Partida Rol por web

En esta escena crearemos entre todos un trasfondo común para los personajes. Para ello narraremos entre todos una historia que tiene como objetivos contar:

1. ¿Como se conocieron los personajes?
2. ¿Qué propicio el hecho de que hoy en día formen un grupo de X(aventureros, compañeros de trabajo, mercenarios, etc).

La historia será narrada de forma tal que cada uno de nosotros escribirá un trozo y esperará a que los demás continúen/complementen la narración. El primer mensaje será mío, en él pondré las pautas que debe seguir el trasfondo y daré comienzo a la narración. Cuando todos hayan puesto al menos un mensaje, yo continuaré con la historia (intentando encaminarla hacia el punto en el que comenzará la partida) y entonces todos tendrán de nuevo la opción de aportar un nuevo trozo a la escena.

En los mensajes cada uno de nosotros tendrá libertad para incluir todos los personajes y hacer con ellos casi cualquier cosa. Es decir, esto NO es la historia contada desde la perspectiva de tu personaje, sino que tienes la opción de narrar tanto por ti, como por tus compañeros. Evidentemente es necesario seguir unas normas básicas que pongo a continuación.

• Me reservo el derecho de vetar una aportación, ya sea modificándola o directamente eliminándola del hilo.
• Ante todo pido madurez. No tiene mucho sentido escribir una historia acerca de cómo sodomizan constantemente al elfo del grupo o de los problemas severos de flatulencias del enano.
• Ser respetuosos con los otros personajes. Describir que alguno de tus compañeros se ha quedado tuerto, cojo, manco, ha perdido su facultad de lanzar hechizos o se ha ganado como enemigo al emperador (quien quiera que sea ese señor), solo llevará a problemas. Si crees que vale la pena introducir un evento así de drástico en la narración hazlo, pero ten en cuenta que ese acontecimiento tiene todas las papeletas de ser modificado/eliminado a petición del jugador afectado.
• Ser abiertos de mente. Así como tú tienes la posibilidad de aportar tu granito de arena en la historia de los demás, ellos también tienen la facultad de hacerlo con el tuyo. Así que en la medida que veas posible no te cierres en banda a que tu personaje viva acontecimientos extraordinarios. Quizá no lo hayas pensado así desde un principió, pero que tu personaje derepente haya quedado tuerto, cojo, manco, haya perdido su facultad de lanzar hechizos o se haya ganado como enemigo al emperador (quien quiera que sea ese señor) puede ser un punto de inflexión interesante y una forma divertida de interpretar una situación inesperada.
• Cuidado como se interpretan a los personajes de los demás. En la medida de lo posible solo deberíamos narrar hechos concretos, no los puntos de vista de menganito o fulanito. A ser posible intentar mantener siempre a los personajes dentro de los limites de personalidad descritos por sus jugadores. Esta personalidad será descrita en su primer mensaje, que más o menos será la presentación de los mismos.
• Flipadas si, pero las justas. En el transcurso de la historia es posible que se les ocurra que los personajes han realizado ya actos heroicos. No los prohibiré pero los analizaré con lupa. Recuerden que los personajes serán nivel 4, así que llevar la historia hacia como solo entre los cinco lograron conquistar el continente entero y hoy en día son los seres mas poderosos/ricos/famosos sobre la faz del planeta no es precisamente coherente.

Como han visto tienen casi libertad absoluta, simplemente no la caguen :p. Habrán notado también que además de “continuar” la historia he dicho también complementar. Esto es por que la narración no tiene por que ser lineal, si cualquiera quiere aportar algo nuevo sobre un mensaje anterior puede hacerlo. Si cualquiera quiere corregir algo sobre su personaje puesto en un mensaje anterior también puede hacerlo. La idea es ir puliendo la historia poco a poco hasta que al final quede algo al gusto de todos.

Por último comentar que no todo esto tiene por que ser una narración shakesperiana. Basta con que el mensaje sea legible y coherente. La historia “en bonito” la escribiré yo mas adelante basándome en el producto final de este hilo.

 Bueno la historia completa esta en mi personaje, aquí hago un pequeño resumen.

Arjhan es un paladín del un clan de guerreros nómadas, que se dedican a vender productos que recogen de la naturaleza, y para defender su mercancia y sobrevivir a los peligros del mundo estan obligados a ser fuertes, su clan se llama Resero.

En un sueño, nadie sabe que soñó, solo su madre que es la chaman del clan, quien le oriento en la desión que tuvo que tomar, alejarse del clan por un bien mayor, ahora se dirige a la montaña espiral del trueno, ahí se haya si destino.

Presentación de Ana, Maga humana.

Ana es joven
aún, con sus 29 años. Su belleza y charla amena resaltan notablemente,
atrayendo en ocasiones las miradas de los hombres en las tabernas, y logrando
algunos descuentos interesantes con una lengua afilada empuñada por un
intelecto vivo y despierto.

Destaca
sobre ello su intelecto, tanto en la vertiente innata, como en la académica,
siendo esta última su gran fuerte. Es difícil imaginar que fuera de otro modo
siendo una maga versátil y preparada que busca antiguos conocimientos tanto en
viejos libros como en lugares remotos.

Desde muy
pequeña demostró sus dotes naturales para el arte de la magia. Con años de
estudio supervisado, desarrolló la paciencia, el tesón y el amor al
conocimiento por el conocimiento que la terminaron de convertir en como es hoy.
Sin embargo, su espíritu vivaz por naturaleza, la llevó a tomar el camino del
aventurero, para buscar secretos y tesoros de sabiduría olvidados en lugares
lejanos.

Aunque es
de natural inclinada al bien, no tiene reparo alguno en realizar actos más

reprobables
si considera que el fin justifica los medios; mayor problema es cuando el valor
de ese fin no es compartido por otros.

Ello ha provocado
que en más de una ocasión haya debido dejar a un grupo de compañeros y
continuar sus viajes con otro. Por suerte para ella, aún no se ha dado tal
situación en presencia de sus actuales compañeros.

Skulblaka, pertenece a una familia de Eladrins que han portado en su sangre una conexion mas intensa de lo normal con el arte de los Magos de Espada. Desde pequeño educado en ellos sobresalio en algunas habilidades clave para ser educado como uno de ellos y gracias a ello ahora sobrevive.

De joven sobresalia en los conocimientos Arcanos que eran como absorvidos por su mente y recordando cualidades, origenes y poderes de muchos. Su cuerpo se completo con el ejercicio y sobresale por ello en su forma fisica aunque sus sentidos siguen siendo tan afilados como los de un elfo y su lengua le ha permitido salir bienparado de algunas situaciones.

Ahora viaja por la necesidad de demostrarse a si mismo de lo que es capaz y recolectar la magia necesaria para ganarse un renombre, aunque siempre ha tenido problemas con las autoridades que hacian gala de su fuerza para proteger a los de mejor condicion que a los de la mas humilde.

En la ciudad del Oro

En la celebre ciudad mercante de Calahon, a pesar de no ser la ciudad mas importante del país de Actelion, se podían distinguir muchas grandes celebridades. Uno de los no tan afamados pero al menos reconocido en los sitios adecuados era Rendil Medialuna: un mediano de gran fortuna, como el mismo solía decir.

Este peculiar hombrecillo ahora ya en el otoño de la vida se decantaba como uno de los grandes baluartes de la noble profesión de cazador de tesoros. y llego a ser reconocido como miembro honorífico y fundador de la Liga Nacional de Cazadores de Tesoros y nombrado Sabio Honoris-Causa por la Cofradía de Arqueólogos e Investigadores del lejano país Cruthek.

En sus años de juventud Rendil se vio envuelto en los mas descabellados planes para saquear las tumbas de antiguos reyes, involucrado en las tretas de poderosas fuerzas de la infraoscuridad  e incluso es posible que salvase la integridad del mundo tal como lo conocemos en un par de ocasiones. Siempre viviendo al limite de sus posibilidades llegó un momento en el que no existía gruta, guarida, templo o ruinas documentadas en el continente de Arandal que no hubiesen conocido las pisadas de este valeroso, y todo hay que decirlo, ambicioso mediano.

Hoy, con sus 87 años y siempre negándose a la posibilidad de la jubilación, Rendil ha intentado reconducir su carrera como caza-tesoros para convertirse en caza-talentos, según una figura jurídica que el mismo ha establecido en los estatutos de la LNCT. Su idea consiste en apadrinar un grupo de noveles emprendedores deseosos de vivir multiples aventuras, para convertirlos en  los mas conocidos caza-tesoros de todos los tiempos. Cosa que sin duda lograrán gracias al asesoramiento y la experiencia de su mecenas.

Si por él fuese Rendil mismo empacaría de nuevo su petate y se lanzaría hacia un nuevo reto, pero el tiempo es una bestia inexorable que no ha sabido respetar el espíritu siempre vivo de este particular hombrecillo, presentándose en forma de lesión permanente de cadera, un ojo vago y un ligero zumbido en el oído izquierdo, que se agrava en la época de las cosechas.

Esta es la historia de como conoció a aquel grupo (o por lo menos a uno de los muchos con los que intentó hacer lo mismo). Y de como sus pasos les llevaron a descubrir lo que yacía en las profundidades del laberinto de la Montaña Espira del Trueno.

Era por la mañana un día bastante soleado, Arjhan llego en barco a la ciudad de Calahon, para él era un lugar desconocido, pero sabía que su Dios tenía un designio para él, y este lugar era el primer paso para llegar a su destino.

No conocía la ciudad, ni a nadie, pero esto nunca fue en el pasado un inconveniente, aunque no está acostumbrado al bullicio de las grandes urbes, sabía manejarse en ella.

Nada más llegar sabía que tenía que ir a buscar una posada desde donde comenzar a planificar si viaje, un viejo amigo de le dijo que en Calahon había una posada llamada "El dragón de hielo", tenia buen precio y además la mujer que llevaba el local era buena con sus clientes.

Al segundo día, decidió ir a conocer un poco el barrio comerciar, él pensó cambiar de aire no me hará mal, ya que todo el día metido en esta posada..
Así que se enfundo su ropa y salió para aquel lugar, al llegar al lugar, recordó cuando fue por primera vez a un mercado con su padre a vender las puedes de algunos animales cazados, y también a aquella bella florista que le sonrió, esa fue la primera mujer suave y delicada que vio. Mientras paseaba y hacia alguna compra vio a media, ya algo mayor, con un montón de cajas, bolsa... y más cosas aun, de hecho verle no le vio, sino que eran una montaña de artilugios moviéndose, en ese momento una chavales correteando, le empujaron y todo lo que llevada, cayó al suelo, estos mozos empezaron a reírse del pobre mediano, Arjhan no podía permitir esto, así que se acerco y con una voz tranquila y a la vez potente, dijo "Vosotros dos", sus caras se giraron y mirando hacia lo alto de una pesada armadura, vieron dos ojos de color verde, que les inmovilizo, continuo diciendo "No pensáis ayudar a este mediano", su respuesta fue tan rápida como cuando cae un rayo del cielo, con voz titubeante dijeron "Si eso es lo que vamos a hacer", respondió, "Y espero que le ayudéis a llevar las cosas a su morada", recogiendo las cosas asintieron con la cabeza.

Extendió la mano para ayudar el viejo mediano, y le pregunto su nombre, este respondió Rendil Medialuna, y afirmo tú no eres de por aquí verdad, tu acento me descubre que eres del continente “Mar azul”(siempre se puede cambiar el nombre), Arjhan respondió: si exacto, le ayudare a que estos dos chicos le acompañen a su casa.

En el camino, hablaron de todo un poco de su viaje de los motivos por los que había venido a Calahon, y Rendil, cuando llegaron esos dos juguetones niños, habían estado atentos a todo lo que el humano y el mediano contaban, y al despedirse se disculparon, Arjhan sonrió y les dijo “ya podéis ir a casa y portaron bien”.

Rendil invito a tomar un té a aquel hombre en su hogar, para proponerle una viaje que casualmente era el mismo destino que su dios le había propuesto, Arjhan no dudo en aceptar utilizando como argumento que los designios de Dios siempre te llevan al buen camino, y que no era casualidad su encuentro, sino una mano extendida para llegar a su meta.

La búsqueda de conocimiento
había dirigido su vida desde que podía recordar. En los últimos años, esa
dirección habían sido los caminos de la aventura para encontrar tesoros
perdidos, ya fueran conocimientos o artilugios fantásticos; el dinero era un
extra bienvenido que ayudaba a subvencionar sus viajes y a comprar más
conocimientos menores, pues los mayores eran aquellos que no estaban al alcance
de todos como mercadería.

Mas en todo camino ha de
haber una parada. Esta en varias ocasiones había sido la ciudad Calahon. A
pesar de no ser una ciudad especialmente relevante contenía un aliciente
verdaderamente único: el mediano conocido como Rendil.

Desde el primer día en que
lo conoció hacía ya casi dos años, había resultado fascinante, tanto por sus
variados conocimientos, por los tesoros que había recuperado como por los
conocimientos que guardaba en su casa.

Ya demasiado mayor para
salir por si mismo a continuar sus aventuras, se ofrecía de mecenas para guiar
a otros más jóvenes que él. Era pues un puerto seguro al que volver cuando las
cosas se torcían y volvía a quedarse sola… Aún no lograba entender porque se
habían enfadado de tal forma sus últimos compañeros , tampoco había sido para
tanto… pero tampoco es que le importara lo más mínimo más allá del fastidio que
suponía buscar a un nuevo grupo.

Ello la llevó una vez más al
refugio de Rendil, quien con una sonrisa y una sonora carcajada había aceptado
su propuesta, a saber, encargarse de tareas del hogar a cambio de techo, comida
y acceso a sus tomos mientras esperaba unirse al nuevo grupo que formase para
sus expediciones.

Así, se encontraba en la
casa de Rendil, revisando viejos tomos en busca de pistas a tesoros aún no descubiertos,,
cuando este llegó acompañado de aquel tipo enlatado de pies a cabeza.

Perfecto, alguien que aguante los golpes… Uno de esos siempre vienen bien
en cualquier grupo. Seguro que Calahon lo convencé con facilidad – pensó en cuanto lo vio al bajar las
escaleras al haber escuchado el ruido de la llegada.

- ¡Rendil! Te dije que iría yo a comprar todo eso – le reprendió la joven – Cada vez tienes menos paciencia… tanta prisa por esperar a que
terminará de revisar ese punto…

- Si hubieras ido hace tres días como te pedí, no habría ido yo – replicó aquel divertido, pues ya estaba
acostumbrado a aquella pantomima

- Bah, ¿qué serán tres días? ¿No será que te haces viejo y cada vez los ves
pasar más rápido? –
contestó mientras ayudaba a cargar con algunos paquetes pequeños al interior

- ¿Te quedarás a tomar un poco de té? – preguntó Rendil educadamente al desconocido que
le había ayudado

- Me sentiré honrado de ello, buen señor, pues mi dios me ha de haber guiado
a usted con un propósito. – contestó el paladín

- ¡No os preocupéis que ya
me encargo yo! – se oyó
el grito de Ana desde la cocina, a la par que el ruido propio de la preparación
del té.

Mediano y paladín tomaron
asiento junto al hogar, que en los últimos meses no apagaban, pues a Rendil el
hacía sentir mejor. No hubieron de esperar mucho para que apareciera Ana para
depositar la tetera al fuego y traer las bandejas.

- Disculpe los modales de Rendil. – sonrió a Arjhan mientras el agua se calentaba – Mi nombre es Ana, y nuestro anfitrión es Rendil, quien seguró se habrá
olvidado de presentarse como es debido – con una mirada socarrona al
mediano

- Siempre tan presuntuosa. Para vuestra información, Ana, las
presentaciones están hechas. Por ello, tengo el gusto de presentarle a este
defensor de los pobres ancianos como yo, cuyo nombre es Arjhan – replicando con su habitual sentido del
humor

- Un placer, caballero – saludó con una pequeña inclinación de cabeza, antes de dirigirse de
nuevo a Rendil – Por cierto, Rendil,
acabo de acordarme que invité a un amigo a tomar el té hoy. En realidad lo
conocí ayer de casualidad en el mercado, pero estoy segura de que te encantará
y el estará más encantado aún de oírte hablar de ese nuevo proyecto tuyo…

Ayer:

 Hay varios momentos en que un pobre goblin debe preguntarse: ¿pero qué coño pinto yo aquí? Estar corriendo por una ciudad atestada detrás de un criminal era una de ellas. Grimz nunca hubiese dicho una palabra tan ruda en voz alta, pero desde luego lo pensaba mientras perseguía a su enemigo. Todo aquello le había olido mal desde un principio: la acusación de Amalia no se sostenía bien. Las pistas y un soplón le habían llevado a los barrios bajos... Donde le habían tendido una emboscada. Lo peor estaba pasado: si había algo poco inteligente era intentar emboscar a Grimz en un lugar lleno de obstáculos para la visión: la mayoría de esos criminales estaban ahora en el suelo con virotes en las piernas. Cuando su soplón traidor (pero no debería haber confiado nunca en un señor que se frotaba las manos continuamente) corría ahora delante suya. 

Entraron a la carrera en el mercado, y, por delante suya, el hombre iba tirando cajas para ponerle obstáculos. Grimz saltaba por las cajas, por las mercancías, pero iba perdiendo terreno. No puedo dizparar, se dijo, pues no en vano tenía  a Carmencita en mano, Podría herir a alguien. El goblin sabio no se fía de su puntería. Pero le estaba perdiendo y, con él, la posibilidad de interrogarle. Maldita zea,maldita,maldita zea.

Dadas las circunstancias, Ana resultó proverbial. Más que nada porque estaba terminando de comprar, se giró para seguir andando por la calle y le hizo chocar. Cayeron ella y el prisionero. 

-¡Bien!

Masculló con rapidez sacando su cuerda y atándo las manos del hombre frente a una muchacha desconcertada. Teniéndolo ya listo, se dirigió a ella:

-Perdone loz modalez, zeñorita. Y muchaz graciaz... Aquí el caballero habia intentado hacerme una zimpatica cazita bajo tierra. Eztaba a punto de ezcapárzeme... Pero perdone, miz modalez -añadió, tendiéndole la mano y  ayudándole a levantarse, mientras con la otra sostenía el extremo de la cuerda.- Zoy Grimz. Y ezte zeñor al que uzted ha detenido ze llama Mijael -añadió torciendo ligeramente el gesto.- Y va a zer entregado a la guardia ahora mizmito.

La muchacha, como es lógico, se mostró algo desconcertada. 

-Bueno, es un placer... Yo soy Ana.

-¿Quizaz me permitiría mañana hacerle una vizita para agradecerzelo con maz tiempo? Mucho me temo que no eztoy a tiempo de agradecerle zu providencial prezencia como ze merece. 

-Oh, bueno, estoy viviendo en la casa de Rendil Medialuna...

-Ahá -y el goblin asintió, con un brillo de interés en los ojos.- Entoncez, definitivamente, iré a vizitarle mañana. Con algo de zuerte todo ezto eztará azentado.

Y con un par de cortesías más, se fue a entregar al hombre.

Hoy:

-Y zi comparan la letra de ambaz cartaz -señaló el goblin.-Ze darán cuenta de que la letra coincide. Ez decir, zeñor Holberaz... Uzted, el principal beneficiado de que la zeñora Erimal fueze conziderada una criminal ez quien orqueztó todo ezto.

-Maldita sea...

Y así todo se solucionó felizmente.

Hecho lo cual, pasó por el mercado, compró algunas pastas de buena calidad (Tantaz monedaz zon un robo) y algún pequeño detallito, decidiéndose al final por un broche no demasiado caro. Se dirigió a la casa de Medialuna con paso tranquilo. Así, paladín, maga y media escucharon a alguien llamar a la puerta.

-Ahí está! -dijo Ana con una sonrisa.

En efecto, ahí estaba. Le invitaron a entrar con sus pastas para el té y se deshizo en varios agradecimientos a Ana mientras le acompañaba a la cocina, explicándole ahora sí la situación. Una amiga de su madre adoptiva había sido acusada de un crímen que no cometió, y él había estado intentando limpiar su nombre... Con éxito, entre otras cosas, gracias a su fortuito encontronazo. Con el agradecimiento, le entregó el pequeño regalo.

Cuando vio a Rendil, hizo una profunda reverencia.

-Caballero, ez un placer. Precizamente una de laz cozaz que máz me atraían de venir a la ciudad era conocerle. Mi nombre ez Grimz -esbozó una sonrisa -y zoy un aventurero... Con ocazionalez trabajoz de inveztigador, diplomático y hazta he hecho de cocinero. Ya zabe que uno tiene que ganarze la vida.

La llegada del paladín le hizo mantenerse en algo más de mutismo. Por lo menos hasta que, después de conversar un poco, vio que era una persona cortés.

Skulblaka habia dejado su tierra hacia años, decidiendo aventurarse para mejorar en su arte de la espada y la magia. Hacia mucho habia ido recolectando objetos para diferentes patrones, realizando otros trabajos para diferentes personas. Pero llevaba un tiempo sin haber encontrado nada que le llegara a sus manos para poder comenzar de nuevo con algun objetivo difirente.

Su sendero le llevo a la ciudad de Calahon, sabia que por alli habia posibilidad de encontrar algun nuevo trabajo. Cuando llego y empezo a moverse por la ciudad, la cantidad de gente que por alli permanecia como sus ciudadanos, le daba esperanzas para poder encontrar un nuevo trabajo. Segun veia la ciudad, en un momento dado le parecio ver de refilon a un viejo conocido. ¿Que hacia Arjhan en la ciudad? Decidido a averiguarlo, le estuvo siguiendo a traves de la gente y hacia el barrio del comercio. No lograba alcanzarlo debido a la cantidad de gente que estaba en aquellos momentos en el barrio comercial, sabia que tampoco lograria nada con un grito. Aun asi hubo un momento que lo perdio de vista y decidido a reencontrarse con el, lo estuvo buscando por la zona.

Llego a verlo de nuevo de refilon al doblar una esquina, iba acompañado de un mediano algo mayor y un par de jovenes rufianes. Decidido marcho tras ellos para ver si los alcanzaba, pero al llegar a la esquina de nuevo les perdio de vista. Se maldijo a si mismo por no haber intentado llamar la atencion de Arjhan antes.

Mientras permanecia por la calle preguntando a alguno de los viandantes si habian visto a su amigo, pregunto tambien por la posible casa del Mediano mayor, tras lo cual se entero de que era Rendil Medialuna. Observo la curiosidad de ver a un Goblin llendo hacia la casa que le habian señalado antes.

Decidido avanzo tras el Goblin, dandole unos minutos para que resolviera su presentacion en la habitacion tras lo cual llamo a la puerta.

Una joven fue la que abrio la puerta.

- Disculpe, estaba buscando aun amigo mio y me dijeron que estaba aqui en la Casa de Maese Medialuna.

La joven le miro y le hizo pasar al interior, donde el mediano Rendil, un goblin, la joven y su viejo amigo Arjhan estaban alrededor de una mesa con unas bebidas y unas pastas.

- Lord Arjhan, cuanto tiempo sin veros, amigo mio. - Skulblaka se acerco a el y le abrazo como a un viejo amigo, camarada y compañero de desventuras. Despues girandose a los demas se presento. - Disculpen mis modales, pero hacia tiempo que no veia a mi amigo. Me llamo Skulblaka, mago de la espada y aventurero a tiempo completo.

    Hace un poco menos de un par de semanas que un visitante llego hasta los remotos parajes donde nos encontrabamos mi maestro y yo. El susodicho portaba una carta sellada dirigida a mi maestro de parte de un tal Rendil.

    Despues de la partida del mensajero, mi maestro se dispuso a leer la carta, yo estaba muy interesado pues nunca habia pasado algo asi antes, tras unos minutos de lectura y deliberación por fin me hablo al respecto.

    - Maestro: He recivido noticias de un viejo amigo pidiendome que valla a verle, tal vez quiera ofrecerme algun trabajo. Luego se un suspiro prosiguio. Sin embargo mi tiempo se acerca, asi que lo he pensado y te servira de experiencia, asi que tienes que ir tu.

    - Hadarai: Pero maestro, si su tiempo se hacerca quiero permanecr a su lado, no pienso ir.

    Mi maestro no presto atención a mis palabras y se dedico a escribir en un pergamino, al terminar lo enrrollo y sello con cera.

    - Maestro: Toma esto y llevaselo, yo estare aqui cuando regreses...

    Su peticion fue más una orden que otra cosa, y no podia desobedecer, asi que me resigne y tome la carta aunque sabia que no lo volveria a ver.

     Mis pies me llevaron por sinuosos caminos hasta llegar a esta gran ciudad, aunque no me gusta las aglomeraciones de personas ni relacionarme con ellas, logre conseguir la direccion del hombre y hasta ahi me dirigi.

    Al tocar la puerta me contesta una mujer.

    - Ana: Hoy parece ser el dia de las visitas, que os trae a este lugar.

    - Hadarai: He venido a contestar un requerimiento del señor Rendil. Mientras muestra la carta abierta y luego presentando la carta sellada. Si me disculpa esta ultima me gustaria entregarla en persona.

    - Ana: Mirando con extrañesa al Eladrin y su forma de portar la espada con una mano a la espalda y montrasdo el final de la vaina por encima de los hombros. Adelante pase, pero no intente nada extraño.

    - Hadarai: No se preocupe, y me disculpo si toma mi postura como amenaza, no es lo que intento.

    El eladrin entro en la estancia y vio a los presentes sin prestarles mucha atencian hasta que Ana señalo al mediano como Rendil, a lo cual le fue entregada la carta. Este despues de leerla asintio con la cabeza y hablo.

    - Rendil: Ya veo, y yo que pense que seria el primero en partir de los dos... Muchacho, veo que tu eres su pupilo, no te dare la mision que queria que el hiciera porque esa carta fue enviada meses atras, pero como siempre fue dificil dar con el. Sin embargo creo que puedo conseguir algo para ti y los otros aqui presentes...

    Haradai asintio, sin embargo se quedo parado esperando, sin pensar mucho en socializar con los otros presentes ya que no sabia si eran o no dignos guerreros.

Arjhan: Bueno no se si tendremos mas amigos para juntarnos al té, pero Grimz creo que tendremos que a por mas pastas de estas.
- Y lo dijo con una muestra de agradecimiento hacia él, por el detalle de las pastas.

Arjhan: Esto me recuerda a una historia en mi continente, un dia de camino a....
-el paladín no lo podía evitar pero siempre tiene algo que contar.
-la verdad la historia de las pastas era bastante graciosa y provoco que todos los presentes se relajaran.

Skulblaka: Viejo amigo veo que no has cambiado nada, en estos años -pronunciando un gesto de aprobación.

 Grimz asintió con suavidad, aunque algo tenso hablando con el paladín.

-Indudablemente, zeñor... En realidad, zi llego a zaber que habría tanta vizita planeada, hubieze venido maz tarde o traido maz comida... No me guztaría llenar en eczezo la caza de un dezconocido, aun zi tiene la fama del zeñor Rendil. Y zi hay que llenarla, al menoz que zea zin que nadie ze quede con ganaz...

No parecía sentirse del todo cómodo en su presencia y se escabulló a toda velocidad para la cocina, con la excusa de que sería injusto dejar a la señorita encargándose del té. 

Aquella fue una tarde que todos recordarían. Sobretodo en los momentos dificiles, puesto que en aquellos momentos siempre intentas aferrarte a los recuerdos calidos alrededor de una hoguera, o como en este caso, de una tasa de té y delicias del panadero. Aquel día señalado y como marcado por el destino en el que los cinco se unieron para hacer realidad el nuevo proyecto de Rendil.

Los días se sucedieron lentos, Rendil necesitaba organizar algunos asuntos en Calahon y contactar con buenos amigos de todas las partes del mundo para ubicar un buen botín, objetivo o algo que por lo menos empezara a darles renombre. Durante una semana entera los cinco estuvieorn ociosos, algunos desesperados buscaron como entretenerse según sus propios medios e incluso se plantearon la posibilidad de abandonar la empresa por continuar con algo inmediato. Pero un semana exacta después de aquel día señalado Rendil les reunio de nuevo alrededor de un fuego y un gran banquete en su propia casa.

-Amigos míos, tengo buenas noticias: mis pesquizas empiezan a dar sus frutos. He recibido algunas respuestas a mis cartas y se de unos cuantos destinos y encargos que pueden ser bien recibidos como nuestro primer objetivo. Y por eso os animo a brindar conmigo.

Las copas se levantaron hacia el centro de la mesa y todos brindaron con alegría y algun que otro suspiro.

-Pero nuestra empresa necesita una fuerte inversión inicial- Esto último desde luego no fue tan bien aceptado, no obstante el pequeño anciano salvo la situación -No me mireís así, ni torzais el gesto, no os pediré a vosotros el dinero, pero si que vayaís a conseguirlo. El dinero es mío, en teoría, pero en la practica no lo tengo yo. Hace un buen tiempo el cabrón de Elmus Carraguer asalto a unos buenos amigos comerciantes. Ellos me han dicho que si le doy una lección a ese bellaco puedo quedarme con lo que recupere de sus pertenencias. Lo cual me lleva a plantearos vuestra primera misión...

La conversación se extendió largamente. Sus pupilos hicieron cantidad de preguntas sobre aquel bandido y sus secuaces. Elmus tenía su guarida veinte millas al noreste de Calahon. Rendil calculaba que a lo sumo el grupo ascendía a quince sujetos y se mostraba entusiasmado con el reto, consideraba a sus chicos capaces de aquello y mucho más, pero reconocía que esta primera toma de contacto era trascendental.

Dos días después la abertura de la gruta se encontraba expectante delante del grupo de aventureros. Los chicos se movieron rápida y silenciosamente, la abertura quedo  atras y la sorpresa llego con las paredes de granito natural ¿por que no había guardias? La humedad de la cueva se hizo patente también y su terrible oscuridad. Algunos de ellos encendieron antorchas y continuaron avanzando, a pesar de que se hacia evidente de que aquella gruta no parecía habitada... al menos no por un grupo de bandidos.

Minutos despues llegaron a un vado subterraneo anegado por las aguas de un lago pantanoso. El tufo insoportable de la putrefacción les golpeo con dureza, nublando sus mentes en el momento justo en el que la criatura se levantaba. Una sombra inquietante creció del lago, y allí donde la criatura crecía una oscuridad impenetrable.

- ¿Que providencia es esta que trae la comida hasta mi cama?

Arjhan: Muestra tu naturaleza
Mientras el dragón se mostraba a la luz de las antorchas, el grupo iba tomando sus armas en mano.

Arjhan: Esta comida no es de esa que se dejara comer.
Dragon:Seres tan inferiores no están a mi altura -tras decir esas palabras un rugido ensordecedor recorre toda la sala procedente de la boca de la bestia.

Arjhan: Ana, Grimz poneros detrás de mi y mantener la distancia; Skulblaka, Hadarai prepárate para un contra ataque
-Todos ya preparados para el combate, parecía que no tenia otra forma de terminar que con sangre

Grimz: Intentare cegar sus ojos con mis disparos
Skulblaka: Arjhan - ríe grotescamente Como con el golem
Arjhan:Entonces poco le queda
-Ya era el momento, colocados en tres lineas, defensiva a la cabeza, contraataque segunda fila, y apoyo tercera, era la posición ideal para el grupo.

-Arjhan conjura unas palabras que ninguno entiende por el eco del rugido del dragón, al terminar esta oración una luz brillante aparece en la cabeza del engendro(Desafió divino), tras esto camina lentamente hacia el frente

 Grimz, mientras esperaban, se había quedado en la casa de la amiga de su madre adoptiva. En realidad, no se había sentido tentado a marcharse. Llevaba demasiado tiempo sin pasar por una ciudad (normalmente se encargaba de pequeños pueblos asaltados por goblins), y la enorme ciudad ofrecía suficientes novedades como  para que un goblin no se aburriese. Para empezar, pudo dedicar varios días a investigar y copiar algunos conjuros nuevos, tanto en la Biblioteca de las Siete Columnas como en la misma casa. Pero también estaban los mercados, las tabernas, las enormes cantidades de gentes, los templos (Grimz no era muy religioso, pero le fascinaba la arquitectura), los museos... Y el teatro. Todas las noches acababa yendo a ver distintas obras, en todo tipo de teatros. En una de aquellas noches, de hecho, hubo algunos problemas cuando la obra trataba sobre un malvado rey goblin de forma muy poco halagüeña. Grimz interrumpió los aplausos al final (llevaba toda la obra guardándose el enfado) para denunciar una visión "estereotipada e injuzta"... Aunque al principio se rieron, de alguna manera Grimz acabó convenciéndoles de lo injusto de su primera opinión. "Hay que admitir que ese goblin sabía hablar", le diría Madame Bluoçer a su marido. Por supuesto, otro de los entretenimientos fue pasar el tiempo con sus nuevos amigos. Poco a poco pudo hacerse a la presencia del paladín, dándose cuenta de que era un buen y muy educado caballero... Aunque no se acostumbraba a verle en su armadura.

Cuando les ofrecieron la misión, Grimz se encogió de hombros.

-No puede zer dificil. Zi zolo zon unoz pocoz bandidoz, baztará con un ataque por zorpreza que lez azuzte para que ze rindan... En cuanto eztemoz en pozición de zuperioridad, zerá fácil negociar a nueztro favor. Yo propongo que intentemoz matar loz menoz poziblez, zobre todo zi ze rinden. 

Y ese era más o menos su plan. Examinó con ellos sus mapas, se despidió de Amalia y partió junto a sus compañeros. Cuando llegaron a la cueva, en la entrada, Grimz les hizo detenerse un segundo.

-Dadme un momento. 

Rebuscó en su bolsa bandolera, hasta encontrar un pequeño vial que parecía vacío. Lo agitó con suavidad y empezó a llenarse de una suerte de humillo plateado. Musitó palabrejas arcanas con suavidad, casi un susurro, y el vial acabó completamente negro. Luego, sin dejar de susurrar una salmodia, repitiendo una y otra vez dos pequeñas palabras, abrió el vial y extendió, debajo la otra mano. De el emanó el humo, lentamente, que se fue arremolinando en un pequeño orbe flotando sobre su palma abierta. Poco a poco la esfera empezó a brillar. Era una luz extraña, encantada: lo que tocaba, lo que iluminaba, se veía en blanco y negro. 

-Con ezto podremoz ver pero no noz verán a nozotroz.

Conforme entraban en la cueva, sin embargo, Grimz empezaba a estar más incómodo.

-Zeñorez, ¿no lez parece que, de haber una banda de bandidoz, habría algunaz zeñalez máz, zobre todo dentro de la cueva? Avancemoz con cuidado.

Con cuidado avanzaron. Los pasos del goblin casi no se escuchaban. Iba un poco adelantado, para explorar.

La aparición del dragón hizo obvias sus sospechas. "Noz han engañado", pensó, molesto y asustado. "Pero zi ze creen que aqui caeremoz, van baztante equivocadoz". Sin embargo, la interpelación del paladín le hizo fruncir un poco el ceño.

-No zomoz comida, oh poderozo dragón -señaló acercándose. Con un abrir la mano, la luz blanquinegra se intensificó, iluminando el rostro, sonriente y hambriendo del monstruo. Grimz tragó saliva, algo asustado. -Zolo queremoz hablar. Noz han engañado para llegar a vueztro hogar...

El monstruo rugió en lo que, quizás, era su versión de la risa.

-¡Yo no hablo con comida! -gruñó, tomando aire. Si Grimz no hubiese tenido tan buenos reflejos, hubiese quedado chamuscado. Por suerte, para cuando el fuego chocó, el goblin ya no estaba allí y en su mano estaba ya agarrada Carmencita.

-Puez ala -masculló para sí- A zobrevivir o intentarlo.

Por suerte, el paladín se puso delante. "Ez un hombre valiente", supuso, "aunque quizaz no zea lo maz inteligente...".

-Esta comida -dijo el paladín- no es de la que se deja comer.

-¡Yo no hablaré con seres inferiores! -gritó de nuevo el dragón lanzando otra pequeña ráfaga de fuego.

El paladín les instó a ponerse en la retaguardia.

-¡Intentaré cegarle con miz dizparoz! -dijo el goblin. 

Aunque quedarse simplemente en la retaguardia no era lo suyo. Hizo un gesto con la mano y la esfera quedó flotando en el aire, entre sus compañeros. Luego se llevó el rifle al hombro, apuntó y soltó un disparo. El virote, sin embargo, no llegó a rozarle. Conforme disparó, sin embargo, el goblin ya estaba moviéndose hacia los lados, rodeando al monstruo... Estaba en un lugar y dejaba de estar allí, perdiéndose entre las sombras.