Partida Rol por web

Os detenéis unos segundos frente a su fachada principal observando la casa. Ésta queda ensombrecida por los nuevos y más altos edificios de oficinas que tiene a ambos lados, da directamente a la calle, y la parte de atrás está cubierta de malas hierbas y una verja medio caída. A ambos lados de la residencia, hay entradas que dan a la parte de atrás.

Al examinarla quedáis impresionados por la manera en que parece esconderse tras las sombras que proyectan los edificios que la flanquean, y las cortinas de las ventanas impiden toda posibilidad de ver lo que hay dentro.

Con la cámara en el bolso y el libro fuertemente sujeto bajo mi brazo observo impresionada la puerta principal. Es impresionante. Espero pacientemente a que el agente Parker se acerque a la puerta para abrirla ya que, siendo el el responsable de lo que ocurra dentro, es de esperar que pase primero.

Mientras tanto, examino cada detalle de la puerta, las paredes...tocandolas con la palma de la mano para sentir su antigüedad.

-Esta casa es impresionante

Michael se aproximó con calma a la puerta principal y apartó con delicadeza a Sibyll para abrir.

- Bueno... veamos qué nos encontramos -dijo, esperando que todo estuviera en orden dentro.

Agarró el pomo de la puerta y trató de girarlo para comprobar si estaba cerrada o si, por el contrario, podían pasar sin más dificultades.

La puerta está cerrada. Parker saca las llaves que le había dado Chase. Esta entra en la cerradura y hace un sonoro chasquido, pero pese a todo la puerta continúa sin abrirse. Parece que por dentro debe tener algún tipo de cerrojo que impide que podáis entrar.

Vaya-digo sorprendida al ver que la llave gira pero no abre. -Bueno.No pueden haberlo cerrado desde dentro y haber salido. Probremos la puerta trasera

Carcomidos por la oscuridad metieron la llave en la cerradura. Esta parecía encajar pero la la puerta no se abría. la luz de la luna reflejaba en la ya brillante llave de plata...Si. Puede servir -dije sacando el cuaderno y apuntando la idea en él.

- Todo esto es muy extraño. - digo al ver que la puerta no se abría por mas que el agente Parker giraba la llave que le entregó el señor Chase. ¿Quién cerraría la entrada principal por dentro y saldría por la puerta trasera?

A lo mejor hay alguien dentro. ¿Saben si tenían intención de venir?

Alexander intentó mirar por las ventanas, pero las cortinas no le dejaban ver el interior. Avanzó un poco por el lateral de la casa para ver si localizaba otra entrada.

No nos dijeron nada en principio. Pero esto de dejar cerrada la puerta principal y salir por la trasera no me parece tan raro... -digo siguiendo al cura

Michael echó un vistazo a la facahda de la casa y se encogió de hombros.

- Pues vayamos a la puerta trasera.

Lo dijo con calma, pero se cercioró bien de que su revólver estaba cargado y en el lugar correcto. Aquello no le daba buena espina, y no habían empezado el día con muy buen pie...

El agente Parker probó suerte con la puerta lateral. Metió las llaves y giró la cerradura. La puerta se abrió con un sigiloso chasquido. Dentro un oscuro y largo pasillo cruzaba la casa de un extremo a otro. Varias puertas a los lados y unas escaleras que subían al segundo piso al fondo del pasillo. La casa se iluminó levemente cuando el agente dio la luz, aunque muchas de las bombillas estaban fundidas y la luz solo conseguía crear un ambiente tenebroso en aquel lugar.

Cuando entran en la casa el padre Alexander empieza a hablar para sí mismo. Apenas se entiende lo que dice.

... ... ... Cada uno se había vuelto atrás; todos se habían corrompido; No hay quien haga lo bueno, no hay ni aun uno ... ... ...

Y sigue hablando a medida que avanzan.

... ... Allí se sobresaltaron de pavor donde no había miedo, Porque Dios ha esparcido los huesos del que puso asedio contra ti; Los avergonzaste ... ...

Un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando oí al pater hablar de ese modo.

-¿Se encuentra usted bien?

A pesar de haber sido criada en un ambiente católico, algo no muy habitual en inglaterra, yo no era una persona muy religiosa. No obstante para mí los curas siempre habían sido un ejemplo de estabilidad mental y emocional. Ver a un cura hablando así me ponía los pelos de punta.

Nada más entrar en el pasillo, Michael alzó una mano.

- Guarden silencio un momento.

Tenían que escuchar si se oía algún ruido sospechoso dentro. La posibilidad de que hubiera alguien dentro de la casa, un drogadicto, un delincuente o alguien peligroso, era muy real. Aguzó el oído para captar si había alguien allí, para estar prevenido y poder defender adecuadamente al grupo.

Ante las palabras del agente calló tratando de escuchar algún ruido, pero la casa está silenciosa, a excepción de nuestras respiraciones, algo agitadas.

Es practicamente imposible que haya alguien en la casa, ambas puertas estaban cerradas con llave. Pero bueno. Nunca esaba de ás prevenir

Alexander iba absorto en sus pensamientos mientras recitaba de memoria un salmo cuando vio que el resto se quedaban muy quietos e intentando escuchar algo.

Pasa algo. Dijo en voz baja.

Al entrar en la casa el Agente Parker enciende la luz y a continuación nos manda callar a todos cortando una parrafada del Padre Alexander.

- ¿Qué pasa Agente Parker? ¿Ha oido algo?

Michael bajó la mano. Miraba un poco hacia arriba, con la vista perdida, como si eso pudiera ayudarle a percibir mejor lo que le rodeaba.

- No, no he oído nada... -dijo-. Pero no sería la primera vez que mis compañeros o yo entramos en un inmueble que parece cerrado y desierto y nos reciben con un balazo. Nunca está de más prevenir...

Dio un par de pasos por el pasillo, manteniéndose alerta, aunque todo parecía tranquilo.

- Bueno... pues ustedes dirán. ¿Por dónde? -inquirió, observando que había muchas opciones por las que decantarse en ese pasillo.

- ¿Qué les parece si vamos comprobando puerta por puerta? - pregunto. Empezando por esta. - añado señalando la puerta de la derecha.

La casa estaba completamente en silencio. Desde luego tal y como estaba no parecía haber vivido ahí nadie en una buena temporada.

Tranquilamente y divertida con la precavida actitud de mis colegas masculinos me acerco a las escaleras mientras digo:

-Por favor....La casa es demasiado grande como para andarnos con precauciones tras cada puerta y tras cada esquina. Por cierto, recuerden que el dueño de la casa dijo que los problemas provenían de la segunda planta.

Apoyada en la barandilla les miro divertida

-¿Me acompañan?