Partida Rol por web

Kelgar escuchó las conclusiones a las que había llegado Angie y se encogió de hombros.
Pues entonces puede haber sido Magia de verdad. Bueno, no creía que existiera tal cosa, pero he visto cosas últimamente que me hacen dudar…
Así que puede ser que alguien en la isla sea un brujo.
¿El Marqués? Quien sabe… dijo, dejando ahí la posibilidad.

Y con todo esto, estamos donde estábamos.
No sabemos nada nuevo, ¿verdad?
Así que tenemos ya cada vez menos opciones. Y para mí quedan sólo dos; una es infiltrarse en casa del Marqués y la otra es ir a interrogar a la hijastra del Padre Scott.
No veo qué otras opciones pueden aportarnos algo… dijo, cansado ya de sus escasos avances.

El doctor Ferrigo, desde luego, era un hombre de palabra. No había hecho sino expirar el plazo que les diera, el galeno volvió y les puso de patitas en la calle. Educadamente, al menos. El examen de los cuerpos no había ayudado a responder a las muchas preguntas, sólo quedaba esperar a que Jacklin volviera y les informase o que, de alguna forma, pudieran echarle el guante al chico MacCordagar para interrogarle.

- En realidad, tenemos las mismas opciones que antes, ya que la falta de información nueva ni ayuda a descartar sospechosos ni a apuntar a nadie en concreto. - Habló distraidamente, mientras pensaba que debería ser maravilloso ver el mundo desde la óptica simplista del nórdico. - Y la calle no es el mejor lugar para comentar ciertas cosas tan abiertamente. Será mejor volver a la posada y esperar al regreso del buen Jacklin. - Con aquellas meteduras de pata, que les hubieran atacado tan pronto no era de extrañar.

Basto una décima de segundo para soltar más improperios internamente de los que podría contar, ya que apenas un instante después estaba en el agua tratando de salir a flote nuevamente. Agradecí mi decisión de dejar gran parte de mis cosas arriba, pero de todas formas tocaba nadar hasta el barco con una mano puesta en la vaina de la espada para que no se perdiera. Una vez cerca pude subir por el hueco a base de fuerza bruta y dejarme caer dentro para tomar aliento. Me lleve una mano a la pierna donde me había golpeado con la roca, no ha sido para tanto, venga arriba. Y con esos ánimos mentales me puse en pie nuevamente mirando a mi alrededor.

No quedaba ni un solo mueble en un estado mínimamente interesante en esta parte del barco, todos debían haber caído al agua o estar en zonas inundadas por lo que aunque quisiera debía ser inútil investigarlos, lo cual solo me dejaba una opción en realidad, caminar hacia la única puerta para ver que había al otro lado.

Kelgar vio que volverían a la posada “a esperar”. Aquello empezaba a ser ya una tortura por aburrimiento. Negó con la cabeza y comenzó a caminar hacia allí.

Al abrir la puerta esta muestra un largo pasillo estrecho , hay otra puerta enfrente tuya , otra a la izquierda junto a unas escaleras que suben a lo que seria la cubierta y otras dos (una frente a la otra) a la derecha.

Aunque sin duda lo más llamativo es la enorme puerta de metal que hay al final del pasillo a la derecha, se trata de una puerta de metal negro que se halla entreabierta (aunque no se puede ver su interior) pero lo más llamativo de esta es que esta cubierta de símbolo místicos y de cadenas que parece que en su dai atrancaban la puerta.

Tras vuestra investigación volveis al Pequeño Castillo donde os encontrais con una inesperada sorpresa y es que junto a Miriam se encuentra la chica del cementerio Catherine, parece que estan hablando de algo ya que Miriam niega con la cabeza y le responde algo, solo al veros le dice algo a Catherine y os señala mientras acabais de acercaros.

---Veo que estais de vuelta de vuestro paseo, teneis visita...aunque veo que justamente el que busca no está aqui,Cath- dice mirando al trio, Liss murmura algo en voz baja acerca de cansancio y entra en la posada sin más- ¿Donde está Jacklin? Catherine dijo que vino a hablar con ella y luego se fue a investigar algo, al parecer le preocupa el joven rubio- dice haciendo un guiño a la mujer que se sonroja ligeramente.

---Solo queria saber sí habia regresado sano y salvo...- dice con un poco de aire ausente al duo que quedaba allí.

El regreso a la posada aun les deparó una intrigante sorpresa. Catherine, a quien supuestamente Jacklin había ido a entrevistar, hablaba con Miriam. Y por la forma en que les miraron, era evidente que estaba relacionado con ellos. La breve explicación de la posadera lo confirmó y, de paso, les planteó un nuevo problema: Jacklin había desaparecido. O, por lo menos, no había vuelto a la posada.

- Jacklin había expresado su interés por hablar con ella. - Hizo una leve indicación con la cabeza en dirección a la abstraida mujer. - Y parece que lo hizo, a juzgar por lo que decís, buena Miriam. No sabría decir por qué no ha vuelto aun. ¿Fue a investigar algo? - Fingió sorprenderse aunque, en su interior, deploraba la incompetencia y falta de profesionalidad de sus acompañantes. Si Jacklin había descubierto algo, en lugar de ir por su cuenta y solo a investigarlo, debería haberlo compartido antes de decidir qué nuevos pasos dar. Ahora, si le ocurriera algo, se podía perder la información que hubiera logrado. También cabía la posibilidad de que Catherine ocultase cosas, hubiera emboscado al paladín y ahora les preparase una trampa a ellos. - ¿No sabriáis indicarnos hacia donde fue? - Miró alternativamente a la posadera y la hija del padre Scott, si bien sólo era una distracción, pues sólo la segunda era sujeto de interés.

Al otro lado de la puerta se hallaba un pasillo normal que podrías encontrar en cualquier barco, escaleras para subir a cubierta, varias puertas para las diferentes estancias, el aspecto destrozado general del barco. Solo una cosa estaba fuera de lo común y esperado, esa puerta que tanto llamaba la atención por encima de todo lo demás y precisamente algo así era lo que venía buscando por lo que evidentemente iba a verme interesado por ella. Avancé hasta estar lo suficientemente cerca como para tocar los símbolos escritos, las cadenas que había también en ella indicaban que lo que estuviera ahí dentro no debía salir y eso era algo entendible teniendo en cuenta lo que estaba pasando en la isla, desenvainé mi espada ante la posibilidad de que hubiera vuelto aquí para resguardarse y lentamente me fui asomando por la puerta. 

---Así es, me preguntó acerca del barco el cual los Inquisidores fueron en su dia, le dije donde se encontraba  puesto que yo....-dijo avergonzada un poco- Les seguí cuando fueron a verlo...así que sabia donde estaba aunque no entiendo que interes tienen por un barco viejo- comenta encogiendose de hombros- En fin, me preguntó donde estaba y le dije al este de la isla en los arrecifes  que fuera con cuidado puesto que para llegar a el hay que descender un acantilado y luego saltar entre los arrecifes hasta este...no sé que queria ver, simplemente me dió las gracias y se fue...

No logras identificar lo que significan los distintos símbolos  que rodean la puerta, la puerta se abre cuando la abres sin problemas revelando su interior.

Se trata de una estancia hecha de metal negro y rodeada de runas rojas, en los muros hay inscristados cuatro enormes cilindros negros el cual uno de ellos se encuentra abierto debido a un enorme abolladura, en el centor de la estancia hay un pedestal de marmol negro lleno de cadenas y con un hueco esferico; se puede apreciar que habia un quinto contenedor mucho más grande que los otros cuatro pero ahora no hay nada,solo las marcas de algo que lo ha arrastrado hacia el exterior.

Cuando entras en la estancia sientes una extraña sensación de desasosiego y cierta oscuridad que satura el ambiente aparte de eso, sientes como tus poderes son mucho menores en esa estancia, como sí algo los suprimiese...

Mientras pasaba por la puerta rocé las marcas de esta, confuso por las inscripciones sin significado alguno para mí, pero inquieto por su mera existencia, si tan solo estuvieran las cadenas no me preocuparía ni la mitad. 

En el interior el metal reinaba, toda la habitación se encontraba hecha de este, siendo otro mal presagio, también había más runas por todas partes, con la mirada inspecciono de forma general toda la habitación antes de poner un pie dentro de ella. Por supuesto el primer detalle en el que repare fue el altar central donde evidentemente faltaba algo, y no hacía falta ser muy listo para intuir que eso sería el problema, también había contenedores cilíndricos en los lados y uno de ellos estaba abierto, por lo que sin necesidad de acercarme intuía que estaría saqueado. Luego baje la mirada al suelo para ver marcas en este, habían arrastrado algo fuera... Podría ser el elemento que faltaba en el altar o algo de quien hubiera sacado el objeto de esta habitación. En parte me tranquilizaba saber que se trataba de un objeto y no de “algo”, temía mucho ser presas de un demonio o espíritu maligno. 

Entonces si, decidí dar un paso hacia el interior para ver todo más de cerca y al momento noté la presión de una profunda oscuridad, me aplastaba haciéndome sentir menos cosa e incluso luchando contra mi magia de forma clara. Era muy incómodo, además por precisamente la magia que poseía me sentía peor ahí dentro, pero debía hacer algo por la isla y el grupo así que me tocaba aguantarme. En primer lugar, di un repaso por la habitación, inspeccionando sobretodo más de cerca el altar y el contenedor vació, además de los aún intactos en un intento por deducir que faltaba... que habría sacado de aquí. Luego centraría mi atención en las marcas del suelo para ver si podía seguirlas una vez dejaran la habitación, quizás hubiera registros de los navegantes aún legibles y pudiera investigar si sabían algo sobre la carga que llevaban. 

- ¿Un pecio? - Aquel detalle podía ser importante, ya que nadie en el pueblo había hablado de ello. O lo ignoraban o lo mantenían en secreto. O, simplemente, tal vez no le daban relevancia. Pero si unos inquisidores se interesaron por los restos de ese naufragio, su hipótesis de que algo, o alguien, pudo llegar a esta isla y ocultarse (o ser ocultado) en ella cobraba algo de fuerza. - Así que el buen Jacklin fue hacia el este de la isla. Tendremos que ir a buscarle. Muchas gracias por vuestra ayuda. Y cuando le traigamos de vuelta, me encargaré de recordarle que te regale un ramillete de flores en agradecimiento por tu preocupación, buena Catherine. - No es que le importase mucho la vida sentimental, ni de la hija del padre Scott ni del paladín, pero aquella vía insinuada por la posadera le daba una oportunidad para ganar puntos de confianza con ella y ocultar los verdaderos motivos de ir a buscar a Jacklin.

Hizo un gesto con la mano al guerrero para que le acompañase. Unos arrecifes y unos acantilados. Ahora deseaba más que nunca no haber perdido en el dirigible su equipaje. Aquella cuerda que siempre metía, por si las moscas, ahora le sería de tremenda utilidad. Quizás, antes de salir, podían preguntar en la tienda de Sally si tenía cuerdas; si la pesca fuera una ocupación en el pueblo, seguramente no habría problemas en conseguir una. Pero con los problemas con el mar y esa actividad descartada... También tendría que avisar a Kelgar, una vez fuera del pueblo, de que tuviera los ojos bien abiertos. A los peligros naturales de un acantilado y unos arrecifes había que añadir la posibilidad de una nueva emboscada.

Kelgar miró a Miriam y la tal Catherine.
La moza no estaba nada mal, y esa forma en la que se preocupaba de Jacklin le provocó cierto malestar. Al final el tiquismiquis ese había conseguido ligar, o algo así parecía.
Y él, aún seguía debatiéndose entre las tres… Ragn era la opción más lógica, ese cuerpo era puro fuego. Pero su infancia compartida le hacía verla casi como una hermana y debería olvidar todo aquello para acostarse con ella.
Liza le pareció una mosquita al principio, pero tenía algo que le atraía y no sabía qué… quizás esa fragilidad le resultaba sexy sin saberlo.
Y luego estaba Angie, que era un intermedio perfecto. Estaba de muy buen ver, era lista, pero… para su gusto hablaba demasiado.
Se imaginaba regañándolo en la cama…

¿Eh? Ah sí, vale… Kelgar salió de su ensimismamiento cuando Angie reclamó su atención, algo sonrojado por sus pensamientos.
Sin decir nada, la siguió a la tienda de Sally para ir en busca de una cuerda.
Luego irían a ver al barco naufragado y a ver si descubrían algo relevante.

Ambas mujeres agradecen que vayais a buscar al muchacho rubio antes de que partais , el almacen de Sally  se encuentra del de paso y con la mentalidad de aprovechar para la tarea que tenian entre manos.

Una vez en el local no solo Sally os da el objeto  por un modesto precio ( 2 MP) sino que ademas veis que el chico de los Marccodagar que estabais buscando se encontraba allí husmeando entre los distintos estantes sin dejar de dirigir miradas a Sally que lo vigilaba con ojos de halcón.

No encuentras mucho más salvo una placa en el cilindro roto se puede ver inscrito en la superficie un nombre, Galael.

En cuanto a donde arrastraron lo el objeto no puedes saberlo, hay surcos en el suelo pero a mitad de pasillo estos desaparecen

No tarde en fruncir el ceño, era algo raro... Galael, ¿quién es? ¿y como esta relacionado con lo que hubiera aquí dentro? Miro por encima de mi hombro nuevamente el altar con esas preguntas en la cabeza. Debía recordarlo, pudiera o yo conseguir esas respuestas seguía siendo una pista que poder seguir. Al menos el nombre no era uno muy exótico así que este barco no debía venir de tierras lejanas.

Una vez asegurado el contenido de los cilindros quedaba seguir las marcas, pero no tarde en ver como estas simplemente desaparecían a mitad del pasillo sin más, siendo imposible seguirlas a ningún lado. Levante la cabeza para mirar el techo en un vago intento por pensar como era posible que simple y llanamente hubieran pasado de necesitar arrastrar algo dejando rastros de marcas a simplemente cargarlo de manera limpia ¿más de una persona quizás? Exhale un fuerte suspiro antes de llevarme la mano derecha al pelo y despeinar este en un acto de frustración.

Pero debía buscar algo más que poder usar para sacar conclusiones sobre todo esto, por lo que busque una de las puertas del pasillo, la primera que viera para seguir explorando el barco, fui abriendo una por una todas las puertas buscando una cosa muy concreta, camarotes o el camino hacia el cuarto del capitán.

La suerte es caprichosa. Sally no sólo tenía cuerda en su establecimiento, también estaba un "cliente" de interés: el muchacho MacCordagar rondaba por allí, siendo fiel a la reputación que su familia tenía. El chico merodeaba entre estantes, la dependiente no le quitaba la vista de encima y Emelie había anotado la posible ubicación del zagal si no le encontraban la próxima vez. Entonces, cuando ya se disponía a abandonar el establecimiento con su reciente adquisición, una idea le vino a la cabeza.

Se volvió lentamente hacia el chico, con una sonrisa de "tranquilo, no muerdo", y llamó su atención.

- Pareces bastante fuerte, buen mozo. ¿Te gustaría ganarte un par de monedas de plata? Nos vendría bien la ayuda de un par de brazos más. - Hizo brillar una moneda entre los dedos de su mano al levantarla para que el chico pudiera verla. Si conseguía que les acompañase, aparte de una más que probable ayuda, también le tendrían a su merced en su sitio posiblemente apartado, para poder preguntarle por sus "asuntos" en la iglesia.

---Ah sois vosotros...-dice el mozo cuando os dirigiis a él, el muchacho parece algo inquieto pero cuando ve que simplemente se trata de un trabajo y le muestra las monedas parece relajarse- Bueno...supongo que no pasará nada...¿de que trabajo estamos habalndo?

- Nada complicado. Uno de nuestros compañeros ha decidido visitar unos arrecifes al pie de unos acantilados y aun no ha vuelto. Seguramente se ha quedado atrapado, incapaz de trepar por la pared, y necesitaremos a alguien más que tire de la cuerda para subirle. - Mientras con una mano hacía un gesto oscilante, como si restase importancia al asunto, con la otra señalaba a Kelgar como si fuera el "otro par de brazos" con el que habría de subir a pulso al "desamparado" caminante.

El chico se queda mirando unos segundos la monedas y finalmente asiente.

---Vale, no tengo nada mejor que hacer ahora-dice encogiendose de hombros- Os sigo.

Asi que salvo que vuestro plan fuera distinto* marchais hacia  los acantilados, tras un buen rato de marcha llegais al lugar indicado, ahí podeis ver el barco encallado entre los arrecifes, podeis ver que el acantilado desciende hasta una zona de tierra y luego se puede ir saltando de roca en roca hasta el agujero que hay al costado, sin embargo, no veis rastro de Jacklin