Partida Rol por web

-Es aquí -indiqué, cuando llegamos frente al viejo cine, reconociéndolo como el lugar en el que horas atrás había llegado junto con Zach.

La visión de aquellos zombies entrando o intentando entrar en el edificio me indicó que teníamos que actuar con rapidez. Deseé que Roar y los niños estuviesen bien, que no fuera demasiado tarde para ellos.

-Mamá, entra en el bus. No salgas -le dije a mi madre, sabiendo que allí estaría más segura-. Tess... -Se dirigió a la pelirrosa con gesto dubitativo. De ser por él, le hubiera pedido a la chica que se quedara también en el bus, con su madre, a salvo. Pero sabía que Tessa no era una damisela en apuros y que, al fin y al cabo, había sido ella quien había abatido con una flecha al primer zombie con el que se había topado-. No te separes de mí, ¿de acuerdo?

No esperé a los militares. Aguardar lo que ellos opinaran en aquellas circunstancias no era una opción. Desde mi posición, tomé uno de los revólveres que nos había dejado Roar y disparé a la masa de infectados que irrumpían o querían irrumpir en el cine, sin otra intención que atraerlos hacia mí y que no pensasen en acceder al cine.

-¡Eh, aquí! ¡Cabezas de pús! -les grité, mientras abría fuego, apuntando a la cabeza de uno de los zombies.

Diana miró por la ventana del bus cuando llegaron al cine, había muchos zombies entrando al edificio y otros tantos fuera. Antes de que nadie pudiera ni responder, Larry comenzó a usar un revolver para matarlos. - Así silencioso y sin despertar a todo un barrio, solo un adolescente puede ser tan descerebrado. - No pudo más que pensar en lo joven y volátil que había sido su hermano por lo que no se sorprendió cuando su amigo fuera igual. 

Por desgracia también le había salvado la vida a ella por lo que no dejaría que muriera ahí solo. Con su cuchillo en mano se levantó del asiento del autobús - Alguien tiene un arma mejor que esto? - Dijo señalando a su cuchillo grande de cocina - Voy a ayudar a Larry- Si conseguía algo nuevo como si no, baja del autobús para ayudar a Larry a matar algún zombie.

James no se iba a quedar quieto mientras su hermano se la jugaba. Si debían rescatar a aquella mujer y unos niños, no había tiempo que perder. Al ver que su hermano apartaba a su madre, él también se aseguró de que permanecía lejos de la puerta y después, bajó y se colocó a su lado.

-Así no haremos nada. Necesitamos el Stryker -dijo, saltando rápidamente a la calle y golpeando en la estructura metálica -. Eh, tíos. ¿Qué tal si les dais un poco de caña?

Con la cantidad de zombies que había allí, la única manera de traspasar aquella puerta era haciendo una auténtica carnicería.

Después de reunirnos todos, como las cosas no podían seguir saliendo bien, Larry nos echó un buen jarro de agua fría. Para empezar, había que continuar por la ciudad porque había más gente atrapada. No es que me importara hacerlo, todo lo contrario, estaba dispuesto a todo, pero cada hora que pasaba allí dentro, me sentía con más ganas de huir de allí.

-Entonces tendremos que ir por ellos, sin duda. ¿A qué estamos esperando? ¡Que vivan o mueran puede ser cuestión de minutos! -les dije a todos, metiéndome en el Stryker rápidamente.

Pero antes de hacerlo, vino la segunda parte.

No había evacuación. 

Noté en las miradas de todos que aquello sí que les había hundido.

-Mirad, no podemos venirnos abajo ahora mismo. Lo prioritario es ir a rescatar a esa mujer y los niños, y después... pues iremos a ver por nuestros propios ojos si hay evacuación o no. A lo mejor hasta encontramos un barco en el que huir. ¡Así que vamos ya!

Y como no podía ser de otra manera, las cosas seguían complicándose. El cine estaba rodeado de zombies. Eso podía significar que habíamos llegado demasiado tarde. Me asomé por la escotilla superior y vi como Larry y Diana salían, y después, a su hermano golpeando el vehículo.

-Sí, tienes razón. ¡Tom, gira la torreta y dele caña a esos bastardos! -le dije al sargento.

Y no lo dudé, porque bueno el hecho de estar enamorada me impulsa a hacer locuras y por esa razón, asiento conforme ante las palabras de Larry mientras pienso en lo atractivo que es cuando el peligro nos acecha. No obstante estoy buscando mantener la calma, coger un poco de valentía e ir al ruedo. Esa mujer y los niños necesitan de nosotros, más aún si mi chico está tan decidido en ir hacia ellos. - Lo que sea, siempre contigo. - respondo al acompañarlo en la acción. 

Arma en la mano, al mejor estilo Bonnie and Clyde comienzo a disparar a todo aquel que gracias al llamado de Larry se fuera acercando, pretendiendo de esta forma derribar a los zombies antes de que incluso intenten atacar. Sé que los soldados actuarán, harán ese respaldo necesario para que podamos llegar hacia la mujer y los niños. 

Keira y yo nos habíamos sentado al lado de mi madre y aquel pobre niño, Ian. Cogidas de la mano, permanecimos en silencio durante el corto trayecto que hicimos. Las noticias estaban siendo todas malas y tener que parar a recoger a más gente, cuando ni siquiera sabíamos si nosotros mismos íbamos a salvarnos, no era precisamente lo que más ánimo infundía.

Dejé que mi cabeza reposara sobre el hombro de Keira y me puse a pensar en todo lo sucedido. Mi madre, con quien siempre me había llevado fatal, era en esos momentos un pilar para mí, y la presencia de Keira, todavía más que eso. Era mi vida entera. ¡Cuánto tenía que perder en aquel nuevo mundo que se abría ante nosotras! Había pasado de no tener nada... a tenerlo todo. ¿El apocalipsis? Para mí aquello había sido como una especie de renacimiento.

¡Qué contradicción!

Cuando llegamos, la escena era, por supuesto, horrible. Menos mal que Larry y algunos más parecieron activarse y ponerse manos a la obra, porque yo estaba agotada, más psicológica que mentalmente, pero me recordé a mí misma que no podíamos rendirnos. No todavía.

-Quizás... deberías ir a ayudar -le dije a Keira, muy a pesar mío -. No te preocupes. Te espero aquí.

Le di un beso en la mejilla y le mostré una buena sonrisa.

-Ojalá estuviéramos solas en este momento... pero supongo que tendremos que seguir esperando -añadí, con un sentimiento de nostalgia diferente a los que hasta entonces me habían invadido. Estaba recordando cuando estuvimos juntas, en aquel río.

Roan estaba en el autobús custodiando a los integrantes, la pistola la llevaba en la funda pero estaba muy conforme de actuar en cuanto viese alguien que quisiera penetrar en el bus. 

Una vez que llegaron a un establecimiento que tenían que rescatar a unas personas... Roan meditó... dejar el autobús era algo incomprensible, por otro lado si el tanque estaba por allí podrían actuar con alguna idea. Roan se encaramó a una de las ventanas viendo como se desarrollaba el acontecimiento.

Nos había costado mucho llegar hasta la ciudad, buscando un rescate que al parecer ya se había hecho horas antes. No habíamos llegado a tiempo y a eso había que sumarle que cada vez éramos más. Teníamos por delante un panorama muy difícil. Había que planificar un plan de contingencia y valorar todas las opciones.

Había más gente por la ciudad y no podíamos hacer de rescatadores de todo el mundo. Para ello, hacía falta una logística que ahora mismo no teníamos: vehículos, un lugar seguro, comida para todos, agua, armas, etc. No podíamos aumentar el número de integrantes del grupo así como así. Los chicos eran valientes, pero había que pensar con la cabeza. Y más ahora, que parece que ya no había evacuación. Eso de salir en tropel a matar zombis, sin contar con nadie y esperando que te cubran era una temeridad. Las planes hechos así siempre terminaban en fracaso... podía haber victimas. No sería yo el que discutiera con nadie... mi objetivo era mantener a todos vivos hasta llegar al puerto. Ahora, no sabía muy bien mis objetivos, pero tenía claro que ir a lo loco no era uno de ellos.

Los golpes en el stryker me sacaron de mi letargo. Cuando rescatáramos a la gente del cine, propondría una reunión para hablar de muchas cosas... entre ellas, lo que les había pasado a las chicas desde que nos separamos.

-"John, Jack. Preparaos. Agarraos bien, voy a embestir a los zombies. Jack, cuando te avise, encárgate de la ametralladora y dales para el pelo a esos muertos."

Arranqué el motor y aceleré, maniobrando hacia la entrada del cine y llevándome por delante a los muertos que se interponían entre los chicos y la entrada.

Los disparos de Larry y Tess no solo abatieron a un par de zombies, sino que atrajeron la atención del resto, que se volvió hacia todos vosotros y comenzó a aproximarse entre gruñidos y manos anhelantes de comida. Solo el rugir del motor del Stryker, logró romper el monótono sonido de aquellos seres, y  cuando el vehículo pasó por encima de ellos, ni siquiera supieron lo que estaba ocurriendo.

El Stryker aplastó a la mayor parte de ellos, que quedaron bajo sus ruedas, despedazados de innumerables y variadas maneras, con sus cuerpos partidos en dos, sus brazos moviéndose sin manos con que agarrarse, sus ojos mirando sin un cuerpo al que guiar y en definitiva, un laberinto de vísceras y miembros destrozados.

Pero aún había bastantes que estaban en pie.

La entrada al cine estaba libre, pero ahora una docena de zombies rodeaba el Stryker y lo golpeaba para entrar. Estaban tan cerca, que era imposible dispararles, a no ser que lo hicieseis directamente.

Al oír que íbamos a embestir, me agarré con fuerza, al igual que John, a cualquier sitio que pude. El sargento era más bruto que un trineo tirado por osos, así que el golpe seguramente sería fuerte, como efectivamente así fue. El golpe me hizo golpearme de nuevo con el duro y frío metal, y una protesta salió involuntariamente de mi boca.

-Sargento, más cuidado. A este paso, los zombies serán el menor de nuestros problemas.

Entonces, una vez detenidos, miré alrededor y vi que todavía quedaban unos cuantos vivos, así que abrí la escotilla, salí y me puse con la ametralladora.

-¡Showtime! -grité, al tiempo que apretaba el gatillo y les disparaba sin compasión. Las balas atravesaban sus cuerpos y cerebros, lanzándolos al suelo y allanando el camino para que los demás entraran.

-¡Vamos, aprovechad e id a buscarlas! -grité, sin dejar de disparar.

Roan vio como poco a poco la entrada iba quedando despejada... y vio a los zombis ir hacia el tanque mientras que el teniente en un arrebato de ira que no había tenido en mucho tiempo empezó a ametrallarlos. - ¡Ahora!, dije a la conductora para que abriera la puerta del autobús: - Es la hora de salir a por ellos... Comentó Roan sacando la pistola de su funda y sujetándola en la mano derecha mientras que con la izquierda se disponía a salir del bus en cuanto la conductora abriera la puerta. Se puso en posición agazapada para tener más flexibilidad, y así poder correr hacia la puerta de entrada dejando a los zombis al divertimento del tanque.

Habíamos atraído a los zombies en dirección a nosotros, logrando que se olvidaran del cine y de las personas que aún siguieran dentro, si es que todavía seguían con vida. Por fortuna, no éramos sólo un par de tiradores disparando, sino que además Brannigan tenía el Stryker y logró pasar por encima de ellos, aplastando a la mayoría de ellos.

La entrada del cine había quedado prácticamente despejada, así que no lo dudé ni un segundo y aceleré el paso, tratando de llegar al interior del edificio.

-¡Vamos! -le indiqué a mis compañeros, para que me cubriesen, mientras echaba a correr hacia el cine. Con intención de reducir el número de zombies que rodeaban el Stryker, efectué un disparo sobre uno de los muertos vivientes, aunque sin llegar a alcanzarlo-. ¡Roar, chicos, aguantad!

James tampoco perdió tiempo. En cuanto vio el hueco, siguió a su hermano, disparando sin cesar, guardándole las espaldas, aunque como estaban en movimiento, acertaban más bien poco.

Al final, fueron Larry, James y Roan quienes entraron allí, en busca de la mujer y los niños. Ojalá llegasen a tiempo, pensó James, que tenía ya suficiente dosis de muerte a sus espaldas.

Muy cerca de Larry sonrío al ver que el objetivo estaba de alguna manera cumplido, decidida a ir por ellos, veo que gracias a los soldados ya el camino está despejado y si resta avanzar para llegar a la familia. Sin poder evitarlo, entre disparo y disparo, le digo a mi chico. 

- Estamos muy cerca. - comento y avanzo ahora corriendo para acceder a la puerta del cine y así, comenzar el rescate. Le hago una seña a Staci, así acerca el bus y ellos pueden subir sin problemas. Con todo el ruido que hicimos, es probable que vengan más y más, no se puede perder demasiado tiempo. Solo es cuestión de actuar ya mismo. 

Así que sin pensarlo, intento adentrarme en el lugar, buscando la familia junto a Larry. 

 Staci logra llevar al grupo en el autobús hasta aquel cine, esperando poder encontrar sin problemas a aquellos supervivientes e irse lo más lejos posible de aquel lugar infectado de zombies. Ante la señal de Tessa, Staci acerca el vehículo hacía la puerta del lugar, intentando hacer que la puerta del autobús estuviera a escasos metros de la entrada al cine. En un momento dudo sobre si ir con toda velocidad a aplastar al resto de los zombies, pero la presencia del Stryker podría desencadenar en un coche entre los dos vehículos que los dejé muy mal posicionados.

- ¡A-ahora! ¡Bajen!

El interior del cine no parecía tan horrible como hubierais dicho en un principio. Algún zombie más por el camino, pero pocos problemas. El cine estaba bastante destrozado, pero al menos no había indicios de problemas.

Pero Larry no se detuvo, sino que siguió subiendo las escaleras y todos los demás lo seguisteis hacia la planta de arriba, en donde hallasteis lo que buscabais.

Los niños.

Solo que ya era demasiado tarde para ellos y para Roar. Todos ellos estaban sirviendo de postre a una buena cantidad de zombies que sin duda, habían entrado antes.

Al menos, no estaban vivos, porque eso ya habría sido demasiado difícil de soportar.

Pero cuando creíais que ya no quedaba nada, un ruido os hizo giraros de golpe. 

Era una pequeña niña se asomaba desde el interior de un armario.

El grupo formado por Larry, James, Diana, Tess y Roan, se introdujo en el cine. Mientras tanto, los demás permanecíais a la espera. Los disparos bien podían terminar atrayendo a más de aquellas cosas, o quien sabía si a algo peor. Eso sí, entre la proximidad del Stryker y la del autobús, parecía que la huida estaba asegurada.