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El Enemigo Interior 1: Identidad Confundida.

Capítulo 2. Altdorf.

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03/01/2021, 11:41
Narrador

Notas de juego

La Mano Púrpura es una secta muy peligrosa y secreta que rinde culto a Tzeentch, "el que cambia las cosas", con la intención de dominar el Imperio. Esta organización, amplia y con numerosos contactos, posee agentes diseminados por todo el Imperio, desde los círculos interiores de las diversas órdenes de caballería hasta los Templarios de Sigmar, pasando incluso por los sacerdotes de mayor nivel de los distintos cultos del Imperio. Controlan a mercaderes, nobles, artesanos y plebeyos por igual.

Pero todo lo que se dice de la Mano Púrpura son especulaciones y no hay nada confirmado.

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03/01/2021, 12:24
Alys de Louvriers

Alys se frotó los ojos.

-Algo leí sobre La Mano Púrpura. Rinde culto a Tzeentch, el que cambia las cosas, porque su intención es hacerse con el Impero. Sus agentes llegan hasta los Templarios de Sigmar y controlan a mercaderes, nobles, artesanos y plebeyos por igual. Son especulaciones, no hay pruebas de estas relaciones, pero tienen agentes en todas partes. Entonces, si no fue la Mano Púrpura, ¿por qué destruyeron a mi gente? Nosotros no hemos hecho nada, pagamos los tributos, vivimos en paz...

 

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03/01/2021, 21:37
Ragnar

Ragnar depositó una manaza en el hombro de Alys.

La crueldad no necesita una explicación. Es la naturaleza de los hombres y de las bestias matarse por el dominio. La bondad, la inteligencia... todas las cosas que tú consideras bonitas y buenas, eso es lo que necesita una explicación.

El bárbaro se levantó.

Alys, ¿puedo hablar contigo, en privado? —dijo y dedicó una última mirada y un asentimiento en dirección a Álder.

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03/01/2021, 22:54
Alys de Louvriers

-La bondad no requiere explicación... -murmuró la sacerdotisa y se calló cuando Ragnar se puso en pie-. ¿H-hablar? ¿En privado?

Intentó que no le temblara la voz al esponder, no quería sentirse intimidada por el bárbaro, pero lo estaba. Se aclaró la garganta.

-Sí, claro, vamos.

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03/01/2021, 23:00
Ragnar

Ragnar se llevó a Alys a un sitio privado, alejando del bullicio de la taberna, de los nobles empingorotados y sus guardaespaldas malencarados.

Mira. Eres lista, dulce y bonita. Deberías estar a salvo para que el mundo fuera un poco menos estúpido, brutal y feo —dijo Ragnar con brusquedad y torpeza. Señaló con el pulgar por encima de su hombro, en la dirección aproximada que estaban sus compañeros de viaje—. Mañana Álder y yo iremos a Boggenhaffen, a acompañar a Chester al notario. Con un poco de suerte, Álder convencerá a ese amigo tuyo, el barquero, para que nos pague el viaje. Tú deberías quedarte aquí, en el convento. Aquí podrás estar segura y ayudar a la gente.

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03/01/2021, 23:12
Alys de Louvriers

Alys se ruborizó ante los cumplidos del bárbaro. No, tonta, no tenía que sonrojarse porque un bruto le dijera que era bonita, pero lo hizo y la explicación que vino después no le gustó en absoluto, fue como un jarron de agua fría.

-Eh... no estoy de acuerdo en eso -dijo, pasándose la mano por la frente-. Sí, mi idea era quedarme en el convento y ayudar a la gente, pero...

De repente se le aceleró el corazón y se puso todavía más colorada, porque lo que iba a decir podía ser malinterpretado.

-Pero... no me atrevo. No me atrevo a separarme de ti, Ragnar. Cuando estoy contigo me siento más segura. No quiero quedarme en el convento y que venga la Mano Púrpura o vete a saber quién y me mate y no estés ahí para ayudarme. Tampoco quiero que te vayas y te olvides de mí, como si no existiera. ¿Y si te pasara algo? No lo sabría nunca, podrías matarte por ahí en el bosque o vete a saber dónde y yo creería que estás bien y en realidad te estás muriendo y no quiero pasar por eso... No...

Respiró entrecortadamente.

-Me das seguridad. Eres lo único que me queda. Que me conecta con mi aldea. Que me recuerda que debo luchar y ser más fuerte. Iré con vosotros. Aquí no pinto nada... a vosotros, en cambio, os puedo ayudar.

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03/01/2021, 23:33
Ragnar

Ragnar frunció el ceño.

Harías bien en alejarte de los hombres como Ragnar. No hace falta que te diga yo de lo que son capaces, y en cuanto a mí... digamos que soy difícil de matar. No debes preocuparte por mí, pero no puedo protegerte siempre.

De nuevo aquella extraña forma que hablar de sí mismo en tercera persona, de forma desapegada, que Alys ya había notado antes. El bárbaro se rascó la cabeza.

Creo que estarías más segura detrás de unos muros de piedra, custodiada por guardias, que a mi lado en el camino en estos tiempos oscuros. Pero ni nadie va a decidir por mí, ni yo voy a decidir por nadie. Eres libre de seguir tu camino, si estás dispuesta a asumir las consecuencias. Respeto eso en una mujer.

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03/01/2021, 23:50
Alys de Louvriers

Alys ladeó la cabeza. Era ya la segunda vez que escuchaba a hablar al bárbaro así. De sí mismo en tercera persona. Sin embargo, no lo interrumpió, parecía querer llegar a alguna parte con todo eso. Cuando acabó de exponer su argumento, la sacerdotisa le puso una mano en el brazo. Sin saber muy bien por qué.

-Conozco las consecuencias de salir al camino -contestó-. Y sé que entre las cuatro paredes del convento estaré segura, custodiada por guardias, pero ya has oído lo que he dicho de la Mano Púrpura. Podría morir allí dentro porque alguien ha soltado una víbora en mi habitación. He pasado mi vida clausurada, he salido a los caminos y he visto que son horribles. Pero tú...

Lo miró con más atención, reflexionando sobre todo lo que había visto hasta ahora.

-No eres el hombre que me empujó en mi propia tienda y rompió todos mis remedios cuando le pedí que pagara por las medicinas. Eres totalmente diferente. Tú... no eres Ragnar, ¿verdad? Me miras y no ves solo un trozo de carne al que golpear. Te preocupas por mí. Por mi futuro. Me aconsejas que sea fuerte. Y me valoras como mujer, no hablas como los hombres que conozco.

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04/01/2021, 00:04
Ragnar

Es complicado. Soy Ragnar, y no soy Ragnar —respondió el kislevita, y no era ningún eufemismo. Le costaba expresar con palabras los pensamientos por mucho que tratara de ponerlos en orden—. Soy algo a medio camino entre él y yo. Mi alma es más fuerte que la suya y por eso hablo yo y no él, pero puedo hablar gracias a él. Las palabras existen en su mente. En la mía hay solo hay imágenes y olores. Sus recuerdos... si sirve de algo, siento lo que te hizo. Yo no soy ese hombre. Tampoco soy un hombre, soy algo más que un hombre y menos que un hombre.

Se volvió a rascar la cabeza.

Es complicado —repitió—. Te valoro como mujer por lo que sé de Ragnar, aunque él no lo valore porque está demasiado enfadado con todo y con todos. Lo siento. Creo que nada de lo que he dicho tendrá sentido para ti.

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04/01/2021, 00:17
Alys de Louvriers

Alys se sintió extraña al escuchar a Ragnar... o a quién fuese. Trató de recordar algo de lo que había aprendido leyendo en el convento, pero no halló nada entre sus conocimientos que pudiera explicar lo que él acababa de decir. Intentó darle sentido al acordarse de historias parecidas, pero tampoco.

-No, la verdad es que no tiene mucho sentido. Si fueses otra persona, diría que estás intentando engañarme, pero no es así. Pareces sincero y es una completa locura. Que Shallya me perdone pero doy gracias a que no seas el bruto que me golpeó. Me resultaba terriblemente complicado reconciliarme con esa parte -confesó.

Alargó la mano para tocar la cara del bárbaro. Le apartó algunas greñas de la frente para mirarle a los ojos, luego le tocó las mejillas ásperas, y por últimó cogió sus manos y observó sus palmas encallecidas por el uso del hacha.

-¿Qué eres, entonces? ¿Un espíritu? ¿Eres acaso un dios en el cuerpo de un hombre? Cuando esa mujer empezó a pavonearse delante de ti, la rechazaste y yo me alegré. Rag... no, ¿cómo debo llamarte?  

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04/01/2021, 22:59
Ragnar

¿Un espíritu? ¿Un dios? Para Ragnar es algo intercambiable. Para mí no tiene palabras. ¿Qué importa? Tampoco soy exactamente eso.

»Ragnar es un nombre tan bueno como cualquier otro. Los nombres son cosas bonitas, pero bastante inútiles de donde yo vengo —dijo, encogiéndose de hombros—. Las palabras. Habláis demasiado. A mí me importan los gestos y las acciones. Juzgo a las personas por sus actos y no por sus palabras. Un hombre puede mentir en sus palabras, pero es más fácil saber lo que piensa realmente por sus acciones.

Ragnar cogió la mano de Alys y volvió a depositarla en su mejilla, donde había estado unos minutos antes. Cerro los ojos un momento, disfrutando de la suavidad de la piel de la sacerdotisa en su áspera barba de varios días.

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04/01/2021, 23:50
Alys de Louvriers

Alys acarició la mejilla de Ragnar y el calor que desprendía su cara. En realidad, todo su cuerpo era como una antorcha, de todos era sabido que los hombres eran más cálidos que las mujeres, pero hasta ahora no había estado tan cerca de uno para apreciarlo. Bueno, sí que lo había estado, pero no el tiempo suficiente para apreciar algo tan íntimo. De modo que aceptó de buen grado la cercanía del bárbaro y posó la mano en su pecho para sentir los latidos de su corazón.

-Vale, nada de palabras -dijo, aunque tenía muchas preguntas que hacerle-. ¿De dónde vienes?

Era demasiado interesante para dejarlo estar. Porque el bárbaro podía tener la cabeza hueca en cuanto a conocimientos que se leían en libros, pero parecía tener un vínculo espiritual con el mundo que Alys, por ejemplo, no tenía. Se mordió los labios, más bien se los humedeció sin darse cuenta, y le pellizó uno de los pómulos al bárbaro.

-Los gestos te importan. En tal caso te debo una disculpa. Y un agradecimiento.

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05/01/2021, 00:01
Ragnar

¿Tan lista y no te has enterado de nada? —gruñó el bárbaro.

Alys pretendía disculparle y agradecerle. Más y más palabras. Desde que trataba con humanos tenía los oídos llenos de palabras. Hablaban mucho y decían muy poco. Ragnar tomó a la sacerdotisa por el mentón. Su mano era enorme y tosca en comparación con la estrecha mandíbula de la sacerdotisa de Shallya.

La besó. La estrechó contra sí. Sentimiento. No palabras o raciocinio, sino pasión. Emoción, del tipo que daba sentido a la existencia, que surgía en un instante y de repente la vida olvidaba la muerte. Ese era el lenguaje de los espíritus... el idioma de los dioses.

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05/01/2021, 00:16
Alys de Louvriers

Alys no se lo esperaba. O sí, no lo tenía muy claro, solo que cuando Ragnar la cogió por el mentón supo lo que iba a pasar y no quiso detenerlo. Podría, claro, pedirle amablemente que la soltara y no la tocase, y estaba segura de que el bárbaro aceptaría su decisión. Pero es que no quería hacer nada de eso, quería que sucediese exactamente lo que acababa de pasar.

¡Un beso! Intenso, apasionado, repleto de sensaciones y sentimientos. Sin palabras, no era necesario, solo el gesto ya decía todo lo que era importante.

De repente, todas las respuestas a sus angustias en días anteriores se revelaron todas a la vez. El corazón se le aceleró, su piel se enardeció, sus pensamientos se convirtieron en una maraña y sus brazos y piernas se aflojaron hasta tal punto que casi se derritió a los pies del bárbaro. Sin embarbo, reaccionó de inmediato, o más bien su cuerpo, porque su mente estaba flotando en un lugar rebosante de felicidad. Rodeó el grueso cuello del bárbaro con los brazos y se colgó de él para acercarse todavía más, para buscar el calor de su cuerpo mientras abría la boca para recibir más y más besos, y con la lengua buscaba lo que él quería darle.

La sacerdotisa, tan lista, sabía perfectamente lo que había sucedido entre ellos, solo que no había podido ponerle nombre hasta ahora. Tan intenso era el momento que empezó a marearse y se aferró a los cabellos de Ragnar para separarse y mirarle a los ojos, como si buscase en ellos. Le sonrió. Se sentía dichosa.

-Tan bruto y te comportas con más delicadeza que todos los aristócratas borrachos con los que nos hemos cruzado.

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06/01/2021, 17:23
Chester Clancy, el que no folla

Bögenhafen. El notario estaba allí. ¿Por qué había pensado que estaba en Altdorf? En fin, no le importaba. No le gustaba mucho el interés que Alder tenía en que reclamara el título, de hecho el título era lo último que le interesaba. Él lo que quería era acometer la tarea del príncipe y no habían llegado a tiempo.

Sin embargo, si algo era el mago era listo, y sabía que no podía separarse de sus compañeros. Además, si realmente conseguía el título podría intentar garantizarse una seguridad que ahora no tenía.

A Bögenhafen iremos.

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06/01/2021, 23:38
Ragnar

Me habían dicho muchas cosas, pero nunca delicado — reconoció el bárbaro —, bruto me describe mejor.

Ragnar agarró uno de los muslos de Alys y lo levantó hasta su cintura. Apretó a la sacerdotisa contra la pared, con todo su peso. La besó en el cuello y en la clavícula, antes de hacer acopio de voluntad, detenerse con un gruñido y echar una mirada hacia atrás.

Quizá prefieras un lugar más... privado para esto —le dijo a la sacerdotisa, antes de montarla allí mismo.

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07/01/2021, 08:46
Narrador

El muelle del Reik era enorme. Pese que ya era tarde, todavía había mucha actividad en la zona. Hacía buena temperatura pese a las fechas en las que se encontraban y muchos marineros habían dejado sus barcazas para pasar un rato en tierra firme parloteando, bebiendo o juzgando a cartas sobre una caja de madera, junto con otros navegantes. 

Pese a que allí había centenares de embarcaciones y que de haber tenido que buscar una por una hubieran tardado toda la noche antes de dar con la barcaza de Joseph, preguntando no fue difícil dar con él. Allí todos parecían conocerse. Al fin y al cabo eran compañeros de gremio y coincidían en muchos de los puertos fluviales del Reik. Eran algo así como una gran familia. 

La barcaza de Joseph Quartjin era bastante grande. No era tampoco la más grande, pero superaba con creces el tamaño de la media y pese a que le faltaba una mano de pintura, tenía buen aspecto general y parecía confortable. Joseph estaba en la cubierta cuando Alder y Chester llegaron junto a su casa flotante. Estaba bajando cajas de madera a las bodegas. Tras unos instantes les localizó en tierra mirando hacia su barcaza.

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07/01/2021, 08:56
Joseph Quartjin

Les saludó desde la cubierta con la mano.

¡Ahora estoy con vosotros! - Dijo.

Se apresuró a bajar a la bodega una de las cajas que tenía agarrada bajo el hombro con una mano y luego regresó a cubierta para anclar una pequeña pasarla al dique. 

¡Subid! - Les pidió con una sonrisa y la pipa entre los dientes. - ¿Os lo habéis pensado mejor?

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09/01/2021, 22:57
Alys de Louvriers

Alys se quedó sin respiración cuando Ragnar la empujó contra la pared, aunque fueron varios los motivos. El primero porque él era, efectivamente, muy bruto y muy fuerte, de modo que su peso aplastó a la pobre Alys. Sin embargo, que apretase su cuerpo contra el de ella y le cortase el aire resultó más excitante de lo previsto, por lo que eso también la dejó sin aire. Y cuando él le hizo eso en el cuello, la muchacha sencillamente se derritió y le clavó las uñas en los duros antebrazos, sin que eso aliviara en lo más mínimo el ardor que se acumulaba entre sus piernas. Emitió un gemido de protesta cuando él se separó.

-¿Eh... qué? -murmuró, con los labios palpitantes y el corazón retumbándole en la cabeza-. ¿Priv... privacidad? ¿Cómo? ¡Aah!

Empezó a reírse. Hacía mucho tiempo que no reía, pero estaba tan ruborizada con la situación que soltó una carcajada. Se mordió el labio y miró a Ragnar con los ojos echando chispas.

Lo cogió por la cara con las dos manos y le plantó un beso. No quería soltarle, necesitaba sentir su contacto, estaba mareada y perdida y parecía que solo con él podía entender todo lo que estaba pasando. Cuando se tranquilizó, lo soltó y se recompuso la túnica.

-Espera un momento, voy a pedir una habitación.

Volvió a la sala común, intentando disimular el rubor y que tenía la boca un poco inflamada por tanto beso. Le pidió una habitación al posadero, se dio cuenta de que Chester y Alder no estaba y pensó que menos mal. Regresó con Ragnar un momento después con la llave.

-¡Vamos! -dijo riendo. Y corrió hacia la habitación.

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11/01/2021, 12:00
Ragnar

Ragnar esbozó una sonrisa de medio lado, alcanzó a Alys de cuatro largas zancadas y la alzó en volandas para cargarla como un saco de patatas. La sacerdotisa tuvo que indicarle a dónde ir, no obstante, pues el bárbaro no sabía leer los números que había grabados en las puertas de las habitaciones. Depositó a la sacerdotisa delante de la entrada y dejó que fuera ella la que introdujera la llave en la cerradura. No sería así cuando la tuviera sobre la cama...

Ragnar cerró la puerta tras de sí, y con impaciencia y brusquedad desnudó a Alys sacándole la túnica por la cabeza. La derribó en la cama, le besó los labios, enterró su entrepierna entre la de ella aún con los pantalones puestos y mordió y lamió el cuello blanco y desnudo de la herbolaria.