Partida Rol por web

Gerard se alejo hasta el extremo opuesto de la tejavana seguido por Jake, cuando estuvo listo para hablar lanzó una mirada furtiva por encima del hombro O'Sullivan al ver que la enorme mujer les había seguido hasta quedarse a una distancia de seguridad. No comentó nada al respecto, a fin de cuentas las sospechas eran algo habitual en aquel mundillo en el que se movían y a su parecer la grandullona estaba a una distancia suficiente para no oír lo que tenía que contarle al pícaro.

-No se por donde empezar, pero ayer fue una locura, de hecho hoy... Bueno, sin ir más lejos no se que carajos hago yo aquí, apenas me enteré hace unas horas de todo esto, Heinrich está muy molesto así que sera mejor que os larguéis cuanto antes.- Volvió a mirar por encima de Jake para asegurarse que la mujer no se había movido. -Ayer mismo en las arenas mataron a uno de los guardias de Cedric en mitad de las gradas sin que nadie viese nada y otro esta desaparecido, aunque se sospecha que no debió acabar mucho mejor que su camarada después de encontrar un charco de sangre en la zona de los luchadores. Joder, si hasta Nimble ha desaparecido ¡Nimble! Bien es cierto que nadie sabe, ni tiene interés en enterarse, de lo que hace o deja de hacer esa alimaña, pero se suponía que él era quien tenía que juntarse hoy aquí con vosotros.- Paro a tomarse un respiro, estaba claro que la calma que había mostrado justo cuando llegaron allí había sido algo temporal. -Y por si fuese poco ha habido un asesinato del que tampoco nadie sabe nada en la zona de los nobles, todavía no se saben nombres, pero te repito lo de antes, lo mejor será que os marchéis rápido y os cuidéis las espaldas, no se ni me interesa lo que os habrán encargado pero si tenéis que marcharos de aquí por un tiempo casi os envidio.-

Eso precisamente es lo que teníamos pensado hacer. Parecen tiempos revueltos, busca un agujero donde esconderte y espera que pase el temporal. Nos dirigimos al oeste, espero que nadie quiera seguirnos por ahí.

Jake no mintió del todo. Tenía pensado salir por la puerta oeste para después dirigirse al norte, su verdadero destino.

Tendió su mano a Gerard para propinarle un fuerte apretón. 

"Niños."

Eché a andar a paso tranquilo despues del pequeño arranque de Sully. A mi pesar, lo encontré justificado, pero tambien un por exagerado. "Al fin y al cabo, ya ha quedado claro que no nos fiamos de nuestro patrón ni de los trabajos que nos proporciona..."

Me rasqué la nariz con el dorso curtido de mi mano, aliviando un súbito picorcito.

"Maldita sea... Si hasta me da urticaria pensar en ese tipo..."

Aproveché unos momentos para estudiar a mi extraña compañia mientras nos acercabamos a los establos.

"Sully... El jefe de este variopinto grupito... Espero que sea lo que sea en lo que esta metido, tenga claro que los demás estamos metidos con él."

"Avlin... Ese pequeñajo es incapaz de mantener la boca cerrada... Con un poco de suerte, habrá un corazón valiente dentro de esa lenguaraz cabezota."

"Aldar... Apostaría la mitad de mis barbas a que es él el que estuvo cubriendonos a Freya y a mi en nuestra primera cita... Solo lo cambiaría por una curtida cleriga de Moradin."

"Freya... Un alma enana en un cuerpo humano de tamaño familiar... Un misterio envuelto en un enigma rodeado por un acertijo."

Las malas sensaciones que tenia se confirmarón cuando vimos el establo... "Más bien, un cochambroso techado que se sostiene solo gracias a la benevolencia del clima y a los excrementos de caballo acumulados a sus pies..." Gruñí un saludo al tal Gerard, dedicandome a mis tareas mientras Sully se reunia con aquel y Avlin empezaba a parlotear sobre el juego de las sillas versión equina.

- Calla, Avlin... Y presta atención a que las mantas no esten llenas de pulgas, hombre...- Le espetó en voz baja. Un rápido vistazo parece dejar claro que no hay demasiados sitios donde tender una emboscada me tranquiliza, pero tenemos que ponernos en marcha.- Vamos un poco cortos de raciones, visto como traga la pelirroja, je je je...

Con aires de experto, sopeso la ballesta, admirando la ligereza y manejabilidad del arma. Paso a repasar los escudos, golpeandolos con los nudillos y escuchando con atención el sonido que producen, calibrando su resistencia, durabilidad y construcción.

- No esta mal... No esta mal...- Regruño de nuevo, antes de volverme hacia Avlin y las sillas de montar.- Ah... Malditas sean mis barbas... Echame una mano, a ver si podemos ensillar a estas bestias sin montar demasiado escandalo...

El gnomo sujetó una de las monturas y la levantó con sus pequeños brazos por encima de la cabeza. De repente, pareció ser consciente de que pesaba más de lo que había calculado y empezó a bambolearse a un lado y a otro tratando de no tropezar con sus propios pies.

- Ayudadme- gimió.

Estuvo a punto de tropezar con Aldar pero el explorador estuvo ágil y se apartó de su camino antes de que se lo llevara por delante.

En este lugar es casi imposible concentrarse lo suficiente en un mapa como para trabajar sobre él una ruta en condiciones. Cada poco tiempo, levanto la vista del plano para comprobar la situación de Freya, así como su actitud y a donde fija su atención, pistas de cómo va la cosa con Jake. Balakar no para de gruñir y farfullar por lo bajo, y ese maldito gnomo parlanchín de Avlin no se para quieto un momento. Si hasta tengo que moverme con el mapa entre las manos para que no me lleve por delante con una silla en brazos que es casi tan grande como él...

Vale, la salida está bastante clara, debemos salir por la norte y tomar la calzada real. Si quisiéramos despistar a alguien con suficientes ganas, podríamos salir por alguna de las otras y rodear la ciudad, aunque hacerlo cerca de las murallas es un trabajo infructuoso, y hacerlo lo suficientemente lejos es un rodeo exagerado y, probablemente, innecesario.

Ncht, ncht... -Chasqueo la lengua un par de veces, pensativo. Compruebo que Freya esté a la vista, y vuelvo a sumergirme en el mapa.

La calzada real nos llevará hasta Venatus, que seguramente será la única parada decente del camino. Buena oportunidad para tomar una comida caliente y descansar bajo techumbre. A partir de ahí, todo van a ser campamentos a la intemperie, así que estos chicos de ciudad lo agradecerán. También es un punto para reponer provisiones, si es preciso. Última oportunidad.

Hmmm... -Elevo la mirada al cielo. Al menos, no llueve, y probablemente los caminos estarán secos y libres de barro. A un buen ritmo, estimo que podríamos estar allí a tiempo de pasar la noche.

A partir de ahí, la cosa se complica. Veo tres rutas posibles, aunque ninguna especialmente buena. Ni mala, a priori, sólo demasiado campo a través si el camino está descuidado y abandonado. A mí no me disgusta, es mi medio, pero veremos a éstos cómo se lo toman. El camino del río es el que menos me convence, puede hacerse muy duro. Valdría como plan de contingencia, último recurso. El antiguo camino seguramente estará más que cerrado, sería duro pasar por allí. A veces, demasiadas veces, lo más lógico y sencillo suele ser lo mejor. Una calzada real se habrá conservado bastante mejor ante el paso del tiempo y el abandono, y las aldeas abandonadas pueden ofrecer refugio llegado el caso.

Enrollo el mapa mirando a Freya y me lo guardo en su portarollos, cargándomelo al cinturón. Este lo llevaré yo, es demasiado importante...

Seguí a Jake a su pequeño encuentro privado con Gerard, que finalmente tendría lugar al final del extremo opuesto de aquella tejavana. Me quedé a una distancia prudencial de ambos hombres, lo justo para ver lo que sucedía y suponer un elemento de intimidación para Gerard, pero sin verme envuelta en la conversación. Vi como este se percataba en seguida de mi presencia, mirando por encima del hombro de O’Sullivan, pero no dijo nada al respecto.

Justo antes de que la conversación diera inicio, miré hacia un lado de reojo, el tiempo imprescindible para comprobar que me mantenía a la vista del explorador; tal y como me había pedido. Pero mi vista enseguida volvió a Gerard, a su rostro lleno de cicatrices, a sus manos, tratando de asegurarme que no intentaba nada raro. De vez en cuanto miraba también a su alrededor, por si teníamos compañía.

No pude evitar tratar de escuchar la conversación, a fin de cuentas, todo esto tenía su origen en Heinrich; y no podía fiarme de nada que viniera de aquel despreciable ser. Puse toda la atención posible, logrando escuchar cosas que no imaginaba que escucharía.

Las cosas se están poniendo feas… ¿Habéis sido vosotros?

Lancé una breve mirada al resto del grupo, preguntándome qué habían estado haciendo en la arena. En cualquier caso, el mensaje era claro, había que salir de allí cuando antes. Pero lo que más me inquietó, sin duda, fue lo referido a aquel escalofriante ser que también había desaparecido.

Nimble… Su sola presencia conseguía alterarme, a pesar de que su rostro y su tono de voz no revelaban demasiado acerca de sus verdaderas intenciones; daba igual si utilizaba palabras condescendientes o llenas de lascivia. Pero además de su turbadora presencia, y el haber constatado que él y Nanoc no se llevaban nada bien, estaba eso que me había hecho mientras escuchaba tras la puerta. El dolor era tan intenso que llegué incluso a caer de rodillas… ¿Qué clase de monstruo era?

Todo esto es muy raro…

Cuando Avlin por fin consiguió dejar la silla en el suelo se acercó a Balakar que intentaba ensillar a una de las bestias amarradas bajo la tejavana.

- ¿Qué demonios vas a hacer tú con una ballesta?- rió socarronamente- seguramente te liarías a mamporrazos con ella contra el primer goblin que saliera de los bosques. No te falta tiempo para sacar el hacha y lanzarte a primera línea. Será mejor que me dejes a mí la ballesta, no tengo ningún interés en molestaros en la vanguardia.

Los argumentos del gnomo eran razonables pero los enanos no tienen fama de ser especialmente dados a entrar en razón así que se preparó para una larga discusión.

Después de su breve conversación con el tal Gerard, Jake volvió con el grupo.

Su cara era seria, fuese lo que fuese lo que le había dicho aquel tipo... bueno no era.

Aldar, cambio de planes, busca rutas seguras de las que podamos ver si nos siguen... ahora no importa tanto la prisa como nuestra seguridad. Ahora prepararos que tenemos que salir ya.

Se dirigió a su caballo y comenzó a cargarlo de todo lo que había pedido. Se montó y aguardó a que los demás estuvieran preparados.

Al finalizar la conversación, Jake volvió sobre sus pasos, sin tan siquiera dirigirse a mí; reuniéndose con el grupo con serio semblante. Y por lo que había podido escuchar, no era para menos. Emprendí el camino de vuelta tras él, pasando cerca de Aldar después de que el jefe le diera indicaciones.

- Tenemos que hablar… - susurré al explorador, seria, antes de situarme de forma que pudiera dirigirme a todos. – Ya habéis oído, tenemos que partir… ¿Cómo habéis dispuesto el equipo? ¿Y mi montura es…? – pregunté a mis compañeros, paseando mi mirada entre todos ellos.

Entorno los ojos al verlos regresar. Sus expresiones no indican nada bueno, así que me dispongo a olvidar la posibilidad de buenas noticias y prepararme para las malas. Jake no tarda en revelar un cambio en los planes, solicitando que busque una ruta más segura, olvidando las prisas. Repaso el mapa mentalmente, y las posibilidades valoradas, aunque aún queda un detalle crucial.

¿Tratamos de evitar que descubran a donde nos dirigimos, o solamente que nos intercepten? -Pregunto, calculando las diferentes rutas en ambas opciones a la espera de su respuesta. Espero que se trate de lo segundo, sería mucho menos engorroso...

Antes de que el patrón responda, Freya se sitúa a mi lado, susurrando tres sencillas palabras que me ponen aún más en alerta. Asiento en silencio, dejando que continúe hablando con los demás acerca del equipo. El enano parecía estar ocupándose del asunto con bastante maña, y lo cierto es que hay otro asunto que me parece más urgente en esto momentos. De modo que, en cuanto Jake responde a mi pregunta, me dirijo a Freya haciendo partícipes a nuestros compañeros.

Balakar y Avlin se están haciendo cargo de eso. Demuestran una buena mezcla de experiencia y habilidad en esas lides, de modo que yo no me preocuparía. El equipo estará bien repartido y las monturas listas... -Lanzo una mirada al enano, señalando a Jake con un gesto. Espero que entienda mis intenciones y sepa cubrirnos- Freya, ¿tienes un momento?

Señalo el extremo opuesto de la tejavana a donde se encuentra nuestro patrón, buscando un lugar discreto donde hablar...

- Yo montaré la mula- se ofreció el gnomo mientras acariciaba el morro del animal- propongo que repartamos un poco el material. Si nos están siguiendo y debemos abandonar la mula para escapar, será mejor que no lleve ella todo el equipo. Eso sí- añadió- no os olvidéis de mí si hay que salir corriendo.

El hombrecillo se subió a una roca cercana mientras tiraba de las riendas para que la mula se colocase en una buena posición. Desde allí, pegó un salto y, con agilidad, se encaramó a la grupa. Desgraciadamente, tomó tanto impulso que a punto estuvo de resbalarse y caerse por el otro lado así que se agarró con fuerza al cuello mientras el bastón que llevaba colgando a la espalda golpeaba involuntariamente los cuartos traseros del animal, que se movió hacia un lado mientras piafaba disgustado.

- ¡Wow!- gritó mientras recuperaba el equilibrio- ¡Listo para partir, capitán!

Jake tiró de las riendas del caballo.

No hay tiempo Aldar, hay que salir ya, parece que no entiendes unas sencillas órdenes... órdenes, esa palabra no me gusta nada...- a ver si así te queda más claro, nuestras cabezas están en peligro y seguramente sea todo por tu culpa, con la tuya haz lo que quieras pero no sigas poniendo en peligro la de los demás.

Las palabras del tal Gerard habían hecho mella en el humor de Jake. 

Podéis retrasaros o adelantaros para cuchichear, poneros al día, confabular o lo que quieras hacer con la chica, pero hay que irse ya.

Jake aguantó la mirada del explorador desde el caballo. Esperaba haber sido suficientemente claro al respecto de la prisa que debían llevar.

- Aaaahh por las barbas de...- Zarandeo ligeramente al gnomo para quitarselo de las manos a Aldar.- Deja de hacer el tonto, hombre.

Mi humor ha ido empeorando a medida que nos hemos puesto en marcha. El secretismo y la negra certeza de que algo olía ha podrido en toda esta aventura me roia las entrañas.

"O quizas es porque no me molesta ninguna de las heridas de ayer..."

Palpo mis costillas con un par de fuertes manotazos, ignorando a los demás como me ignoran a mi, concentrados cada uno en sus tareas.

- ¿Que para que quiero una ballesta?- Esbozo una torva sonrisa y me hago con la suya. Sosteniendo cada una con una mano, las apoyo en las caderas y abro un abanico de unos noventa grados, con las ballestas cubriendo un arco de fuego amplio.- Uhmm... Se llama controlar conejeras. Mi arco esta bien, pero una de estas es útil en una caverna de montaña...

Me dejo de tonterias y le devuelvo la ballesta a Avlin justo a tiempo para ver volver a Jake. Frunzo el ceño al ver la cara larga que trae.

- Estupendito... Y el dia no deja de mejorar...

Termino de ajustar la silla de montar del ponie antes de volverme hacia Freya. Señalo por encima del hombro con el pulgar, señalando al pequeño equino. Una sonrisa torva ilumina mi rostro.

- Adivina.- Levanto las manos, pidiendo paz.- Paz, Freya. El tuyo es aquel de alli. El restro escoged el que más os guste... He distribuido el equipo para compensar vuestro peso... A ojo, claro.

Y de repente, Jake monta y se pone a impartir ordenes, espoleando al equipo. Incluso cuando Freya parece querer compartir algo con Aldar.

"Y algo me dice que no van a hablar de tiendas de campaña... Oh, Moradin, cuida de este, tu hijo, que va adentrarse en la boca del lobo junto con mis hermanos y hermanas adoptivos... Porque, si conseguimos volver todos, voy a tener una charlita con Heinrich..."

- Un instante, Sully... La parejita necesita afirmar sus votos.- Le espeto secamente.

Me giro bruscamente ante las palabras envenenadas de nuestro patrón, sintiendo el súbito deseo de partirle a golpes esa boca de la que no termina de salir nunca nada bueno. Sin embargo, mi pensamiento va mucho más allá, mientras Balakar interviene con algo de sorna, tratando de dejar de lado el orgullo y reaccionar a algo más que el mero insulto personal de Jake. Actitudes como la suya son las que provocan la desaparición de compañías como esta, las que guían a los hombres al más puro fracaso en el entorno salvaje.

Hombres de ciudad, puaj...

Las órdenes sencillas las dan hombres capaces... -Le increpo con frialdad, cruzándome de brazos- ...a hombres serviles que no se cuestionan lo que hacen. Y no veo que ni tú entres en la primera categoría ni yo en la segunda, O\'Sullivan. -Escupo al suelo con desprecio- No se me paga por obedecer como un perrito amaestrado. Se me paga por guiar a la compañía, elegir la mejor ruta, explorar el camino y hacer frente a los imprevistos. De modo que no, no soy hombre al que vayas a tener obedeciendo tus "sencillas órdenes", sobre todo cuando hablas de peligros de los que no nos cuentas nada, indicas que la seguridad es más importante que la prisa y que tenemos prisa al mismo tiempo, y me ignoras cuando te hago una pregunta realmente importante para nuestra seguridad y para trazar la ruta. Que es para lo que se me paga, no para ser tu perrito faldero. -Doy un paso atrás, apoyándo mi espalda en una de las columnas de la tejavana- Yo no trabajo así. Y si es así como pretendes que sea, os habéis equivocado de hombre. Considero lo entregado hasta ahora suficiente pago por mi anterior trabajo, por lo que podemos dar por finalizada nuestra relación laboral aquí y ahora si es necesario... -Afirmo con decisión, hastiado de las formas de este idiota con aires. Soy un hombre libre, no uno de sus siervos sin cabeza. Puedo encontrar otro trabajo en cualquier ruta comercial sin problemas...

Maldita sea enano, he dicho que salimos ya. No hay instantes que valgan.

Jake espoleó al caballo hasta la puerta para que todos le escucharan bien.

Escuchadme bien porque sólo voy a decirlo una vez, aquí se hace lo que yo digo, ya estoy cansado de que vayáis a vuestra puta bola. ¿Está claro? Si digo que nos vamos es que nos vamos, ¿en qué parte de tu dura mollera no entra que están buscándonos para apresarnos y seguramente matarnos? 

Si estáis de acuerdo nos vamos YA. Y que os quede presente para el resto del viaje. Si no lo estáis dejad todo lo que se os ha proporcionado y salid por la puerta, el contrato queda roto ahora mismo.

El enfado de Jake iba in crescendo. Ya era suficientemente malo que su cabeza estuviera en peligro por culpa de aquellos como para encima que le vinieran con tonterías.

Había enseñado todas sus cartas, si optaban por irse buscaría a otro grupo que le acompañara y si no, esperaba que le hicieran caso a partir de ahora.

No quería ir de jefe, o de mandón, porque ni quería ni le gustaba, pero cuando su cuello corría peligro tenía que hacer lo que tenía que hacer.

Jake miró al explorador.

Como quieras, estás fuera pero no te llevarás nada de lo que hay aquí, esto es por la paga de los dos trabajos, la paga del anterior la hablarás con el propio Heinrich.

Jake miró a los demás. 

¿Y bien? ¿Vosotros cumplís con vuestra palabra o la rompéis como el explorador? Los que quieran cumplir con ella que me sigan ya. Nuestras vidas corren peligro.

Jake volvió a mirar a Aldar.

Te recomiendo que te escondas o que te vayas, tus actos en el coliseo han llamado mucho la atención, si te pillan te matarán al instante. Espero que tengas suerte. Por favor dame los mapas.

Tiró de las riendas de nuevo y esperó que los demás se pronunciaran, si no él y Asdra emprenderían el viaje solos.

Aldar asintió ante mi susurro, tras lo cual me había dirigido a todos preguntando por el equipo y las monturas. Tanto el Explorador como Avlin me respondieron, pero sin dejarme nada muy claro realmente. El primero me instaba a no preocuparme, dejando al cargo al gnomo y al enano, quienes parecían duchos en el tema, mientras que Avlin se ofrecía a ir en la mula y proponía repartir los enseres.

- También puedes ir con alguno de nosotros, no creo que nadie tenga inconveniente… - miré a los demás, deteniéndome un instante en Balakar, con una sonrisa burlona, suponiendo que seguramente a él no le haría mucha gracia. – Lo de dividir el equipo es buena idea.

Fue el enano quien me concretó más las cosas, comunicándome cuál era mi montura, y comentando que ya había distribuido el equipo de forma que el peso estuviera más o menos equilibrado.

- Genial, hijo de Moradin. – respondí a Balakar con una sonrisa, dispuesta a dirigirme a mi caballo.

Pero entonces Aldar me pidió un momento, señalando el lado opuesto de la tejavana, cosa que a Jake no pareció hacerle ninguna gracia. Entendía que estuviera malhumorado, no habían sido grandes noticias, pero se estaba pasando con el explorador. De aquello era precisamente de lo que había querido hablarle, de su papel en todo esto, pero acusarle de ponernos en peligro de aquella forma sin tan siquiera preguntar…

Apreté los dientes, tratando de no decir nada al respecto, queriendo evitar una nueva burla por parte del enano; habiendo visto ya la concepción que parecía tener de las mujeres, podía salir cualquier cosa de aquella boca si pretendía defender a Aldar. Por no decir que podía herir el orgullo de macho del explorador. Pero cuando Jake dijo aquella palabra…

- ¿Confabular? ¿En serio? No tienes madera de líder O’Sullivan, no la tienes para nada… - dije ofendida, por la parte que me tocaba, pero también por la incomprensión que mostraba respecto a la mayoría. – Pero no seré yo quien te quite la razón sobre la necesidad de partir cuanto antes.

Lancé una dura mirada al enano cuando quiso interceder por medio de la broma, pero en seguida cerré los ojos un segundo y suspiré, superada por tanto entuerto.

- Déjalo, Balakar, hablaremos por el camino… - respondí al enano.

Comencé entonces a dirigirme al caballo, con un mal presentimiento latiendo en mi pecho. Y en seguida este se materializó. Aldar no pudo contenerse, y en seguida comenzó a increpar al jefe, con toda la razón a mi entender. Quiso dejarle clara su postura y forma de trabajar, cosa que Jake no recibió nada bien; y es que en lugar de tratar de empatizar con él, como todo buen líder haría, seguía en sus trece, queriendo imponerse a toda cosa.

- Basta ya, parecéis críos... - intervine, avanzando hacia el jefe. - Deja de lanzar órdagos. Tienes prisa, temes por tu seguridad, y esperas lograr de todo esto algo más que oro... Nos necesitas, y lo sabes. - le dije a Jake, clavando mi mirada en la suya.

No soy ningún líder, Freya, ni pretendo serlo. Sois vosotros los que me llamáis jefe o patrón, pues ni soy lo uno ni lo otro. Pero sí aprecio mi cuello, al igual que el de Asdra y ahora mismo están en peligro. 

Jake expulsó el aire antes de continuar, tratando de relajarse.

Sólo os he pedido que nos vayamos ya, perdón por no daros las explicaciones que queréis o dejaros tener las charlitas apartadas para lo que sea. Pero podéis tenerlas por el camino. No me habléis si no queréis, me da igual si os caigo bien o mal, pero cada segundo que pasamos aquí de más una patrulla puede entrar por la puerta y acabar con nosotros. ¿No sois capaces de entender eso?

Me lleve los dedos enguantados a la boca y sople para conseguir un seco y penetrante silbido.

- ¡¡¡¡¡¡¡Pfiiiiiiiuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!- Chasqueo los labios y escupo en el suelo para quitarme el mal sabor de boca... futilmente.

- ¿Han terminado las señoritas de discutir cual es la reina del baile?- Me encojo de hombros antes de continuar.- Bien.

Me encaramo como puedo a mi montura con muy poca gracia y un minimo de dignidad.

- Yo sigo, Sully. Entre otras cosas, porque quiero patear el culo a Henrich. Eso esta claro.- Encojo d enuevo mis hombros y me remuevo en la silla de montar, acomodandome.- Y esta noche, cuando paremos para descansar, nos vas a explicar porque nuestros pellejos corren peligro... y con pelos y señales, hijo.- Enarco una ceja, molesto.-  Si no me gusta lo que me dices, me vuelvo a mi casa. Tengo mucho aprecio a mi pellejo, entiendelo.

Obligo a mi montura a zangolear y acercarse al paso al explorador. Resulta gratificante poder mirarle por encima del hombro.

- Aldar... Lamento que dejes el trabajo...- Se lo digo sin acritud, aunque sinceramente.- Lo que significa que puede que busques empleo... Y da la casualidad de que necesito un guia para las montañas.- Sonrio sin animo.- La paga es mala y los riesgos, muchos... Además, creo que alguien quiere afeitarme las barbas, asi que...

Deslizo la magra bolsa sobre mi mano enguantada, ofreciendosela.

- No pretendo ofenderte, Aldar, pero considera esto una muestra de buena voluntad y un adelanto a la paga.- Mis facciones se relajan antes de inclinarme para añadir.- No me hagas suplicar, abuelo.

Medio inclinado, vuelvo la cabeza hacia los demás.

- ¿Que decis el resto? ¿Os apuntaís? No me gusta jueguen conmigo, pero me gusta menos empeñar mi palabra en balde.