Partida Rol por web

Alzó la cabeza y sonrió con cierta ilusión y brillo en sus ojos, bastante -quizá demasiado- inocentes. -oh sí, me gusta mucho estar rodeado de gente y conocerles jeje.- sonríe y mueve sus pies animado, casi olvidando sus vergüenzas de hace un rato. El rubor de sus mejillas y sus nervios parecían desvanecerse, ya que hablaban de otro tema más ligero también.

Baja la cabeza oscureciendo su iluminado rostro por unos segundos, cosa que fue linda mientras duró -En casa no podía ver a mucha gente...- sacude la cabeza para dejar los malos recuerdos y vuelve a alzar la cabeza con una sonrisa. -Tú y el chico Ken parecen muy agradables, seguro que los tres tendremos algunas clases juntos.- su sonrisa se amplía un poco más, vuelve la página donde estaba su dibujo y arranca la hoja, con cuidado la guarda en su morral y se acerca con el cuaderno hacia Saori. -Ten... quisiera una opinión neutral sobre como voy progresando...- ahora se volvía a sentir inseguro, pero ya quitando ese dibujo que tenía haciendo antes, parecía que no temía mostrar sus demás dibujos de caballos en su mayoría. -uhm... ¿te importa si me siento a tu lado?- pregunta temiendo un poco la respuesta.

Saori sonrió con amabilidad al mismo tiempo que asentía.

-Claro que puedes sentarte. A ver ese dibujo...

La muchacha observó el dibujo con detenimiento y luego se disculpó.

-Son hermosos pero no puedo decirte si tienes mucho avance, yo no sé ni dibujar un círculo así que lo único que puedo decir es que los veo perfectos.

Pasó la mano por encima del dibujo como si pudiera tocar a los animales pero no los tocó porque su padre siempre le decía que tocar los dibujos de un artista era de mala educación y que además de poder arruinarlos, podía hacer enojar al artista.

-Tal vez debas dedicarte a las artes plásticas. Y seguro algunas clases compartiremos, no sé cuán grandes sean los grupos.

Tomó asiento al lado de la chica y movió sus pies jugando, como esperando paciente su veredicto; pero Saori no sentía tener autoridad para dar algo más que unos halagos a su trabajo, los mismos que le hicieron sentir bien -ah, muchas gracias.- sonríe cortesmente.

Un escalofrío recorrió su espalda cuando ella parecía que iba a tocar sus dibujos, aún no les había pasado el aerosol para que no se borrasen; pero se calmó al notar que ella no los tocó solo estaba fascinado con ellos.

Aliviado suspira y baja sus hombros -uf...-

Hasta se pasó el antebrazo por la frente para secarsela, recién comenzaba a sentir el calor - jejeje no sé, es más que nada un pasatiempo.- le intenta restar importancia -¿tienes algún pasatiempo tú?-

Saori se sintió un poco nerviosa cuando preguntó aquello, la verdad era que no tenía un pasatiempo porque siempre stava con amigos y amigas.

-No te voy a mentir, mi pasatiempo es ir de compras con mis amigas, salir de vacaciones con amigos, ir a bailar. Por eso mis padres enviaron a aquí, supongo.

No le agradaba pero era así, por eso la habían alejado de los suyos pero bueno, sería sólo un tiempo y eso no la ponía mal.

-Ya te digo, deberías dedicarte a ello porque lo haces muy bien. Seguro que mi padre pagaría por uno de tus cuadros.

"Una chica popular..." se dice en la cabeza -¡oh... ya veo...  pero con más razón debemos buscarte uno, por que aquí no hay mucho de eso!- intenta animarla, o prevenir que se deprima por el gran cambio que iba a pasar cuando llegase.

Pero le corta cuando le dice sobre vender un cuadro, ni siquiera se había hecho a la idea de hacer uno -co... ¿cómo?... uhm... no sé nunca he hecho más que bocetos de cosas... no creo ser bueno con los colores, aunque con las luces y sombras si me gusta....- pero no quería quedarse en lo suyo y quería seguir motivandola a hacer algo.

-¡Quizá si te enseño a dibujar un poco puedas dibujar ropa y diseñarla!- sonríe animado y con cierta ilusión en los ojos, pues se le ocurrió eso en base a lo que ella le comentó sobre ir de compras.

Saori sonrió divertida, la verdad es que él no sólo era muy agradable sino amable también.

-No todos los cuadros deben llevar color, el negro y blanco también se ve bien.

Entonces él dijo algo que a la joven le hizo sentir vergüenza, una vez había intentando dibujar un mapa y sólo había parecido una mancha.

-Puedes intentarlo pero dudo que lo logres de todas maneras, alguna clase me gustaría. Eso sí, aquí no creo tener más pasatiempos, no le gustaría a mis padres y de eso estoy segura. Pero creo que también hay tiendas, si no te aburres, alguna vez podrías venir conmigo y decirme qué tal me va algún vestido.

-Oh... eso es cierto...- admite que los cuadros en grises, también son muy buenos.

-Oh no no, ¡de ser necesario me comprometo a dar las clases que sea hasta que lo logres!- alza la mano como si estuviera diciendo algo heroico, valeroso y galante, aunque en realidad solo estuviera siendo amable.

Abandona aquella posición "épica" y le sonríe de manera tierna -vas a ver que podrás.-  Luego de decir ello asiente -Claro que sí, también me gustan las telas y ropas... jeje aunque nunca he ido de compras, propiamente dicho. ¿crees que me puedas dar unos consejos de paso, cuando salgamos?-

Saori sonrió, él era muy amable.

-Bueno, entonces, anímate y hazlo algún día, no digo que ahora.

La joven de pelo violeta se acomodó en su asiento subiendo ambas piernas y mirando a su compañero con una enorme sonrisa.

-No sé qué te gusta y qué puedes usar o no pero prometo que alguna que otra cosa podríamos encontrar para ti, además, el caso es salir y divertirse, reírnos un poco y sobre todo, comer helado, mucho helado.

Miró hacia la cabina, luego al pasillo por donde se había ido el desaparecido y unió lazos, quizás había tenido una emergencia que tenía mucho que ver con lo que sucedía en la cabina, no queria pensar en eso así que volvió a mirar por la cabina sin disimulo.

-Pues aquellos parece que no tienen prisa alguna. Tal vez podamos llamar a alguien pero la verdad no me gustaría cortarles el rollo.

Volvía al tema, sí porque para alguien como ella que miraba en todas direcciones, que su mente trabajaba a mil por hora, no era sencillo olvidarse de lo que acontecía en la otra cabina, además, le parecía de lo más natural.

-Ohhh Helado...- su vista se pierde en la distancia unos momentos, mientras una leve sonrisa ilumina su rostro. Se gira sonriente a ver a Saori -¿también podemos comer otros postres? ohhh cada vez parece más divertido, y cada vez estoy más ansioso.- inocente y/o algo bobo ya parecía, pues no parecía tener malicia.

Pero se cortó cuando ella volvió al tema de los tortolos de la otra cabina, Abioye se vuelve a sonrojar y poner nervioso; sin embargo ya se había aclimatado un poco y ya no se puso tan reclucibo como hace un rato; solo bajó la mirada intentando no ver, pero haciéndolo de reojo a veces, por "suerte" Saori le cubría parte de la vista.

Extrañado por no comprender del todo lo que pasaba pregunta -p-pero ¿qué hac-en?...- comienza a jugar con sus dedos -digo... este no es un lugar... ¿así debe durar?...-

-Seguro, deben tener muchos postres por lo que se nos ocurra.

La muchacha sonrió, Abioye era como un niño grande y esa frescura siempre era bienvenida, hasta que se dio cuenta de que no sabía de qué estaban hablando y se puso roja como un tomate.

-Bueno... Ellos... Yo.... ¿De verdad no sabes ?

Una cosa era ser abierta a ese tipo de cosas y otra era decirle a él con lujo de detalle lo que estaba sucediendo en la otra cabina.

Ken se mojó un poco la nuca y la frente para tratar de hacer bajar su temperatura corporal. A medio camino del baño se había dado cuenta de que, con los nervios, no había respondido a la pregunta de la chica. Sin duda ahora pensaría que era un borde. Se dió con la palma de la mano en la frente, se secó y volvió a salir.

-Mucho mejor. Aquí dentro hace mucho calor. Por cierto, perdona por no haberte contestado. Eso de fuera me ha puesto un poco nervioso. He venido para intentar acabar los estudios y vivir una experiencia única. Ni más ni menos - dijo sonriendo

Abrioye había alzado su mirada asustado y sumamente rojo por su pregunta, claramente turbado y preocupado por lo que ella hubiera pensado. No sabía que responder durante un extenso y tenso rato, se quedó mirando con Saori sin decir nada; justo cuando suena la puerta de los servicios que se abre, provocando aquel ruido de nave espacia que hacían esas puertas.

Ken podía ver que el muchacho moreno ahora estaba sentado al lado de Saori y cuando lo escuchó volver, giró con una mirada de circunstancias, con las mejillas y las orejas rojas. -Ah ah ah...!- entraba en pánico al verle llegar, alguna parte de él se sentía como un intruso.

Abioye no atinó a decir nada...

Saori estaba esperando la respuesta de Abioye porque no quería decir nada incorrecto cuando Ken apareció, parecía más repuesto, iba a contestarle a Abioye pero él se dirigió a ella.

-Es un buen plan, seguro que podemos pasarlo bien todos y no todo será estudiar y estudiar, al menos yo espero que no.

Le sonrió a ambos.

-Tranqjilo, Abioye... No te molestaré más con ese tipo de preguntas.

-¿Pasarlo bien? Estamos en una nave! Vamos a vivir en una colonia espacial! Sólo por eso ya lo estoy pasando mejor que en cualquier campeonato o día de mi vida!

El chico africano se había sentado al lado de la chica y Ken lo admiró por ello. Les sonrió a ambos y se sentó en un asiento que no le dejara ver el show del pasillo.

-¿Creeis que iremos juntos a clase?

Saori comenzó a hablar con Ken, claro que él era parte de la conversación pero se sentía aún un poco fuera de lugar. Poco a poco mientras intercambiaban palabras se iba relajando y casi sonríe animado, hasta que Saori le devuelve al tema y Abioye abre los ojos y baja la mirada, si la mira solo es de reojo. -ehm... s-sí, muchas gracias.- responde solo para quitarse de encima el tema, de la manera más inmediata.

-uhm... sí, justo hablábamos de eso.- agrega, más animado y alzando la cabeza -Seguro que somos primer año, nos tocarán cursos juntos y podremos hacer amigos allá también.-

-¿En qué tipo de campeonatos participabas, ken?-

Saori se encogió de hombros.

-Pues si, supongo que todo lo es... No si te envían como en una especie de castigo porque abajo ya no te soportan pero bueno...

La chica prefirió no decir más nada porque parecía que cada vez que abría la boca era para cagarla porque a uno lo ponía nervioso y al otro, bueno, no sabía.

-Espero que al menos sean mejores que las clases en tierra.

Ken se sonrojó un poco pero contestó con una sonrisa.

-Boxeo! Me pagué los estudios con una beca por boxear

Depués su sonrisa borró al escuchar las palabras de la chica.

-¿Qué te paso?

Parece sorprendido por la respuesta de Ken, su primera pregunta en su mente es de cómo le hacía para no tener ninguna marca o moretón evidente, pero seguro era muy bueno.

Al escuchar a Saori hablar sobre su padre,  fue entonces que comprendió que era lo que pasaba. Estiró su mano, dejando de lado el temor y la vergüenza hasta ponerla sobre la mano de Saori, si estaba a su alcance, la intenta consolar con su gesto y con una mirada sensible y una sonrisa dulce -No te aflijas, nuestros padres nos quieren de distintas maneras y a veces no nos comprenden...-

Sonreí ante las palabras de la contraria, observando que realmente estaba dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de mantener limpio su historial. -Muy bien, en ese caso creo que lo mejor será proceder con tu castigo...~ -Vaya, debería haberme traído una cuerda o algo similar, supongo que tendré que improvisar... -Lo primero será que te quites ese conjunto tan provocador, una alumna ejemplar no debería ponerse tales cosas y menos para estar junto a un hombre. Y nada de escusas de que te da vergüenza desnudarte frente a mi, como si en los vestuarios no lo hubieses hecho ante tus compañeras.

Más o menos ya tenía algo pensado para "castigarla", por supuesto tenía bastante claro que la contraria trataría de resistirse o negarse pero era la hora de aprovechar de mi posición en la nave para extorsionarla un poco, después de todo hacía ya un tiempo desde que había podido divertirme. -Vamos, no me hagas esperar mucho más si no quieres que termine quitándotelo yo de otra forma.

Saori se vio confundida porque había dicho lo de sus padres en voz alta, entonces sonrió y se rascó la cabeza, esos pelos morados y miró a uno y a otro; primero a Abioye.

-Sé que me quieren, la que da problemas soy yo y no los culpo. Me lo merezco.

La chica palmeó la mano morena y le guiñó un ojo con inocencia como el gesto que él había tenido con ella y miró a Ken, por un lado parecía un chico rudo y por el otro, tan delicado como Abioye, eran chicos curiosos cuando menos.

-Pasó que mi padre odiaba a mi novio, me prohibió estar con él, no hice caso... Nos fuimos a la cabaña de sus padres y al volver, él se tiró a mi mejor amiga en una fiesta en mi casa, le destruí su auto con el rifle de papá. Papá tenía razón pero me castigó por haber seguido con él, primero me quitó las tarjetas pero las conseguí con amigos y así, luego... Bueno, me quitó los amigos y me cambió de Instituto. Estuve bien un tiempo pero luego, conocí a otros amigos que no le gustaron y aquí estoy, aburriéndolos con esta historia.

La chica podía parecer un tanto banal, lo cierto es que les estaba contando por encima partes de su vida pero si se animaban a conocerla un poco más, la cosa era diferente.