Partida Rol por web

-A donde crees que vas?- dijo un rudo campesino armado con un palo y ataviado con una tunica blanca como el resto de sus hermanos creyentes a Edvant cuando este se acerco demasiado al altar.

La situación pronto se hubiera disparado tensa, sobre todo por que los allí reunidos se mantenían tensos, como un leopardo que esta listo para saltar sobre su presa, sin embargo pronto un grito del hacendado los sobresalto a todos.
-Ayudadme. Ayudadme por favor, son asesinos y violadores, intentan matarme. Nos mataran a todos!-.

En los alrededores al altar los seguidores de aquel extraño y desconocido dios se habían movilizado ante lo sucedido con la doncella armándose con palos y piedras principalmente. Y ahora, con el grito de auxilio de uno de sus hermanos, empezaban a movilizarse hacia el hacendado.
La madre de Mike gritaba a lo lejos palabras ininteligibles que tal parecía nadie llegaba a escuchar. A los guerreros del amanecer las cosas se les estaban saliendo de las manos súbitamente.

Edvant en medio de todo, seria el primero en llevarse los golpes si las cosas se salían de cauce.

El enano ladeó el rostro en cuanto el hacendado tomó aquella opción para salir indemne. Sin embargo, no iba a permitir que aquella turba les impidiera conseguir la llave y salir de allí. Por separado aquellos aldeanos no eran rivales para su acero, pero si se ponían de acuerdo, acabarían haciéndoles picadillo.

- Bredel, son gente supersticiosa, unas luces mágicas les asustarán - dijo, sacando su afilada hacha del cinturón y clavando una mirada fiera en los ojos del hombre que tenía ante él - Te he ofrecido una buena salida, socio. Y ahora me has obligado a hacerlo por las malas.

Con un rugido, el enano se abalanzó sobre el hacendado, como si fuera un animal rabioso lanzándose sobre su presa.

- ¡Dile a tu amiga que entregue el fragmento y no te arrancaré la garganta de cuajo!

genial, ahora que parecía que todo iba a terminar bien

se alejó de los campesinos con unos pasos hacia atrás para no perderlos de vista y recibir un golpe inesperado y su mano se dirigió a la empuñadura de la espada pero no llego siquiera a tocarla. No era religioso ni tenía un código moral estricto, pero dudaba a la hora de atacar con un arma a un hombre humilde que no tenía culpa de nada.

idiota, a este paso mañana celebrarán tu funeral

sin atreverse a desenfundar un arma para atacar mantenía los brazos adelantados para desviar o atrapar los golpes con los palos que blandían.

Centro la vista en su presa, ya tenía canalizado las fuerzas místicas, ahora solo debía lanzarla, sonrió, ahora le tocaba hacer lo que mejor sería…

¡¡¡ELNOR!!! –Alzo la voz como si fuera un profeta- TU QUE ME GUIASTE PARA AYUDAR TUS FIELES, UTILIZA MI BASTON COMO CANALIZAR TU VOLUNTAD DIVINA Y MUESTRA A TUS FIELES QUIEN ROMPIO TU MAGNO REGALO. Suelta la lanza arcana en dirección guardaespaldas. El hechizo no haría grandes daños, aunque pudiera evitarlo la gente vería que lanza se iba contra ella.  ELLA ROMPIO TU VUESTRO ALTAR , ¡EL ALTAR DE ELNOR!

- Último aviso, señora. O suelta el fragmento o sentirá el frío toque del invierno en sus carnes, y le aseguro ¡que no es nada agradable! - trato de amenazar a la mujer poniendo un tono serio y apuntando hacia ella con el bastón, preparado para lanzar el hechizo al más mínimo indicio de hostilidad por su parte.

-Espera, espera, podemos llegar a un acuerdo- clamo el hacendado intentando mediar la situación. –Si me dices que es lo que buscas yo me encargaré de que consigas mucho más aun-.

La acción de Khan había desatado la ira de muchos de los fanáticos de aquel supuesto dios llamado Elnor. Sin embargo la seguridad de este y sus acompañantes a la par de la enemistad existente entre muchos de los fanáticos y el propio hacendado. Lo anterior sobre todo en el caso del sacerdote que viendo lo sucedido y con la esperanza de recuperar el amor de su dios optó sorpresivamente por apoyar a los recién llegados.
-Esperen hermanos, Elnor nos podría estar dando un aviso. No juzguemos a estos hombres sin escuchar lo que tienen que decir; sus crímenes particulares los atenderemos después-.
Sus últimas palabras eran claramente dirigidas a la situación de Duhan, la cual parecía estar lejos de ser olvidada.
Acercándose a Khan y al hacendado, el sacerdote le habló a los guerreros del amanecer en busca de alguna aclaración a lo que estaba sucediendo.
-Que pruebas tienen de que este hombre y aquella mujer han profanado el altar de nuestro dios?- preguntó señalando al hacendado y a la mujer que parecía acompañarle constantemente.

Conciente de su situación desventajosa y de aquel grupo tenia por lo menos un mago, aquella mujer misteriosa de ojos rojos optó por hacerle lo que le pareció mas razonable. Levantando las manos en alto, simplemente se rindió, pero no del modo en que los guerreros del amanecer hubieran deseado.
-Yo no tengo nada que ver en esto- clamó, -solo soy su guardaespaldas desde algunos días atrás, lo que este hombre haya hecho para ofenderlos nada tiene que ver conmigo-. Culmino refiriéndose al hacendado.

El corpachón del enano era mucho más ancho que el del hacendado, y amenazaba con aplastarlo con un solo movimiento.

- Quiero el maldito fragmento del artefacto - dijo, clavando su mirada en la del hombre - Mis hombres y yo somos guerreros experimentados, así que o nos lo dais por las buenas, o esto va a acabar muy mal.

- ¡Que alguien vacíe esa mochila! - vociferó el enano, que estaba sentado a horcajadas sobre el hacendado amenazando con partirle el cráneo de un golpe.

Mantuvo “la distancia prudencia” contra la mujer. Cuando el hacendado dejo caer la mochila al caer el mismo. Se dirigió hacia donde estaba la mochila...
Paso la punta del bastón por uno de los amarres de la mochila, levanto la mochila con el bastón y la dirigió para si y rebusco en la mochila en busca de la piedra.

Una oportunidad

Aprovechando que Khan atraía toda la atención, silenciosamente se alejó de los hombre armados con palos que se había dirigido hacia él y se deslizó entre los arbustos que había más cercanos al portal. Con un poco de suerte aquello no sería necesario, pero no quería ni imaginar la reacción de los campesinos si Khan se equivocaba en algo en aquél momento y el sacerdote no podía contenerlos

Espero que sea cierto lo que dices, mujer - le contesto cuando dice que ella no ha tenido nada que ver y seguidamente, tras escuchar a Khan le digo a Brok y a Bredel - mantenerla vigilada y ante cualquier movimiento hostil por su parte, no dudéis en detenerla. Voy a ver que hay en esa mochila.

Sin perder de vista a la guardaespaldas, me acerco hasta el hacendado que está en el suelo, debajo de Khan, y de un tirón agarro la mochila a la que había echo mención el enano y le echo un vistazo.

Con la mochila en sus manos, Bredel acompañado por el otro mago del grupo, se dispuso de inmediato a revisar el contenido de la misma. Para la sorpresa y beneplácito de ambos magos justo en la mochila se encontraba la brillante piedra que servia como llave arcana.

Con ella en la mano, habían logrado no solo encontrar al culpable de lo que había pasado allí sino que habían logrado dar un gran paso en su meta de cruzar la cámara.

Sacando la piedra, Bredel se la mostró a Khan y los demás para confirmar su hallazgo. Eso al tiempo que una conmoción se desataba entre los fanáticos en los alrededores ante el inesperado descubrimiento.

Con la mujer de ojos rojos detenida y afirmando que claramente ello no tenia nada que ver, Edvant había logrado colarse por completo en las cercanías a la puerta, listo para cruzar cuando esta estuviera abierta.

El enano asintió firmemente a sus compañeros cuando le mostraron la piedra, y sonrió abiertamente. Incorporándose de su posición de dominio sobre el hacendado, se incorporó y habló ante todos.

- Este hombre os había despojado del objeto sagrado de vuestro dios, pero lo hemos recuperado para vosotros - dijo, haciendo que su voz resonara y que todos pudieran oírlo - Ahora volveremos a completar el regalo divino y nos marcharemos... lo que decidáis hacer con este hombre es cosa vuestra.

Haciendo un gesto a sus compañeros para que lanzaran la piedra a Edvant, que había hecho un fantástico trabajo de infiltración, se marchó hacia la puerta mascullando por lo bajo.

- Me son indiferentes las leyes de los hombres...

Me sentía con ganas de soltar un discurso sobre la importancia de la fe y responsabilidad , pero no le gustaría afectar mas a este “espacio” , quien sabe las consecuencias de nuestros actos en las siguientes salas. Hemos resultado el entuerto , pero este acto haya afectado algo en Velo. Ladeo la cabeza , mientras veía sus ojos rojos de la mujer , me parece que nos reencontraremos algún sitio

Se encaro hacia Edvant, todos debemos tener nuestro momento gloria. Le tiro la piedra y se dirigió con rapidez al portal. No había tiempo  que perder..

Al escuchar que los demás habían tenido éxito encontrando la piedra sonrió de satisfacción y se asomó de su escondite, dejándose ver para que sus compañeros pudieran lanzarsela.

Cuando Bredel la arrojó salió con rapidez para recogerla y correr hacia el portal. Que el sacerdote y sus seguidores hicieran lo que creyesen conveniente con el hacendado o la mercenaria, lo único que le interesaba era atravesar el portal hacia la siguiente sala y librarse de los problemas que les había causado aquella.

-Espera!- grito el sacerdote ante la acción de Bredel al sentir que la esperanza se le escapaba de nuevo de las manos. –Por que has hecho eso?, que intentan hacer y quienes son ustedes realmente?-. Al tiempo que el sacerdote moderadamente molesto y moderadamente preocupado preguntaba esto, algunos de los fanáticos ya habían rodeado al hacendado aferrandolo de su tunica para rasgarle en señal de desapruebo a su accionar.

La mujer misterioso que había trabajado al parecer para el hacendado, había optado para irse alejando paulatinamente; y esto era favorecido por el hecho de que la atención actual de todos los presentes se centraba tanto en el hacendado como en los guerreros del amanecer quienes eran los actuales portadores del pedazo del altar y tal parecía que querían hacer algo con dicha roca.

Aunque la piedra se aleja por mucho de donde estaba Edvant, consigue correr a toda velocidad y atraparla frente las narices de uno de los lugareños.

Sin perder tiempo le aparta de un empujón y corre hacia el portal abriéndose camino a empujones y codazos si hace falta para colocar la piedra en su lugar, con intención de atravesar el portal nada más se abra éste.