Partida Rol por web

Abro un ojo, visiblemente molesto (aunque no mucho más que él). Me froté el pecho. Se nota que me había dado con muy mala idea.

Me desperezo y me crujo el cuello antes de levantarme. Quería ir a ducharme, pero ya había descansado, y no tenía sentido seguir postergando lo inevitable Todo ello me recordaba a cuando trabajaba en la policía y tenía que pasar muchas horas en un caso. Tenía que descansar y refrescarme para eso. 

Me apoyé en una pared mientras intentaba sacar el lugar donde podría esconderse.

-Se me ocurre buscar dentro del gato. -saco la navaja automática y me acerco a el-

Tus años como policia te habían enseñado que todo estaba conectado. La casa quemada os había llevado a Hellen, el acantilado fue donde calló la niña, pero había un lugar que aún no habían visto, la capilla, en ella se encontraba el lugar de descanso de los antepasados Erickson. ¿Podría ser allí? ¿O los seres sobrenaturales no entrarian en un lugar sagrado?

Le detengo con la mano.

-Jack... Aunque no puedo estar más de acuerdo en que el gato es sospechoso... No puedo dejar que rajes en canal a un gato delante de Johan y los demás.

Le doy un capirotazo en la nariz.

-Piensa otra cosa.

Respiro hondo. Los fragmentos inconexos comenzaban a unirse poco a poco. Todos los lugares tenían un significado especial y concreto... Excepto uno que aún no llamaba la atención a pesar de todo su simbolismo y su fuerza. No se había hablado de él hasta ahora... Quizás esa fuera la respuesta.

-Debe ser ese.

Me dirijo al lugar en cuestión como una flecha.

Guardo el cuchillo y sigo a Nathan con la Uzi en la derecha y la Desert en la izquierda.

-¿A dónde me llevas? ¡Hellen, con nosotros! -me coloco a su par- sólo quería ver como reaccionaba misifuz...

Verifiqué mis armas mientras corría detrás de Nath.

Jack se acerca al gato, este permanece tranquilo, cuando Nathan sale corriendo, el gato corre detrás de él. Hellen los sigue. Nathan sale corriendo de la casa, atraviesa una verja hasta donde esta el cementerio y la capilla, entra corriendo en la capilla

- Aquí hay un fuerte poder mágico, estamos en buen camino- dijo Ellen

Hellen empieza a susurras unas palabras con los ojos cerrados, después los abre y señala una puerta que instantes anteriores no estaba allí. La abris y bajais por unas escaleras que esta tallada en roca en forma de espiral, bajais hasta una oscura y pestilente oscuridad. Al final de la misma hay una peculiar habitación con un altar en el fondo, sobre la que descansa un cuerpo

- Es Federico- dice Hellen

Veis el clavo de plata que menciono Hellen a la altura del occipital en el lado izquierdo. El ennegrecido altar, es rodeado por una aureola de colo anaranjado, cubriendolo por completo. Esta aureola surge del medallón que descansa sobre el pecho de Federico. En ese momento el "espiritu" de Federico reacciona, Federico dice unas palabras y seis esqueletos de la familia Erickson salen de sus ataudes

Doy un soplo resuelto. Si conseguíamos el medallón, la mitad de la batalla estaría ganada. Saco mi magnum, que era de mis armas, la que poseía más potencia de fuego.

-Jack, ¿crees que podrás encargarte de los muertos mientras intento coger el medallón?

Miro a Nathan y le recuerdo:

-Ese arma es potente, pero se maneja peor que la automática, tu verás lo que haces.

Suelto una ráfaga con la micro de derecha a izq intentando dar a todos los esqueletos que pueda...

-No te preocupes... Si tengo suerte, quizás no necesite usarla.

Corro hacia el altar aprovechando que Jack entretenía a los difuntos Erickson.

Los seis esqueletos se habían dividido, dos para cada uno, Jack pronto se vio rodeado de dos esqueletos, uno de ellos lo golpeo en el estómago. Jack aprovecho que tenía a ambos en una distancia muy próxima y disparo su mini uzi dándole en el brazo a uno de ellos, pero no pareció hacerle ningún daño, con su desert apunto a la cabeza y volvió a disparar, el esqueleto cayó al suelo.

Nathan también se vio rodeado por dos esqueletos, pudo evitar el ataque de uno, pero otro le dio un fuerte puñetazo en el estómago, aún así Nathan corrió hacia Federico y agarró el medallón, pero una descarga eléctrica hizo que Nathan fuera lanzado a distancia con dolores por todo el cuerpo

Hellen tuvo más suerte, corrió hacia el medallón y lo agarró, a diferencia de Nathan a ella no le pasó nada, por desgracia bajó la guardia y uno de los esqueletos consiguió herirla. Hellen recibió un puñetazo en el estómago, pero apenas sufrió daños, una vez recuperado el colgante, podía encargarse de Federico

Tenía los músculos contraídos y una sensación dolorosa que me recorría por todo el cuerpo. Saqué mi magnum rápidamente y disparé mientras me alejaba un poco. No acerté, con el cuerpo tembloroso por la descarga.

-¡Rápido, tíralo por el acantilado! Nosotros te cubriremos. 

Veo a Nathan salir por los aires y chocarse contra una pared, fue un milagro que no se rompiese la crisma contra ella, aunque no parecía estar muy bien.

-¡Levanta Nath!

Reviento la cabeza de un disparo con mi pistola al esqueleto que me quedaba y lancé otra ráfaga contra los que rodeaban a Nath.

El esqueleto que quedaba atacó nuevamente a Jack en el pecho, aunque no le hizo demasiado daño, Jack veía como el esqueleto al que había disparado anteriormente en la cabeza se levanta, no estaba muerto como él creía, con un disparo de la desert hizo caer a uno de los esqueletos, al que le había herido en el pecho. Con la microuzi Jack consigue herir al esqueleto que tiene más cercano en la cabeza, los otros dos van hacia los que anteriormente atacaban a Nathan, uno de ellos recibe una ráfaga en el pecho, pero no parece hacerle nada, otro de ellos recibe la ráfaga en la cabeza, convirtiéndose en polvo

Nathan dispara al esqueleto que tiene delante suya, dispara en el pecho de éste, pero al parecer el disparo no le hace nada

Hellen empieza a correr hacia fuera de la cripta, pero antes de irse recibe un golpe en el pecho de uno de los esqueletos

Federico de pronto empieza a pudrirse de forma rápida, mientras escucháis un fuerte grito de horror. Hellen había tenido razón, quitarle el medallón era una forma de derrotarlo, ahora solo quedaba que Hellen consiguiese tirarlo al acantilado. Los ojos de Federico se volvieron rojos, un jarrón vuela por los aires queriéndose chocar contra Jack, pero éste gracias a sus reflejos consigue esquivarlo

-¡Corre, Helen! 

Disparo de nuevo a los esqueletos, pero aun no me he recuperado de la descarga. Estaba gastando munición tontamente. Agarro a Helen de la mano. Quizás no pudiera llevar el medallón, pero podía llevarla a ella. Tiro de ella hacia arriba. Golpeo al esqueleto con las manos y lo aparto.

-¡Vamos, Jack! ¡No te quedes aquí!

De nuevo realizo la misma maniobra y disparo contra los dos mas cercanos a mi mientras retrocedo hacia atrás cubriendo nuestra salida:

-¡Hijos de putaaaaaaaa!

Parecía que disfrutaban de mis balas.

Jack sufrió un arañazo por parte de uno de los esqueletos, mientras tanto Nathan estaba en serios problemas, tres esqueletos lo habían golpeado haciendo mayores sus heridas, si seguía así sería la última batalla del americano. Hellen había conseguido salir corriendo sin ayuda de Nathan.

Jack disparó con su pistola al esqueleto que lo había herido haciendo que se convirtiera en polvo. La microuzi golpea a tres esqueletos, a dos de ellos le da en el cuerpo sin hacerle nada, el tercero le dio a la cabeza, haciendo retroceder un poco al esqueleto.

Vais a salir de allí cuando el suelo se abre y traga a Federico, se escucha un profundo grito que se convierte en lamento hasta que finalmente se pierde. Helen ha conseguido lanzar el medallón al mar, han conseguido acabar con Federico. Los esqueletos que estaban atacándolos caen al suelo sin vida

Por un momento, nervioso, esperé a que algo pasase... Pero no ocurrió nada. Respiré tranquilo mientras cojeaba hacia fuera. 

-It's over...

Doy un suspiro intranquilo.

-¿Qué pasará ahora con... El Señor? Hemos ganado.

Las heridas eran bastante graves. Debería ir al hospital.

Miro a Nath y le comento:

-Estás hecho un puto asco. -uno por uno voy aplastando los cráneos de los esqueletos a pisotones con las botas mientras recargo la micro-

Me acerco hasta el y guardo la pistola:

-Vámonos compañero. -paso su brazo por encima de mi hombro y lo levanto del suelo- ah, ya se por qué te echaron de la policía, tienes una puntería pésima, deberías comprarte un lanzallamas o un cañón, algo que dispare mas a lo ancho.