Partida Rol por web

¿Se puede mi señor? Otro mayordomo pasa a la sala. Lleva consigo el agua y la sal, junto a unas costillas de jabalí a su punto. Se te hace la boca agua con el olor, después del viaje. En seguida traigo el vino. Por cierto Lord Hunter, se le ve a usted un poco más ancho ¿no?

Coloca las cosas sobre la mesa tratando de no manchar nada.

- Si,- Dice riendo, mientras se sienta en la mesa tomando el agua y la sal - la verdad es que estoy de buen año. Pero mi curva de la felicidad no me impide tensar el arco y acertar a codornices en pleno vuelo.

Lord Arryn se despereza lentamente de la cama tras el breve pero profundo sueño. Escucha lo que tiene que decir el mayordomo y se viste rápidamente mientras le dice a su esposa -la verdad es que ya había pensado en James Hunter y le hice llamar, pero no pensé que llegaría tan pronto.

Antes incluso de poder responder al mayordomo escucho las palabras de Petyr.

Como siempre, cariño, estás en todo incluso antes de que sea necesario.-le digo ya en voz alta y volviendo hacia la cama para vestirme rápidamente.

Como he podido ser tan ingenua y pensar que me iba a dejar escoger a los guardias...Me digo una y otra vez.

Dile a James Hunter que ahora mismo nos encontraremos con él-digo al mayordormo mientras acabo de prepararme para ir con mi marido a su encuentro.

Si se piensa que los voy a dejar solos está muy pero que muy equivocado.

Al ver a Lord Petyr y a Lady Lurleen, me pongo en actitud de vigilancia y de forma más tensa si estar tan relajado.

Espero que Lady Lurleen me de unas horas libres para descansar estoy hasta los cojones de estar toda la puta noche aquí de pie como una estatua.

Al escuchar "Dile a James Hunter que ahora mismo nos encontraremos con él" Me da que me voy a tener que joder......

Seguidme todos, no debemos hacer esperar al Señor -dice el mayordomo amablemente repitiendo una frase que ha dicho miles de veces durante su vida.

Sigo al mayordomo a una distancia y cerca de Lady  Lurleen como de costumbre, no la pierdo de vista en ningún momento y siempre vigilante.

Cuando uno tiene la responsabilidad  de ser el guardaespaldas de una persona, no se puede permitir el lujo de relajarse en ningún momento porque un solo fallo podía constarle la vida del protegido e incluso la mía propia.

Meñique termina de vestirse a prisa.

Que oportuno Lord Hunter. No tendría otro momento para llegar...No me puedo quejar, yo mismo le dije que era urgente. Sonríe, aún con los ojos adormecidos. Bueno, Lurleen, no hace falta que vengas si no quieres...Pero te veo dispuesta a sí que no voy a ser yo el que te diga que no. Vamos preciosa.

Bajáis con el mayordomo a la sala en la que se encuentra Lord Hunter.

Lord Baelish abre la puerta. Véis a Lord Hunter devorando carne de jabalí, con una copa de vino que en estos momentos le está recargando uno de vuestro mayordomos. Hay algo de barro por el suelo. Se percata de vuestra presencia y deja de comer.

Lord Hunter. Espero que el viaje haya sido grato, aún en estás circunstancias tan malas de tiempo. No hace falta que te levantes. Se acerca a estrecharte la mano. ¿Qué tal todo?

Lord Baelish va acompañado de su mujer Lurleen Corbray y del guardaespaldas de esta. Al verlo piensas que es un tipo un poco extraño para ser guardaespaldas. Tiene más pinta de salvaje que otra cosa, pero bueno. Los ves algo despeinados y con las ropas malamente puestas. Algo te dice que ya estaban en cama y los han hecho despertar.

-Bien, Lord Protector, Señora,-dice James abriendo los brazos e inclinandose hacia el plato - el camino estaba embarrado pero hemos llegado sin incidentes. Siento haberos molestado, pues al parecer ya estabais en vuestro lecho conyugal, pero entiendo que las noticias son graves y debemos responder de una forma inmediata.

Me quedo en segundo plano al entrar en la sala para pasar desapercibido pero siguiendo vigilando toda la sala.

Por supuesto seguro que le dará las trágicas noticias, de lo que me contó el mayordomo esta noche, seguramente habrá un gran funeral en el que acudirá toda la florina ta de la nobleza

Al entrar en el salón veo a Lord Hunter comiendo como se de un animal se tratase y no puedo evitar que se me revuelvan las trispas.

Buenas noches-respondo al saludos-Me imagino que con noticias graves se refiere a la muerte de la reina...si, sin duda ha sido una terrible sorpresa...-añado con cierta ironía ya que nunca había sido gran fan de Daenarys-¿O es que ha ocurrido algo más que deba saber?-pregunto a nuestro invitado aunque realmente miro a Petyr.

Cariño, yo nunca te ocultaría nada...Te dice con una sonrisa complaciente. Únicamente tenemos que mirar por el bien de nuestra casa, y conducirla a una posición ventajosa después de todo el revuelo que se va a producir. ¿No cree Lord Hunter?. Usted que es toda una institución en este tipo de situaciones sabrá mucho sobre esto.

-Perder, nada. Aunque para lo que vamos, no entiendo que tu vengas también. Vas a enfermar en el viaje, los ancianos deberían quedarse en los castillos.-

Cojo la nota y la leo.