Partida Rol por web

Cuando consigues acercarte al estrado, ves que el hombre del sombrero hace un gesto y suben a empujones a un par de vagabundos maniatados, que tratan de zafarse de sus captores de forma bastante ineficaz

- Habeis sido declarados impuros, por negaros a vivir en armonía con el mundo y optar por revolcaros en vuestra propia miseria. ¡Seréis entregados a ella!

Los sectarios corean de nuevo el nombre de Ammit, mientras empujan a las dos víctimas hacia una tubería ancha que desciende

"Tobogan de la muerte instantanea ¡Suena mi tipo de diversion" Espero que empujen a los "impuros" por la tuberia, y con cautela de hacerlo, cuando el cowboy este distraido animando la masa, los sigo por aquel descenso, llevando las manos y los pies a las paredes, para frenar la caida.

Algo me decia, que Ammit estaria en el otro lado del tunel, y otro algo me decia, que estaria bastante cabreada por ser usada como recolectora de basura de la ciudad.

Una sombra surge en la sala, demasiado veloz como para que ninguno de los presentes les de tiempo a reaccionar. Únicamente el hombre del sombrero es lo suficientemente rápido como para desenfundar un revólver, pero antes de que pueda apuntar a nada, ya has desaparecido en el canalón junto a los dos "sacrificios"

Te deslizas durante unos segundos, hasta caer en un charco de agua sucia y apestosa. Pero no huele a detritus, como cabría esperar. Huele a... sangre.

Los dos hombres se levantan, aturdidos y asustados. Uno de ellos empieza a balbucear, y de repente, ocurre todo muy rápido. Un siseo, un chapoteo, un grito, y luego un sonido terrible, como el de un enorme cepo triturando huesos al cerrarse. Uno de los vagabundos ha desaparecido, y el otro grita histérico, apoyado contra una pared.

Algo me ha pillado por sorpresa en la oscuridad, yo nunca soy pillado por sorpresa en la oscuridad, nunca. Nervioso, voy en ayuda del vagabundo que queda en pie, intentando distinguir, contra que estaba luchando "¿Ammit, eres tu?"

Sientes un gorgoteo y luego un movimiento en el agua, y te vuelves justo a tiempo para ver como unas gigantescas fauces se abren hacia ti. No es Ammit, sino un inmenso caimán; el bicho casi parece un dinosaurio, y está igual de cabreado y hambriento. Probablemente se trate de un nemeo, un animal corriente que ha adquirido proporciones enormes debido a la influencia de los Titanes. Y va a por ti, con la intención de convertirte en el segundo plato.

"No, no es Ammit." Me guarde el Colmillo de Apep, sacando los puños en cambio para la inminente pelea. Aunque no era un estupido, y sabia que uno tenia que hacer sacrificios en nombre de lo correcto, me parecia una ofensa usar los dones otorgados por Sobek, para hacer daño directamente a sus criaturas, al igual que seria usarlo contra inocentes. -Amigo, estas demasiado gordo de comer toda esa comida basura que te echan.- Dije, antes de darle un doble puñetazo en su mandibula, en plena estampida, en un intento de pararle en el acto.- Es hora de que te vaya poniendo a dieta.

El gigantesco reptil se mueve anormalmente rápido para su tamaño. Antes de que puedas golpearle, te ha rodeado y lanza una dentellada a tus espaldas. Por fortuna, tu visión en la oscuridad te permite anticiparte y ruedas hacia un lado, sintiendo como las fauces de la criatura se cierran apenas a unos centímetros de tu cabeza.

Doy la voltereta, aun con el corazón en la mano, eso ha estado demasiado cerca para mi gusto. Teniendo que tragar mi orgullo, saco la espada de nuevo, que Sobek me perdone, pero el adversario demostraba ser mas de lo que podría tragar, si lo subestimaba. -Vale, tu los has querido, hora de enfrentar colmillos, amigo. Jugando al gato y al ratón, me lanzo contra el lagarto con espada en mano, buscando su lomos y traseros, intentando dar sablazos a la par que esquivo sus dentelladas.

El kopesh consigue hendir la escamosa piel de la criatura y herir su carne. El caimán se revuelve furioso y vuelve a intentar morder a Ab, pero este consigue esquivarlo de nuevo. La criatura es rápida, pero el hijo de Sobek lo es más.

-!Maldita sea, como te tengo que decir que ya estas muerto¡

Le provoco al animal, aprovechando otra giro de muñeca para rasgar sus escamas, pero es duro como la tenacidad de la bestia. Sin tan solo estuviera acompañado de los demas, quizas podria concentrarme en arrancarle las muelas con mas facilidad.

Un giro de muñeca y unas cuantas escamas más salen despedidas. La bestia ruge furiosa y gira sobre si misma, intentado tirar a Ab al suelo de un coletazo, pero este consigue saltar por encima de la enorme cola de la criatura justo antes de que le impacte

El sudor me embarga, los musculos se agrietan y mi voz se queda cada vez mas sin aliento, y aun asi, en mis torpes ataques, siempre logro encallar el filo de mi furia y simbolo como protegido de Sobek en las entrañas de aquel , antes magnifico, pero ahora repugnante animal, ya no digno del respeto de mi padre.

-!NI SIQUIERA ERES DIGNO DE SER DEVORADO¡- Chille enfurecido, hundiendo cada vez mas la hoja de mi espada.-!NO HASTA QUE PURGE DE TU CUERPO LA MAS MINIMA MANCHA DE TITAN¡

Un nuevo ataque, y saltan más escamas y más sangre. La criatura parece darse cuenta de que se encuentra ante un rival que le supera, pero en vez de huir como haría un animal corriente, la corrupción titánica la hace volverse más agresiva, renovando su ataque sobre Abdallah. Sin embargo, de nada le sirve; la agilidad de Abdallah es claramente superior a la de aquella criatura.

Con la adrenalina y la sangre bullendo en mi craneo, mi furia toma posicion de donde estaba la razon, haciendo que actuara por puro instinto. Asi, solte mi espada, y en una muestra de fuerza y tenacidad, me deslize hasta la parte posterior de la bestia y la agarre de su cola, tirando de esta, empeze a tirar y girar sobre mi mismo, y tal peso de lanzamiento se tratase, lo alze en peso, manteniendolo en el aire por la fuerza centrifuga, hasta que en un alarido de pura rabia, solte el animal y lo lanze directo a la pared mas cercana, haciendo que impactara en el cemento a una velocidad vertiginosa.

El impacto del monstruoso caimán contra la pared provoca un temblor en la galeria inundada. Comienzan a caer ladrillos, y el monstruo recupera su posición de ataque, dispuesto a continuar con la pelea a pesar de sus heridas. Sin embargo, sucede otro temblor y buena parte de la galeria se derrumba, cayendo una pesada piedra sobre la cabeza de la criatura. El cuerpo del reptil deja de moverse bajo los escombros.

-Esto es lo que mas odio de mi trabajo ¿A quien narices le voy a contar que me he dado de hostias y lanzado por los aires un reptil prehistorico?- Pregunte sarcastico, mientras recuperaba el aliento y mi arma, hasta que me di cuenta de algo.

"!Maldita sea mi calavera¡" Gire la cabeza en un brinco, buscando por mis alrededores, aun debia haber un vagabundo vivo, y lo peor, debia haber sido espectador de primera plana de un combate de titanes. Sobek me iba a matar.