertido por un tiempo si la recompensa merece la pena.....no,creo que no......

Notas de juego

Gracias pero aun no se si soy bien o venida....jejejeje,no se si estoy dentro,pero así avanzáis-mos un poco con mi post.....

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29/09/2011, 20:13
Elessar

Al principio no daba crédito, maldito mediano insolente. Fue mi primer pensamiento, si no hubiese intervenido el posadero se habría liado una buena y entonces el otro mediano salto de un brinco del taburete donde estaba y salió corriendo en dirección al gigante de hierro, al llegar junto a el saco la carta.

No podía ser aquel mediano era un imprudente, pero mayor sorpresa para mí cuando vi al cruzado sacar la suya, fue entonces cuando me percate de su presencia.

Era buena/o lo tenía que ser si había conseguido pasar desapercibida, estaba en una mesa junto a una ventana con vistas al exterior.
Había estado vigilando todos nuestros movimientos desde antes de entrar. Nos habíamos descuidado, todos incluido yo, podía ser un enemigo que tuviera conocimientos del porque habíamos sido reunidos allí.

“La mesa ya no era segura”, fue lo primero que pensé.

-Disculpa posadero, creo que te has confundido no sé nada de ninguna carta.
Solo quiero descansar, podrías darme una habitación donde no se oiga demasiado el alboroto.

Le digo señalando el salón.

Notas de juego

nota del DM : el posadero no a dicho nada de una carta sino de un mensaje que le llego por la mañana, si querias no delatarte no se yo si lo has conseguido XD

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29/09/2011, 22:44
Siriu

Ese estúpido correo humano tuvo suerte pensó el elfo al ver marcharse al mensajero que le trago esa extraña carta. Deberían asearse más los humanos casi lo confundo con un orco aun tenia rastros del fétido olor del hombre en la nariz, sacudió la cabeza para quitarse las distracciones de la mente y se centro en algo más importante la carta.


Era curioso sin duda le decían que debía reunirse en una taberna de mala muerta llamada Dragón durmiente, en el fronterizo pueblo de Liberta y reunirse con otros 5 compañeros. Quizás no fue tan buena idea apuntarme a esa estúpida Casa – Dice el Silvano pensando en voz alta – Pero he dado mi palabra tendré que ir, alguien podría necesitar mi ayuda y ¡Jamás podría perdonarme que alguien muera por mi pereza!


Así pues reunió todas sus posesiones que iba a necesitar y el resto incluido su cabaña las dejo al cuidado de su antigua subordinada la sargento Erotril.  Así pues con ayuda de granjeros  y de su viejo mapa junto con la resistencia de su yegua torda fue acercándose poco a poco a Liberta.


Por fin estaba aquí al ver la empalizada del pueblo, había costado, pero por fin estaba en Liberta. Él esperaba no ser el ultimo eso le haría destacar y es algo que no le suela gustar. El pueblo era un pueblo tan típicamente humano con los campesinos entrando y saliendo, la guardia atenta a los malhechores y estos a su vez atentos de las bolsas ajenas.


La yegua se había comportado tal y como habían hecho todas sus antepasadas en su servicio hacia él. Mientras me dirigía a la taberna tras unas indicaciones de la guardia. Iba andando tirando de las riendas de Varnë cuando recordé que aquella sería la primera vez que lucharía al lado de alguien desde la disolución del pelotón, ahora el único recuerdo tangible del pelotón era la silla de Varnë y la tela del estandarte que estaba perfectamente doblaba en una de las alforjas. Espero que estos compañeros se igualen a los anteriores pensé cuando llegue al frente de la posada.


Ate la fie yegua a poste, ya le diría al posadero que la llevara uno de los mozos a los establos. Expirando varias veces fuerte para intentar prepararme para el olor que ya inundaba mis fosas nasales. Mentalicé y entre aquello era una taberna de mala muerte o al menos eso me parecía aunque no me gustaran demasiado las ciudades admitia que mis primos Altos tenían muy buenas posadas y construcciones comparadas con los humanos. Por suerte era el primero, si sin duda… había llegado el primero en la sala tan solo había una panda de de extraños seres, pero por ninguna parte mis compañeros a los que yo imaginaba por aquel entonces como un grupo de selectos y aguerridos guerreros, no al peculiar grupo con el que después hube de habérmelas.


Posadero – Dijo el Silvano gritando al tabernero – Prepara una mesa y una habitación grande, hoy han de llegar aquí 5 compañeros míos. El arquero acaba de entrar y no sabía, ni tan siquiera podía imaginar todo lo que estaba por pasar…

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30/09/2011, 18:46
Kurtok “Cicuta fuerte”

Kurtok, como es habitual en él, ignora por completo a sus supuestos nuevos colegas y se dirige a la que según el posadero es la mejor mesa de la taberna.

Ummmm cedro maduro de 100 años edad del bosque del sur

Se mueve y se dirige a la mesa de al lado, disculpen, pueden apartarse, ¡gracias! El gnomo se cuela debajo de la mesa del grupo de al lado con facilidad debido a su tamaño ante la mirada atónita de los presentes.

Aja, roble del bosque oscuro del oeste, aproximadamente de 150 años, ummm buen bosque aquel…

Tras examinar todas las mesas de la taberna e incordiar a todos los parroquianos vuelve a la barra donde se halla el enano tabernero.

Oiga joven, creo que está usted confundido y es normal ya que todos los enanos como es sabido son sabios en las artes pétreas y no así en las maderas del bosque -El gnomo señala a las distintas mesas mientras le explica al enano atónito- Mire usted señor enano, si bien le agradezco que nos ofrezca su mejor mesa resulta que no era la que nos ha ofrecido ya que la madera es más débil y propensa a las enfermedades que no aquella del fondo. De todas formas no creo que sea inconveniente ya que me gustan todo tipo de maderas, solo se lo digo a modo ilustrativo y como curiosidad, no se ofenda.

 

El gnomo toma aire y continua Por cierto, veo que usted tiene dificultades para confeccionar mi infusión, no hay problema, me adapto a todo, si es más fácil para usted puede servirme una infusión de hierba buena madura con unas gotas de extracto de lavanda puesta 3 meses a secar en un bosque húmedo.

Kurtok se sienta en la mesa que le dijo el tabernero contento por haber sido de ayuda a este pobre hombre que parecía no tener ni idea ni de madera, ni de infusiones.

Mientras espera se pone a canturrear:

Kurtok es feliz Kurtok es genial

Kurtok es bienvenido

En esta bella ciudad…

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30/09/2011, 19:21
Elessar

Tras esperar un rato y no obtener respuesta, me propongo a abandonar el lugar cuando…
Uno de los medianos el que solo lleva un taparrabos  se dirige a mi mesa después de haber estado incordiando a todos los lugareños que estaban sentados en unas y otras mesas. Me temía lo peor, pero grande fue mi sorpresa cuando se detuvo junto al enano, que subido a una barra servía chupitos y cerveza a diestro y siniestro. El mediano empezó a conversar con él sobre la calidad de las mesas, acto seguido fue y se sentó donde él prefirió.

Bueno el daño ya está hecho. Pensé.

Me dirigí a la mesa donde se sentó el mediano, antes pase por donde estaban parados el otro mediano y el cruzado.

-Perdonar mi intromisión creo que el gracioso mediano nos ha buscado una mesa mejor. Dije sin levantar mucho la voz.Acto seguido proseguí la corta distancia hasta la mesa, una vez allí y antes de sentarme observe la mesa realmente parecía de buena calidad.

-Disculpa puedo sentarme en la mesa que has cogido para la larga noche que nos espera a todos.
Le digo señalando discretamente a los otros dos.

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30/09/2011, 19:38
Director

-Lo que faltaba un pequeño gnomo naturalista y nudista en mi bar , con la de gente que quiere que le sirva

Dijo el enano tabernero bien alto, parece ser que los vientos de los bosques del oeste a vuelto tarumba a este peculiar gnomo penso para si el posadero para si cuando le empezo a hablar de arboles y sus tipos.

Pero la gota que le colmo el vaso fueron las pocimas dignas de un alquimista que le solicitaba.

-Pues aqui solo tenemos cerveza pero te la puedo servir con unas gotitas de almizcle de mala leche de tabernero o en su defecto unas gotitas de somnifero para gnomos?

-¿Cual prefieres?