Partida Rol por web

El foso del diablo

Escena 11. En las Tripas

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23/02/2021, 20:24
Narrador

Pese a la corta distancia a la que se encuentra, Alfred, sobrepasado por los acontecimientos, no logra acertar al Hierofante y el disparo acaba estallando en la negrura de la caverna. Iracundo por la temeraria osadía del crítico de arte, el enmascarado emite un profundo gruñido y, lanzándose sobre el investigador, vuelve a descargar un nuevo tajo.

— Tendré el placer de ofrecerte como sacrificio a "El que mora en el foso". — sin perderle de vista, el Hierofante señala el bajorrelieve del ser tentacular que hay sobre el altar y, automáticamente, Alfred piensa en la estatuilla vista en el despacho de Rowland MacFie y en la talla sobre el óxido del Arenque Ahumado — Mis hermanos le llevarán tu cadáver para que sacie su hambre en él.

Mientras, en el fondo de la poza, a pocos centímetros del agua, Juliette, tras estabilizar su posición entre la cadena y la pared, hace uso del candelabro para iluminar el lugar donde, minutos antes, se encontraba su compañera luchando por sobrevivir. Ahora la negra superficie permanece en calma, salvo por unas leves y continuas ondas provenientes del desenfrenado burbujeo que acontece en el otro extremo de la poza. Desafortunadamente, por mucho que aproxime la luz al agua, la cantante no logra dar con nada que evidencie la presencia de Catherine o del espeluznante ser.

En la superficie, Eleanor trata de concentrarse en mantener la cadena estable para facilitar la tarea de su compañera. A su alrededor, la tensión y el desconcierto siguen en aumento. Algunos sectarios demasiado atemorizados como para haber salido huyendo, permanecen acurrucados en las sombras. No obstante, no toda la congregación parece haber sido presa del miedo provocado por el repentino ataque. El grito de rabia de un puñado de ellos se escucha al fondo de la cámara. Sobre un pequeño montículo de rocas, alguien, cuyo aspecto, debido a la pesada penumbra, escapa a la visión de la escritora, sostiene una pistola e intenta mantener a raya a los encapuchados que, inexorablemente, a medida que transcurren los minutos, le ganan cada vez más terreno.

- Tiradas (1)

Motivo: El Hierofante ataca a Alfred con una daga

Tirada: 1d100

Dificultad: 25-

Resultado: 7 (Exito) [7]

Notas de juego

Alfred, necesito que hagas una tirada de Esquivar para evitar el ataque del Hierofante. Si no lo consigues, réstate 1d4+2 puntos de daño por el corte que te provoca la daga. Tras ello, puedes intentar un nuevo ataque. Si lo haces con la pistola, vuelves a tener un 40% de acierto, debido a que el disparo es a bocajarro.

Aclaración: tened clara la diferencia entre el Foso del Diablo, situado en alta mar, y la poza, lugar ritual de la caverna en la que os encontráis. Son dos lugares importantes para la secta, pero no son lo mismo. Tampoco lo son las criaturas que lo moran.

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24/02/2021, 09:13
Alfred Lean

Noté como el ataque del Hierofante dañaba mi piel y un dolor subió desde mi pecho y una maca roja empezó a mostrarse a través de mi camisa.

El impulso hizo que volviera a disparar al Hierofante, pero también fallé este disparo. No estaba teniendo puntería incluso a esta distancia y me temía que poco más podría hacer. Era más grande que yo y yo no era ducho en combate cuerpo a cupero y, por lo visto, tampoco en tiro.

- Tiradas (3)

Motivo: Esquivar

Tirada: 1d100

Dificultad: 28-

Resultado: 91 (Fracaso) [91]

Motivo: Daño

Tirada: 1d4

Resultado: 2(+2)=4 [2]

Motivo: Disparo

Tirada: 1d100

Dificultad: 40-

Resultado: 73 (Fracaso) [73]

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24/02/2021, 09:02
Eleanor Harris

Seguía sosteniendo con esfuerzo la cadena para no hacer caer a su compañera mientras se preguntaba qué estaba haciendo para tardar tanto. ¿Había dado con Catherine? ¿Veía la forma de acabar con la pesadilla? El sudor frío recorría su frente del esfuerzo mientras Alfred seguía luchando con Walter y los congregados se reunían en torno a una figura que no conocía…

¡¡El fuego es la clave, la luz!! – Gritó esperando a que alguno de los enemigos se detuviera para darle ventaja a cualquiera de los presentes.- Destruiré a vuestro dios quemándolo si no os detenéis ahora mismo.- Pero al fin y al cabo sólo eran habladurías que no sabía si serviría pero, ¿qué otra cosa podía hacer?

Notas de juego

Teniendo en cuenta que Juliette "depende" de mi para sostener la cadena y que no me ha dicho lo de las llaves en su anterior post, antes de bajar, supongo que mi acción se queda limitada a quedarme estatua ^^U

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24/02/2021, 09:29
Juliette Moreau

Notas de juego

Ay lo siento, pensaba que lo sabíamos las dos :(

Tengo que tirar algo para intentar lo de las llaves ?

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24/02/2021, 15:11
Narrador

Notas de juego

No hace falta hacer tirada para deciros cosas. Aunque Juliette esté en la poza, podéis comunicaros a gritos.

No obstante, lo que sí es cierto es que, para que Juliette pueda evitar el malus que da cargar con el candelabro mientras se mueve por la pared, necesita que Eleanor esté quieta. Si Eleanor se mueve, Juliette no podrá ascender ni descender por la poza y, si lo hace, lo hará con el + 20 en Trepar.

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25/02/2021, 08:30
Juliette Moreau

Había bajado para nada, Catherine se había perdido en las profundidades de la poza y yo no podía hacer nada para remediarlo. Apesadumbrada hice señales a Eleanor para indicar que iba a volver a subir.

Una vez estuve a su lado lenconté lo que había visto incluido el tema de las llaves, debíamos trazar un plan y debíamos hacerlo rápido.

Tenemos que llegar hasta ellos y ayudar a Alfred... ¿lo ves posible?

- Tiradas (1)

Motivo: Trepar

Tirada: 1d100

Dificultad: 40-

Resultado: 38 (Exito) [38]

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26/02/2021, 23:33
Narrador

Alfred procura esquivar el ataque del Hierofante, pero sus reflejos no son lo suficientemente rápidos y la daga del enmascarado acaba clavándose en el costado izquierdo del crítico de arte. La sangre no tarda en cubrir la camisa y parte del pantalón del hombre que, debido a la gravedad de la herida, trastabilla y acaba aferrado al blasfemo altar para evitar caer al suelo. Estupefacto, pero dispuesto a luchar por su vida, el investigador vuelve a encañonar a su agresor, pero nuevamente, debido a los temblores cada vez más intensos que sufre, erra el disparo.

— Eres tan patético que me das arcadas. Tú y los de tu especie os merecéis la extinción.

Dicho esto, el sacerdote se aproxima a Alfred dispuesto a asestarle el golpe final. No obstante, demasiado inmerso en la ira, los sentidos del enmascarado quedan destemplados y el filo de la daga únicamente acaba rozando la superficie irregular del altar de piedra.

Mientras, Juliette logra escalar de vuelta a la superficie donde, arrodillada en el borde, se encuentra con Eleanor. Con una sola mirada, la cantante da entender a su compañera que ya es demasiado tarde para Catherine y ambas aguantan el llanto mientras se ponen en marcha para tratar de escapar de una vez por todas de ese diabólico lugar.

De repente, proveniente del fondo de la cámara, un grito de espanto y dolor las sorprende. Por lo que parece, los encapuchados han logrado dar caza al asaltante misterioso que, junto a Alfred, había osado perturbar su morada.

- Tiradas (1)

Motivo: El Hierofante ataca a Alfred con una daga

Tirada: 1d100

Dificultad: 25-

Resultado: 71 (Fracaso) [71]

Notas de juego

Eleanor y Juliette, para ir a ayudar a Alfred necesitáis quitaros las cadenas y, para ello, necesitáis las llaves. Lo único que tenéis que hacer es aproximaros al cadáver y quitárselas. No hace falta tirada alguna.

Alfred, puedes realizar un nuevo disparo. Sigues teniendo un 40% de probabilidad para impactar. Si lo consigues, tira un 1D8 para calcular el daño. Por lo puntos de vida que te quedan, puede ser el último intento para sobrevivir. Así que suerte.

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27/02/2021, 10:07
Eleanor Harris

Sus manos temblaban, su cuerpo se quedaba sin fuerzas y su ánimo estaba por los suelos al saber que su compañera en todo este tiempo que llevaban en la ciudad, Catherine, había muerto en la fosa sin poder hacer nada más que escuchar sus gritos en el proceso. Lo siento Catherine, haremos justicia.- Con el rostro ungido en lágrimas, miró en la dirección que señalaba Juliette, teniendo que dejar que su visión dejara de estar difuminada para ver la llave en el suelo.

El grito de Walter la sacó de su ensoñación, acercándose lo máximo que pudiera para coger la llave y liberar a ambas, fallando posiblemente un par de veces en centrar la llave en la cerradura con sus propios temblores.

Al-alfred, hay que ayudarlo.- Sollozó a la cantante, no queriendo dejar que nadie más muriera.

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28/02/2021, 18:09
Alfred Lean

El grito desgarrador que provenía del fondo de la caverna me turbó. El comisario, en su afán de ayudarme, seguramente había entregado su vida intentando rescatar a mis compañeras. No iba a dejar que su sacrificio fuera en vano y disparé de nuevo el arma contra el Hierofante. Si fallaba, con toda seguridad la daga que llevaba acabaría matándome así que puse todas mis fuerzas en mantener el arma firme y volví a apretar el gatillo

Esta vez acerté, pero no sabía si había conseguido deshacerme del lider de aquellos dementes.

Juliette, Eleanor, vamos.

Era hora de salir de allí aprovechando que había conseguido herir al Hierofante.

- Tiradas (2)

Motivo: Disparo

Tirada: 1d100

Dificultad: 40-

Resultado: 28 (Exito) [28]

Motivo: Daño

Tirada: 1d8

Resultado: 7 [7]

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02/03/2021, 17:07
Juliette Moreau

Todo se desmoronaba, pero no podía dejarme llevar y caer en las profundidades de mi interior... Teníamos que dejar la pena para más tarde, ya lloraríamos la perdida de Catherine, no teníamos otra opción.

- Sí... - respondí acercándome también al cadaver para que si ella no conseguía coger las llaves, hacerlo yo - saldremos con vida de esta, ya lo verás, acabaremos con todos y vengaremos a nuestra amiga - aunque no las tenía todas conmigo...

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02/03/2021, 21:43
Narrador

Alfred es capaz de intuir la cara de sorpresa del enmascarado cuando este, interceptado al fin por uno de sus disparos, deja caer la daga e, inmerso en el desconcierto, retrocede un par de pasos en dirección a la poza. Casi inmediatamente, la sangre empieza a brotar de su hombro derecho para caer, recorriendo su inerte brazo, sobre la roca viva del suelo. No obstante, aunque tambaleante, el recio Hierofante consigue permanecer en pie.

Al otro lado de la poza, Eleanor y Juliette se lanzan sobre el cadáver del encapuchado que las había encadenado al inicio de aquel satánico ritual y, sin sentir reparo por manosear a un muerto, se hacen con las llaves. Tras varios intentos por abrir las cerraduras, los temblorosos dedos de la escritora consiguen finalmente abrir los grilletes que las apresaban e, instantáneamente, las dos mujeres centran su atención en sus sanguinolentas muñecas. Se frotan doloridas los brazos cuando, de repente, un estallido a sus espaldas, como si algo contundente se hubiera abierto paso a través del agua, las obliga a girarse.

Una amalgama de sonidos guturales parecidos a los emitidos por las ranas empiezan a retumbar en el interior de la poza. El desagradable croado consigue, al acto, que los encapuchados que hostigaban al intruso en el fondo de la caverna abandonen su cometido y se dirijan con paso calmo hacia la superficie de agua. A medida que estos se aproximan, otros, los que por prudencia tras el ataque habían optado por esconderse, surgen de las sombras y se unen a la comitiva, mientras de sus bocas aflora su recurrente cántico ceremonial. Inmersos en su mantra, los fanáticos toman posición ante la poza, sin demostrar ser conscientes de las dos mujeres liberadas ni de la comprometida situación de su líder.

Notas de juego

¡Al fin! Enhorabuena, Alfred.

Aunque siento deciros que esto todavía no ha acabado...

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03/03/2021, 11:27
Eleanor Harris

Cuando por fin se habían liberado, tirando los pesados grilletes al suelo y sabiendo que ahora sólo le quedaba correr, dejando que todas y cada una de sus fuerzas se dirigieran hacia sus piernas para darle la energía y velocidad fueran suficientes para olvidar de una vez toda aquella pesadilla. Sin embargo no había hecho más que empezar, comprobando con temor que los extraños sonidos eran correspondido por los encapuchados, como si fuera un llamado del rebaño.

¡Vámonos, ahora! – No sabía qué era esa cosa que estaba surgiendo y tampoco quería quedarse para descubrirlo, prefiriendo aprovechar la pequeña distracción para recorrer el descendente camino laberíntico hacia esa poza.- ¡Alfred! – Llamó la atención del hombre mientras agarraba la mano de Juliette, queriendo salir de allí sin perder más tiempo.

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03/03/2021, 11:38
Alfred Lean

Aprovechando que los seguidores de la secta se preparaban para lanzarse a la poza en una especie de suicidio colectivo ritual, salí corriendo detrás de Juliette y Eleanor dispuesto a salir de allí.

Miré al fondo de la sala donde en teoría el comisario había distraído a los adeptos para darme vía libre. Algo dentro de mí no podía dejar de comprobar si el comisario seguía vivo. No me perdonaría nunca haberle dejado allí moribundo pudiendo haberle salvado.

Id vosotras. Tengo que ir a buscar al comisario. Quizás continúe vivo.

Y salí corriendo en la dirección de donde me parecía que habían provenido los gritos.

Notas de juego

Ay que me la juego :D

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05/03/2021, 12:38
Juliette Moreau

Y entonces vi la luz... ¡Seríamos libres, podríamos vivir! Solo teníamos que correr como alma que lleva el diablo, y... estaba más que dispuesta a hacerlo cuando...

¡ALFRED NO! - ¿dónde demonios iba? ¿a buscar al comisario? ¿iba a jugarse la vida? Si le dejaba marchar sin ayudarle me arrepentiría toda la vida, y si moría... no podría volver a coger el sueño, así que enfadada, me giré sobre mis pasos y corrí tras él - ¡ESPERA IDIOTA! ¡TE AYUDARÉ! 

¿Es qué los hombres no tenían sentido de supervivencia?

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05/03/2021, 22:19
Narrador

Dejándose llevar por un más que conveniente sentido de la prudencia, Eleanor y Juliette deciden acudir a la salida de la cámara por uno de los laterales, ya que lo que queda de la enajenada congregación se concentra en el centro de la estancia, al borde de la poza. No obstante, cuando están a punto de tomar la galería ascendente hacia la red de túneles, ven como Alfred, que se mueve renqueante por la herida que sufre en su costado, se detiene ante un pequeño montículo de rocas mientras declara su intención de ayudar al inspector Sutherland. Las mujeres titubean ante el sinsentido de la acción, puesto que, hasta el momento, desconocían que el policía se encontrara allí, pero finalmente la francesa, negándose a salir de aquel infierno arrastrando en su conciencia una muerte más, se decide a acudir en su ayuda.

Cuando la cantante alcanza el lugar, tras sortear los cadáveres de un par de sectarios con certeras heridas de bala en la cabeza, Alfred se encuentra acuclillado ante el cuerpo inerte y destrozado de Sutherland, tendido entre las rocas junto a una pistola y una linterna. Su cara está deformada por los innumerables golpes que ha recibido a mano de los encapuchados. Una fea herida en la cabeza recorre su frente hasta la oreja derecha y sus ropas, hechas girones, están cubiertas de sangre y barro. Alarmado, el crítico de arte coloca los dedos en el cuello del inspector y, por fortuna, tras unos segundos de agónica espera, consigue reconocer un débil pulso en sus venas.

Mientras, Eleanor, que permanece junto a la salida de la caverna, contempla nerviosa como, al fondo de esta, el fervor de los sectarios cada vez se hace más intenso. El Hierofante, todavía junto al altar, parece haber caído en el mismo sopor que sus fieles y, pese a la tremenda herida que luce en el hombro, agita su cuerpo con desenfreno. De repente, para horror de la escritora, un par brazos huesudos y cubiertos de escamas, rematados por unas garras negras y palmeadas, surgen del interior de la poza y se aferran con fuerza a la roca. Poco a poco, de la profundidad emerge un rostro anfibio provisto de unas enormes fauces repletas de dientes. Los ojos inexpresivos de la criatura ictiforme observan expectante el lugar mientras completa su ascensión y un repugnante cloqueo se escapa por su boca carente de labios. La investigadora no puede reprimir un grito de pavor al reconocer a la criatura como una de las responsables de que Juliette y Catherine acabaran arrastradas al fondo del mar cuando trataban de huir del barco del capitán Baird.

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06/03/2021, 01:36
Alfred Lean

La visión de la criatura hizo que me apresurara en intentar mover al comisario y sacarlo de allí. Dentro de lo mala idea que había sido volver allí, me alegré de que aún estuviera vivo, aunque no sabía por cuanto tiempo ni si se recuperaría de las heridas.

Ayúdeme Juliette. Tenemos que sacarlo de aquí. Aún está vivo.

Eché un brazo del comisario por encima de mis hombros y con la otra mano, le rodeé la cintura. Esperé que Juliette hiciera lo mismo y entre los dos pudiéramos con el peso del hombre.

Rápido.

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08/03/2021, 10:34
Eleanor Harris

¡Acordaos! ¡El fuego es la clave! – No quería mirar a esa cosa directamente a los ojos creyendo que le devoraría el alma como ya había masticado parte de su cordura.

Su sentido de la supervivencia le decía que huyera sin mirar atrás, que dejara atrás a todos para salvarse, pero su consciencia le impedía mover un solo músculo mientras ellos estuvieran allí atendiendo a una persona que ni sabía quién era. Además, esa valentía con la que anteriormente había hablado para dar su vida a cambio de la de todos ellos era ahora cuando debía mostrarse.

Por eso la escritora buscó cualquier tipo de antorcha o fuente de luz cercana a la salida para usarla, si era necesario, para defenderse mientras esperaba a que sus compañeros se acercaran a la salida.

¡Vamos, daos prisa!

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08/03/2021, 11:06
Juliette Moreau

Por suerte no habíamos vuelto en vano, el hombre seguía con vida, teníamos que salir todos de allí cuanto antes.

Lo intentaré - imité a Alfred para poder sacar de allí al Comisario - vamos démonos prisa - con mi mano libre sujetaba el candil, sabía que les molestaba la luz y al oír a Eleanor lo había recordado.

Si salía todo bien, todo habría acabado pronto...

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09/03/2021, 19:54
Narrador

El abrazo de los investigadores sobre el torso entumecido de Sutherland despierta en este un agudo alarido de dolor. La fractura de un buen montón de costillas es, a todas luces, la causante del indescriptible desasosiego del inspector que, pese a todo, ha conseguido recobrar algo de consciencia. No obstante, aunque haya vuelto en sí, su estado es pésimo y, sin ayuda, es incapaz de tenerse en pie.

Juliette y Alfred sostiene con firmeza al balbuceante inspector y lo dirigen hacia la salida de la gran cámara, donde una impaciente Eleanor les aguarda sin poder dejar de observar horrorizada lo que acontece junto a la maldita poza.

La bestia recién surgida de las aguas suelta un profundo croado que estremece la sala de roca y hiela la sangre de los investigadores. El bestial sonido de la grotesca criatura se une al salmo demencial de los encapuchados y, en cuestión de segundos, una insoportable cacofonía inunda la cámara. Los investigadores se cuelan al fin por el corredor cuando, de repente, el ritmo frenético del cántico desciende.

— ¡Hermano, acaba con los enemigos de nuestra familia!

Tras recobrar el sentido, el Hierofante señala con furia hacia la salida por donde han desaparecido los investigadores y el ser anfibio, entre agresivos cloqueos, extiende sus correosas extremidades en esa dirección.

Notas de juego

¡La persecución empieza!

Si vuestra intención es huir de la cámara cargando con Sutherland debéis superar una tirada de FUE del porteador (o de la suma de la FUE de los porteadores) contra el TAM de la carga, es decir, de Sutherland. De superarla, podréis avanzar a un ritmo ligeramente inferior a un paso normal (en condiciones así no es posible correr). Si no superáis la tirada, pasará algo (Sutherland se os caerá al suelo, tropezaréis...) que hará que os tengáis que detener durante un turno entero.

Por favor, decidme quiénes serán los porteadores para que os pueda dar la dificultad de la tirada y quién será el encargado de hacer las tiradas.

Y además, necesito que Eleanor haga una tirada de Idea con un bonus de -50.

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09/03/2021, 20:17
Narrador

La gélida negrura se extiende en todas direcciones. Catherine yace inmóvil, suspendida en alguna sustancia líquida que no alcanza a identificar. De primeras, se atreve a asegurar que lo que le rodea es agua, pero la densidad del fluido le hace descartar esa opción. El tiempo pasa en ese estado de ingravidez y, poco a poco, descubre que es incapaz de sentir ninguna de sus extremidades. Alarmada, la anticuaria intenta concentrarse en percibir su pulso y, para su consuelo, consigue escuchar un débil palpitar.

La oscuridad perpetua sigue envolviéndola, cuando, de repente, algo tira de ella. Hacia abajo.

Notas de juego

Se me ha ocurrido que, aunque Catherine esté fuera de narración y, ahora sí, ya no haya nada que la devuelva a la historia, podemos seguir escribiendo un poco más hasta que acabe la partida. ¿Qué te parece? Esto es un extra, así que aquí no hay ritmos de narración. Contesta cuándo quieras/puedas y yo haré lo mismo :)