Partida Rol por web

Despues de la aparición de la supuesta maga a kuroth ya le parecia que medio pueblo queria unirse a su empresa.

"sera mejor que vayamos pronto a la taberna a descansar o al menos evitar mas gente rara"

"pero antes..."

kuroth se gira hacia el caballero con una expresion tosca

-me has preguntado sobre mis objetivos humano, pero tranquilo no vengo en nombre de la liga sino a titulo individual dado que la presencia de draconianos indica alguna cosa de valor o al menos interesante por la zona-continuando su expocision ahora con una expresion mas calmada-.

-En cuanto a la informacion que poseo es bastante limitada dado que nadie en el pueblo es tan valiente como para aventurarse por la zona i aunque hubiera alguien asi dudo que nos la diera por culpa del altercado en la taberna-deja tiempo para que el caballero asimile sus palabras-.

-I terminada mi expocision creo que deberia decir  que no me molesta que me acompañes mientras-se le dibuja una sonria maliciosa- no tengas demasiado miedo del liceo o de mi.

-Se esta haciendo tarde quien quiera venir al liceo que nos acompañe a la posada allí terminaremos de discutir-.

-Estoy de acuerdo – Dice Leinard en un tono conciliador y dirigiéndose a las dos féminas recientemente incorporadas, especialmente a la que parece compartir rasgos raciales con el – Si por lo visto todos tenemos el mismo destino me parece bien unir fuerzas para averiguar que mal mora en ese templo. – Para reforzar su sinceridad retira la capucha que oculta el rostro y pone una mano en la hombrera del caballero - Puedo daros mi palabra de que ni yo ni mi compañero somos siervos de La Reina de la Oscuridad, nuestros motivos son nobles y tenemos ciertas pruebas de que en el Liceo reside una presencia maligna. El afán de luchar contra los ejércitos del Señor del Dragón y los crecientes rumores sobre los misterios sucedidos han llevado a unos viajeros tan dispares como nosotros a unir-se para averiguar que mal esta acechando estas tierras.- Se separa dándose la vuelta a la espera que le sigan. La luz de las antorchas ensombrece su rostro perfilado con una sonrisa conciliadora – Yo no necesito saber que todas vuestras intenciones son justas y carentes de maldad como el caballero…Tyriael Baratheon. Pero sí me gustaria insistir en que Laurana nos explicase, ya que al parecer vamos a arriesgarnos juntos, que peligros habeis descubierto que solo la intervención de vuestra magia puede protegernos. – Levantando una ceja su rostro parece incitar más al desafio que a la desconfianza - ¿Ya serà tu màgia lo suficientemente poderosa como para medirse con esas importantes amenazas magicas que habeis nombrado?

A continuación observa la calle escurdiñando la oscuridad de los callejones y la impaciencia del minotauro y de la maga empieza a hacerse patente en el –Tendremos tiempo de sobra en el camino de mañana hàcia el Liceo para discutir nuestra estrategia y como repartiremos los tesoros que encontremos. La Guardia nos ha cominado a escapar de este lugar y dirigirnos a la posada que hay al final de esta misma calle. Propongo pasar allí la noche y recuperar fuerzas para partir con las primeras luces del alba. Ignoro cuanto tiempo llevais aquí pero nosotros dos hemos llegado hoy mismo despues de un dia que hasta hace poco no ha sido nada reposado.

Leila se cruza de brazos al escuchar lo que opina de ella el caballero, con el semblante un poco serio y mirándole fijamente- no soy tan débil como te crees…-dice con un tono seco a la vez que mira hacia un lado- preferiría ir sola..-hace una pequeña pausa, mirándolo de reojo- pero soy consciente que quizás sea pedirle demasiado a mi persona…-hace unos pequeños pasos y en cuanto pasa por el lado del caballero añade- quizás te acabe salvando yo el culo...-susurrandole

Comienza a caminar hacia la salida, sin esperar respuesta. De golpe oye como una voz femenina se dirige hacia ellos. Se para en seco y mira por encima de su hombro, escuchando atentamente.-vaya… una maga, me irá bien…-piensa para sí misma- yo solo quiero los tesoros, espero que no me deis problemas para conseguirlos…-dicho eso se coloca la capucha de su capa y sale de la taberna, dirigiendose hacia la posada. 

Leinard mira a Kuroth y asiente en señal de aprobación-

–Tendremos tiempo de sobra en el camino de mañana hàcia el Liceo para discutir nuestra estrategia. La Guardia nos ha cominado a escapar de este lugar y dirigirnos a la posada que hay al final de esta misma calle. Propongo pasar allí la noche y recuperar fuerzas para partir con las primeras luces del alba. Ignoro cuanto tiempo llevais aquí pero nosotros dos hemos llegado hoy mismo despues de un dia que hasta hace poco no ha sido nada reposado.

El caballero sonríe cuando la muchacha le susurra tal respuesta. Gustoso recibiré vuestra ayuda y será un honor que una dama tan bella se preocupe del bienestar de un servidor.

El caballero continúa la conversación que el minotauro ha dejado en el aire tras sus preguntas. En cuanto al miedo que pueda ejercer vuestra presencia ante mi persona, no debéis preocuparos. Personas con mayores imposiciones que la que representais he tenido el honor de hacer frente. De cualquier manera ¿Debería temer por un aliado? Le dice sin siquiera esperar respuesta, pues cree, que aunque le distancie un mundo con el minotauro, le ha parecido observar en estos breves momentos que comparten algunos pocos principios. Mi interés no se basa en los posibles tesoros que el Liceo esconda. Termina para responder a sus compañeros.

El caballero se aproxima a la mesa dónde se encontraba tomando su bebida antes del altercado. Recoge la capa y sus pertenencias menores y se aproxima a la salida.

Si me disculpáis nos reuniremos en la posada que tan acertadamente nos han indicado. He de atender otro asunto...

El caballero se abriga con la capa en cuanto sale al exterior y se dirige directo al establo. Dando unas palmaditas sobre su corcel le comenta. Empecemos el baile, compañero. Iremos a descansar a la posada. El caballero monta sobre su caballo y le da al muchacho unas piezas por su servicio.

Espero que le hayas tratado bien. Le dice sonriente. Sin más sale del establo y se dirige hacia la posada.

El muchacho se sorprende al recibir una propina extra y responde de un modo marcial – ¡Si, Señor!- Tras lo cual se dedica a atender a otras monturas de los demás viajeros.

La Cerveza Roja es un lugar especial  en Turog para estas horas de la noche. Numerosos viajeros y hombres de armas siguen llegando, reuniéndose bajo la luz de esta gran taberna en busca de cobijo, calor y otras intenciones menos nobles.   No obstante, la gente de bien ya está durmiendo en sus casas  y a pesar de que la calle que coges es amplia y bastante transitada el frio penetra la armadura  y el portentoso viento agrava la desagradable sensación.

Cuando llevas un tiempo andando divisas la estructura de la posada que se junta con las casas de los flancos y cierra la calle.  Al acercarte compruebas que es una posada grande por lo que seguramente siga habiendo habitaciones. Lo poco que necesitas son unas sabanas limpias y una habitación caliente.  No hay mozo para recoger los caballos pero justo a la derecha se puede observar (y oler) la cuadra cubierta donde ya duermen algunos animales.

Te produce un sobresalto escuchar un siniestro ruido en la oscuridad del establo. Pues los caballos, al menos que se sepa, no lloran. Escudriñando la oscuridad ves a un hombre agachado y recostado en el poste de madera que parece estar sollozado.  Va ataviado con unas botas altas hasta las rodillas y un sombrero picudo emplumado que le cubre el rostro.

El caballero avanza hacia el establo para dejar descansar a su fiel compañero. De pronto unos ruidos extraños le sorprenden. ¿Quién va?. Dice en voz alta e imperativa mientras desenfunda su espada.

Entrecierra los ojos intentando acostumbrarlos a la poca luz que existe y avanza cauteloso. Según avanza los ruidos parecen ser sollozos. Siguiendo la dirección de los ruidos se aproxima a un poste en el cual puede encontrarse un hombre apoyado y sollozando. Atisvando a los alrededores por si hay alguien más , pregunta, relajando su brazo y bajando el arma: ¿Qué os pasa, mi señor? ¿Qué es lo que os atormenta para que busqueis el refugio de una cuadra? Dice preocupado al hombre. Intenta acercarse a él para ver que es lo que ocurre.

Laurana posa sus ojos sobre el Caballero Solámnico mientras éste se va alejando del grupo. Acto seguido se gira a sus demás interlocutores:

- Yo también he llegado esta mañana, y realmente un poco de reposo en una cama confortable no me vendría mal, además, tengo que hacer ciertos preparativos antes de partir hacia el Liceo. Y gustosamente compartiré información con vosotros. Podemos discutir los detalles en la posada.

Y dicho esto emprende la marcha sin esperar a los demás.

- ¿Venís?

Unos ojos llorosos entre bucles cobrizos te observan un momento en la oscuridad del establo hasta centrar su atención en la espada desenvainada. Un rápido ademán de este extraño hacia el suelo te pone en guardia pero afortunadamente no recoge ningún acero sino una especie de instrumento alargado con varias cuerdas parecido a la forma de un laúd. Al tiempo que se levanta lo cuelga grácilmente a sus espaldas y, evitando el contacto visual, responde con un tono bastante abatido: 

-Que desafortunados motivos podría tener para guarecerme en un lugar como este que no tener ningún otro sitio al que ir- dice realizando una pausa para sonarse portentosamente con la manga- No tengo nada malo que objetar de este hogar, le tratan a uno muy bien...hasta que puede pagar su manutención. Un consejo si vais a hospedaros aquí: No os atraséis mucho con los pagos o intentéis embaucarlos porque el dueño lleva minuciosamente la cuenta y no atiende a razones- Mientras se explica retrocede unos pasos alejándose de la oscuridad de la cuadra – Como veis no tengo monedas que podáis exigirme-

 Esa última observación parece inducida por el aspecto amenazador que ofreces entre las sombras del establo.

Averiguar intenciones para saber si está intentando engañarme.

El personaje parece hablar sinceramente. Almenos no percives que te esté engañando.

La Cerveza Roja es un lugar especial  en Turog para estas horas de la noche. Numerosos viajeros y hombres de armas siguen llegando, reuniéndose bajo la luz de esta gran taberna en busca de cobijo, calor y otras intenciones menos nobles.   No obstante, la gente de bien ya está durmiendo en sus casas  y a pesar de que la calle que cogeis es amplia y bastante transitada el frio penetra las armaduras y la ropa como si fueran de seda  y el portentoso viento agrava la desagradable sensación.

Cuando llevais un tiempo andando apresurados divisais la estructura de la posada que se junta con las casas de los flancos y cierra la calle.  Al acercaros comprobais que es una posada grande por lo que seguramente siga habiendo habitaciones. Lo poco que necesitais son unas sabanas limpias y una habitación caliente. Justo a la derecha se puede observar (y oler) la cuadra cubierta donde ya duermen algunos animales.

En el cartel hay simplemente unas letras gravadas en la madera en las que puede leerse “La posada de Turog” con una inscripción añadida en el pie de esa tabla que solo Laurana pude leer pero que no alcanza a comprender. Sin duda alguna frase hecha que realza las virtudes o la antigüedad del hogar.

La oscuridad es bastante pronunciada salvo por algunas antorchas que iluminan la entrada. Una luz se entrevé también por debajo de la puerta y al entrar en un guarecido y caliente salón os recibe un hombre mayor que parece estar revisando un voluminoso libro de cuentas y escribiendo cartas detrás de un mostrador.

-Buenas noches viajeros- Os saluda sin dejar de escribir pero apresurando el paso para terminar – Estáis en la posada más confortable de toda la ciudad...-Su mirada no puede evitar poner-se sobre la portentosa imagen del minotauro- Algunos venís de muy lejos, vaya. El alojamiento y la manutención cuestan dos piezas de acero al día por anticipado. El desayuno se sirve al salir el sol y hace horas que termino el servicio de la cena – Apartando algunos papeles y pasando las hojas de un montón a otro da con la deseada y tras sumergir el cálamo en un tintero se prepara para anotar en su registro los nombres y las habitaciones– ¿Cuantos días piensan quedarse?-

Disculpad, no quería asustaros. No soy ningún matón. Dice el caballero al darse cuenta, que aunque no amenazaba directamente a aquel hombre con su acero, si lo mantenía desenfundado y podría asustar a cualquiera. Inmediatamente el caballero baja la mirada para enfundar su arma en la vaina y vuelve a levantar la cabeza para mirar a aquel pobre desdichado y se acerca hacia él.

¿Y cómo es que sin tener dinero pensábais que el posadero iba a permitir alojaros en la posada?...¿Cuanto dinero le debéis?...El caballero escruta a su interlocutor mientras aompaña a su corcel a una de las cuadras para que pueda descansar. Se introduce en la misma y comienza a desensillarlo y dejarlo libre de peso. He observado que disponéis de un laud, ¿Podríais pedirle estancia a cambio de actuación? Ningún posadero dejaría pasar la oportunidad de aumentar su clientela nocturna y ganar unas monedas sirviendo cervezas por un lecho. Comenta eso mientras comienza a cepillar a Tornado para limpiarlo y desparasitarlo. En verdad que el caballero disfrutaba tanto o más que su propio corcel dándole tantos cuidados.

Las penas del músico aparecen como sombras en su rostro a la luz de las antorchas de la entrada – A eso me dedico- Dice pareciendo reflexionar- O al menos lo hago para vivir. Viajo por el largo y ancho mundo recogiendo y aprendiendo las historias, leyendas y canciones de todos los pueblos y ciudades. Me encontré con un grupo itinerante que estaba de camino a Kalaman. Iba a acompañarles pero, aquí, la belleza de una mujer me retuvo más de lo que me atrevería a reconocer...Le debo a ese hombre la paga del último mes  - Agacha la cabeza, mientras murmura entre dientes, más por la vergüenza de su miseria que por la pasión que se la produjo. – Ahora si estoy totalmente desamparado- Dice repasando su instrumento en una desagradable evaluación- Sin cuerdas no me sirve para nada, ¿Donde habéis visto un bardo sin su instrumento? ¿Sin su música? Es más que una fuente de ingresos o una recreación para la gente de tabernas y posadas... ¡Es mi vida! ¡Como hablo, como como, como rio y lloro y hago reír y llorar a los demás...como amo! – La desesperación del muchacho vuelve a hacer mella en sus emociones y la ira ante su impotencia le hace moverse de un lado para otro gesticulado de forma teatral. Finalmente se detiene y con los brazos cruzados y una actitud de resignación – ¿Y vos? ¿Sois un mercenario de la guerra de la lanza en busca de gloria, honor y riquezas a punta de espada que siempre desenfundáis por precaución? Los hombres que hacen eso es porque, o bien son unos cobardes o bien han ensartado más enemigos de los que aparentan.

Imagino que debía ser preciosa para hacer perder la cordura a un hombre,jaja. El caballero ríe mientras continúa cepillando a su corcel. Eso es mucho dinero... dice al conocer la deuda del bardo. ¿Qué pasó para perder las cuerdas de vuestro instrumento? No será muy complicado repararlo ¿no? Tyriael acaricia a Tornado mientra se toma un respiro y descanso en la limpieza de su animal.

¿Un cobarde?... El caballero fija su mirada en su interlocutor llena de furia. Le mira directamente y a punto estuvo de explotar, sin embargo intentó tranquilizarse y continuó: Para ser un bardo dejais mucho que desear. He conocido compañeros vuestros de profesión con mayor rapidez de visión y educación, y mayores conocimientos al igual que sentido común como para llamar a un caballero cobarde, buscatesoros o asesino. Tiempos difíciles hemos vivido todos y no sería de extrañar encontrar ladronzuelos en lugares cómo este que quisiesen hacerse con alguno de estos equinos para ganar algunas monedas. Ser precavido no es sinónimo de cobardía a mi entender.

Obviaré vuestra afirmación debido al estado anímico en que os encontráis, pero sería bueno para vos conocer a vuestros interlocutores antes de atreveros a afirmar sobre ellos. El caballero se ha sentido ofendido durante unos segundos, sin embargo, vuelve a reanudar la limpieza de su corcel y vuelve a centrar su mirada en su caballo.

¿Y qué pensáis hacer por el momento? dice sin prestar casi atención a su posible respuesta, simplemente por educación.

kuroth se da cuenta enseguida de la desagradable reaccion que ha tenido el posadero sobre el por lo que decide pagar enseguida para evitar mas problemas e ir a descansar lo mas pronto posible.

Sin intercanviar mas que dos palabras para pedir una habitacion por un dia le entrega al posadero dos piezas de acero y se coloca apoyado en una pared esperando al que grupo termine de pagar y comiencen a hablar sobre los planes del liceo.

-¿Caballero?- El músico se percata del error dialectal demasiado tarde abandonando la satisfacción de su ocurrencia. Observando ahora con más interés cuando la luz de las antorchas hace resplandecer los brillos de la pulida armadura identifica el Martín Pescador, símbolo inequívoco de la procedencia y profesión de su portador.-Ese es el Martín Pescador, ¡Sois un caballero de Solamnia! Debéis disculpar mi lenguaje. Durante mis viajes he tratado demasiado con asaltadores de caminos, ladrones y maridos iracundos...Son tiempos difíciles para todos.-Acto seguido parece emocionarse al encontrar una agradable coincidencia en sus recuerdos-  ¡Yo estuve en Gaardlund la primavera pasada pasado cuando vuestra orden detuvo a Los Azules en la ciudad de Palanthas! Me apresuré todo lo que pude y llegué a acompañar a los Caballeros portadores de las Dragonlance! Quiero decir,  pude ver con mis propios ojos que no hay valor y honor comparable al que presentaban vuestros hermanos.  Os pido disculpas una vez más...pero errasteis al aventurar mis habilidades señor. Tal vez posea una lengua viperina que algún día me será cortada pero, si pudiera demostrároslo, veríais que mi talento solo es superado por mi repertorio. Desgraciadamente – Suspira tras una pausa llena de aflicción- Reparar un laúd de semejante calidad no es barato y mucho menos cuando no se tiene ni una mísera pieza de cobre si es que se quiere hacer bien. Pues su elaboración es costosa y requiere técnica y experiencia... Son de tripa las agudas y de núcleo de tripa y entorchado de metal las graves... ¿Veis? –Añade finalmente mostrando el instrumento con una cuerda partida y deshilachada- Supongo que lo que voy a hacer por el momento será malvivir un tiempo hasta que reúna suficiente dinero para viajar hacia Kalaman...No me miréis así, jamás haría nada malvado. Puedo tocar con las cinco cuerdas que me quedan...Un comensal con más vino que sangre tal vez no apreciaría la diferencia pero fue culpa mía no comprar repuestos, es algo que se aprende antes de saber tocar-.

Tras ensañar algunos acordes con una sorprendente y veloz habilidad se anima con la música pero desprecia el resultado haciendo un chasquido con la lengua. Al desistir prosigue con su charla- ¿Que me decís de vos? ¿Hacia dónde os dirigís? ¿Al este tal vez? He oído que van a reclamar los Llanos Solámnicos Septentrionales -.

El caballero continua pasando el cepillo sobre el lomo de su caballo, si bien ya ha terminado prácticamente de darle los cuidados que merece. Deja el cepillo a un lado y dando unas palmaditas a su corcel en los cuartos traseros comenta: Ya estás listo, compañero. Descansa. Se aleja de él para comprobar que el abrevadero se encuentra lleno y no tiene problemas para comer algo de pienso al menos durante la noche y continúa charlando con su interlocutor mientras lo comprueba: Me alegro que sintais tanta devoción por mis hermanos. Sin embargo la gloria y el honor hay que ganárselos a pulso, con esfuerzo, sacrificio y desinterés. Mirando a los ojos al músico al darse cuenta que su frase puede ser malinterpretada: Oh, no... no me malinterpretéis... estoy seguro del valor y honor de cada uno de mis hermanos. Sin embargo estoy convencido que hay personas dignas de mayor honor y valor que no pertenecen a nuestra amada orden. Esas personas deben ser valoradas cómo tal y admiradas incluso con mayor devoción. Hay gente que con menos recursos consigue más.

El caballero se queda pensativo unos minutos, cómo reflexionando de sus propias palabras y con la mirada perdida en el rostro del muchacho, quizá rememorando algún capítulo de su vida o interiorizando dichas palabras.

Una fracción de segundo después parece recuperar la consciencia y dándo una última vuelta por la cuadra sale de la misma y cierra la puerta dejando que el animal repose.

Quizá podamos hacer algo con esas cuerdas y esa deuda de la que me habláis. Decidme, ¿Qué edad tenéis, muchacho, y qué otras habilidades a parte de la música? ¿Y qué estarías dispuesto a hacer si os diesen la posibilidad de anular dicha deuda y rehacer vuestra vida?

Hablemos dentro. Parece un lugar más apropiado para hablar que una cuadra. Y no os preocupéis que el día de hoy, corre a cuenta mía. No dejaré que durmáis a la intemperie y desamparado. Eso sí, deberíais ser más consciente de vuestras acciones futuras y en lo que las mismas puedan desembocar. Le dice mientras con su mano diestra le muestra el camino hacia la posada y espera pacientemente a que el muchacho pase delante suyo y se encamine hacia el interior de la misma.

Los ojos del bardo resplandecen en la oscuridad con la agudeza y responde cautelosamente pero con incontenible optimismo.

-Parece que solo un necio rechazaría una oferta como la que me planteáis... Sin embargo, no seré bienvenido por el dueño.Tampoco le faltan razones...tapoco le caí bien desde el día en que llegué pero el dinero acalla la conciencia, ya sabéis a que me refiero – Continua después de realizar una pausa con la que le retorna parte del orgullo perdido en el día de hoy-  Sabed que ya alcancé los veintisiete años y puedo cuidar de mi mismo sin problemas. He dormido y despertado en lugares peores pero no me refería a pasar la noche al fresco cuando os dije “malvivir”. Me dirigiré a una taberna donde pasar la noche tocando lo que me pidan y si hay suerte conseguiré lo suficiente para ganarme una cama caliente en algún lugar de Turog. Cuando repare mi instrumento podré ahorrar para el viaje y con suerte a finales de este mes...- Voltea la cabeza hacia el confortable edificio con la solemne actitud de alguien que repasa sus errores.- Lamento rechazar vuestro ofrecimiento, no obstante, si esa “posibilidad” de la que habláis representa una mejor opción que la que os he revelado sin duda me siento tentado a preguntaros por lo menos de que se trata para que me merezca tanta retribución-.