Partida Rol por web

Te acercas a lo que parecen las huellas que iba siguiendo Findecano y las sigues hasta que oyes el revuelo de los cuervos alejandose de la region.
Te escabulles entre las rocas y los arbustos secos de la zona, que apenas pueden cubrir tu pequeño cuerpo y te acercas lo mas posible a donde te parece que salieron los gritos.
Sigilosamente miras por una pequeña abertura de no mas de 5 centimetros entre dos grandes rocas y puedes ver lo que parece un altar. Encima de el hay tendida una mujer de cabellos rubios y una persona vestida con una tunica negra con los brazos alzados y lanzando canticos para ti ininteligibles.

Me acerco lo mas sigilosamente posible al tunica negra para hacer un ataque furtivo.
Si como resultado de mi ataque le dejo aturdido trato de llevarme a la mujer conmigo,siempre que me parezca que aun vive,sino me dedico exclusivamente a atacar al hechicero y dar aviso a mis compañeros.

Das un rodeo entre las rocas para acercarte hacia el lugar, cuando ves que el mago está rodeado por tres wargos de gran tamaño. Sabes que difícilmente podrías acercarte sin que te olieran los perros.

Tas os hace unas señas con la mano para que os acerquéis. Os enseña una pequeña abertura entre las rocas. Uno a uno os acercais para ver lo que parece un altar. Encima de el hay tendida una mujer de cabellos rubios y una persona vestida con una tunica negra con los brazos alzados y lanzando canticos ininteligibles.

- A ese bastardo le hago yo una cara nueva, maltratar asi a una mujer y lo que es peor usarla en su recetario ritualista. si no fuera que parece un mago...

- Magos, caballeros, arqueros, dan igual, mi hacha penetra a cualquiera. Por mi un humano menos no me hace daño. Pero se que ustedes la van a querer rescatar. Así que en marcha y acabemos lo antes posible con esto.

Maldicion, es de noche y tengo que andar rescatando humanos, y encima de tunicas negras. Tengo sueño, quiero dormir.

-no te apresures, parece estar distraido , el elemento sorpresa es crucial, puede que una de mis flechas le alcance antes que reaccione i estoy seguro k silvara podra lanzar-le algun proyectil magico, esto ha de estar coordinado... a ...la ...per...fec...cion

alguno puedo lanzarle si¡¡ pero espera que antes de atacar me lanzaré un escudo no vaya a ser que él también tenga proyectiles...lo malo es que es un conjuro personal..dicho y echo justo antes de que vayan a por él se conjurará un escudo que la proteja y a continuación un proyectil al mago.

Bueno, pues apresúrense en lo que van ha hacer, no quiero que mate a la mujer, en cuanto ustedes hagan lo suyo el maese enano y yo podemos entrar, si él está deacuerdo?.

todo dispuesto i a disparar flechas se ha dicho

Los compañeros habían decidio actuar contra ese conjurador desconocido y así intentar salvar a la mujer que reposaba en el altar.
En un movimiento rápido y coordinado Findécano y Silvara disparaban sus flechas y sus proyectiles contra la extraña figura vestida de negro.
Sin embargo, su ataque no surgió como esperaban. Los proyectiles lanzados por Silvara iban dirigidos hacia el objetivo, pero no lograron impactar, se desvanecieron antes de llegar a la siniestra figura. Las flechas lanzadas por el valeroso arquero tuvieron más o menos la misma suerte, una llegando a los pies del altar y la otra, aunque rozando uno de los brazos alzados del conjurador, pasó sin causar daño alguno.
La figura detuvo sus cánticos por unos breves instantes y reemprendiendo la salmondia pocos segundos después.
Sin embargo su orden estaba clara. Al alzarse Silvara y Findécano, pudieron ver algo que no habían podido ver a través de la rendija. Tres horribles y fieros perros wargos, más grandes de lo que hubieran podido imaginar, rodeaban al conjurador.
A su orden silenciosa, uno de ellos levantó la cabeza y se dirigió con prisa hacia los compañeros...

Crónicas de Ansalon
Astinus de Palanthas
Volumen MMCCX

Entretened o acabad con los perros,mientras tanto tratare de flanquear al tunica negra y golpearle,entonces alguno de vosotros lo dejo a vuestra eleccion deberia acudir a sacar a la mujer del altar mientras entretengo al mago.

Otra vez Wargos? Esperaba que los tunicas negras tuviesen algo más descente para luchar. Vengan perros inmundos, vengan a probar el filo de mi hacha.

Mientras los compañeros preparaban batalla contra el wargo que se acercaba, el misterioso conjurador sacó de la nada en sus manos un cuchillo, resplandecía como si fuera de hielo bajo la ténue luz del sol que pasaba entra la niebla y la roca.
Sin poder hacer nada, el hombre clavó el puñal en el corazón de la mujer ante la atónita e impotente mirada de los compañeros.

Crónicas de Ansalon
Astinus de Palanthas
Volumen MMCCX

La frustracion se apodera de mi, no esperava qu el mago estuviera preparado para repeler la totalidad de nuestras acciones, i mucho menos la presencia de los "perros"

Reaccionando con la mayor prontitud preparo un nuevo disparo, pero la vil accion del hechicero me llena de ravia y hace que mis lanzamientos pierdan presicion.
-malditos tunicas negras, tarde o temprano pagaras por esta injusticia