Partida Rol por web

Me mantengo firme, estoico, frente a los Sith que nos hablan y nos amenazan mientras que Trix intenta sacarnos de ahí evitando una confrontación. No voy a negar que me gustaría eliminar a esos tres pues la galaxia sería mucho mejor pero debo negar esos sentimientos de ira y buscar la serenidad.

"Jerde y Po´Hizar. No los olvidaré."

Veo como se giran para irse y me quedo quieto viendo como se alejan para así poder seguir nuestro camino sin incidentes. La idea de luchar en medio de la calle contra esos tres solo acercaría las miradas indiscretas hacia nosotros y eso es lo último que necesitamos en este instante.

El enorme wookie  había presenciado el espectáculo dialéctico entre los estudiantes y su curvilínea camarada,al tiempo que  mantenía una mueca  de pocos amigos y sus brazos cruzado sobre su pecho. Aunque por unos momentos estuvo tentado de  arrancar los miembros al energúmeno que  intercambiaba palabras con Trix, finalmente, la sangre no llegó al río.

Mientras el trío de estudiantes se alejaba, Roorh crujió su cuello con un suave movimiento  y gruñó:

- ¿Gurrrooor rooooor ruoor? rooor rooor graaar ruoor rooor ruuur grooor rooaarr ....roooarrr rooor gurroow gurrow gurrruaaar  rooow...-

Parecía que se habían librado por poco , Trix respiró aliviada y desconectó el sable y lo guardó . 

Estaba totalmente deacuerdo con lo que decía el wookie , necesitaba un buen trago tras la tensión del momento . 

" Como si lo Ultar no hubiese sido suficiente " . 

Será mejor que nos marchemos ya . 

-El destino de la fuerza nos ha reunido.- Ante tales palabras os dais la vuelta inmediatamente. Un hombre desaliñado con una capa parda remendada es quién ha dicho las palabras.
-El destino esperaba a los portadores para que nos ayudasen y así ha sido. Lo he visto. Vuestro camino todavía es muy largo.-

Le conoces, es uno de los Maestros Jedi de Ossus. Aunque su aspecto difiere de como le recordabas.

De repente veis al maestro hablando con unos desconocidos...y pinta mal. Los soldados Imperial-sith se acercan al lugar y hacia él.

Vamos a comenzar a caminar cuando escucho que alguien nos habla. Giro para ver quien es y mis párpados se juntan pues me parece conocido pero no sé quien es. De pronto, bajo esa capa de mugre que parece cubrirle logro reconocer a alguien que nunca, jamás habría esperado encontrar con vida.

Mis ojos se abren totalmente al reconocerle y miro para todos lados, asegurándose de que no hayan ojos fisgones. Le tomo del brazo y le llevo al callejón más cercano para luego hablarle:

 - "Maestro Teron. ¿Me recuerda? Soy Kazer Almoth. Era un padawan sin maestro asignado cuando atacaron Ossus."

El viejo maestro era parte de la Academia de Ossus y alguna vez le vi en los salones de aquel sagrado lugar de conocimiento y superación, antes que los infames Sith decidieran poner fin a aquella luz.

Sorprendido y nervioso por lo que estaba sucediendo, Hamlen intentó ser lo más disimulado posible y acercarse tambien hacia donde estaba el anciano. No para llegar a su encuentro, sino... previniendo lo peor.

Por qué pasaba todo esto? El maestro de verdad estaba preparado para morir? Sabía desde un principio que todo se iría por el desague? Si fuera por el, no permitiría que eso pase... el iba a hacer todo lo posible para sacar a todo el mundo vivo de este agujero.
 

Masculló algo por lo bajo. No podían permitir que el maestro fuera apresado, pero, ¿dónde estaban los otros jedi? 

La situación estaba bastante clara, iban a por el maestro. Había un Sith por algún lado. Habían otros Jedi junto al maestro... aquello olía a enfrentamiento.

- Qué ganas de flambearlos...

Comentó a Hamlen, pero era consciente de que cometer un error en plena calle podía evitarles huir. Sabía a ciencia cierta que el maestro crearía una distracción si fuera necesario. Llevaba escrito en el rostro que quería sacrificarse. Así pues, siguió caminando, buscando con la mirada al wookie, ¿qué habría hablado Teron con ellos? Era necesario dirigirlos hacia donde estaban los niños.

- Busquemos al wookie. Es fácil encontrar un wookie, por mucha gente que haya alrededor.

-Despejen...- La frase del soldado se queda a medias cuando, al parecer, reconoce al maestro Teron.

-Es el jedi. Disparad.- Una patrulla ha aparecido de entre la multitud seguramente atraída por el alboroto de antes y con el encuentro ni los habíais visto llegar. Cinco soldados imperiales-Sith, parece que hoy no es vuestro día de suerte. 

De pronto veis como los soldados llegan hasta el grupo donde un wookie, una zeltron y un humano que habla con el maestro Teron alzan los blásters contra ellos. 

Roorh sonrió al ver como los soldados apuntaban al grupo. - Al final voy a tener que sacar los puños a  pasear.- pensó al tiempo que se abalanzaba contra el soldado mas cercano, con sus manos desnudas para propinarle  un buen topetazo wookie.

- ¡ROOOOOAAARRR RUUUUR RUUUOOOOR ROOOOR RUUWWW!-

Al final no parecían más opciones diferentes a las del enfrentamiento. Había confiado en que el monje tuviera algún truco en la manga, pero los soldados habían dado con ellos y les apuntaban con los rifles.

- Hamlen, se acabó. Vamos a por ellos.

El joven se movió buscando una buena posición. El otro grupo necesitaba ahora una oportunidad para arrojarse hacia los soldados, o al menos para huir. El wookie no iba a tardar en atacar, de todos modos. Ya la suerte estaba echada. 

- ¡Siths, sonreid para la foto!

Dijo apuntandoles con el rifle lanzallamas con la mano izquierda y el blaster pesado con la mano derecha, listo para abrir fuego. Les había avisado de su presencia tratando de que se giraran y porque era muy sucio freírlos por la espalda. A él no le importaba demasiado, pero los monjes posiblemente lo desaprobarían, porque luchaban con una especie de código de combate en plan "la república es el único gobierno válido". Tharr no entendía de política y en los territorios Hutt, como era normal, todas las otras facciones tenían una pésima reputación: Los Sith eran caníbales, los Jedi tenían el cerebro lavado... 

- Hoy no es vuestro día.

Usar el flambeador no era sencillo, necesitaba que no hubiera algún inocente cerca, o que el wookie no fuera más rápido que él o acabaría pelado por el fuego.

-¿Pero quién...-La repentina aparición de un cuarto integrante dejó a medias la pregunta del soldado pillándolos desprevenidos y dándose la vuelta para encarar la nueva amenaza, aunque no fueron los únicos sorprendidos. 
Kazer, Roohr y Trix veis como un par de individuos con claros síntomas de ser mercenarios apuntan a los soldados dispuestos a plantar pelea. No sabeis por qué os ayudan pero puede que el maestro tenga algo que ver...

Antes de que nadie pudiera reaccionar, Tharr apretó el gatillo del rifle lanzallamas. "Ahora o nunca", pensó para sí, pues si no conseguía usarlo ahora, ya sería imposible. Por eso se había afanado tanto tiempo, durante sus entrenamientos, en ser más rápido. Rápido era equivalente a ser mortal, cuando uno tenía un arma tan peligrosa en sus manos.

- ¡Filetes al punto para todos!

Gritó, porque le entusiasmaba usar su arma preferida. No pudo evitar mostrar su satisfacción, aunque resultara cruel, pero eran demasiados años luchando en aquél lugar tan hostil. Tharr no quería parecer un desalmado ante los monjes, pero tampoco podía ocultar de la noche a la mañana que era un soldado entrenado para matar a sus enemigos, aunque deseara con ahínco cambiar aquello.

Un hombre aparece de pronto y comienza a quemar a los imperiales con su arma. Saco mi pistola bláster y apunto hacia el más cercano de los soldados para luego soltar un disparo en su dirección.

Mi tiro es nervioso, no estoy muy acostumbrado a disparar pero no usaré mi sable de luz en ese lugar ni ante tantos testigos que pueden luego querer cobrar la recompensa.

Tharr tenía razón y era el momento de intervenir. Después de todo, hubiera sido demasiado pedir que todo saliera bien y sin sucesos en el medio. Hamlen observó lo más rápido que pudo hacía posibles rutas de escape después de esto, temía que una pequeña avanzada de soldados fuera solo el principio.

Cuando vió a Tharr descargar su arma pensó que ese hombre estaba loco, la sola expresión que tenía era la de un niño con juguete nuevo. El hombre por su parte buscó cobertura y se dispuso a disparar con su rifle.

Mientras disparaba gritó a su compañero -Que estas haciendo!? Busca cobertura que así eres blanco fácil!!!- Entendía que Tharr podía cuidarse solo, pero si había tiradores ocultos... el estaba muy expuesto.