Partida Rol por web

Sus palabras fueron un duro golpe, pues entonces el manantial no me aseguraba que no fuera a volverme como mi madre. Quizás ella también había sido buena en algún momento...

-Mi prima...- Dije finalmente.- Hija del rey de espadas y de la reina Blanca...- La anterior reina, en cierto modo me sentía como si hubiere usurpado el lugar de Alice, aunque fuera culpa de mi madre.- Entonces... ¿nos ayudarás?

Bufó unas cuantas veces, estaba meditando la respuesta, él era un ser neutral, era la representación de la suerte, de la buena suerte, que podía beneficiar a cualquiera, pero ya Locasta lo había convencido,o intentado convencer, pero ahora a ver al chico pidiendo por otros, sonríe.

- esta bien, te ayudaré, pero antes, creo que necesitas algo mejor que usar - camina hacia ti, y te da la vuelta - esas ropas no ayudan mucho en un combate, no es cierto? - se inclinó - ven, súbete, iremos a un lugar a buscarte una armadura.*

Sonreí cuando vi que aceptaba, aunque no me convencía aquello de alejarnos más, por mucho que mis ropas estuvieran en bastante mal estado. Pero supuse que una armadura podá ser de mucha ayuda.

-Está bien...- Dije finalmente.- Pero debemos darnos prisa. No querría que les pasara a nada a mis amigos por no estar yo allí.

Dicho esto subí al dragón con la emoción de un niño, antes apenas había podido disfrutar del vuelo, pero ahora era totalmente consciente de que íbamos a volar. Además de esto tenía mucha curiosidad por el lugar al que me llevaría. ¿Cuantos fantásticos tesoros olvidados conocería este dragón?

-¡Vamos! ¡lo más alto y rápido que puedas!- Grité sin esconder la alegría producida por el momento.

- Que gentil por su parte.- susurro la princesa incorporandose, destilando sarcasmo en cada silaba.- ¿Tambien me agasaja con algun veneno como condimento o prefiere la misericordia del gato que juega con el raton hasta su muerte?.- pregunto mirando a aquella mujer, sin atreverse a tomar bocado pese al hambre. Era raro que de pronto se preocupara alguien por ella o se le permitiera el privilegio de comer.

El humor de Alice no era bueno despues de todas las penurias pero tampoco debia cargar esa ira contra aquella mujer, apesar de recordarla lejanamente.- Os recuerdo.- comento con un tono mas propio de ella.- Me alegra que los comentarios que oi no sean ciertos y esteis viva.- dijo con sinceridad.

Alba volvió su carita hacia Derek, y le sonrió, era una sonrisa sincera y muy bella, aún había esperanza en esos ojos verdes profundos, y esa esperanza parecía cubrirlos a todos, Alba se arrimó contra su pierna, pero luego voló hasta su rodilla, y se sentó a lo indio en ella, sonrió de nuevo, y  camino hacia su mano para ponerse debajo de ella, como su buscara su protección.

- no estés triste -exclamó el hada - siempre estas triste... desde que te conocí - suspira,  y se sienta de nuevo en el muslo de Derek,con la mano de él, en su regazo que la cubría por completo - no tengo sueño Derek, siento... siento que el príncipe no está muerto, pero no puedo explicarlo, siento que deberíamos irlo a buscar, pero...pero... es imposible - bajó sus hombros, apesadumbrada.

Y así fue, Fújer, el Dragón de la Suerte alzó el vuelo rápidamente, sentiste un vacío en tu estómago a medida que alzaba el vuelo tan lejos del suelo y de cualquier lugar seguro, pero te sentías bien con la compañía de este particular amigo madreperla. Pasaron la niebla de las montañas y siguieron volando hacia el sur, no sabías a donde te llevaba, ¿y si era una trampa?, pero era imposible que alguien pueda fingir con tanta soltura aquella aura suave y relajante.

- estamos cerca - exclamó Fújer,mientras seguían volando, y llegaron a las nubes, jamás habías ido tan lejos, tan alto, y te sentiste por primera vez libre de las ataduras de tu pasado y de tu sangre.

Siguieron volando, cruzando las montañas, ya no veías el volcán, pero las nubes cubrían los picos más altos, por donde Fujer, volaba casi rozando., daba giros y ya luego de unos cuantos, te acostumbras a ese vértigo. 

Al fin van llegando,lo sabes porque el dragón comienza a descender hasta un bosque blanco, en donde puedes ver una cueva rodeada de flores, la nieve no había caído en ese lugar, y el verde se extendía por la entrada de la cueva. Apenas bajan, Fújur te pide que te bajes, y que lo sigas, y así es, entras en la cueva  en donde luego de caminar por una gran bóveda, llegas a una puerta con la figura del dragón, cuando Fújur dice una palabra en un antiguo idioma, estab puerta brilla por su  relieve y se abre, entras y  lo que te recibe es el dorado resplandor de cofres de oro.

- sólo toma lo que necesites - te dice el dragón  dejando que te adelantes, habían cobres de oro y joyas, coronas cetro, habían joyas de los más increíbles colores,  y más lejos habían armas, espadas, armaduras, escudos, yermos. Puedes tomar lo que necesites y más...

La mujer baja la cabeza, y aprieta los labios demostrando su incomodidad, pero no te culpa,no debes saber que ella también era prisionera en ese lugar, que su esposo había sido asesinado y que la habían separado de sus hijos, que el regente de esas tierras, su cuñado, ahora la iba a forzar para casarse.

- mejor coma, debe recuperar fuerza, y no tiene nada la comida, sólo debe probarla, - te sonríe de nuevo, desviando la mirada, se ha sentido tan incómoda y agredida por tus palabras que no te mira. Se pone de pie, arregla su vestido rojo - las dos somos los ratones alteza, pero ud es especial, por eso no tocaran ni un cabello de su cabeza - inclina su cabeza en una reverencia y se gira para salir de la habitación.

- Después sigo yo – le respondo a Nikolai, sin darle margen a decir que no. Giro la cabeza hacia Mark. Pongo mi mano encima de la suya, rechazando las almendras.  Recargo también la cabeza en la roca, cerrando los ojos con fuerza. Inconscientemente aprieto su mano, dándole a entender en un gesto que es lo que estoy sintiendo.

Quiero hablar. Decirle algo, sea por lo del árbol, sea por lo que acaba de pasar. Que sepa que para mí no fue nada, de que en realidad significó mucho, que en este momento sé que a él también le puede la forma en que Edwards murió, maldecir el nudo en mi garganta y expresar el sin sentido de que yo esté aquí y él no.

- No Mark, no estoy bien.

Brillante. Magnifico. Lo mejor que puedo decir y resulta lo más evidente.

Acabo de ver como el muy idiota se sacrificó por mí. Como el muy idiota cayó al vacío, por mí.

Suspiro, sabiendo que no voy a dormir, y estoy segura de que Mark tampoco. Ni Sir Optimus, ni Alba. ¿Derek si lo hará? Abro de nuevo los ojos, buscándolo en medio de la escasa luz de Alba.

Mark soltó un gran suspiro, y paso su mano por el antebrazo de Ava, no era bueno con las palabras, nunca lo había sido de hecho, pero sentía que la princesa requería de su consuelo, aunque sólo fuese de su compañía silenciosa. El montaraz recorrió con sus dedos su ante brazo hasta toparse con la piel de su mano y la jaló hacia él, haciendo que Ava se apoyara en su pecho, en donde comenzó a acariciar su cabeza suavemente, pasando sus dedos gruesos y masculinos por su clara cabellera.

- lo sé, ninguno de los que aquí estamos, estamos bien, mejor duerme, yo haré el segundo turno y el tuvo, descansa, debes estar bien por la mañana - susurra en el oído de Ava, y toma sus mejillas entre sus dedos, para hacer que lo viese  a los ojos, - te protegeré...- murmuró, y volvió a apoyar la cabeza de Ava en su pecho, él se sentía culpable por lo sucedido, pero era incapaz de manifestarlo, no era así, su dureza siempre se manifestaba de esa manera, ocultando sus emociones y tristezas.

- duerme Ava - tomó una bocanada de aire, y apoyó mejor la espalda en la pared, con Ava cobijada en su pecho.

Contemplo asombrado todos los tesoros, al parecer las leyendas que hablaban de los dragones y sus tesoros es cierta, aunque todos palidecen ante Fújur.
Cualquier ser humano se vería tentado a guardarse algo, pero no soy así, he nacido entre riquezas, y las he abandonado por luchar por un mundo mejor, la codicia no se encuentra entre mis puntos flacos. Así que busco algo que sea más práctico que bonito, eso es lo más importante. Una armadura, un escudo, y quizás una espada si encuentro alguna mejor que la mía. Además ojeo si hay algo que me pueda ser útil, algún objeto mágico o algo así.

-Eres muy bondadoso al compartir tus riquezas conmigo.- Le digo solemne.- Me aseguraré de que cuando todo haya acabado seas compensado como mereces.

Derek miro a Ava, estaba realmente afectada y tambien Mark. El chico resoplo y miro a Alba forzando una sonrisa solo para ella.- Nunca he tenido muchos motivos para estar feliz... pero...me gustaria hacer feliz a los demas. Es posible que tengas razon, que cayera no significa que este muerto, pudo quedar herido o atrapado en un saliente pero es arriesgado que volvamos, podriamos perder a alguien mas.... No obstante, tal vez si fuera solo podria echar un vistazo... soy fuerte, me regenero de las heridas...podria volver antes del alba. - planteo entre susurro casi conspirativos.

En esa cueva, Alba y Sir Optimus tenían la tranquilidad e intimidad para hablar de eso que había quedado pendiente. Lo que faltaba era el ánimo. Nadie parecía estar con ganas de decir más que lo mínimo indispensable. El can no era la excepción, pero se despaviló al escuchar las palabras de Alba.

_¿¿Cómo dices??

Era imposible sobrevivir a esa caída... Claro que también era imposible encontrarse a un perro parlante. Si existía la mínima esperanza, valía la pena intentarlo.

_¿EStás segura, Alba? Sabes que confío en tí. Si me dices que está vivo y dónde ir a buscarlo, yo iré.

Alba pega un respingón y se encoge de hombros incluso su luz se va apagando - no puedo estar segura de eso, digo, es sólo un deseo, nada más, no quiero que se arriesguen por una intuición, no tengo razones para afirmar algo así - exclama y vuela más adentro de la cueva hasta ponerse en una roca y sentarse de espalda a ellos, no quería arriesgar al resto, tenían una misión.

- si quieren salir, hagánlo, pero correrán su misma suerte - se ha girado hacia ustedes Nikolai, y se encuentra con que Ava está con su cabeza apoyada en el pecho del montaraz, y se sorprende, sólo levanta las cejas y da unos pasos hacia dentro.- estas montañas no perdonan a nadie - sentencia, y se va a sentar cerca de la entrada, vigilando hacia fuera, hacia la noche.

Me quedo estática al sentir como pasa su mano por mi antebrazo. Es algo extraño, nunca sentido antes. O que hubiera sentido antes. Con cualquier otro habría respingado y no habría hecho caso, le habría respondido secamente que no necesito protección, pero con Mark es diferente. Tampoco es bueno con las palabras, y sin embargo sabe que decir para calmarme.

Nadie, ni siquiera Nikolai había logrado eso. Y dentro agradezco que él si pueda. Es un bálsamo. Algo que sin admitirlo necesitaba. Me dejo acercar a él, encontrando cierto consuelo. No dormiré, incluso en silencio haré mi guardia, pero si me permito cerrar los ojos.

Solo que alguien más habló también…

Al escucharlas abro de golpe los ojos, mirándola sorprendida. Veo cada uno de sus movimientos y como intenta ocultarse.

- ¿Qué dices? – levanto la cabeza, sorprendida, viéndola ponerse nerviosa.

Me aparto de Mark, levantándome. Siento un escalofrío. Vuelvo a ver en mi mente a Edwards cayendo al vacío, una, otra, otra vez. Lo vimos caer, pero no lo vimos morir.

- Alba… - le digo con un tono interrogatorio.

Camino directamente a la salida, asomándome, buscando con la mirada el lugar por donde cayó Edwards. No resondo a las palabras de Nikolai, pero alzo el brazo izquierdo frente a él, corriendo la manga, mostrándole la marca de la pluma, recordándole que ya antes vimos a alguien lograr lo imposible.

- ¿Qué tal si sobrevivió también?

- chicos... chicos - alzó la voz Mark colocándose de pie, - ya llevamos caminando bastante, está lloviendo y es de noche casi, en donde él cayó... pues...  ha quedado bastante atrás, - realmente habían dejado atrás el lugar del accidente buscando donde poder guarecerse de la lluvia, retroceder podría ser demasiado peligroso sin contar que no tenían equipo de escalada- me gustaría pensar que está vivo, pero no es así, cayó y no podemos devolvernos, pienso lo mismo que Nikolai, por desgracia no podemos arriesgarnos así por la intuición de Alba, por mucho que sea lo que deseabamos...- suspira, y se vuelve a sentar, poniendo sus muñecas en sus rodillas, y  mantener una postura doliente.

Sir Optimus se acercó a la entrada de la cueva para mirar el exterior. Ciertamente la visibilidad no era la mejor, por la falta de luz y por la lluvia. El niñero guardián se encontraba tironeado por su misión por un lado, y por su sentimiento de camaradería por otro. Si había alguna posibilidad de que el príncipe estuviera aún con vida, debía intentarse. Ya lo habían visto pelear, sería incluso un formidable aliado.

_Es verdad que estamos cansados y llueve, pero son personas como el príncipe quienes podrían marcar la diferencia en esta guerra, inclinar la balanza para uno de los bandos. Además tenemos el agua de la cascada. Si está malherido pero vivo, el agua podría sanarlo. Mis patas no resbalan tanto en las rocas como el calzado de ustedes, quizás sea mejor que yo vaya. ¿Alguno trae una cuerda, al menos?

Miró entonces la pluma de Ava. Hasta ese momento no había habido oportunidad de hablar al respecto, y Sir Optimus estaba intrigado.

_¿De qué hablas, princesa?

- Hablo de que hace años hubo otro príncipe que parecía muerto pero cuando su mejor amigo lo encontró, seguía vivo. – suspiro, bajando la vista hacia Sir Optimus - Mi padre.

Me inclino junto a Mark, poniendo una mano en su hombro. Para él tampoco es fácil. Lo vimos caer, ir hasta el fondo. No debería estar vivo. Cierro los ojos, recordando ese preciso instante, sintiendo un nudo en la garganta. Pero entonces veo a mi propio hermano, en el suelo, casi muerto, pero que a pesar de tener un puñal en el pecho seguía vivo. La sola posibilidad, el que pudiera haber sobrevivido, y más aun, nosotros sin hacer nada por él… no, tenemos que luchar. Edwards no sería el primero en lograr desafiar la muerte.

- Cuando él y mi tío aun eran príncipes mi abuelo el zar ordenó una búsqueda del ave al que le pertenecía originalmente la pluma. Los dos lo buscaron, pero fue mi padre quien con la ayuda de Nikolai logró encontrarlo, por lo que lo nombró heredero aun siendo el menor de sus hermanos. El bastardo de mi tío no lo soportó. - bajo la cabeza, sintiendo que trago hiel solo de pensar en él - y por sus malditos celos el desgraciado lo apuñaló y arrojó de lo alto de una muralla.

Elevo la vista, hacia Nikolai, quien está aun a la entrada.

- Pero siguió vivo. Y con esta pluma fue con que Nikolai logró rescatarlo. - vuelvo a cubrirme la muñeca con la tela, antes de continuar - Igual que hicimos él y yo con otro que también parecía muerto y estaba vivo.

Al decir esto último le dirijo una mirada significativa. Sabe de lo que estoy hablando, solo queda ver si se arriesga a que lo diga en voz alta.

Derek cogio a Alba de su pierna, con delicadeza, sobre la palma de su mano para que al levantarse no se hiciera daño y la dejo con el mismo tacto sobre el lomo de Optimus.

- Yo ire. Si no vuelvo tampoco sera algo que lamenten.- dijo el joven.- Ustedes duerman, regresare antes del amanecer, tendre cuidado y al menos podremos continuar sin esta duda terrible de haber dejado a un compañero atras.

La joven resoplo.- No pretendia ofenderla, es demasiado el tiempo que he pasado sola...por favor, no se marche.- pidio con tono angustiado. Aveces sentia que se volveria loca alli sola, sin nadie con quien hablar.- ¿Por que soy tan especial?.- pregunto deseando saber mas al respecto.

Naturalmente si no la habian matado ya debian tener alguna razon, mas no comprendia cual ya que todas sus ideas se caian como un castillo de naipes si se les aplicaba algo de logica.