Partida Rol por web

El miembro de los Guardianes de la Luz observa con ira el templo.

Varios cadáveres de sirvientes y miembros de la Casa de la Luz se encuentran tirados en el suelo, sangrando por numerosos cortes. Tres guerreros con capa de la vuestra casa yacen muertos, uno de ellos con el pecho y la cara completamente quemados, derretida su piel y acero y con el rostro convertido en una masa sin rasgos reconocibles.

¿sabeis vos quienes eran esos atacantes? -pregunta Gregor a los que ocupan el templo -este viaje ha empezado francamente mal.

Un hombre de aspecto regio y duro, con una ornamentada armadura roja y una capa de colores rojo y amarillo, se detiene en la puerta del templo, mirando el interior con claro gesto de disgusto. Usando su cuerpo obliga a la mujer de la puerta a entrar en el interior del templo. Cuando Gregor se percata de su presencia se arrodilla rápidamente ante él.

Todos conoceis a ese hombre por su leyenda, es Lord Desmond, alto comandante de la guardia personal de Lord Gendry, un guerrero temible fiel, además de un hombre con numerosas tierras y títulos ganados con sangre y honor.

Venid todos conmigo, debemos informar inmediatamente a nuestro señor de toda la información que tengais sobre el ataque -os ordena el guerrero, sin esperar ningún tipo de respuesta por vuestra parte.

Lord Gendry mira a los ojos de su hija y sonrie -estoy bien mi pequeña, simplemente el ataque me pilló durmiendo, no creía que los problemas iban a empezar tan pronto.

Vuestro señor posa una mano sobre el hombro de Lucyen y le muestra su gratitud -gracias por atender a mi hija con tamaña rapidez, es un honor que formes parte de mi casa. Y me alegro de ver que está usted bien, Lady Erika -le dice a la noble la cual inclina aun más la cabeza ante su señor y le susurra una respuesta nerviosa.

Venid conmigo a mi despacho, necesito hablar con algunos hombres que han interactuado más con los asaltantes, y vosotros sois dos de ellos -os ordena a Sylven y a Lucyen -usted puede descansar Lady Erika, pero quedese aquí por si todavía no ha terminado todo.

Salis al pasillo donde os espera un Guardián de la Luz -he mandado a Lord Desmond a por el sacerdote, tal vez él sepa algo más aunque no hemos tenido noticias suyas desde que comenzó el ataque. Supongo que se encontrará en el templo y que mis guardias lo mandarán al despacho -os cuenta el Azor Ahai.

Arya se queda bquiabierta cuando ve lo que esta pasando dentro del templo.

A su vez ve como el caballero que rompio la puerta lucha, contra el enemigo.

Despues de ver el combate, Arya entra empujada dentro del templo ya que se habia quedado en la puerta.

Al darse la vuelta se da cuenta de quien esta en el umbral de la puerta.

El hombre da una orden y ella sin saber muy bien que decir, acepta la orden sin rechistar.

Sigo a mi padre fuera de la habitación. Me alegro de verle bien y me reconforta ver que estaba tan preocupado por mí.

-Estoy segura de que el sacerdote sabrá mucho más, padre. Esos hombres parecían tener muchos asuntos pendientes con el Señor de la Luz... El sacerdote ha sido muy... prudente -cobarde-, quedándose en el templo. ¿Y la sacerdotisa que viste armadura? No sé su nombre... Supongo que ella habrá protegido el barco de esos infieles, ¿no? No la vi en cubierta...

Por ahora la situación está controlada. Deberían apropiarse de las armas de los caidos si no las tienen. Señorita Alisa, es usted el haz de luz que R'hllor mismo me ha enviado, estoy en deuda con usted y con vuestro salvador. 
Luego se percata de lord Desmond, un hombre tan poderoso como cruel, cuando la situación lo ameritaba. L-Lord Desmond, que agradable saber que está en nuestro bando. La única pista que tenemos de la identidad de los traidores es que tienen enemistad directa con la casa Baratheon, y que sirven a alguna de las otras versiones del otro.

Luego fija sus ojos en Arya, su nombre no me ha sido dado, señorita. Pero si ha sobrevivido al ataque y está al lado de dos de los más grandes guerreros de la casa de la luz, no ha de ser coincidencia. Este servidor responde al nombre de Den, Iffier si asi lo desea milady.

Sale detrás de Lord Gendry y su hija, escuchando con atención su conversación.

¿Una sacerdotisa con armadura?- piensa. no la había visto por el barco, aunque teniendo en cuenta que había pasado buena parte de su viaje en su camarote estudiando, no era de extrañar.

Los primeros en llegar al despacho del señor de la Casa son Lord Gendry, junto a su hija y el aprendiz de maestre Lucyen Atreides, acompañados por un guardaespaldas del Azor Ahai llamado Adam que se queda en la puerta vigilando.

Posteriormente llega Lord Desmond con su grupo, al cual no ha dirigido palabra desde que dió la órden de partir. Él se queda en la puerta vigilando mientras que el sacertode Den Iffier, una mujer con armadura, el caballero Gregor y una mujer de aspecto común llamada Arya entran en el despacho.

Todos os encontrais delante de la mesa de Lord Gendry, tras la que este está sentado, observandoos.

Dadme toda la información que tengais, que habeis visto y escuchado, aunque no os parezca relevante -os ordena vuestro señor con el rostro serio, mirando la pequeña herida que tiene su hija en el cuello, fruto de un arma afilada.

Yo no he oído nada importante, mi señor- dice el aprendiz, siendo el primero en hablar- salí de mi camarote nada mas oír los gritos, vi como los soldados corrían hacia fuera y tras dejar a Lady Erika en mi camarote a salvo, hablé con uno de los soldados para que me comentase la situación, el cual me informó de que había fuego en el barco y que habían secuestrado a Lady Water. Subí a cubierta y lo único que vi fue al secuestrador con su hija, un hombre mayor con ropas oscuras que dijo algo antes de lanzar a su hija y saltar él por la borda. Eso es todo. 

Observo a los demás con cierto disimulo, especialmente a la sacerdotisa.

Escucho lo que dice el maestre Atreides, que no es más de lo que ya sabía, pero cuando termina no digo nada.

Todavía no sé si decir todo lo que sé o guardármelo para mí. Quizás si estuviera a solas con mi padre...

Me mantengo en silencio esperando a que sea otro quien hable ahora. Prefiero escucharlos a todos antes de decidir, quizás lo que digan me ayude a saber qué información debo decir y cuál es mejor callar.

Mi señor Azor Ahai! Den se postra ante la entrada de Gendry. Estábamos a punto de salir en pos suyo con ese marinero y ese soldado, cuando aparecieron estos hombres sin identificarse, trataron de hacerse pasar como parte de vuestra guardia pero yo insistí en ir en su defensa, así que decidieron atacarnos al ver que no seríamos engañados fácilmente. Alisa tiene en su cuerpo las dotes divinas de una espada de la luz verdadera, y yo le hice ver el calor de R'hllor al infiel que véis alli. Quien trató de enviarme a mi señor antes de tiempo, mientras maldecía la casa Baratheon. Al parecer esto es una venganza a nivel personal mi señor Azor Ahai, puede alguien más pensar en quién querría dañar a quien nos trajo el fin del invierno?

El calvo sacerdote parece realmente preocupado, y un hilo de sangre chorrea por su manga izquierda, donde el soldado le diese un tajo.

Lord Gendry mira con gesto serio a aquellos que aún no se han pronunciado y medita sobre las palabras de aquellos que ya han hablado.

Entiendo perfectamente lo que la mirada de mi padre quiere decir, pero me mantengo en silencio. No hablaré hasta que no lo hagan antes todos los demás, y tengo derecho a hacerlo porque como hija de Lord Gendry estoy por encima de ellos.

Miro a la mujer de aspecto guerrero para hacerle ver que le toca hablar a ella.

Gendry mira a su hija y asiente al ver su actitud. Se gira hacia los otros individuos y pregunta con rudeza -¿alguno sabe quién los ha podido enviar? ¿sus razones y motivaciones? ¿de que Casa son?

La guerrera con armadura contesta ante la pregunta de su señor -Azor Ahai, debo decir que esos hombres luchaban bien y parecían estar organizados. Trataron de engañarnos para masacrarnos y fueron metódicos en sus actos. Deben ser guerreros expertos -informa Alisa -aunque ha decir verdad sus armas y armaduras estaban muy usadas, los aceros estaban mellados en algunas partes y las armaduras oxidadas y con marcas de contusiones.

El purificador, guardaespaldas personal de Lord Gendry entra una vez más por la puerta tras las palabras de Alisa, aunque no os habiais percatado de que había salido.

Hace un gesto de humildad ante su señor y os da información a todos -han encontrado debajo de las capas de los hombres que mató Alisa el blasón del venado coronado. No sabemos si el otro hombre también lo llevaba pues la ropa y la armadura se han fundido con la piel. Tampoco sabemos si eso puede significar algo.

Arya escucha atentamente al sacerdote en el templo despues de la lucha.

Cuando se vuelve hacia ella y le pregunta su nombre, ella contesta.

Soy Arya Sunlight montaraz a las ordenes de Lord Gendry.

Es un placer conocerle, y gracias por el cumplido.

En eso se diriguen al camarote de Lord Gendry.

Arya escucha a todos mientras hablan, ve que esta tambien con ellos el hombre que embarco con ella.

Cuando la hija de Lord Gendry la mira, Arya se siente algo cohibida, pero bueno, se arma de valor y les explica a los presentes lo que ella ha vivido.

Yo escuche ruidos raros sali de mi camarote, pero nadie se paraba hablar conmigo y nadie me decia nada.

Entonces intente buscar a un soldado de la casa para que me dijera que pasara, cuando me lo dijo tambien me dijo que me quedara en el camarote o que me fuera al templo, decidi ir al templo cuando llege la puerta estaba atrancanda alli en ese momento me encontre con el joven soldado, que esta por aqui y el consiguio abrir la puerta que estaba atrancada por dentro, y entonces dentro del templo vimos a gente combatiendo y hombres muertos.

Ellos lucharon, y dieron muerte a los que estaban alli.

Despues aparecio, el sacerdote y nos dijeron que vinieramos a reportarnos.

Cuando cree que ya esta todo, mira a la hija de Lord Gendry a ver si se ha quedado contenta.

Pues claro que el blasón del ciervo significa algo... Que son seguidores de Robert Baratheon, como bien pensé yo, me digo al escuchar a Gregor.

Cuando Arya termina de hablar, doy un paso al frente.

-Padre, yo apenas pude ver nada. Ese hombre fingió estar a vuestras órdenes y me preguntó dónde estaba el templo pero no le respondí; entonces me puso el cuchillo al cuello y ordenó a los soldados que permitiesen a sus hombres subir a cubierta o me mataría. No sé por qué decidió no hacerlo y acabó saltando por la borda. Yo me desmayé y no vi nada más.

No hago mención a lo que hablé con él ni a que oí a unos de los suyos invocar el nombre la Casa del Rey Robert. Eso, en todo caso, se lo diré a mi padre cuando estemos solos.

Por supuesto tampoco digo que les ofrecí mi ayuda.