Partida Rol por web

- Noah era mucho más que un porrero; estaba enganchado al jaco. A veces desaparecía durante días, quedándose tirado en algún parque o edificio abandonado con una jeringa en el brazo. Seguramente en una de esas "escapadas" se topó con los tipos de la secta

-Eso tiene mas sentido.- Afirme, dandome por contento con la explicacion. Nada decia mas "Estoy desesperado" que dormirte con una aguja en el brazo, en pleno centro urbano.- De acuerdo, no te molesto mas, ire a ver si les saco a esos comeflores. No te metas en lios.- Le avise, apartandome de la puerta, y dirigiendome a la salida.

Segun el porrero, las zonas de reclutamiento eran callejones y parques llenos de indigentes, seria facil pillarles con las manos en la masa. Solo necesitaba presentarme ahi, y esperar en la oscuridad, sin ser visto y acechando. Mas que una investigacion, era una caceria entre ellos y yo.

Tras dar unas cuantas vueltas por la zona, localizas una serie de edificios abandonados conocidos entre la chusma de la ciudad porque es un buen sitio para pillar drogas. Intuyes que será un buen lugar para esperar a tu presa, y efectivamente al cabo de una hora aparece un grupo de tipos extraños, vestidos con lo que parecen túnicas harapientas, que se dedican a hablar con los yonkis ofreciéndoles comida y algo para abrigarse

Son solo dos, y yo uno, estan en desventaja. Ocultandome en las sombras, observo silencioso como actuan, esperando y siguiendoles, en cuanto se separan o tuviera una oportunidad, apresaria con una llave uno de estos, y lo arrastraria a la oscuridad para neutralizarle.

Consigues acercarte discretamente al grupo extraño, y cuando uno se queda rezagado, lo atrapas y lo arrastras hacia un rincón oscuro. El hombre se revuelve, intentando zafarse de tu presa.

El hombre patalea intentando zafarse, pero tu presa es tan firme que al poco se queda sin aliento y cae inconsciente

"Uno menos, queda otro." Pense, dejando caer al suelo al insconciente cultista, con cuidado de no provocar ruido, y fui detras del siguiente. Solo que este, a diferencia de su compañero, no tendria la suerte de solo quedarse sin aliento. Le necesitaria consciente, si quiero que me revele la localizacion del culto y la diosa.

"Sigh, va ser una noche bastante larga." Seria tan sencillo lanzarme ahi y meterme a hostias, pero eso no seria nada sutil, y ademas, aunque estaba seguro de que podria cargarme uno por uno, estaba seguro que a la tercera me aburriria, y cometeria algun error.

Asi que siendos practicos, decidi utilizar a mr. ronquidos aqui a mi lado, y colarme en su sombra, a la espera de que se despierte, y salga huyendo a su base. Aunque me recordara, estaria demasiado confundido para pensar que le sigo, y era imposible que me viera, sin usar algun poder magico.

Para cuando se diera cuenta, ya estaria a dos pies dentro de su refugio.

Al cabo de unos minutos, el tipo se despierta, desorientado. Sus compañeros ya se han marchado y no parecen haberlo echado de menos. Después de comprobar que no hay nadie cerca, se marcha del lugar.

Ignorante de lo acecha justo en su sombra, el tipo avanza por las calles del suburbio, y finalmente se detiene ante la tapa de una alcantarilla. La retira con una palanca, y baja las escaleras. Está cinco minutos andando en solitario por las alcantarillas, con la única iluminación de una linterna, hasta que finalmente se detiene ante una puerta de servicio. Golpea un par de veces, y se escucha una voz al otro lado

- ¿Contraseña?

- "Renacimiento"

La puerta se abre, y el hombre pasa. Lo que hay a continuación es un auténtico espectáculo. Cerca de medio centenar de personas hablan tranquilamente en lo que parece un gran colector de agua fuera de servicio. El sitio está iluminado con antorchas, y diversos jeroglíficos egipcios cubren las paredes. Toda la gente va vestida de forma parecida: túnicas raídas, y ornamentos hechos con dientes puntiagudos. El ambiente es cálido; parece que alguien se ha tomado muchas molestias en aclimatar aquel lugar.

"¿Ammit, pero que has hecho?" Esto era malo, como semi-dios, ya sabia el desastre que uno podia causar, al revelar tu divinidad ante ojos mortales, y lo tentador que era hacerlo. Casi se lo habia hecho con Karma, y tenia arrepentimientos, de no haber finalizado "¿Para que sirve tener tanto poder para cometer hazañas, si el mundo nunca sabria de ti?¿Como podias vivir una vida normal, si todo el mundo que te rodea, te mira como un bicho del zoo, cada vez que vuelves apestando, a tripas de gigante?" Si, era frustante, y podia comprender que Ammit hubiera transigido las normas, por un puñado de fe y adoradores, pero esto no era una pequeña revelacion, era todo un maldito culto.

Era la clase de cosas, que llamaban la atencion de los titanes, y toda su furia. No era digno, ni propio de un dios del panteon de la Armonia y el Orden.

Me quede quieto, esperando aun en la sombra, lo que todo esta gente esperaba, reunida delante de aquel colector de agua "Aunque, todo sea dicho, ha decorado el lugar de puta madre." Pense para mis adentros, agradeciendo aquel clima arido.

El ruido de una puerta metálica resuena en la sala y se hace el silencio. Todos los presentes miran hacia la parte delantera de la sala, donde hay una especie de estrado de cemento. Un hombre joven, vestido con las mismas túnicas raidas del resto de los cultistas y con un notorio sombrero de cowboy en la cabeza, se acerca al estrado y espera a que los últimos cuchicheos se apaguen.

- Hermanos, habéis hecho un gran servicio. Habéis ayudado a purgar la ciudad de la escoria que la inunda y la corrompe, trayendo a esta guarida a aquellos que deben ser purificados.

Los cultistas hacen una reverencia respetuosa al hombre

- Pero no es suficiente. Ella sigue hambrienta, deseosa de devorar más corazones corruptos, y pasará mucho tiempo antes de que llegue a estar saciada. Porque esta ciudad bulle con corrupción. Sus entrañas rezuman el veneno de la codicia, la lujuria, la envidia y la decadencia y contaminan todo lo que tocan, convirtiendo Las Vegas en un pozo supurante de impureza. Hemos empezado por los miserables, los que se odian tanto a si mismos, que no son capaces de reclamar lo que por derecho les pertenece y contaminan su cuerpo con la miseria y las drogas. Pero es solo el principio

El clima empieza a encenderse y algunos cultitas empiezan a gritar

- Es solo el principio, porque pronto saldremos de las alcantarillas, e iremos al centro de la ciudad, a purgarla de todos los codiciosos y repulsivos reptiles que vienen aquí a rodearse de lujos obscenos mientras sus iguales mueren de hambre y frío en los rincones olvidados del mundo. ¡Ella devorará sus corazones avariciosos y se saciará con sus almas corruptas! ¡Ella purgará esta ciudad de la inmundicia, y después se dará un festín con el mundo!

Los cultistas, extasiados, comienzan a vociferar un nombre que te resulta muy familiar

- ¡Ammit! ¡Ammit! ¡Ammit! ¡Ammit!

"¿Quien este tio?¿El lider de los cultistas? Parece... Distinto, y no precisamente por ese ridiculo sombrero." Sea quien fuera, era obvio, que era el tipo con la agenda por aqui, y el responsable de que media poblacion yonki de la ciudad, estuviera metida en el estomago de una diosa con escamas. Aunque dicho asi, no sonaba tan mal.

Compruebo mis alrededores, debo acercarme mas al escenario, pero es complicado moverme entre la multitud, sin atraer la atencion. Un paso en falso, y me veria siendo apaleado por una masa furiosa de mortales.