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EL DULCE SABOR DEL PECADO PARTE - 1

Preludio de Emily Roselyn Claredon

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08/04/2015, 21:43
Dungeon Master
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Estás de visita en el castillo de un gran noble de York por los esponsales de su hija. Es un honor haber sido invitado, y tanto la velada como la boda han sido espléndidas. Tienes una buena amistad con el noble, sin embargo, temes de fallar y perder esta amistad.

Una noche, cuando estáis disfrutando de unas copas ambos en uno de sus salones, uno de los sirvientes entra sudando y gritando.

"¡Señor, señor! ¡Los hombres destinados a acabar con la vida del Arzobispo de Cantebury ya han llegado!"

El criado no tiene más que unos nueve años, y el chico se queda perplejo al ver que su señor no estaba solo en sus aposentos, ya que no esperaba compañía. El noble se tapa la frente con una de sus manos, se levanta, y ordena que se lleven al chico por decir injurias delante de los invitados. Te pide disculpas por el hecho tan lamentable que acabas de ver, y que lo que ha dicho el chico es sólo producto de tu imaginación. A cambio de que olvides este pequeño incidente suelta una de sus bolsas del cinto y te la entrega como un obsequio de buena voluntad. Te das cuenta que intenta comprar tu silencio.

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09/04/2015, 15:02
Emily Roselyn Claredon
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Mi rostro se tornó en uno visiblemente más serio que denotaba que la situación me estaba resultando incómoda, de hecho no recordaba la última vez que me había sentido así de incómoda. Dejé mi copa de metal sobre la mesa al comprobar la bochornosa manera de actuar del señor para salir de aquel entuerto. No pude evitar fruncir ligeramente el ceño al contemplar en silencio la bolsa que me ofrecía de una forma tan descarada.

Yo había viajado desde La Isla durante meses para representar a mi familia en la boda, aquí en York. Mi padre, el Conde de Solet, me había dado unas instrucciones muy claras en mi primer viaje oficial como vizcondesa. En ese momento recordé sus palabras: "Compórtate como una dama, disfruta de la celebración y no te metas en líos." por lo que decidí omitir cualquier juicio de valor después de contemplar aquella problemática escena.

Por unos instantes puse toda mi atención en aquella bolsa, no por que la desease, más bien por que por cada segundo que la miraba, allí suspendida de la mano del noble, comprendía en el compromiso en el que me estaba metiendo sin comerlo ni beberlo. Empecé a sentirme más nerviosa que de costumbre, sobre todo por no saber demasiado bien como debería actuar.

No tuve la impresión de que el mocoso inoportuno estuviese diciendo mentiras, es más, el comportamiento del señor me confirmo que no estaba equivocada al creer las palabras de aquel crio. Dejé mi asiento lentamente y algo apurada para ponerme de pie junto a la mesa, mientras, pensaba que si de ser cierto aquello, aceptar aquella bolsa me convertiría en cómplice de una atrocidad.

Sonreí por fatiga, mirándole a los ojos -¡Oh! No, por favor, no es necesario que haga nada de esto, no piense que me ha importunado ese mocoso, no he creído ni una palabra- dije mientras encogía inconscientemente mis hombros y me cruzaba de brazos a la vez que retrocedía un par de pasos.

-Ve-Verá, he pasado unos días maravillosos en compañía de su familia y amigos, te- tengo que decirle que he disfrutado mucho de las celebraciones, no deje que esta tontería arruine mi maravillosa visita a York.- Dije en un tono pausado mientras hacia un esfuerzo para que no me temblase la voz.

-Con su permiso voy a retirarme a mis aposentos, estoy un poco cansada y se me está despertando un pequeño dolor de cabeza- dije un poco apurada intentando escabullirme de aquella situación.

-Discúlpeme, aún no estoy acostumbrada al vino- dije intentando quitar hierro al asunto.

- Tiradas (1)
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09/04/2015, 18:17
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Notas de juego

Al rechazar el soborno ganas un tres en el defecto de enemigo, sin embargo ganas automáticamente un punto en conciencia, uno en Humanidad y un punto en el trasfondo de Espías para reflejar que conoces el secreto oscuro del noble.

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09/04/2015, 18:22
Dungeon Master
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Por supuesto  Ilustrísima Señora, se da la vuelta y toca la campanilla para llamar a algunos de sus siervos que te acompañarán al dormitorio de huéspedes es lo que supones, que tenga su Ilustrísima Señora buena noche. Es lo que te dice antes de salir del salón.

Notas de juego

Tu turno

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09/04/2015, 20:18
Emily Roselyn Claredon
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-Buenas noches mi lord- respondí educadamente a la vez inclinaba ligeramente mi cabeza en forma de sutil reverencia.

Ver como el noble abandonaba el salón hizo serenarme, relajé mis hombros y suspiré levemente como si me hubiese quitado un gran peso de encima. ¿Que diablos había sido eso? ¿De verdad aquello había ocurrido?.No acertaba a comprender demasiado bien el motivo que podría mover a un hombre como él a hacer algo semejante.

Me fue entonces urgente dar parte de lo que sabía, aquello no me incumbía demasiado, pero, estaba segura de que mi padre sacaría buen provecho de aquella situación, aunque para mi desgracia estábamos a muchos kilómetros de distancia. Yo sola no encontraría el valor para denunciar lo sucedido.

Por un instante me quedé allí parada, pensativa y con los brazos en jarra.

Debía tomar la iniciativa, no quería quedarme allí pasmada sin salir de mi asombro. Aunque no era una mujer demasiado religiosa, sentí que debía hacer algo por el arzobispo, eso era lo correcto, lo que mi padre esperaría de mi.

No esperé a que los sirvientes acudiesen a la llamada de su señor para guiarme a mis aposentos, cogí mi copa por un momento para dar un buen trago a aquel asqueroso vino, y una vez dado un buen sorbo, la dejé caer involuntariamente sobre la mesa de madera, derramando algunas gotas. Sentí la necesidad entonces de encontrar a mi sirvienta, me apresuré a buscarla, necesitaba encerrarme en mis aposentos para pensar, quizá para hacerle un encargo, que buscase a un hombre de confianza de mi padre o a alguno de los escoltas que nos acompañaron hasta el castillo.

No me los pensé dos veces, cogí discretamente los bajos de mi vestido y fui en busca de mi sirvienta con cierta prisa, pensando que estaría esperándome en mis aposentos.

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09/04/2015, 20:49
Dungeon Master
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Subiste por las escaleras de mármol cuyos soportes de madera supones de buen roble, sustentada tu escalinata en caso de apoyarte en ellos. El hecho de que subieses algo tu falda hizo que tus pasos pasasen desapercibidos alrededor de aquel castillo. Cuyos techos de grotesca altura estaba adornado con una gran lámpara que era más decorativa que luminosa pues había partes de las escaleras en las que ibas en semipenumbra, y en algunas en penumbra del todo hasta recobrar otra vez los hilos de luz que irradiaba esa enorme lámpara de escasa luz.

Llegas a los cuartos de arriba a los que sin duda en uno de ellos te alojarías, encuentras una de las habitaciones abiertas por ese pasillo que se perfilaba largo y a la vez elegante por aquella alfombra roja que se extendía hasta la oscuridad. Igual que antes residían lámparas de menor tamaño pero de escasa luz, te acercas a la puerta que supones que es la tuya cuando entras ves a tu sirvienta echada sobre la cama empapada en sangre ¡La han asesinado! Al fondo del pasillo escuchas los pasos de alguien con armadura que se aproxima... 

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09/04/2015, 22:20
Emily Roselyn Claredon
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No fui capaz de traspasar la puerta, ver a mi sirvienta ensangrentada me impresionó mucho, no se de que manera conseguí aguantar las ganas de soltar un alarido de terror, probablemente por que mi garganta se hizo un nudo. No sabría decir si estaba más asustada que furiosa. Intenté aguantar la presión y mis intensas emociones encontradas, apretando fuertemente mis delicadas manos a la vez que se marcaba una nerviosa vena en mi delicado cuello. Mis ojos se volvieron vidriosos mientras intentaba aguantar el llanto rabioso.

Escuché unos pasos, pero no supe discernir de dónde procedían, ya que sufrí un pequeño vahído al recordar los buenos momentos que pasamos mi difunta sirvienta y yo misma de camino a York.

Para no desplomarme sobre el suelo me sujeté al quicio de la puerta, necesitaba pedir ayuda, ese asqueroso asesino debía pagar aquella grave ofensa. Intenté recobrar el aliento sin demasiado éxito, el sofoco me impedía pronunciar palabra.

Volví a notar aquella presencia y el miedo se apoderó de mi cuerpo aún con más fuerza.

- A..a.. a mi la... la guardia, ¡A mi la guardia!... ¡¡¡¡¡¡A MI LA GUARDIA!!! - pronuncié con cierta dificultad en principio, pero solo hasta encontrar las fuerzas para gritar con toda mi fuerza y rabia, incluso hasta desgarrar mi propia voz, caerme al suelo y quedar sentada en mitad de aquella puerta.

Cuando se hizo el silencio solo podía pensar en que mi vida en York corría peligro.

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09/04/2015, 22:35
Dungeon Master
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Los pasos se acercan cada vez más y más cerca, pasos de un soldado supones por aquel ruido tan característico de los que van con armaduras. Pronto esos pasos se acercan a ti, sí es un soldado, uno de tantos del castillo que al verte allí arrodillada se queda pensativo ¿por qué? Después te coge por las axilas para desplazarte hasta cerca de la cama quedando él en la puerta que la cierra y ves que empieza a desabrocharse la parte de abajo...

Notas de juego

Tu turno

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10/04/2015, 08:26
Dungeon Master
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Ahora lo ves todo claro esa campanilla la cual tocó el noble no indicaba la presencia de los sirvientes sino tu muerte, quién sabe las malignas ideas y planes trazados del noble...Lo único qué sabes que al no aceptar el soborno tu vida ya estaba condenada. 

El soldado está en su apogeo nunca habría podido imaginar que podía fornicar con una vizcondesa, es como un sueño inalcanzable que ahora se hace realidad, está inmerso en esa ilusión y pensamientos. Cuando de repente percibes una sombra fugaz que entra por la ventana ¿quién será? La habitación era el único foco de luz de la planta superior, pero como siempre tenue para percibir bien los rasgos de esa silueta que se desplaza hasta donde está el soldado... éste se queda impávido al no poder reaccionar con la premura de haber estado alerta a cualquier peligro, pero contigo allí como gacela a punto de ser devorada y con la seguridad del noble para poder hacer lo que quisiera, se frustra sus planes por la presa de esa figura que degolla sin aspavientos el cuello del soldado que cae ingrávido sobre el ahora ensangrentado suelo. 

La figura antes de acercarse se identifica mi señora Emily lo reconoces al momento es tu cochero Robert debemos de darnos prisa, antes qué nos localicen escaparemos por la puerta de atrás. Ya he despachado al que la vigilaba, te ayuda a incorporarte y te hace signos para que le sigas e imites sus movimientos que son ágiles y silenciosos.

Ahora recuerdas las palabras de tu padre que con aspecto marcial siempre te enseñaba y como no también él planificaba sus estratagemas, el mejor de los soldados de vuestra ilustrísima casa es el cochero, nadie se lo imaginaría por eso tu padre puso al mejor de los soldados disfrazados de aquel singular oficio.

Llegasteis a la puerta trasera, la casa estaba en silencio un silencio sobrecogedor que le otorgaba la capacidad de ser cómplice de los asesinatos que hoy se cometiesen. Al abrir la puerta ves en efecto la silueta de un soldado que yace en el suelo degollado por la afilada arma de tu sirviente. Rodeáis la casa por los jardines burlando así la guardia atrincherada en la puerta principal, para después escapar por aquel portón rodeado de temibles rejas de elevada posición con sus dentellados filos, tras traspasar y encontraros a salvo el carromato está allí esperando ¡Rápido señora no hay tiempo que perder! Visitaremos al padre Anthony.

El padre Anthony es un fiel aliado de vuestra casa vive en la parte baja de la ciudad de Canterbury, cerca de la puerta de la ciudad que da al camino que se dirige a Windchester. Hacia allí os dirigís...mientras piensas como vuestra escolta había sido también aniquilada y ocultada en algún siniestro lugar, por esa razón las puertas se mantenían abiertas para hacer lo mismo con la gran Vizcondesa si no aceptaba el soborno.

                                                         Fin del Preludio

Notas de juego

Perdona por adelantarme a tu posteo pero así comenzáis todos en la primera escena.