Partida Rol por web

Subís a la monovolumen verde que maneja, con pulcritud y serenidad, la doctora. El tráfico es sorprendentemente escaso y fluido. La lluvia ha cesado pero la tormenta seca persiste, descargando deslumbrantes y estrepitosos rayos en la lejanía. La Doctora os cuenta: que El Monasterio fue construido allí para mantener cerrada una de las siete puertas del averno, por orden de Felipe II en 1558. que la puerta se está abriendo, que está intentando comunicarse, que teneís que averiguar por qué se abre, cuál es su mensaje.

Llegais sin incidencias al pueblo del escorial. Para ser las 20:00 de la tarde se encuentra demasiado despoblado. Aparcais al lado de un grupo de personas que están cogiendo el coche. Os encontraís ante las puertas del Monasterio.

Conforme os dirigís a la puerta de entrada, observáis en una de las ventanas la silueta de una persona mirando tras la cortina. Se oculta cuando la miráis. Llegáis a la entrada y os reunís con tres guardias de seguridad novatos que tienen la mirada amedrentada. Os comentan que algo sucede allí, que durante el día, cuando hay turistas, todo parece tranquilo, pero que cuando llega la hora de cierre es como si el recinto cobrase vida propia; dicen que desde el momento en que salen todas las visitas diarias, se escuchan corrientes de viento, portazos y ventanazos, a pesar de que lo cierran todo. Lleva sucediendo durante toda la semana.

Impresionante. Lo habia visto en fotos y documentales, y aún más sabía de algunos de estos sucesos en su interior. Cuando llegamos al Monasterio me quedé impresionado. Su construcción era magnífica. Era normal que cualquier presencia, desde los años gloriosos españoles,  quedara "encerrada" ahí dentro, pues el edificio evocaba tal indicio...

Corrientes de viento? Portazos?... fabuloso. No teman, señores -les dije en bajto a los guardias-. Eso son "manifestaciones" propias del objeto de estudi... bueno... de los "entes"... quiero decir... "supuestos entes". Averiguaremos lo que ocurre, no se preocupen.

Luego observé una mujer en una ventana.

Doctora -dije señalando la ventana-,  ¿ha visto eso?

Fiuuuu- Silba John nada más salir del monovolumen con cara asombrada y una risilla burlona en su boca, el edificio era inmenso y al ver la imponente figura, el pelo de su nuca se erizo con un gran escalofrió que recorrió su columna "mal asunto..." - Aquí sin duda alguna hay muchísima energía pululando arriba y abajo del edificio. Este no será un trabajo fácil - La última frase la dijo mas para sí mismo que para el resto.

Mientras avanzaban hasta las puertas del Escorial Castor descubre que la vista, al menos, mejora por momentos observando los traseros de las tres señoritas que avanzan delante suyo "El lugar no es muy idílico, pero la compañía no va a estar nada, pero que nada mal".

Al llegar a las puertas se John se queda escuchando las historias de los guardias y mientras se enciende un cigarrillo usando una de las enormes solapas de su gabardina para cubrirse del viento comenta- Alentador sin duda...- apaga la cerilla en el aire con un gesto de la mano-Al menos, ¿Tendrán alguna cerveza en alguna nevera del interior verdad? La cosa ya está lo suficientemente fea como para que encima nos falte un buen trago fresco.- Observa como los guardias le devuelven una mirada donde se mezcla la incredulidad y el desprecio por no tomarlos en serio. ¿Me están tomando en broma? - En serio, quisiera un trago, estoy sediento...- Dice con un encogimiento de hombros cuando algo llama su atención, como si alguien le cogiera de su oreja izquierda y le diera un pequeñísimo tirón.

Castor gira su mirada hacia la cara de LaFleur y sigue su mirada, en una ventana una siniestra figura que no se puede distinguir ya que se oculta tras una cortina. El exorcista freelancer levanta la mano y saluda a la figura diciendo hola.- Sea quien sea - Dice en voz baja a LeFleur- Hay que saludar, seguramente esto sea como su casa y no queremos entrar sin saludar ¿verdad? Se lo podría tomar a mal... - Se queda mirando sonriente a su colega francés.

Castor... ¿verdad? -le pregunté dirigiéndome a él. Lo último que pensarás será en un trago cuando estemos ahí dentro... Este sitio pinta mal...

Comenzaba a sentirme inquietado. El lugar era algo huraño y muy señorial, y aquella figura misteriosa no podía quitármela de la cabeza.

Los tacones bajos de Isabella resonaban ligeramente en el pavimento, pero se perdían en la amplitud de la plaza que daba paso a las tres entradas del Escorial. El lateral del colegio Alfonso XIII, La universidad de Maria Cristina, al otro lado y en el centro, la entrada al monasterio

El trolley rodaba por el acerado de pizarra. La mujer no se veía sobrecogida por la magnificencia del lugar. Era la mano de Dios, a través de los hombres, quien había erigido tal Coloso.

Miró al resto de los presentes y a modo de conato de socialización habló con quien tuviera próximo

- Es grandioooso - dijo en ese marcado acento italiano - Sera un piacere estar aquí

Cuando el Padre pudo advertir la figura en la ventana se santificó y no le dió mayor importancia externa. Su mirada era fisgona y su andar resuelto - sí, es un santuario colosal - comentó hacia Isabella. En principio su tono era despreocupado, pero gradualmente se agravó:

No se si saben que el Monarca Felipe II, uno de los mandatarios más poderosos de toda la historia de Occidente, dedicó aquí la mayor parte de su vida. Era un hombre taciturno y prudente, inmensamente supersticioso. Durante su vida resguardó supuestos secretos sobrenaturales que le fueron concedidos. No se sabe si su intención era la de tapar la boca del Infierno, o mas bién poseerla, pues es conocido que dedicó el resto de sus días a la veneración del mismísimo Luzbel: le ofrecía rituales esotéricos y festines desenfrenados, holocaustos y sacrificios salvajes, todo a cambio de conocimientos prohibidos. Aquí dentro hubo mucho sufrimiento que ha quedado reprimido.

Los hombres más poderosos son, en realidad los más débiles de espíritu... pues recurrir a vestigios y adorar sus paganas propiedades no es propicio de los hombres fuertes de coraje... ¿verdad Padre? Ya sean reyes o tiranos...

Abrir una puerta hacia el más allá son palabras mayores -pensaba. No es lo mismo que una aparición o una psicofonía... Estoy deseando llegar para comenzar el estudio.

Se dirigió hacia Merc:

En eso sí que estamos de acuerdo, señor LaFleur. El poder corrompe el espíritu de los hombres, generalmente. Felipe II, fue un hombre con un corazón proporcional a su potestad, hasta que el incesante incremento de poder le colmó y le desbordó el espíritu. Fue entonces cuando supeditó sus intereses a los de los demás, a cualquier precio.

O bien no se percató de la sombra en la ventana, o bien no le dio ninguna importancia. Se apartó discretamente con uno de los guardias e intercambiaron algunas palabras. Se volvió hacia el grupo con una mirada segura y omnisciente:

El padre y yo hemos de quedarnos con dos de los guardias para revisar las cámaras de seguridad de esta semana. Ustedes pueden ir instalando los sensores por todo el edificio, el guarda Alfonso les acompañará. Cualquier acaecimiento podrá ser comunicado vía walkie talkie.

Tienen libertad absoluta para recorrerse cada rincón. Eso sí; no les aconsejo que se introduzcan en las innúmeras y laberínticas galerías subterráneas, por lo menos de momento; no conocemos sus límites. Nosotros no creo que tardemos demasiado en alcanzarles, seguiremos sus pasos.

Su expresión era seria pero frágil. Su voz fina y aguda - hola, yo soy Alfonso, os voy a acompañar en vuestra tarea. Si os puedo ayudar en algo decídmelo - llevaba una mochila a la espalda, su cinturón y sus bolsillos estaban repletos de herramientas e instrumentos. Jugaba con un gran llavero de un sinfín de llaves. 

Isabella se mostró extrañada. ¿Sensores? ¿Acaso pensaban que ella era una especialista en electricidad y en cosas de ficción? No, ella era una reputada teóloga. No estaba aquí para cuestionar la existencia de lo que quiera que sea, sino para afirmarla.

- Esto.... yo no se colocar sensoreee - repite en esa cadencia de voz que hace del español hablado por un italiano, una melodia sensual - No soy eléctrica.

Tiene en su mano uno de los libros que había venido leyendo por el camino.

- Quisás el señor Castore podría ayudarle.

No... tranquila los sensores simplemente se depositan en un rincón o sobre una superficie y ya está. No requieren ninguna conexión. Es una forma de controlar cada una de las zonas que visitamos.

Mientras le hablaba su distracción estaba captada por el volumen que sostenía la señorita D'Angelo - ¿ese no será su obra "intangibilidad mística"...? -

No sabía que requierieran de tanta sutileza técnica -pensé al oír lo de los sensores. Quizá debieran dejarnos solos, hacer nuestro trabajo de una vez. Necesito pasar una noche en estas bellas estancias.

Bien... Alfonso... dígame -dije al dirigirme a él. ¿Qué sabe usted de parapsicología? ¿tiene alguna noción acerca de apariciones?¿viajes astrales? ¿teorías de la mente o catárticas? ¿o simplemente porta una mochila con objetos...? No se ofenda, no es nada personal, pero aquí trabajaremos gente cualificada ¿está usted cualificado para este trabajo?

Lo reconozco, mi ego y estupidez comenzaban a estar más presentes..., y es que ya tenía que trabajar en consenso con 4 compañeros con capacidades, como para tener que aguantar a otros tantos...

No, verás: yo soy guardia de seguridad desde hace doce años. La semana pasada me destinaron aquí. El jefe nos avisó de que hoy harían unas investigaciones, nos mandó que vigilásemos el recinto, y que les ayudásemos en lo que pudiésemos.

Yo no se mucho de parapsicología, de hecho esos temas me dan mucho... respeto. Yo simplemente haré lo que me digáis.

Dijo alzando los hombros como muestra de resignación.

Me conformaré con que no hagas ningún ruido en la noche -balbuceé muy bajito.

Estupendo, estupendo... -dije sarcásticamente mientras le miraba.

Entre los preparativos del inicio, y la preocupación de que todo estuviese como había planeado, cayó en la cuenta de que había desatendido las necesidades más básicas del grupo. Los rasgos de su cara adquirieron un tono de culpabilidad, y su voz se volvió delicada:

Lo siento mucho señor Castor, no es que no le haya escuchado su petición, simplemente mi subconsciente la almacenó porque estaba pendiente de los guardias, y ahora cobré consciencia de ello. Le ruego me disculpe. Y en verdad ha sido un fallo por mi parte no traer un mínimo de provisiones: agua y bocadillos, por si se alarga la velada. Porque usted comprenderá que sería imprudente ingerir bebidas alcohólicas antes de emprender un serio trabajo. De todas formas me comunican los guardias que tenemos a nuestra disposición una máquina de botellas de agua al lado de los servicios. Tome estas monedas y, si es tan amable, compre botellas para todos los compañeros.

¿Agua? - Dice Castor con notable cara de asco y enarcando las cejas prosiguió- Lo siento señora pero el agua es para los peces, a mi las bebidas alcohólicas me ayudan a centrarme más en mi... "percepción" extrasensorial.- Con un gesto delicado aparto poco a poco la mano de la doctora que contenía el dinero - No se ofenda pero declino la oferta.

>>Supongo que tampoco se podrá fumar dentro ¿Verdad? - Castor mira con desgana como la doctora fruncía el entrecejo - Bueno - dice el exorcista encogiéndose de hombros y mirando a los guardas- Les hare más de una visita a los de aquí fuera.

-Y bien... - John mueve sus brazos hacia la puerta - ¿Empezamos la visita?

"Aquí hay algo que me huele muy mal y mejor sacárnoslo de encima cuanto antes... además... no hay cerveza..."

¿Cerveza?, creía que ese tipo de bromas había acabado... -pensé para mi.

Vamos. Estoy deseando inspeccionar las salas. Creo que lo de las botellas, doctora, es lo más lógico que encuentro hasta ahora, y no una mujer en una ventana, unas biblias y unos rosarios o un guardia de seguridad "faldero"...

Se volvió hacia LaFleur, a la par que el padre y los guardas, y dijo parsimoniosamente - como ya le he dicho, puede introducirse cuando desee. Pero le rogaría que se guardase sus opiniones para usted, no es del agrado nadie, o de casi nadie; trabajar bajo negatividades. No se si conoce la ley de la atracción: lo semejante atrae a lo semejante.