Partida Rol por web

Te inclinas sobre la hija bastarda de Lord Gendry y observas su estado. La herida del cuello no parece grave, solo un corte superficial provocado para intimidar a los guardias de la Casa de la Luz.

Lo que más te sorprende es que realmente Lady Sylven Water no está desmayada sino que solo está actuando, aunque nadie más parece haberse percatado de ello.

Mientras reflexionas notas como alguien te coje y empieza a examinarte. Abres disimuladamente uno de los ojos para mirar y ves que te está examinando el joven encapuchado que viste cuando zarpó la "Estela de R´hollor".

Al principio observa la herida de tu cuello, sin preocuparse demasiado por ella. Sin embargo comienza a tomarte el pulso y a analizar tu supuesto desmayo.

El soldado no parece creer tus palabras y te sujeta del brazo, guiándote fuera de la habitación. Para a un hombre con aspecto de criado o mayordomo y le pregunta por ti. La respuesta del hombre confirma tus palabras y el soldado te suelta a regañadientes.

Escucha, tienes tres opciones, o vuelves a tu habitación para ponerte a salvo, o avisas a los soldados de arriba de las muertes que han ocurrido en este nivel o te resguardas en el templo de R´hollor -te ordena el soldado, esperando para que te marches del pasillo.

Acerco mi rostro hacia la cabeza de Lady Sylven, mientras tiene que hacer un ligero esfuerzo para evitar sonreír.

Buena actriz- piensa- será mejor que la saquemos de aquí.

Su herida no es grave, pero es mejor que la llevemos a bajo. No es este el mejor lugar para una dama de su categoría- dice- ¿hay mas heridos? sino es así la atenderé de inmediato

Sí, esa es :)

Si el arma hace de daño Agilidad+1 es correcto. Se multiplica por los grados de éxito, y luego se le resta la armadura del otro, si tiene...

Cuando noto que me toma el pulso abro los ojos y miro en derredor desorientada, como si realmente acabar de recuperar la consciencia. Miro al joven ecanpuchado y me incorporo lentamente llevándome una mano al cuello. Observo la sangre con los ojos muy abiertos, como si hubiera sido eso lo que provocó mi desmayo.

-Ya me encuentro mejor -digo. Espero que no se haya dado cuenta... -. Puedo caminar, estad tranquilo. Gracias por atenderme, señor... -sonrío con inocencia y me lo quedo mirando esperando a que me diga su nombre. Tiene una pinta extraña para ser curandero. No sé si ha notado que estaba fingiendo, pero por si acaso más me vale saber quién es y a qué se dedica.

Lucyen Atreides, aprendiz de Maestre- responde- si, su herida no es muy grave. Creo que con una cura rápida no le quedará ni cicatriz. Supongo que el desmayo se lo habrá producido el golpe o al ver la sangre, suele ser habitual- dice- lo mejor será que la lleve abajo inmediatamente. No es necesario que se quede aquí mas tiempo.

Respiro algo aliviada cuando el serviente del barco acredita quien soy.

Cuando el soldado me lo pone tan negro, me lo pienso un poco, y le digo, de momento me quedare en mi habitacion pero desearia que si me necesita para algo me lo diga y pueda ser de alguna ayuda, teniendo en cuenta que todavia no se lo que esta pasando.

¿Tu sabes algo?

¿Me puedes informar?

Espero cualquier tipo de respuesta.

-Agradezco vuetra preocupación, maestro Atreydes, ¿puedo llamaros maestro aunque aún seáis aprendiz? Disculpadme, pero no sé qué tratamiendo es el adecuado para vos... De acuerdo, salgamos de cubierta. ¿Sabéis dónde está mi padre y si se encuentra bien? -pregunto mientras caminamos hacia las escaleras para bajar a la zona de camarotes-. Ese hombre me tomó de rehén, no sé muy bien qué ha pasado y no he visto a Lord Gendry en todo este rato...

Disparas el virote contra tu enemigo y este se clava en su estómago. Puedes ver que tu disparo ha logrado atravesar la armadura de tu enemigo pero no lo suficiente como para matarlo.

Tu enemigo no pierde el tiempo y te lanza un golpe con su afilada espada que te abre un tajo en la zona del hombro.

¡Vas a morir cerdo! -te grita el hombre viendo como mana sangre de tu herida.

Os levantais para dirigiros al piso inferior pero un hombre joven con armadura roja muy ornamentada os detiene.

¿Donde vais mi señora? ¿os encontrais bien? -le pregunta el guerrero a Sylven -el fuego ya está prácticamente controlado pero aún no hemos encontrado a los compañeros de ese hombre, si es que verdaderamente los tenía. No bajareis al interior del barco sin protección, no puedo permitirlo.

Alguien está atacando el barco, como puedes observar -te dice señalando los cuerpos muertos -han prendido fuego a las velas, han matado a esos soldados y han secuestrado a la hija de Lord Gendry. Nadie está a salvo en estos momentos, debes guarecerte en algún lugar seguro, ya sea en tu habitación o en el templo junto a otros refugiados que seguro han ido alli.

-Ah, Gregor... Estoy bien, el maestro Atreides me ha examinado -digo señalando hacia él-. Íbamos abajo para que me curara la herida del cuello, aquí hay demasiado alboroto, somos más un estorbo que otra cosa... ¿Ha logrado escapar ese hombre? -pregunto como si tampoco me interesara demasiado la respuesta-. ¿Dónde está mi padre? No lo he visto en cubierta, ¿se encuentra bien? Me gustaría verlo...

Puede venir con nosotros, si lo desea- dice Lucyen- por otro lado, no, no he visto a su padre. Si aquí no esta quizás se encuentre dentro del barco. Vayamos primero a curarle ese cuello y luego si lo desea, iré a buscarle. 

Y puede tratarme de maestre, si lo desea. Pero le recomiendo que no lo haga delante de uno verdadero, no vaya a ofenderse.

Arya no sabe muy bien como reaccionar, cuando el soldado le cuenta todo lo que esta pasando.

Ella no sabe muy bien que hacer, si quedarse en su cuarto o ir al templo.

Ella vuelve a mirar al soldado y le dice tu me recomiendas que vaya al templo mejor que estar aqui sola.

Espera la respuesta del soldado.