Partida Rol por web

- el plan va... ¿no te arrepentirás? - le pregunta yendo al lado de Derek, avanzando a paso lento, detrás de las carrozas y los demás caballeros.- comprenderé si deseas arrepentirte... porque debes recordar algo, acá no sólo rescataremos a la princesa, sino que... debemos rescatar a la ciudad, si hacemos caer al zar, será un buen golpe contra la tiranía de la reina roja .- sigue hablando, ya estaban cerca de llegar donde los guardias.

Empieza el espectáculo - dice en voz baja - .. por cierto, si te maltrato un poco, no es personal, es para hacer mi papel.. - dice en un tono de voz, que solo el fino oído de Nikolai lo escuchara.

¿ Qué tal el nombre de Caballero Rekdel Rozfel de las tierras inhóspitas del Norte ? - dice aun en voz baja, para ver que le parece a Nikolai el nombre improvisado.

Tener que entrar al castillo a escondidas en lugar de hacerlo entre honores era bastante molesto para Optimus. Pensó en cómo habrían sido tratados sus antepasados y que él nunca había conocido esa vida, pero que la conocería pronto. Además era aún más humillante para Ava tener que recorrer disfrazada un castillo que era suyo por derecho propio.

Al menos estaba junto a Alba. La compañía de la princesita lo reconfortaba, además de que daba buenas ideas. Movió la cabeza como si se estuviera rascando el lomo, pero solo para acercarla a Alba y poder hablar sin peligro.

_Creo que lo mejor sería ir por la puerta trasera. Quizás haya incluso otros perros a los que les tiren las sobras. ¿Ves por dónde podríamos ir? Si no encontramos una puerta trasera deberemos ir por la principal.

Bueno, esto es interesante. Aunque he de admitir que tomar en público la mano de Mark no es tan malo.

De cuando en cuando me miro un mechón de cabello, aun acostumbrandome. Esto es nuevo también. Cuando me enteré que la princesa Alice era castaña y de ojos marrones me reí, y dije que no veía nada de especial en eso.

- Al destino le gusta bromear conmigo... - me quejo rodando los ojos. 

Con la mirada recorro todos los lugares y direcciones. Aun estoy sorprendida también de que Derek me pidiera que tuviera cuidado. Lo noté, y lo peor de todo es que hubo un momento en que poco me faltó para decirle que también tuviera cuidado. 

¿Y de aqui a cuando él y Nikolai son tan grandes amigos?

Sigo caminando, alerta, con un poco de mi propio cabello tapando parte de mi cara, en un intento por hacerme aun menos visible. Ver de pronto mi cabello oscuro resulta un tanto extraño, pero por esta vez me tendré que resignar.

- ¿Haz estado en Imlambris antes, esposo? - Pregunto, remarcando la última palabra, aunque por esta hay más juego que ironía.

Si, al destino le encanta jugar conmigo.

Bueno, esto es interesante. Aunque he de admitir que tomar en público la mano de Mark no es tan malo.

De cuando en cuando me miro un mechón de cabello, aun acostumbrandome. Esto es nuevo también. Cuando me enteré que la princesa Alice era castaña y de ojos marrones me reí, y dije que no veía nada de especial en eso.

- Al destino le gusta bromear conmigo... - me quejo rodando los ojos. 

Con la mirada recorro todos los lugares y direcciones. Aun estoy sorprendida también de que Derek me pidiera que tuviera cuidado. Lo noté, y lo peor de todo es que hubo un momento en que poco me faltó para decirle que también tuviera cuidado. 

¿Y de aqui a cuando él y Nikolai son tan grandes amigos?

Sigo caminando, alerta, con un poco de mi propio cabello tapando parte de mi cara, en un intento por hacerme aun menos visible. Ver de pronto mi cabello oscuro resulta un tanto extraño, pero por esta vez me tendré que resignar.

- ¿Haz estado en Imlambris antes, esposo? - Pregunto, remarcando la última palabra, aunque por esta hay más juego que ironía.

Si, al destino le encanta jugar conmigo.

La princesa Alba, escondida como un punto de luz bajo la capa del perro caballero, le indicó que caminaran sin miedo, había mucha gente que apenas repararon en ellos, y se escabulleron hasta la puerta de la cocina. Entre las mesas se colaron, había mucha gente, sirvientes que llevaban bandejas de aquí para allá, y de grandes tinajas, se sacaba el vino que seria servido, todo estaba preparado para la noche, al parecer.

Una de las sirvientas habló, y dijo que la cena de recepción sería esa tarde, y la otra decía que estaría la Reina Helena y  la princesa Alice, y que sus vestidos ya estaban en sus cuartos,pero no entregaron mayor información. 

La puerta se abrió de nuevo, y lo vieron, ahí, de pie, cual aparición, Era Edwards, con ropas de sirviente, Alba pegó un gritito, pero se cubrió la boca con ambas manos, y debió controlarse para no ir a abrazarlo.

Luego de que Jorah los interumpío, y debiste abandonar a la princesa con el dolor de tu alma,   el caballero te envió de nuevo hacia la cocina, debías ayudar ahí para la cena que se haría esa noche. Trabajarías como un  paje a pesar de ser un príncipe, pero todo sería por un fin bondadoso, salvar a todo Landover.

Jorah los interrumpe,  dejando a ambos primos con las palabras en la boca, y manda a Edwards a la cocina. Ambos caminan por el pasillo, lentamente, Jorah parece particularmente pensativo,  hasta que te detiene de golpe, jalando de tu mano, y empujándote a uno de los cuartos, no si antes, cerciorarse de que no viniera nadie.

- Princesa - toma tu mano,  y te mira a los ojos - he de confesar algo..- murmura, pensaste que te haría algo, pero no es así, sus ojos son tibios - le vi a ud hace mucho tiempo, la vi y sentí algo en mi pecho, y desde ese día había intentado verla de nuevo, y...fui el de la idea de traerla, le dije al zar de que aquí estaría mejor... lamento eso, no sabía que el zar tendría otras intensiones... incluso creí que aquí podría escapar... quiero ayudarla... princesa... lamento decirlo así, pero... pero la amo- te mira sin apartar sus ojos de los tuyos.

Soltó una carcajada, y te quedó mirando, estaba entretenido por tus palabras.

- me imagino que no será personal - se burló un poco más, mientras caminaban hacia el mesón de las inscripciones - me parece un buen nombre, escríbelo bien, eso sí - se burló un poco más.

Mientras escribías tu nombre, un hombre alto y con máscara se acercó a la mesa, todos se arrodillaron ante él, incluso Nikolai que jaló de tus ropas. Estabas delante a Dimitri, el zar usurpador de Imlambris.

- mis hermanos e invitados, no olviden que esta noche será la cena inaugurar, y espero que todos podaís asistir, mis invtados podrán estar en el castillo, se les han preparado sus habitaciones - hablaba alto, con una fanfarronería de quién se cree dueño del mundo.

Su cabeza se movió hacía ti, y miró la inscripción que habías hecho.

-Caballero Rekdel Rozfel - leyó, y volvió su cara a la de Derek, él no sabe su lo está mirando o no.- ¿de los Rozefel de Rhyndwin? - se acercó un poco más a Derek - ohh claro, sí que eres de ellos, reconocería ese aspecto en todos lados - El zar se ufanaba de conocer a todos los nobles del país.- bienvenido seas, tú y tu lacayo -  no reparó en el lacayo que estaba con la cabeza gacha aún, y puso su mano en el hombro de Derek, haciéndolo caminar hacia el castillo.

- cuando pequeño - dijo, tomando tu brazo y entrando en el castillo, ambos se giraron y buscaron la mesa donde están en las inscripciones, ahí estaba ya Derek con Nikolai, y el mismísimo Zar Dimitri, pasando su mano por los hombros de Derek y conduciéndolo hacia el castillo.

- tranquila... amor  - murmuró, sosteniendo tu brazo con fuerza, y deteniendo un poco el paso - vamos a inscribirnos, no pierdas la cabeza, no así...- se acercó a tu oído - su hay tiempo en la noche te haré perder yo la cabeza mi castaña guapa- te guiña un ojo, mientras caminan hacia esa mesa.

¡Una cena a la noche! Esa era una gran noticia, ya sabían dónde podían ubicar a ambas damas de la realeza. Sin embargo Sir Optimus no tenía muy en claro de qué servía eso. Incluso pudiendo verlas durante la cena no podrían hacer mucho, no podían adelantar las cosas al día del torneo, recién ese día caería Dimitri. De todos modos debía avisar a sus compañeros.

Y si esa noticia había sido desconcertante, ver a Edwards lo había sido más. ¿Cómo había llegado, vivo y en tan poco tiempo? El perro se sentía como si hubiera visto a un muerto. Alba había pegado un gritito, pero Optimus se había quedado mudo. Mudo y paralizado.

Eso duró solo un segundo, sin perder tiempo se escondió abajo de la mesa. Si bien tanto él como Alba querían acercarse a Edwards, el príncipe al verlos podía delatarlos involuntariamente. No sabían en qué estado estaba exactamente ni cómo reaccionaria al verlos. Se quedó entonces bajo la mesa esperando a ver qué decía o hacía Edwards.

Edwards queda sorprendido al ver a Sir Optimus no esperaba verlo tan pronto, pero se alegra de verlo. ¿Estarán los demás cerca? Ojala. Guiña un ojo a Sir Optimus al verlo, pero no hace nada más, si ha decidido ocultarse no será el quien lo delate.

Se sentia desnudo sin la espada y la armadura, no pensaba que los regalos de Falcor pudieran significar tanto para él. Queria ir a por ellas, no sabia cuando podría y eso le ponía nervioso. ¿Estaria bien Alice? Tantas cosas rondaban su mente en ese momento.

Al notar el tiron de Nikolai, se inclina como todos los demás.

Hace con la cabeza un gesto de reverencia hacia Dmitri...

La bestia interior de Derek, habría saltado hacia la yugular de una persona tan prepotente , arrancándole el músculo del cuello de un bocado, pero de momento debía de mantener las formas. No era el momento de lanzarse a lo loco y atacarlo, antes tenia que estar seguro que estuviera solo y poder hacerlo.

Seguiría con el plan, ha de ganar el torneo, para acercarse lo más posible a Dmitri.

Con un gesto galan de su cabeza, acepta el ofrecimiento de caminar hacia el castillo, una vez que ve que todos se levantan ya.

Observo cómo Edwards se marcha y emprendo el camino sin pronunciar una palabra, simplemente caminando con las manos a ambos costados y algo cabizbaja. 

De pronto un movimiento de Sir Jorah llama mi atención, ¿por qué se para de pronto? Pero no me da tiempo a preguntar, pues me veo arrastrada hacia una de las habitaciones cogida de la mano. No me cogía para hacerme daño, pero lo suficientemente fuerte como para que no intentase largarme echando leches. 

Lo miro con una mezcla de miedo y de sorpresa, pero al cruzar mi mirada con la suya me recuerda que no es el zar, que no es capaz de ser cómo él ... ¿verdad? 

Tiro un poco intentando soltarme mientras escucho lo que me dice, ¿que es su culpa el que esté yo allí? Entrecierro los ojos mientras escucho sus palabras. ¿Enamorado? 

Aprieto los labios manteniendo el contacto visual, sintiendo algo dentro de mí... ¿pena? No alcanzo a entenderlo, pero respiro hondo antes de mi próximo movimiento. 

Le doy una colleja con la mano que me queda libre -¡¿pero tú estás tonto?! Me hablas de amor ahora ... ¡Esto lo podrías haber dicho antes! ... o haber ido a algún otro sitio en vez de traerme aquí ... ¿cómo piensas ayudar? Estando aquí estamos prácticamente TODOS encerrados y a merced del zar- pongo la mano en la cintura mientras mantengo el ceño fruncido -no lo entiendo ... todo es demasiado raro y no sé en quién creer, ya te lo dije ... pero veo en tus ojos que puedo confiar en ti ...- no espero una respuesta por su parte por lo que dejo salir todo el aire que contenía en mis pulmones en ese momento para hablar ahora más calmada -¿por qué me lo dices ahora?- ¿acaso tiene algo planeado?

- ¿Me estás diciendo que pude haberte conocido de pequeño? ¡Ah, no, espera, eres un poco mayor que yo! Lo cual querría decir que incluso si me hubieras visto yo aun era una princesa. ¿Tienes idea de la clase de lesa real que estás cometiendo? No, espera otra vez, quizá ya estabas prometido a la princesa Alba. ¿Entonces es mi imaginación, o te dan morbo las coronas? Porque donde te descubra mirando fijamente a la princesa Alice...

Guardo un significativo silencio, con el dedo índice en el aire, antes de reírme. Sin dejar que Mark tenga tiempo a responder cualquier cosa interrumpo el paso (y también el suyo) con ambas manos en su torso y un beso. Largo, pasional, fundiéndonos nuevamente en el espacio.

- No, no lo harías, aun alucinas de anoche - Me río de nuevo antes de continuar - Es aun extraño besarte en público, aunque admito que tengo ganas de molestar a Nikolai - murmuro contra sus labios antes de seguir caminando, de nuevo sin darle tiempo a replicar aunque estoy segura de que él también está sonriendo.

Doy mi siguiente paso, y mi mirada cae en el peor sitio donde podía haberlo hecho. Tendrá puesta una máscara, pero ni siquiera así es dificil identificarlo: es la clase de monstruo que jamás podría dejar de odiar.

Tenso los músculos del brazo derecho, como hago antes de cualquier pelea.  Mis ojos continuan fijos en él. No, no es un monstruo, es un ladrón. Un ladrón de infancias, de vidas, de tronos, de mujeres, un ladrón al que ahora yo le quiero arrebatar lo que él mismo le quitó a mi padre y a su padre.

La vida.

Mis pies se movieron solos, en su dirección... Una presión en el brazo me detiene... 

En un acto reflejo, antes de que Dimitri pudiera mirarme, giro y abrazo con fuerza a Mark, escondiendo la cara en su pecho lo mejor posible, apretando con fuerza el cuello de su camisa para controlarme y no voltear. Si lo hago no me voy a poder controlar. Si vuelvo a verlo nada va a impedir que corra a matarlo, ni siquiera lo que pudiera desencadenar.

Mis ojos vuelven a arder. Aprieto los dientes tanto como puedo. Un nudo en la garganta no me deja respirar. Sigo estrujando la tela, cerrando los ojos con fuerza, conteniendo el grito que quiere salir.

Tardo unos segundos en subir el rostro, apoyándolo en su hombro. Siento la cara roja, y mi vista está nublada. Apenas puedo tragar saliva.

- Por tu bien, que sea la mejor de las noches - advierto, recuperando sea el sarcasmo o la ironía. Pero sigo apretando la tela.

Busco con la mirada a mi madre, a la princesa, a quien sea. Cualquier cara familiar. Cualquier distracción. Lo que sea que me saque de matarlo.

Ambos se dieron cuenta que estaban juntos, y que el príncipe estaba vivo y en el castillo, asombrosamente y aunque vestía como  sirviente, era él, mientras que Optimus  se mantenía bajo la mesa.  Alba se pegó al oído del perro, - debemos... salir - le dice, y sin más, vuela desde el lomo de Optimus hasta  el príncipe, metiéndose bajo su chaqueta corta - hola - le dice, se pueden ver las lágrimas en los pequeños ojos de la princesa.

Alba había aprovechado que las sirvientas habían salido, pero cuando llegó donde el príncipe, la puerta de la cocina se abrió y entraron dos mujeres más, que fueron por unas fuentes y volvieron a salir. La gente iba y venían, si se movían con rapidez, o quizás, sin llamar la atención,  ni los notarían.

Al pobre hombre lo desarma la colleja que le da la princesa, no se lo esperaba, ni se lo imaginó, pero ella lo había tomado por sorpresa, pero luego suelta una pequeña carcajada, mirándolo cohibido.

-es que no hay otro momento, es decir..- se complicaba el valiente cabello en hablar - no sabía que el zar la casaría conmigo, pero comprendo que no es justo, si será mi esposa, debe ser porque me ama.. no por la imposición  de otro - suspira - y es verdad, somos presos, mi padre es consejero del rey, y me amenazó con matarlo si lo desobedecía... estoy apresado, por eso no puedo decir nada a pesar de que odio todo cuanto hace - se encoge de hombros - pero estoy seguro que las cosa cambiaran - se inclina hacia la princesa para verla a los ojos - las personas se están  alzando, dicen que la Bruja Buena ha congregado a los salvadores de Landover, a sus guardianes y que detendrán a la reina Roja y al Koschei, y sobre todo a Dimitri.. en el pueblo nadie lo ama, pero estoy seguro que si alguien los llena de valor, se alzaran, la reina no lo hará, pero ud sí... esta tarde pondré a salvo a mi padre y deseo que escapemos esta noche, en el baile, debemos... alzarnos y hacer que la paz se... se restituya - toma tus manos y te mira a los ojos intensamente.

- la amo princesa... deseo protegerla de todo...- murmuró inclinándose ligeramente sobre la princesa.

El Zar lleva a ambos extraños hacia el palacio, caminando a paso lento,  el zar deseaba que su invitado conociera y disfrutara de su mundo, de sus riquezas que  su hermano había osado usurparle por poco tiempo y que él había hecho que él pagara con su vida su afrenta.

- destinamos cuartos para nuestros invitados,para todos - alza la voz, cuando ves venir de un pasillo a Helena, la zarina Helena, tu madre, la mujer camina desde un pasillo, luce demasiado triste, pero se acerca al zar,él toma su mano y hace el amago de besarla, pero con su máscara lo impide.

- mi señora... joven le presento a la zarina Helena, mi futura mujer - Helena baja la mirada, es evidente que no le gusta la presencia ni la idea de estar apunto de casarse con el asesino de su marido.

Es evidente que el esfuerzo que haces para poder controlarte  y no atacar de golpe a ese animal, lo cuales bastante bueno,estas ahí, y James sostiene tu mano, por primera  vez te das cuenta que no estas sola,que afortunadamente,estas con un aliado,un amigo, un amante. Mark te sostiene de la cintura, e intenta mover su cuerpo para que dejes de ver al  asesino de tu padre.

- eso intentaré  - murmuró, protegiéndote   en ese momento de ti misma, y besó sus cabellos,ya cuando Dimitri se fue,te sujetó por lo hombros para que lo miraras a los ojos.

- sí, soy unos años mayor que tú, y no estaba comprometida, te conocí cuando eras apenas un bebe - besa tu frente - nunca imaginé que te amaría... ahora vamos -toma tu mano  y te lleva a la mesa, anotándose. Sir Mark Horpe, caballero del Corazón, algo te dice que no parece estar usando una chapa.

Entran en le castillo y pueden ver a Nikolai, Derek y a Dimitri hablando, luego aparece Helena, y Dimitri la toma de la mano, es evidente que está feliz jugando a los novios.