Partida Rol por web

Aunque era tarde no había tiempo que perder. Así que el novel y recién reunido grupo de aventureros, tras despedirse de Kernie y de Alterión, abandonó El Portal Bostezante. El destino el Distrito del Puerto, y concretamente la taberna llamada El Dragón Ensartado. Cuanto antes supieran lo que le ocurrió a Floon después de separarse de Kernie, más caliente serían las pistas y mejores decisiones podrían tomar.

Como ya había dicho el famoso escritor, El Dragón Ensartado era un local de dudosa reputación (como casi todos en el Distrito). Se encontraba entre la calle de la Red y la callejuela del Solomillo. Rabi, gran conocedor de Aguasfrías, sabía que el camino más rápido sería a través de la calle Zastrow. Así que todos dejaron que el gnomo los guiara.

El Distrito del Puerto no era un lugar seguro. Eso provocaba que las Caracolas pasearan por sus calles en alerta y con sus cuerpos en tensión. La mayoría de las calles del lugar eran estrechas y los edificios se encontraban apelotonados los unos sobre los otros. Casi todas las farolas tenían los cristales rotos y las velas estaban desaparecidas. La mayor parte de la iluminación, provenía de forma indirecta de las ventanas y puertas del distrito. Al cruzar hilera de construcciones en mal estado, el olor a salitre y excrementos se les metió en la nariz a los chicos. Efectivamente, el Distrito del Puerto no era un buen lugar.

Al doblar una esquina, un par de calles antes de llegar a la calle Zastrow, un exceso de iluminación los sorprendió. Extrañados, los aventureros tardaron unos segundos en comprender lo que estaba pasando. Una patrulla de Vigilantes de la Ciudad había acordonado la calle. Sobre los adoquines yacían media docena de cadáveres, en apariencia víctimas de una terrible escaramuza. Los oficiales habían desarmado y arrestado a tres humanos bañados en sangre y estaban recogiendo testimonios de lo ocurrido.

No se equivocaban Kernie y Alterión cuando hablaban de la escalada de violencia en las calles.

Uno de los vigilantes, un mediano de largas patillas y mirada impasible, vio al grupo de aventureros y como estos se acercaban a la zona acordonada. Inmediatamente, el hombre salió a su encuentro.

—Círculen—dijo mientras les indicaba con las manos que bordeasen la zona acordonada—. Aquí no hay nada que ver.

El gnomo observó alrededor, queriendo encontrar señas de qué pudiera haber pasado... más allá de lo obvio. Y luego habló, aprovechando la similitud de altura con el mediano.

-Nos estamos yendo, tenemos otros asuntos- dijo moviendo las manos, para acordarse de algo que era nuevo para él. Sacó su insignia de la orden y se la mostró -Pero... ¿qué sucedió? ¿Quiénes son?-

No estaba seguro de qué alcance tenía esa insignia, pero ahora la podría probar.

Lav había recorrido muchas veces ese distrito, y para ser sincero, siempre había sido de día, cuando los marineros trabajaban y la mercancía se movía.

Rara vez lo cruzaba de noche, y nunca sobrio. Esta vez se sorprendió del mal estado del distrito, y aunque todos sabían que había calles y calles, por haberse criado allí, no pudo evitar elevar una plegaría silenciosa a Altair en un momento dado.

Al llegar al lugar de la reyerta entendió que les conminaran a pasar de largo, ya bastante trabajo tendrían con aquellos incidentes como para tener que vigilar que hacían otras cinco personas.

- Gracias por su trabajo Nobles vigilantes, ya nos movemos….-

Lav pensaba en pasar de largo, y casi se queda clavado en el suelo cuando nota que Rabi por lo que sea esta interrogando al vigilante. Freno y su manera de andar se hizo evidentemente más lenta, para que dieran tiempo a que le respondieran y no dejarlo solo, pero no dejo de moverse, pues no querían que tuvieran que darle dos veces las mismas indicaciones.

Por los que tenia comprobado, a los Vigilantes no les gustaba mucho tener que repetirse. Y no quería empezar la noche ganandose la desconfianza de ninguno de ellos.

Lia seguía cabizbaja y caminaba siguiendo los pasos de sus compañeros. Aunque llevara unos meses desde su regreso a Aguasfrías, en este tiempo no había salido de su casa, lo justo para ir al taller. Esa zona era desconocida para ella; conocía el mapa, pero nunca había surcado sus calles.

La elfa caminaba sin hacer ruido, colocándose tras las espaldas de Rogen y Ax antes de cruzar las esquinas, como una sombra. Pero no pudo evitar asomarse hacia el cerco que habían montado los vigilantes. Con el disimulo de un elefante cojo, se colocó al lado de Rabi y empezó a mirar por encima del mediano a ver si discernía algo o reconocía a alguien.

Aquella zona de la ciudad no era conocida de Rogen, independientemente de que hiciese mucho que no estaba en Aguasfrias. De jovenes sabían que había zonas que mejor no ir.
No pensaba detenerse siquiera, pero cuando Rabi se quedó preguntando y saco un ¿insignia? no pudo si no quedarse quieto. No solo porque no iba a dejar a su compañero allí solo, si no porque estaba más que intrigado y quería preguntarle sobre ello. Así que no le quedaba otra que esperar a que los guardias respondieran a las indicaciones del gnomo, o no.

Se acercó a Lav para preguntarse sin molestar a su amigo.

-¿Sabes qué es eso que ha enseñado? ¿Acaso Rabi es miembro de la guardia o algo así?-

Lav abrió mucho los ojos y contesto en voz baja a Rogen, intentando que su conversación pasara de largo no solo para los vigilantes, sino para Rabi.

- Se ha apuntado a un club de magos o algo así. Intercambio de recetas alquimicas, libros, esas cosas. O puede que debatan durante horas sobre alguna cuestión insondable.

Pero creo que como es el Discípulo del mago barbudo ese, cree que a lo mejor le dan algo de información.

No te voy a engañar, estoy tan sorprendido como tu.-

Obviamente la jugada del gnomo había pillado a sus compañeros por sorpresa, ahora solo quedaba ver si el esfuerzo del aprendiz había fructificado suficiente para que un vigilante curtido no lo mandara a paseo inmediatamente.

Tras ver la identificación de Rabi, el vigilante se dispuso a mandarlo a paseo. Pero entonces decidio pensárselo.

—Rufianes de poca monta. Aunque lo suficientemente idiotas como para matarse en medio de la calle delante de testigos—dijo—. Estamos intentando averiguar en qué andan metidos. Seguramente esa guerra de bandas.

Tras esa escueta información, el mediano repitió el gesto para que se marchasen. Rabi había conseguido volver al guardia algo más receptivo. Pero no tanto como para ponerse a departir sobre lo que había ocurrido.

Por su parte Lía hizo lo posible por echar un vistazo aprovechando que acompañaba al gnomo, pero no vio nada relevante. Había una docena de guardias. Dos vigilaban a los detenidos. Dos más interrogaban en esos momentos a una mujer. Tres estaban examinando los cadáveres. Y los restantes vigilaban el perímetro, como el que tenían ante ellos. No había nada más reseñable: ningún rostro conocido, ninguna identificación en los cadáveres o los detenidos y todos los indicios daban a entender que se había tratado de una pelea mundana.

Lia echó un último vistazo antes de girarse y retomar su camino. Inclinó la cabeza en señal respetuosa al agente y se fue.

 - Creo que ninguno de esos era ese tal Floon -dijo en voz baja a sus compañeros- aunque no podemos descartar que esa gente lo hubiera secuestrado. Me he quedado con la cara de los detenidos, por si hiciera falta ir al calabozo y hablar con alguno.

Esperó a que Rabi o Lav guiaran el camino para seguirles.

El capellán se había puesto a andar y dio un respingo cuando escucho lo que decía Lia.

Era tan sumamente idiota, que ni siquiera había pensado en qué su objetivo pudiera ser uno de los muertos, o uno de los vivos.

Respiro hondo y siguió andando reprochando a sí mismo no ser más listo, y alegrándose de corazón de que Lia estuviera con ellos.

Rogen asentía con la cabeza la explicación de Lav y la dio por buena. Pero cuando Lia comentó, mientras se marchaban de allí, que Floon no estaba entre los de la trifulca casi se le desencaja la mandibula al abrir la boca.

Por Antares. Eres increible. A mí ni se me había pasado por la cabeza.

Sonriendo ante la perspicacia de su amiga, el guerrero le dio unas palmaditas en la espalda.

Bien hecho Lia, muy bien hecho.

Por un momento pensó que no le serviría la insignia, pero cuando el mediano pareció pensárselo dos veces, sonrió levemente.

-Esta escalada no puede continuar...- dijo en respuesta el gnomo, sabiendo que no podría sacarle más información -Lo que necesite, cuente con la Orden también- y lo saludó con la mano mientras se acercaba a los demás.

-¿Vamos?- les dijo a los demás una vez estuvo junto a ellos -Disculpen la demora, es que me parece importante que vayamos recabando toda la información que podamos...-

—Me alegra mucho que con todo lo que pasaste hayas podido prosperar, Rabi—le dijo al gnomo con cariño Alexandria—No es que a los demás se os vea muy mal, pero ¡miradlo!  ¡Parece alguien respetable!

La mujerona sonrió contenta antes de añadir por lo bajo con sorna.

—Aunque a Lav si se lo ve un poco mal.

Rabi hinchó el pecho y impuso una postura erguida por demás... y soltó una carcajada.

-Bien dicho, Ax: ¡parezco! jajaj- soltó el gnomo -No sabía si iba a funcionar, quiero ir experimentando qué alcances tiene estar afiliado a la Orden- le guiñó un ojo, para luego ponerse más serio y en voz baja -Ya veremos... que tal vez tenga sus motivos...-

Lav miro por encima de su hombro, porque estaba escuchando a Ax, que era mucho menos disimulada de lo que ella creía.

Y le saco la lengua y le bizqueo con los ojos con un ummmm como respuesta. Igual que si tuviera 10 años otra vez.

- Rabi siempre ha sido un prospe… prosperinador… Rabi siempre ha sido un señor, desde que era pequeño. Y yo controlo lo que bebo y no al revés.-

Aunque sus palabras estaban teñidas por un tono de molestia, había algo divertido en la manera en la que contestaba a sus compañeros.

Lav sabía beber, y beber era bueno, sobre todo si le hacía olvidar estos últimos tiempos. Quizás estar con sus amigos de siempre fuera también bueno, ellos no sabían qué había pasado con la Gaviota Cerrada.

 - Es usted una caja de sorpresas, señor Tagore -añadió Lia con una sonrisa- ¿esa placa tiene identificador de que pertenece a alguien en concreto? -la sonrisa de la elfa aumentó sospechosamente.

Lia se acercó a Lav y se agarró a su brazo.

 - ¿Controlas lo que bebes? Eso se lo podríamos preguntar a Bonnie -dijo con tono divertido- esa humana te ponía ojitos mientras te echaba la bronca, ¿lo viste también Rogen?

Se separó del clérigo con una risa y se puso a andar detrás de Alexandria, siguiendo la sombra que proyectaba su enorme espalda.

Los halagos de Rogen y la visión de sus amigos bromeando parecían haberla animado, mientras seguían su camino.

Rogen se unió a las bromas de los demás.

-Cierto. Lo parece, que poco sabe la gente. Si le contaramos a esa orden lo que hacia cuando eramos críos seguro que se lo pensaban dos veces antes de aceptarlo.-

El guerrero lo decía para bromear. De hecho Rabi siempre había solido ser la voz de la razón antaño. Lo cierto es que Rogen se sentía muy bien entre ellos. A veces parecía como si no hubiesen estado tantos años separados. Se seguían las chanzas unos a otros, y las risas afloraban. Hasta Lia parecía un poco más risueña, con lo que le siguió la broma.

-Ya te digo Lia. Seguro que nuestro Lav aquí presente ha ido más de una vez al Portal y le han puesto alguna bebida gratis de más. El problema es si él se ha dado cuenta, seguramente tendrá a varias loquitas. Nuestro Lav siempre ha sido un tanto galan. Y ya sabes el dicho de los marineros. Un amor en cada puerto.-

Vladislav se supso rojo y tenso ante la mención a Bonnie.

- Esa garrapata marina, esa tifón del sur, mareaje de fondo, es el mismísimo Kraken de las profundidades, es … es… buffff, es peor que varar en un desierto. Nada que ver con la dulce sirena de Naditta.

Envidia y ojeriza es lo que tiene esa alma en pena de camarera, eso es.- manifestaba de viva voz a pesar del silencio de las calles y mientras marcaba un paso enérgico fruto del acaloramiento.

No estabais seguros de la ultima vez que lo habían visto cabreado, pero aquella reacción se parecía bastante.

El grupo avanzaba por la calle Zastrow entre chanzas y bromas. Parecía (al menos por el momento) que aunque habían cambiado su amistad seguía siendo fuerte. ¿Pero lo seguiría siendo cuando todos empezaran a entrar en detalles de lo que habían hecho durante estos años separados?

No mucho después llegaron al final de la calle, donde estaba cortaba con el callejón del solomillo. Sólo a unas decenas de metros, ya a la vista, se encontraba en una esquina El Dragón Ensartado. Entonces Ax, todavía con la sonrisa en los labios por las pullas lanzadas, le dio un codazo a Lía y señaló un edificio.

—¡Luna!¹ ¿Has visto eso?

La elfa se giró y vio como su amiga señalaba una ventana. Aunque posiblemente lo más correcto era decir que se trataba de un escaparate, uno bastante extraño. Tras la ventana había lo que parecía un peluche de un contemplador colgado del techo por un cordel. Todo estaba iluminado por un par de velas a cada lado. No se podía ver lo que había tras el peluche, pues una cortina de color morado impedía ver nada más. Aquellos más curiosos, con el extravagante escaparate no tardarían en ver que toda la fachada estaba pintada de un color morado oscuro (algo difícil de discernir en la oscuridad de la noche). Sobre la puerta, había un renovado cartel en el que estaba escrito: Tienda del Viejo Xoblob.

1. He visto que Ax en su primer post llamó a Lía, Luna.  Lav le siguió el rollo pero estando ebrio se podía entender. Como el apodo de Luna es reciente (si no me equivoco, posterior a que abandonara Aguasfrías) y no es un derivado de su nombre, vamos a suponer que nuestra escaldo de alguna manera se enteró de su nuevo apodo. De hecho eso es algo que podría llamar la atención de Lía.

 - Me han contado que Bonnie echa a patadas a la gente de la taberna por cosas menores que nuestro pequeño incidente con esos viajeros; y a tí solo te llamó la atención -le dio suavemente con el codo a Lav- tan mala no será, peeeeero si así la ves... -la elfa dejó el tema y le guiñó un ojo para darle a entender que estaba de broma.

Cuando la pelirroja se acercó, la reacción de Lia fue abrir mucho los ojos. La primera vez que se lo escuchó pensaba que había sido casualidad y no le prestó atención, al fin y al cabo era una Elfa Lunar con piel pálida y pelo plateado. Pero ahora Ax volvió a usar un apodo que no recordaba haberlo dicho delante de sus amigos.

 - ¿Lo has escuchado de Jalester (Solvmanen)? Habla por los codos, ¿verdad? -replicó con tono nervioso- ¡Mirad ese contemplador! -dijo de repente para cambiar de tema- le podríamos preguntar si  ''c o n t e m p l ó''  lo que le pasó a Floon -añadió para continuar con las bromas, aunque ahora su sonrisa era menos natural.

 - ¿Es ahí? -señaló el final de la calle en dirección a El Dragón Ensartado.