Partida Rol por web

Aparezco entre un parpadeo y otro de la gente que me rodea. Suspiro al sentir el duro asfalto bajo las suelas de mi calzado humano y reprimo un gesto de desagrado al sentir la lluvia en mi rostro. El aire, la lluvia, todo lo que me rodea esta contaminado por los productos químicos que usan los humanos para envenenarse lentamente. Hasta mis oídos se ven atacados por el ruido reinante.

Sin necesidad de abrir los ojos se lo que me rodea y noto las miradas curiosas de los que pasan junto a mi. Siento el deseo en unos, la desconfianza en otros, cada uno con una opinión sobre todo y todos, sin dejarse aconsejar mas que por sus..."consciencias". Libre albedrío...para esto?.

Me concentro mientras alzo el rostro hacia el cielo, sintiendo como la luvia corre por mis mejillas como lagrimas y extiendo mis sentidos, tratando de encontrar algo o alguien que me pueda ayudar en mi búsqueda. Tras unos minutos siento algo, un alma, un alma fugada del infierno nada menos. Ya ni el propio Traidor es capaz de mantener sus puertas cerradas.

He venido a matar...y eso me arranca por fin una sonrisa cuando comienzo a caminar.

Un joven se encontraba en medio de una partida de billar en un bar de moteros, a las fueras de pueblucho cualquiera. Se reía, bebía y se golpeaba amistosamente con sus nuevos amigos. Se fijó en los senos de la camarera y no puedo evitar pensar en su cuerpo desnudo. En ese culito respingón contra su pelvis, golpeándose una y otra vez... una y otra vez...

Sacudió la cabeza y volvió en si. Sin duda, el creador había acertado en crear las hembras de humanas. En el paraíso no había tanta mujer, tanta carne que besar, tantos labios que lamer, y senos que morder. Las hembras de su raza eran... sosas.

Frunzo el ceño desde el exterior del local. El pecado y la oscuridad parecen deslizarse desde las paredes mas acabadas y todos los orificios del abarrotado lugar.no tengo que entrar ni abrir los ojos para darme cuenta de que si el fuego lo consume tras mi visita a nadie le importara.Tantos pecados en su interior, tantas maldades y tan pocos castigos.

dentro siento también otra presencia, ya mas uno de ellos que uno de nosotros, corrupto y cada vez mas perdido. Su mente esta tan ciega por los banales placeres de la carne y el cuerpo que ni siquiera tengo que escudar mi presencia para que no me detecte. Aun hay un leve aroma a los jardines celestiales en su esencia, pero muy mitigado y casi imperceptible. Con un suspiro de pesar por mi hermano caído, entro en el local, dispuesto a cumplir con mi deber y su destino.

Me abro paso entre los cuerpos sucios y sudorosos, sintiendo ganas de sonreír cuando noto sus ganas de meterse con el recién de largos cabellos que acaba de entrar, pero algo interno, primitivo e instintivo haciendo que reculen en el ultimo momento.

Si ellos supieran.

Con movimientos de felinos,me coloco junto al angel caído y tomo la bola que acaba de golpear antes de que de en su objetivo.

Hola Adirael...cuanto tiempo. no levanto la voz, no me molesto en abrir los ojos y mirarle. Puedo sentir su verdadera forma en mi mente y eso es mas que suficiente. Lo harás fácil o difícil?

Sintió su presencia en cuanto puso un pie en el local. Sentía su calor, su ansia de venganza, la sed que nunca calmaría.

Siguió jugando al billar como si nada mientras sus compañeros retrocedían institivamente. Tomó el taco entre sus dedos temblorosos, las manos le sudaban, las rodillas le flojeaban. Al oír su voz, se quedó mirando a la bola de la que se había apropiado.

-¿Quieres jugar, Ayel? -preguntó con firmeza mientras le entregaba un taco. -Por cada dos bolas que metas contestaré a una de tus preguntas.

Sonrío a pesar mio. Ese gesto humano de querer jugar conmigo en mas de un sentido es impropio de un verdadero ángel.Te has convertido en todo un lugareño Adirael. Quien lo podría pensar, recordándote hace solo unas décadas. Estas seguro que merece la pena jugar conmigo?. Dejo suavemente el taco en la mesa de billar, dejando así claro lo que me refiero cuando hablo de jugar conmigo. Aun tienes una oportunidad de salir con bien de esta. Incluso tus mascotas humanas puedes quedar sin expiar sus pecados si no me haces pasar mas tiempo del necesario en este erial humano.

No puedo evitar un gesto de asco al recordar El Paraíso que el Padre les dio, y en el infierno contaminado en que lo están convirtiendo en tan solo unos milenios.

Sabes que si tengo que hacerlo cazare a cada uno de los caídos y sobrenaturales que hay en la tierra para encontrar al Nefelin.Si tengo que arrasar esta bola de barro lo haré. Ya les toca una renovación radical.Aprieto el taco entre mis dedos y siento como se quiebra la madera tratada con facilidad, dejando los extremos llenos de aristas bajo mi palma.

Donde esta esa aberración del Nefelin.

El joven le miraba embriagado.adoraba las hembras humanas pero los angeles eran mucho mas hermoso y sobre todo este con su aurea vengativa
-no lo se -dijo midiendo sus palabras- lo unico que se es que acaba de nacer. En es este dia, pero eso ya lo sabias sino no estarias aqui, ¿cierto?

Asiento con parsimonia.Se que esta aquí, que haya nacido hoy quizás no sea correcto.Tal vez seria mas preciso decir que hoy da a conocer su existencia. Algún día pensaste en habitar la tierra al mismo tiempo que el Anticristo, Adirael?.

Acaricio la madera pulida del taco partido mientras parezco pensar en lo que hacer con el. Conociéndome como me conoce, Adirael sabe que no sera agradable para el.Llevas casi dos siglos en este mundo Adirael, me gustaría que me dieras una lista de los caídos y ajenos que has conocido durante este tiempo. Giro mi rostro hacia el con una sonrisa. Ah, y sus ubicaciones si no te importa.

Mientras hablo hago un gesto hacia la camarera por la que el ángel caído estaba babeando cuando entre. La muchacha sera atractiva según los valores humanos, aunque para mi es sosa como la masa de pan comparada con la fría perfección de nuestras hermanas femeninas. Cuando se acerca mirándonos de hito en hito le sonrío con suavidad, sabiendo lo cercaque esta de caer sollozando por el terror. Querida, quieres convencer a mi amigo aquí presente para que me haga el pequeño favor que le pido?.

La mujer temblaba de arriba a abajo. Sus lágrimas caían silenciosas por sus mejillas. Se acercó al caído y se arrodilló ante él para llevar sus manos a la entrepierna de este. La camarera volvió la mirada hacía el ángel vengador pero no pudo negarse a obedecer, estaba completamente hipnotizada, aunque era consciente de lo que hacía y por eso no podía reprimir las lágrimas.

Adirael le soltó una bofetada y la tiró al suelo. Se echó a llorar aterrorizada mientras el ángel se subía los pantalones.

-No hace falta esto -se encaró a Ayel.- Ya te he dicho todo lo que sé. Hoy el Nefilim sabrá quien es, y hay quien ya lo sabe. Estará rodeado de ángeles de La Corte, búscalos a ellos y lo encontrarás. -dicho esto comenzó enumerar a los diez ángeles que más cerca se encontraban. Pero en algo se equivocaba, no estaba rodeado de ángeles. Sólo de una, una muy especial y tan torpe que sabían que moriría en el primer intento de ayudar a su objetivo.

No me espero la reacción dela mujer. Francamente esperaba que tan solo suplicara y por un momento la miro como el ser extraño que es. Carraspeo divertido y sonrío. Parece que a la niña no es una oradora experta...o tal vez si.Escucho entonces los nombres que me da y me sorprende que sean tantos. Algunos son ángeles caídos y otros están en misiones divinas como yo. En cuanto a su teoría de que el Nefelin esta estrechamente protegido se que es falsa. Su bando no es tan fuerte como para eso.

Suspiro casi apenado y con un gesto liviano le sacudo al ángel caído unas motas casi imperceptibles en su solapa. Casi me apena que hayas colaborado.Te dije que no te haría daño, verdad?. Y que seria un ángel que rompe su palabra?. Sonrío ahora mucho mas duramente. Un ángel caído, claro.

Sin mas le dejo donde esta y salgo al exterior, atento a cualquier posible traición, pero sin hacerle daño alguno.También es, al fin y al cabo, una criatura del Padre, aunque imperfecta.

Me concentro en los nombres que me ha dado y parto en busca del mas lejano, dispuesto a triangular tres ejes para acotar distancias. El mundo es ancho, aunque jamas lo suficiente para el Nefelin.

Anane sudaba a mares. Tomó la toalla se la pasó por la cara y el escote, bebió un poco de agua y volvió a poner música para sus alumnas. Ese día se había estropeado el aire acondicionado, ya había llamado al técnico pero seguían sin arreglarlo. Maldijo una vez más en su cabeza al astro rey.

Subió a la tarima y de espaldas a sus alumnas empezó la clase de fitness. 

Muchos hombres se paraban ante el escaparate de su gimnasio para observar a las mujeres de distintas razas y edades haciendo ejercicio. Como las gotas de sudor resbalan por sus cuerpos de todos los tamaños.

Se empezaron a oír varias sirenas: policías, bomberos, ambulancias,... Todas pararon mirando sorprendidas el tráfico. Anane cogió el mando a distancia y puso el telediario, donde echaban imágenes del atentado en la boca del metro. Las mujeres comenzaron a gritar a llorar, Anane observaba las imágenes esperando una señal, algo que le llamase la atención y dio un paso hacia delante cuando lo vio. Un destello entre los edificios del lugar, imágenes grabadas por el helicóptero. 

-Alas... -musitó sorprendida y a la vez añorando a sus propias alas perdidas hacía milenios.- Señoras, a sus casas, vayan a ver como están sus amigos y familiares y manténganme informada.Dijo mientras ellas cogían sus mochilas y salían de allí corriendo con el móvil en la mano. Anane volvió la vista hacia las imágenes que transmitía el helicóptero en el telediario.  Pero ya no había nada más- El redentor -musitó incrédula

Salgo del callejón en el que he aterrizado y me dirijo con paso calmo al local en el que siento la presencia de un caído.Una caída en este paso. Casi puedo oler los restos de su perfume, corrompidos por las sustancias humanas que usa para ser una mas de ellos. No solo han caído, sino que ademas quieren olvidar lo que han sido. Me detengo unos segundos en la entrada y dejo que la riada de mujeres pasea mi alrededor ,sabiendo que muchas me miran de reojo y algunas, las mas valientes o las mas inconscientes me miran con descaro, tal vez con deseo. Si algo siento al notar este echo es nausea, no excitación.Aun asi siempre es mejor eso que sentir ser objeto del deseo de un varón pervirtiendo el designio de reproducción del Padre.

Entro con paso liviano en el local y entro en la amplia estancia, sintiendo los rayos de sol que se reflejan intensamente en la pared de espejos.

Hola Anane. Te he echado de menos en los jardines, lo sabias?.

Ni siquiera se dio la vuelta. Seguia mirando la pantalla del televisor esperando encontrar otro destello o un simple resplandor. Con los brazos cruzados sobre el abdomen y en una mano el mando. Bajo la cabeza y una media sonrisa asomo a sus labios.
-Tu y 500 angeles mas -respondio coqueta. Apago la television y se dio la vuelta- Sabia que aparecerias de un momento a otro, ¿quien mejor para hacer el trabajo sucio que tu?

Se acerco a la tarima y dio un trago de otra batalla mitad bebida isotonica, mitad whisky de malta. Ambrosia terrenal.
- Se lo que quieres. Y no, no te lo voy a decir. - se acerco a el contonenadose y poso su mano sobre su pecho- Torturame si quieres- pronuncio seductora..Se aparto suavemente- Llevo 5000 años en mi destierro, y el redentor es el unico que puede devolveme a casa. ¿Por que iba a entregartelo? Antes prefiero morir que pasar mas tiempo lejos. De mi familia y hogar-le desafio

500 creo que es un numero algo exagerado. Muchos te consideraban...demasiado humano en tu comportamiento. y tenían toda la razón. Supongo que la mayoría de los que te podrían añorar realmente estarán aquí abajo junto a ti.Tomo la mano que apoya en mi pecho antes de que se aleje demasiado y niego tristemente con la cabeza.Llamarlo redentor es una blasfemia, y decir que el os llevara de regreso es otra. Acaso no elegisteis ser mas humano y terminasteis aquí?. No podéis ser admitidos de regreso a Su Gracia Divina mientras seáis tan imperfectos.

Sigo el contorno de su brazo hasta su cuello y termino acariciando suavemente su mejilla. Podría torturarte, podría mutilarte...incluso seria sencillo matarte, pero no deseo hacerle eso a una antigua hermana.Ademas,hay otras opciones para poder regresar. Le dejo que lo piense unos segundos antes de continuar.Si me estabas esperando es que has sentido o visto algo concreto...y dado lo limitado de tu poder, a tenido que ser cerca de ti. Si me ayudas con esta misión y te arrepientes de corazón de las acciones que te hicieron caer, se que podría hacer que recuperases tu verdadera esencia. Como eras cuando nos conocimos.

Rio a carcajadas mientras soltaba su mano de la suya.
-Yo elegi rebelarme por queria tener el misnmo poder qu estas criaturas debiles: libre albedrio. Por eso fui expulsada por el creador -le dijo sin dejar de sonreir- CInco milenios da para pensar mucho y para pagar todos mis errores tambien. Pero tu - le señalo con el dedo, insolente pajarillo no tienes el poder que dices tener. Y no, no me sacaras ni una palabra.

Empezo a recoger sus cosas.
- puedes venir conmigo, a mi casa o quedarte aqui en la oscuridad. Tu eliges - le invito de una forma cordial

Niego con cierta pena ante sus palabras y sigo sus movimientos con la cabeza mientras dejo caer la mano con la que tome la suya. Sabes bien que no soy como tu, tengo una labor y la cumplo por mas que me duela hacerlo. Sabes lo que necesito y debo tenerlo. Si para ello debo condenar tu alma al olvido lo haré...aunque me apene por ello.

Con un leve gesto cierro las puertas, sabiendo que ella sera incapaz de abrirlas o de impedir lo que tiene que suceder a continuación. Siempre fuiste una cabezota Anane, por eso me gustabas cuando eras mi hermana. Ahora es un obstáculo.

En un movimiento apenas perceptible para el ojo humano, extiendo una de mis alas y la golpeo con ella, lanzandola contra una de las paredes y siguiéndola a continuación mientras presiono con las alas sobre sus brazos, inmovilizándola contra la pared. Suspiro y acaricio de nuevo su mejilla con un gesto suave. Por el cariño que una vez te profese haré esto rápido. Donde esta el Nefelin, Anane?

Anane no forcejeó contra sus ataduras, sabía que cuanto más forcejeaba más daño le haría. Tuvo deseos de morderle la mano con la que la acariciaba pero eso decía muy poco de ella, no era una salvaje. Era una criatura elegante y sumisa.
-No diré nada. Mátame si lo deseas-dijo suavemente midiendo cada una de sus palabras.-Sabes que no lograrás arrancarme la información de mis preciosos labios, Ayel. De verdad, ¿quieres hacerte esto?

Lamió melosa su mano.
-Adelante, ángel vengador. Pero antes, dame uno de tus besos de despedida.

Acerco mi rostro al suyo lentamente, sufriendo por lo que estoy a punto de hacer, doliéndome mas de lo que me ha dolido nada desde que mis hermanos nos traicionaron y dejaros la Gracia Divina para ir con los humanos. Le susurro al oído de forma casi imperceptible. Cuando te fuiste no solo le traicionaste a El...también me traicionaste a mi.

Con un gesto seco y firme quiebro su cuello y la sigo sosteniendo mientras observo sus ojos y como la luz va desapareciendo de ellos junto con su vida. Justo antes de que la chispa desaparezca para siempre, beso suavemente sus labios y espero a ver como su alma abandona su cuerpo y desaparece en la nada. Por un momento la belleza de su alma desnuda me recuerda a su antiguo esplendor divino, pero luego desaparece por siempre jamas.

Esto no tenia porque haber sido así...podrías haberme ayudado.

La dejo caer, ya solo es una cascara sin mas importancia y me dirijo a por el caído mas cercano. Algo paso cerca de Anane para que esta pudiera sentirlo, así que incluso aunque no quisiera me dio mas pistas de las que suponía.

Por primera vez siento algo. Disgusto, disgusto hacia el Nefelin y lo que me había visto obligado a hacer.

Anane se le quedo mirando sorprendida. Sonrio y musito:
-Hubiesemos tenido unos hijos preciosos.
Cerro los ojos y una lagrima descendio por su mejilla hasta mezclarse con la sangre de su cuerpo sin vida

Azael vio como Anane perdi la vida a manos del vengador a traves del escaparate. Nadie mas se habia dado cuenta del cruel asesinato que se acababa de cometer. Retrocedio un paso asustada y despues otro hasta que alguien choco contra ella y la hizo tambalearse. Di un gritito ahogadoy se apyo en algo para estabilizarse.

Giro la cabeza al sentir la presencia de un caído mas cerca de lo que esperaba, mucho mas cerca decir verdad. Sonrío al sentir su esencia a través de la cristalera y no me sorprende al ver que se trata de Azael. Ella y Anane siempre fueron intimas. Incluso cayeron la una junto a la otra.

Noto su miedo y lamento ser el causante. También lamento que los caídos tengan que vivir con algo como el miedo. Tiene que ser horrible sentirse así. Casi como no tener un objetivo real en la vida.

Levanto la misma mano con la que libere a Anane y le hago un gesto para que entre en el gimnasio. Entra Azael, la invito. Hablemos de forma civilizada. Esto no tiene porque terminar mal para ti.

Me pregunto si sera el destino o la casualidad que encuentre mas fácil a los caídos con los que estaba unidos que a los que apenas conocí.