Partida Rol por web

La silfide no alcanzó a hablar cuando  el cuerpo de Anthony doy saltos, en medio de violentas convulsiones y la sangre salía por su boca, se agolpaba  y manchaba su cara. El chico estaba realmente sufriendo, y abrió sus ojos antes de lanzar un alarido de dolor intenso.. luego sólo hubo silencio... nada más....

EL cuerpo del muchacho comenzó a volverse de piedra, era evidente que para él, ya era tarde por lo menos para la ayuda inmediata. La silvide pegó un grito de espanto y se puso de manera protectora sobre los cuerpos de Didac y Selina.

- ah!, por todas las.. las hadas... ha.. ha... sido atrapado... oh - lloriqueo, y se giró hacia Mary, - sí, yo me quedo, no sé donde está la flor, nunca antes había entrado a esta parte del bosque, oh,, por las hadas.. oh, no quiero que mueran.. no quiero . la silfide lloraba perlas que caían sobre los los dos muchachos.

Una mano me ayuda cuando estoy hundiendome en las aguas del río así que con su ayuda decido nadar hacia la superficie con todas mis fuerzas. No sé quien es la niña pero una mano amiga es bien recibida en estos momentos.

Solo espero que verdaderamente venga a ayudarme y no sea otra pesadilla más.
 

No estaba Púa,  tú sigues nadando era demasiado profundo, demasiado profundo... demasiada oscuridad... pero aquella niña luminosa no te suelta, te sigue arrastrando para salir del fondo del río al cual habías caído desde el precipicio, pero el aire te falta, apenas habías tomado una  o dos bocanadas antes de sumergirte, pero era imperioso poder salir de ahí... Pero la luz puedes verla al final,  es el sol el que se  ribetea en la superficie del agua, una voz conocida se hace más presente. Escuchas  de nuevo esa voz  cargada de preocupación... era Mary.

Mientras Mary intentaba saber que hacer y el espíritu de la silfide lloraba  perlas sobre los cuerpos de Didac y Selina, Didac abre sus ojos, respirando profundamente como si el aire le hubiera faltado completamente. 

Didac intenta saber donde estaban, recordando que estaban aún en el bosque maldito, mira a todos lados, todos sus amigos estaban a su alrededor, pero pudo darse cuenta que Anthony estaba transformado en una estatua de piedra y que James y Eolande tenían sangre saliendo de sus bocas. ¿era un sueño o era la realidad?.

La silfide suelta un grito de alegría y abrazó por los hombros al muchacho diciendo que al fin había despertado, que había logrado despertar del sueño del hacedor de sombras.

Está a punto de echar a correr hacia el corazón del bosque para encontrar la flor cuando escucha el gritito de felicidad de la Sílfide. Se gira y ve que está abrazando a Didac. Y Didac está despierto, tiene los ojos abiertos y parece que ha conseguido despertar del sueño del Hacedor de Sombras. ¡Es posible despertar por uno mismo!

-¡Didac!

Se acerca corriendo y le da un abrazo.

-¿Estás bien, Didac? - le mira preocupada.

Ha despertado del sueño, pero a saber que cosas terribles le habrá hecho el Hacedor en su sueño. Mira a los demás, no tiene tiempo para quedarse ahí. Se pone en pie.

-Tengo que irme... a buscar la flor para despertar a los demás. Volveré lo antes posible.

Cuando despierto aún recuerdo el rostro de aquella niña, ella me había salvado, me había ayudado a salir de tan horrible pesadilla.

La situación que me espera al despertar no es mucho mejor, veo a mi hermana completamente dormida, a Anthony convertido en estatua y a Eolande y James echando sangre por la boca. Menos mal que el rostro de Mary ilumina mi cara, ella estaba viva y ahora sí parecía ella. Tan dulce y nerviosa, como si no supiera que hacer, ese es el encanto de esta chica y la del sueño nada tenía que ver con ella.

-¿Qué ha pasado?- la sílfide rompe a llorar mientras me da un abrazo, me explica lo ocurrido. -Debo salvar a mi hermana. No puede quedarse dormida eternamente.

Es entonces cuando Mary me dice que tiene que ir a por la flor para despertarles así que supongo que ya ha hecho todo lo posible para ello sin resultados. -Voy contigo Mary pero creo que esta es más una lucha interior que otra cosa.

Me incorporo, antes de que salga corriendo Mary cojo su mano y miro a la sílfide. -Cuida de mi hermana por favor.- ahora miro a la joven. -Vayamos... ¿sabes donde es?

Aprieta su mano para darle fuerzas y para darse fuerzas a ella misma.

-Los leones me dijeron que este camino llega al corazón del bosque. Supongo que allí estará lo que buscamos, pero vosotros teníais la brújula, ¿verdad? Nos ayudaría a encontrar la flor.

Mira a su amigo. Él seguro que sabe quién de sus compañeros tiene la brújula para encontrar la flor.

-Recuerda... no debemos salirnos del camino. Y, a parte de la flor, debemos encontrar otra cosa.

Cuando Mary menciona la brújula recuerdo cuando el capitán decidió dármela. "¿Sabía el que yo sería capaz de salir airoso de este tipo de problemas o será obra del destino?" pienso algo confundido.

Busco en mi bolsa sin fondo, allí la guardé antes de estar en peligro y... ¡Oh Púa! Seguro que está allí dentro también, cuando tiene miedo se mete ahí.

-Espera Mary, la tengo yo...- al abrir la bolsa sale Púa de ella con la brújula en su boca y me la pone en la mano. Cuando la suelta empieza a lamer mis dedos alegre por verme con vida.

Acaricio suavemente a mi pequeña hurona antes de ponernos en marcha pero no hay más tiempo que perder así que miro a Mary y le digo.

-Vayamos, debemos darnos prisa.

Asiente. Deben ir lo más rápido posible sin salirse del camino y tienen que llegar al corazón del bosque. Esa es la meta que tienen que tener presente para poder salvar a los demás. Quizá sea una lucha interna, pero a veces en las luchas internas necesitas una ayuda para lugar salir victorioso.

-Oberón me contó que la Reina Roja dejó algo en el bosque. Algo poderoso: su humanidad y bondad. Tenemos que recuperarla y devolvérsela para que pueda recordar quien es en realidad.

Comienza a caminar, casi a correr por el camino, pero vigilando donde pone los pies.

-Por eso vine... para avisaros.

Sigo a Mary sin perderla de vista. Hay que darse prisa si queremos salvar a Selina y los demás.

-Si hay algo que pueda hacer desaparecer la maldad de la Reina Roja hay que encontrarlo, pero lo primero es salvar a los demás. Juntos seremos más fuertes.

Pua mientras corremos se sube encima de mi hombro para ver todo lo que pasa. Sentir otra vez el corretear de mi hurona por mi cuerpo me reconforta. Esta es mi realidad.

-Creo que el Hacedor de Sombras corrompió su corazón de alguna forma. Está despierta, pero está dormida. No sé si me explico.

Es algo que siempre ha pensado. Al inicio de todo esto, en la cubierta del barco, recuerda haberle dicho a James que la Reina Roja debía de estar ciega para no ver la belleza del mundo y para no ver que si seguía de esa forma se quedaría sola en una tierra fría cubierta de nieve. ¿Quién quiere la soledad? 

-Se lo dije a James, la noche que comenzamos a navegar.

Se me llenaron de lágrimas los ojos. Me dolía la herida del costado, pero mayor era el dolor del corazón al pensar en las palabras de mis padres. "Por qué...  No lo entiendo ¿Qué está pasando?" Dejé de correr tras varios minutos por aquel lugar. Mis ojos pasearon por cada lugar intentando situarme, eso... Ese lugar, esa neblina. Seguí caminando lentamente, tenía que haber una respuesta para todas mis preguntas y estaba segura de que estaban en ese lugar. Por alguna extraña razón sentía que aquello era familiar.

Los amigos sumidos en los sueños estaban sufriendo o estaban gravemente heridos, era momento de moverse, y usando la brújula,  intentaron encontrar lo que habían venido a buscar y que había significado la muerte de dos compañeros. Mary y el joven Didac corrían por el sendero, siendo asustados todo el camino por aquello seres monstruosos que deseaban apartarlos del camino